Continuamos con un nuevo capítulo de Once Upon a Time in Neverland basado en la película de la Bella Durmiente.
Chapter 10: The lady of the dragon
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ufio
se había ido, ya no estaba en Neverland. Felix y Pan buscaban algún tipo de
pista.
-
Tal vez se ha marchado por su propio pie.
-
No lo creo Felix – dijo Pan examinando el rastro dejado por el portal - Rufio
tuvo su oportunidad de huir con mi querido nieto, ¿Por qué habría de hacerlo
con Maléfica?
Felix
se encogió de hombros.
-
No te cae bien ¿Verdad?
-
Confías demasiado en él.
-
Sé en quién depositar mi confianza Felix, ahora… - Añadió mirando a los
alrededores - es hora de volver al Bosque Encantado.
EL BOSQUE ENCANTADO
Oía
el trinar de los pájaros y el curso de un río, sentía los rayos de sol filtrarse
entre las espesas ramas de los árboles frutales y dar en su cara, haciéndole
sentir una calor que no hacía mientras intentaba volver a conciliar el sueño.
Tardó
unos minutos en reaccionar y recordar que ya no estaba en Neverland y cuando
aquel pensamiento sobrevoló su cabeza se incorporó con violencia, abriendo sus
ojos azules para mirar alrededor.
Se
encontraba en una foresta, verde y viva pero completamente vacía y silenciosa
excepto por algún graznido ocasional o el batir de las alas de algún pájaro. Todo
aquel silencio era estremecedor y le parecía inexplicablemente artificial.
Fijándose mejor pudo ver a lo lejos lo que parecía un castillo, tendría que
caminar bastante pero no le quedaba otra.
Anduvo
el camino hacia el edificio, un enorme palacio en mitad del bosque, exuberante
y agreste a la par que descuidado. En el camino vio algunos tenderetes de
mercado abandonados y con la fruta podrida, las carnes y pescados pútridos
cubiertos de moscas y las hortalizas pasadas. Aquello le dio mala espina y pensó
en regresar pero, la curiosidad le pudo. ¿Dónde estaba? Era lo que se
preguntaba todo el rato.
Entró
en el castillo que tenía como vestíbulo un gran patio que recordaba al de los
monasterios, pero no se fijó en la arquitectura medieval del lugar sino en algo
extraño que reposaba en el centro de la desolada estancia.
Una
joven castaña con un vestido lila estaba profundamente dormida. Rufio se acercó
de puntillas temiendo despertarla y cuando estuvo a su lado le habló.
-
¿Hola? ¿Puedes oírme? – Pero nadie respondió - Qué guapa es… - Se inclinó un
poco sobre ella - ¿Y si la beso? – Susurró temiendo que alguien le oyera decir
semejante disparate - en los cuentos siempre se despiertan con un beso… -
Acercó su boca a la de ella pero cuando apenas los separaban unos centímetros
alguien gritó.
-
¡ALÉJATE DE ELLA! – Ordenó una autoritaria voz femenina.
-
¿Eh? – Se giró, había tres mujeres, menudas y rechonchas, la de la izquierda
iba de azul, la de la derecha de verde y la del centro de rojo, todas
enarbolaban sus varitas amenazantes - Oh, lo siento. Es que nunca había visto a
una chica tan guapa – Se excusó rascándose la nuca avergonzado.
El
hada escarlata se adelantó a las demás.
-
¿Quién eres tú?
-
Soy James, pero puedes llamarme Rufio – se presentó con alegría.
-
No pareces mala persona querido – intervino el hada esmeralda - Presiento que
tienes un corazón puro como nuestra preciosa Aurora.
-
¿Por qué está dormida? – Preguntó él mirando a la princesa. Estaba seguro de
cual iba a ser la respuesta.
-
Hace tiempo Maléfica la maldijo y ahora está sumida en un profundo sueño a la
espera de que su amor verdadero la despierte – Explicó la de rojo.
-
Maléfica es la bruja que me trajo hasta aquí, tengo que hablar con ella para
regresar a Neverland.
-
Pero eso es una locura querido – dijo la de verde horrorizada - Maléfica mora
en la Montaña
Prohibida, es muy peligroso.
-
No me da miedo – repuso él con una sonrisa – Además, podríamos buscar un modo
de despertar a Aurora. Sé que puedo ayudar – intentó convencerlas mientras
ellas le miraban con preocupación - tenéis que creer en mí, si tenéis fe en
vuestras posibilidades todo se solucionará. ¡Venga! Vayamos a por esa vieja
bruja – dijo con entusiasmo.
-
¿Sabes? – El hada escarlata parecía la líder del trío - Tienes toda la razón, la Montaña Prohibida
está al otro lado del bosque, a un jornada de aquí. Iremos contigo – las otras
la miraron, no muy contentas de la idea - después de todo, no podemos permitir
que te pase nada malo.
-
Vamos.
-
Por cierto, somos Flora, Fauna y Primavera.
HACE
MUCHO TIEMPO
Llevaba varios días de
viaje a sus espaldas, intentaba alejarse del frío reino del rey Ricardo para
llegar al vecino, aquel reino tenía costa y podría colarse en un barco como
polizón, un barco que tuviese como destino Ágrabah, tenía que conseguir la
botella del genio.
Pero aquel destino parecía
tan lejano… Era como si el bosque no tuviese fin y ya estaba cansado de tantos
árboles, el invierno iba acabando y poco a poco la primavera aparecía, abriendo
las flores y convirtiendo en rocío las motas blancas que habían sido nieve para
dejar paso a una vegetación colorida y hermosa. Pero todo eso a Malcolm le daba
igual, lo único que le preocupaba ahora era encontrar un lugar para pasar la
noche, pronto oscurecería y estaría sólo en mitad de la nada. Y eso fue
exactamente lo que ocurrió.
Junto a un gran roble hizo una hoguera, un gran
error porque parecía atraer a los lobos, cuyos aullidos cada vez sonaban más cercanos.
Temeroso miró en todas
direcciones, escalar aquel árbol parecía la única salida. Subió hasta una de
las ramas más altas y pudo ver el espectáculo.
Toda una jauría llegaba
hasta la hoguera, olfateaban en su busca y gruñían al árbol que intentaban escalar
aunque sólo consiguiesen arañar la corteza del tronco. Por la mañana aquello
sólo sería una anécdota que contar a alguien que no lo acompañaba… Echaba de
menos a Rumpel.
Siguió su camino, al día
siguiente tarareaba una vieja canción cuando vio que alguien se acercaba, pero
esa misteriosa persona envuelta en una capa negra tropezó antes de llegar hasta
él.
- Permita que la ayude –
se ofreció Malcolm levantando a la mujer.
- Oh gracias, hace ya
tiempo que creo hacerme más vieja cada día.
Era una mujer que, en
efecto, tenía muchas arrugas en su rostro flácido que terminaba rematado por
su pelo blanquecino.
- El tiempo pasa para
todos por desgracia.
- Tú posees una belleza
asombrosa, un atractivo que te puede ser muy útil – Repuso ella mirando sus
facciones con detenimiento.
- Gracias, supongo –
Respondió Malcolm dudoso.
- Aprovecha estos años,
pronto tu belleza quedará relegada al olvido y las canas y arrugas serán el pan
de cada día.
- Lo haré señora.
- Y… - la mujer reparó en
el colgante que llevaba Malcolm, el colgante que había arrancado del cuello de
Clara cuando la mató - Ese colgante es una joya divina, ¿Una reliquia familiar
tal vez?
- Tal vez – dijo Malcolm
desconfiado.
- ¿Y a cuánto va? – Se le
iban los ojos hacia la joya.
- No creo que usted pueda
pagarlo.
- ¿No? Que no te engañen
las apariencias - rebuscó en su capa y
sacó un carrete de hilo… De oro - ¿Será suficiente?
- ¿De dónde ha sacado eso?
- ¿De dónde has sacado tú
el colgante?
- Touché – Malcolm se
desprendió del colgante y aceptó el carrete.
- Me siento generosa –
sacó un segundo carrete y se lo dio también.
- ¿Cómo es que tiene tanto
oro?
- Ya te he dicho que las
apariencias engañan.
Malcolm miró por última
vez a la anciana que miraba encantada el colgante, pensando que tal vez estaba
loca siguió su camino. La anciana en cambio salió de éste y se internó en la
espesura para ponérselo tomando la joya en sus manos.
- Pensé que te había
perdido para siempre, pero veo que la muerte de esa niña no ha sido la causa de
la mía… - Se aseguró de que no hubiese nadie indeseable cerca y cantó - “Brilla
linda flor, dame tu poder… Vuelve el tiempo atrás, torna lo que ya fue, lo que
ya fue…”.
El colgante emitió un
resplandor dorado y aquella anciana rejuveneció hasta convertirse en una joven
de oscura y rizada melena, piel tersa y clara y grandes ojos grises.
Rufio
y las tres hadas anduvieron por esos mismos caminos, llegaron al claro remanso
donde el chico había despertado y pasaron el camino que siglos después, y con
la ausencia de habitantes en el reino de Aurora, estaba bastante descuidado.
Caminaron todo el día y al atardecer llegaron a la entrada de El Bosque
Prohibido. Cuando los habitantes de Hamelín quisieron quemarlo creyendo que
Maléfica se llevaba a sus hijos, la bruja creó una barrera mágica que protegía
su fortaleza, por lo que el grupo no podía continuar.
-
Parece que es el fin del camino – Dijo Rufio cruzando los brazos en actitud
pensante.
-
Seguro que ha sido esa vieja bruja – Gruñó Primavera.
-
¡Ya sé! – Exclamó Rufio - todos juntos podemos romper la barrera.
-
¿Cómo? – Preguntó Flora.
-
Apuntad con vuestras varitas – Indicó el chico que hizo lo mismo con sus manos
- Pensad en romperla.
Sendas
brillantes salieron de los mágicos instrumentos y las manos de Rufio emitieron
un brillante fulgor que se trasladó a la pared mágica que enseguida comenzó a
desaparecer.
-
¿Seguimos pues? – Preguntó Fauna.
-
Sip.
El
Bosque Prohibido era un lugar desolador, lúgubre y terrorífico. Los olmos
desnudos mostraban sus serradas ramas, las zarzas se atisbaban por cualquier
parte y la clorofila de las plantas parecía haberse perdido para siempre, sólo
se veía oscuridad. El castillo de Maléfica sobre la montaña era accesible a
través de un puente levadizo que pasaron sin dificultad, llegando al pórtico.
-
Es muy extraño que nadie vigile – Repuso Flora observando la muralla.
-
Mejor para nosotros – Rufio se aventuró más allá sin percatarse de que corría
peligro.
-
¡Aguarda! – Exclamaron las hadas.
Caminaron
por el angosto exterior del castillo hasta la entrada que daba a un salón
circular de piedra, parecía una caverna. Allí estaban, tres individuos bajitos
y extraños. No eran humanos, eran dos cerdos y una especie de pájaro pero
bípedos y armados con lanzas y flechas. Unos bostezaban y el otro parecía
dormido.
-
Cuidado, sirven a Maléfica – Advirtió Flora.
-
Bueno, seguro que algo custodian – Rufio se metió las manos en los bolsillos y
por casualidad encontró la daga que había robado del Jolly Roger. Una idea le
vino a la cabeza - ¡Ya sé!
Salió
corriendo hacia los animales humanoides.
-
¡FIRMES!
Éstos
se despejaron al instante, aún confusos.
-
¡Nada de dormirse en el tajo! – Gritó agarrando el puñal con firmeza.
Ya tenía otro día más de
viaje a sus espaldas. Su humor era de perros, ahora sí que estaba harto de la
espesura. Entonces una voz lo sacó de su refunfuño, parecía una ninfa de los
bosques.
El
joven avanzó lentamente y penetró en el bosque en busca de una pista que le
indicara la dirección del sonido. El sol cegó por un momento sus ojos, como un
resplandor fugaz en la oscuridad, y Malcolm recobró la visión adivinando, a
escasos metros de él, la figura semidesnuda de una joven a la orilla de un arroyo.
Si alguien le hubiese preguntado alguna vez por la grata sensación que inundó
su cuerpo en ese momento, Malcolm jamás habría podido encontrar las palabras
precisas. La imponente imagen que tenía frente a él le había privado hasta de
su propia cordura. La chica disfrutaba de un agradable baño antes de subirse
sobre una roca, sin importarle la incomodidad de sus aristas. El agua resbalaba
incolora por el cuerpo de la doncella dejando entrever, a través de la blancura
de las enaguas y del corsé, su preciosa silueta femenina. Malcolm sintió que
cruzar aquellos arbustos sería como
traspasar la frontera a otro mundo.
La
joven salió del agua mojada, con paso lento, pisó con gracia la hierba. Malcolm
la observó toda de una vez, para detenerse después en el chorro de agua que
emanaba de la punta de su cabello rubio hacia el hueco de sus nalgas. La imagen
se grabó en su retina como el destello impactante de un eclipse de sol. La
excitación de Malcolm era evidente. Sus pensamientos comenzaron a caldear el
ambiente - más si cabe - y siguió atento a la joven que comenzó a cantar de
nuevo.
-
Eres tú, el príncipe azul que yo soñé… - dijo recogiendo sus ropas y bailando con ellas - Eres tú, tus
ojos me vieron con ternuras de amor y al mirarme así, el fuego encendió mi
corazón… Y mi ensoñación, se hará realidad, y te adoraré como aconteció en mi
sueño ideal.
Malcolm
olvidó toda precaución y salió de su escondite, ella se tapó como pudo.
-
No es necesario, ya he visto bastante – Rió acercándose.
Ella
le cruzó la cara con un sonoro bofetón.
-
Yo también me alegro de verte.
-
Eres un zafio y un maleducado, espiando a mujeres mientras se bañan, ¿Tan bajo
has de caer?
-
No espiaba, sólo sentí curiosidad al oírte cantar.
-
No es algo que haga cuando estoy acompañada – Se vestía con rapidez.
-
Me llamo Malcolm, ¿y tú?
-
¿A ti qué te importa?
-
Podríamos pasar un buen rato – Dijo él aproximándose más a ella.
La
joven sonrió, pero era una sonrisa falsa para distraerlo mientras sacaba un
cuchillo de la falda y lo conducía al cuello del chico.
-
Di una zalamería más y será lo último que hagas.
-
Creía que iba a ser yo el que sacase cosas punzantes.
La
chica arañó la piel del muchacho que comenzó a sangrar un poco.
-
Yo no estoy jugando.
Malcolm
que tenía las manos levantadas vio como ella se alejaba poco a poco.
-
¡Volveremos a vernos! – Le gritó al verla correr.
-
¡Espero que no! – Respondió ella en la lejanía.
Los esbirros de Maléfica yacían en el
suelo, aturdidos. Las hadas fueron a ya reunirse con Rufio que las aguardaba en
la otra puerta haciéndoles gestos, era momento de seguir adentrándose en el
castillo.
- Por lo que vemos muchacho, Tienes
unas convicciones muy fuertes ¿Verdad? – Preguntó Fauna.
- Y una luz abrumadora que brilla
fugaz como el ocaso – Añadió Flora.
- Gracias – Respondió Rufio
sonrojado.
- ¡Aprisa! ¡No podemos quedarnos aquí
de cháchara!
Avanzaron por el pasillo hasta llegar
a un gran salón, el salón del trono de Maléfica.
- Bueno, yo buscaré a Maléfica, ¿Y
vosotras?
- Aquí debe haber algo que ayude a
despertar a Aurora – Respondió Flora.
- Alguien ha arremetido contra mis
acólitos… - Promulgó una voz clara y potente.
- ¡MALÉFICA! – Gritaron las tres
hadas al verla aparecer ante ellos.
- Dime pequeño, ¿Has sido tú?
- ¡LO HE HECHO PORQUE ELLOS LO
HICIERON ANTES CONTRA MÍ! – Gritó Rufio embistiendo contra Maléfica, puñal en
ristre.
Pero la bruja desapareció envuelta en
su habituales llamas fatuas para aparecer metros más lejos.
- La imprudencia no te beneficia en
absoluto muchacho. No te pareces a Pan, él lo planeaba todo demasiado y tú eres
demasiado impulsivo…
- Bien también – terminó el chico.
- Demuéstralo, ayúdame como me ayudó
él.
- Peter jamás te ayudaría.
Maléfica rió.
- La verdad puede ser dolorosa ya
que, al fin y al cabo uno nunca sabe los secretos de otro corazón.
- ¿Eh? – Rufio vio a las tres hadas
desaparecer, ¿lo iban a dejar tirado?
- Sírveme Rufio, sírveme como hizo
Pan años ha.
- Nunca jamás.
Maléfica avanzó hacia él.
- Creo que no eres consciente de lo
fútil de tu situación.
Y Rufio escupió a su cara por toda
respuesta.
- Veo que necesitas reconsiderarlo y
conozco el lugar adecuado para ello – Maléfica golpeó el suelo con su cetro y
una abertura oscura emergió donde Rufio pisaba, engulléndolo hacia lo
desconocido…
O mejor dicho, hacia un calabozo
donde había dos personas más. Un joven moreno con armadura y capa roja y una
mujer también con armadura pero de apariencia asiática. Ambos estaban
encadenados a la pared.
- ¿Quién eres tú? – Preguntó ella.
- Me llamo Rufio – respondió
levantándose del suelo - y creo que he caído en una trampa. ¿Quiénes sois?
Él quiso contestar pero la mujer lo
impidió.
- ¿De verdad?
- Claro.
Hubo un silencio incómodo.
- ¿Por qué estáis aquí?
- Por intentar romper una vil
maldición. Me había citado con la doncella más bella del mundo en una cabaña en
el bosque. Pero ahora mi verdadero amor está sumido en un eterno sueño y sólo
yo puedo romper el hechizo.
- ¿Es cierto eso que decís? –
Preguntó Flora que acababa de aparecer junto a Fauna y Primavera.
- Sí, Maléfica nos lo confesó –
Respondió la guerrera asiática.
- ¡Oh! ¡Sois vos! El príncipe Felipe.
Felipe asintió.
- ¿Las conoces? – Preguntó la presa.
- Claro – la presentó – ella es Fa
Mulán, le debo la vida, a ella y a una mujer llamada Bella.
- Mas contadnos que pasó – las hadas
estaban usando sus varitas como si fueran sopletes para cortar las cadenas.
- Ella me convirtió en un Yaoguai y
me expulsó al Reino del Este. Mulán y esa tal Bella me salvaron. Emprendimos el
camino de regreso mas Maléfica nos interceptó tras cruzar el río Hades. Nos
tomó como prisioneros y nos martiriza con sus relatos sobre como duerme Aurora.
Las cadenas ya estaban rotas.
- No dormirá mucho más, ahora Felipe,
Mulán, debéis tener cuidado. En el camino del amor puede haber obstáculos aún
mayores que vos debéis afrontar sólo.
- Yo también voy – repuso Rufio -
necesito saber la verdad sobre algo y Maléfica tiene las respuestas.
- Claro que sí querido, ahora –
volvió a dirigirse a Mulán y Felipe - tomad esta espada de la verdad y este
escudo del valor para luchar contra las fuerzas del mal. Se avecina una batalla
peligrosa y no deben cogernos desprevenidos.
Los guerreros asintieron.
- Rápido, debemos apresurarnos hasta
Aurora antes de que Maléfica descubra que estamos aquí…
Ya
estaba en la frontera. El reino del rey Ricardo acababa, cuando cruzara aquella
linde sería libre del yugo de la muerte de Clara.
-
¡DETENEDLO!
O
eso creía. Los pueblerinos de algún villorrio cercano se habían puesto de
acuerdo para capturarlo al final del camino, él sólo contra todos ellos no
podía hacer nada. Impotente se dejó amordazar y encerrar en un carromato que lo
devolvió a su lugar de origen, al mismísimo castillo, a la mismísima celda de
Clara con todas sus marcas en la pared.
-
¿Creías que te ibas a marchar de rositas? No, yo me encargaré de que sufras el
resto de tu vida – Se burló el Caballero Negro al otro lado de las rejas – y te
daré donde más duela.
Malcolm
se abalanzó contra las rejas y miró con todo el odio que pudo al soldado.
-
Suficiente – dijo el rey Ricardo – márchate.
-
¡Suéltame!
-
Lo siento Malcolm, pero te espera un tiempo a la sombra… Toda la vida – rió el
rey antes de ir al encuentro con una mujer.
-
¿Lo has atrapado?
-
Por supuesto madre…
La
mujer chistó y miró temerosa a los alrededores.
-
Aquí no, pueden oírnos.
-
Pues, por supuesto Gothel, lo atrapamos un poco más allá de donde nos dijiste.
-
Y ahora que vuelvo a tener el colgante…
-
Nos aguarda la vida eterna – sonrió el rey.
-
Mientras él se pudre en esa celda – rio la otra.
Salieron en tropel al pórtico del
castillo. Las hadas hicieron aparecer tres caballos.
- ¡Sansón! – Exclamó Felipe, feliz de
reencontrarse con su vieja mascota.
Un unicornio negro pasó trotando ante
ellos.
- ¿Qué era eso? – Preguntó Mulán.
- Ya saben que nos marchamos –
aseguró Primavera.
Unos centauros de hierba y madera
aparecieron como si fuesen árboles vivientes con cuernos y lanzas. Se acercaban
a ellos con rapidez.
- ¡Aprisa! – Gritó Felipe.
Las hadas seguían a los tres jinetes
volando en su forma diminuta. A pocos metros el puente levadizo se levantaba
para cortarles el paso, Rufio se adelantó a Felipe y saltó, no lo iba a
conseguir.
- ¡CUIDADO! – Gritaron las hadas
haciendo aparecer un arcoíris que hizo de puente.
Cabalgaron montaña abajo, no sabían
por qué una tormenta se acercaba a ellos y descargaba sus rayos y truenos sobre
sus cabezas…
Muy lejos de allí, en el Lago Nostos
que estaba seco por la muerte de su guardiana algo estaba a punto de cambiar.
La tierra tembló y un enorme géiser emergió del subsuelo, pero fue momentáneo
porque una gran humarada verde apareció y con ella Peter Pan que ascendía junto
con el humo para después aterrizar un poco más allá. Levantó sus manos al cielo
y pensó con claridad…
- ¿Dónde estás Rufio?
Las nubes se formaron sobre él,
tronaron y se alejaron rápidamente. Era un hechizo de localización, sólo
tendría que seguirlas…
Y aquella era la tormenta que estaba
sobre el grupo en ese momento. Tenían que salir del Bosque Prohibido, pero
Maléfica no lo iba a consentir.
- ¡Una selva de mortales espinos tu
tumba será! ¡Pues el bosque en una maraña de perdición se tornará!
Las zarzas volvieron a salir a la
superficie como habían hecho un siglo atrás y a los héroes no les dio tiempo a
frenar, habían entrado de lleno en aquella selva en la que se oía la
interminable risa de Maléfica. Los caballos se clavaban las púas y relinchaban
de dolor, sus ropas se rasgaban, la capa de Felipe se enganchó y las hadas
tuvieron que liberarle… Usaban sus armas para cortar las ramas, tenían que
salir de aquella trampa mortal.
Llevaban ya varios metros de árboles
cortados tras sí, por fin creían distinguir el final del bosque, por fin
pudieron salir a respirar aire puro. Pero Maléfica no se iba a dar por vencida,
apareció ante ellos furiosa, haciendo que los caballos relinchasen de nuevo por
el miedo.
- ¡Maléfica! ¿Qué tienes tú que ver
con Peter? – Le gritó Rufio.
- Es triste querido, ver que a
diferencia de él careces del don de la obediencia. Te muestras ciego ante el
hecho de lo fácil que fue para él traicionar a su hada madrina y entregármela a
mí.
- ¡Peter no movería un dedo por ti!
- Al contrario, acogió sin reparos la
maldad que en él moraba.
- ¡DEJA DE MENTIR! – Ordenó
blandiendo su espada.
- Sí – lo secundó Felipe – y deja de
retrasarnos, despertaremos a Aurora y acabaremos contigo.
- Llegáis demasiado tarde, yo ya
estoy aquí y pronto os enviaré a un lugar del que no podréis regresar, vuestra
preciosa princesa Aurora yacerá dormida para siempre y yo conseguiré mi
venganza… Es inevitable.
- ¡LO IMPEDIREMOS! – Bramó Mulán.
- Eso es, ¡Si hemos llegado hasta
aquí podremos esprintar hasta el final! – Gritó Rufio confundiendo a todos los
demás que no sabían que significaba “esprintar”.
- ¡ILUSOS! – Maléfica estaba fuera de
sí, como poseída por un demonio - ¿Creéis que podéis vencerme a mí? ¡¿A LA
EMPERATRIZ DEL MAL?!
- ¡CON EL PODER DEL AMOR! – Gritaron
las hadas.
- Claro, porque un beso de amor todo
lo puede – Rió Maléfica - Muy bien, si queréis luchar… ¡AQUÍ ME TENÉIS!
¡CONTEMPLAD MIS MALÉVOLOS PODERES!
Un fuego verde lo inundó todo,
Maléfica se convirtió en un gran dragón, gigantesco y aterrador que cernía sus
fauces sobre ellos.
- ¡CORRED HACIA LAS ZARZAS! – Ordenó
Mulán.
Pero Maléfica escupió su fuego contra
ellos, ahora sólo era un gran mar de verdes llamas.
- ¿Cómo salimos de aquí? – Preguntó
Fauna.
El dragón agarró a Felipe que perdió
su espada.
- ¡No os perdáis este final feliz! –
Dijo la bestia.
Rufio recogió la espada y siguió al
dragón junto a Mulán.
Maléfica comenzó a escalar una
montaña en medio de aquella tormenta que desataba toda su cólera en forma de
granizo. Felipe gritaba como un loco para que lo soltase.
- ¡DÉJAME ESTÁS LOCA!
- No estoy loca, soy vengativa y muy
rencorosa, el loco es el chico que te acompaña… - Pero antes de terminar aulló
de dolor.
Abajo Mulán había cortado su piel.
- Vaya vaya – dijo al verla – que
giro ha dado nuestra historia, la valiente guerrera acude al rescate… Eso os
convierte a vos en una doncella en apuros ¿Verdad guapo? – Se burló de Felipe
con saña… - ¡SEGUIDME QUERIDOS! Es la hora de llevar este relato a las alturas…
Maléfica siguió escalando seguida de
Mulán y Rufio.
- ¡NO CONSENTIRÉ QUE OS LO LLEVÉIS! –
Bramó Mulán.
- ¡Suéltalo desgraciada! – Gritó
Rufio.
- Ya casi estamos llegando al final
de esta historia. ¿Sabéis como acaba? ¿Os morís por conocer vuestro final? –
Alzó la pezuña donde llevaba a Felipe al cielo - ¿Qué os parece…? Y vivieron
felices para siempre jamás... ¡Aunque seré yo la única que viva! – Apretó y
Felipe desapareció.
- ¡NO! – Gritó Mulán lanzándose
contra el dragón.
- ¡Y tú le acompañarás! – Mulán
también desapareció.
Pero Maléfica no vio a las hadas
alcanzar a Rufio que aún tenía la espada de Felipe.
- ¡Ahora espada de la verdad vuela
veloz y segura para que el mal perezca y el bien prevalezca! ¡Firme embestida
para al mal desterrar y la dicha asegurar!
Y la espada voló de las manos de
Rufio para clavarse en el dragón que entre gritos de dolor cayó montaña abajo,
esfumándose entre la humareda negra y las fatuas llamas para dejar ver a una
malherida Maléfica.
- ¡El amor ha podido contigo. El bien
ha vencido al mal! – Le gritó Rufio.
- No me derrotará algo tan
insignificante como el amor… - Farfulló dolorida.
- No tienes ni idea de lo que dices.
El odio te ha cegado tanto que te impide ver que hay algo más allá. ¡Así que
resístete cuanto quieras! Porque el amor es la magia más poderosa que existe y
nunca derrotarás a alguien que luche por la luz!
- Quizás… Mas recuerda que mientras
exista luz habrá oscuridad. ¡Y todos los que sean timados por ella me
pertenecerán! – Maléfica rió y desapareció una vez más.
Ahora Rufio estaba confuso, y lo
peor, sólo y perdido. Más perdido que nunca…
Tan perdido como lo estaban Mulán y
Felipe caminando por ese extraño bosque. Si hubiesen podido verlo desde los
cielos habrían observado que se extendía hacia el infinito, sin fin.
Me gusta, me gusta. Hace poco que empecé a leer tu fic y solo he podido algunas partes pero me encanta la historia, y también como escribes. Además eres capaz de hacer algo que a veces ni Adam y Eddy pueden, hacer que los flashback no desmoronen el presente. ¿Has pensado en lanzarte a una novela? Está muy bien y las expresiones y todo genial.
ResponderEliminarGracias Tink me pones colorao xD.
EliminarPues empecé una novela de misterio sobre un asesino en serie y dos mellizos separados al nacer que tienen que reencontrarse, pero ahora mismo la tengo en pause.
Muchas gracias por tus cumplidos <3 XD
No las des, haha, en cualquier caso tendríamos que dártelas nosotros a ti por compartir tu imaginación. Espero con ansia la siguiente entrega. ;)
EliminarOtra entrega MARAVILLOSA como todas las anteriores ;D.Pero siempre superando una a la otra Peter !.
ResponderEliminarTienes la capacidad de hacer sumergir al lector en tus historias.(cosa que es dificil de lograr,...ejem !!!)
Si todas las que voy leyendo hasta ahora son así... COMO SE VA A PONER EL FINAL !!! xD.Aplausos nuevamente ;D
Gracias Anna, aunque en esta la historia no es del todo mía, Kingdom Hearts y la película me han servido de mucha ayuda :P Pero la Bella Durmiente es mi peli preferida y yo quería meter el cuento como fuera xD.
EliminarEl final... La próxima semana es la mitad dela historia y hay un giro muy gordo O.o
muchas felicidades me gusto mucho este capitulo,
ResponderEliminarimaginar a Aurora, Felipe, Mulan, Malefica y las 3 hadas
q por sierto no se que les paso a las 3 hadas...
saludos perter pan y un abrazo
seguire al pendiente con los demas capitulos...
creo q estaria bien si metieras al sombrerero
en algun capitulo y aun seguimos sin ver
el nacimiento de rumpel el hijo de pan o ya nacio?
El sombrerero ya salió en el capítulo 6, no creo que lo veamos más :(
EliminarLas 3 hadas, bueno en el siguiente salen un poquillo, así que no creo que les haya pasado nada.
El nacimiento de Rumpel lo vamos a ver, pero como siempre, lo mejor es para el final xD. Por ahora éste ha sido el último flash back de Malcolm jovencito, en el siguiente que salga será ya adulto y aparecerá la madre de Rumpel, que no os imagináis quien es xD.
ooohhhh que bien lo esperare con ansias estuvo muy buena la continuación, me puse a cantar cuando salió la canción de “eres tu mi príncipe azul que yo soñé” ahhh q hermoso que digo hermoso, lo que es el amor….
EliminarHola Peter, ya llegó tu asesora de ropa.
ResponderEliminarFue mi capítulo preferido sin lugar a dudas (el anterior lo leí y te escribí), porque si bien ya sé de dónde sacaste muchas cosas, estuvo impecablemente hilado con la historia que quieres contar: Felipe, Mulán, las tres hadas, el tal Rufio, Maléfica en especial, y la participación de Gothel, que por cierto tiene mucho en común con Peter Pan, esa parte estuvo genial.
Me encantó, me encantó, te juro que me encantó. De nota le doy un 9, le daría un 10 si no fuera porque esperaba que pase algo entre Malcolm y la chica rubia y no pasó nada ejem ejem ejem.
¡Mil besotes!
Perdona que no te diga mucho pero estoy bajo los efectos de la anestesia tras un noseque en el dentista... Miedo me da como estaré en dos horas.
EliminarLo de la chica rubia decidí pasarlo a más alante, pero pasará y Gothel no le quitéis ojo.
¡Me encantó Peter, la Bella Durmiente es mi historia favorita y Enchanted Dominion es mi mundo preferido del BBS! ¡Un capítulo muy creativo y muy bien hilado! ¡Abrazo gigante!
ResponderEliminarTambién es el mío xD junto a Neverland (porque en el KH 1 es un poco caca, solo se puede andar/ volar por el Jolly Roger), y esa musiquita que tiene cuando salen los nescendientes *-* xD.
EliminarYo ya no puedo estar en el mundo de Blancanieves sin pensar en la serie y sin llamar "Regina" a la Bruja jaja.
Eliminar¿Prefieres a Terra, Ventus o Aqua?
Ventus ForEver xD. Le da mil vueltas a Sora y Roxas xD. Me va a encantar jugarlo en PS3 cuando hagan la remasterización en septiembre.
Eliminarkingdom hearts sale para ps3 en septiembre?
EliminarEl año anterior hicieron un remake del 1 y el Re: Chain of Memories para PS3 y este es del 2 y el Birth by Sleep. Busca en youtube "Kingdom Hearts HD 2.5 Remix".
EliminarMe caen mejor Sora y Ven, Roxas es muy depresivo jaja. Pero creo que la mejor historia es la de Aqua, era la verdadera protagonista del BBS.
Eliminarle echare un ojo, graciasss, solo jugue el primero pero me dejo gratos recuerdos.
EliminarLa verdad con el final del juego lloré y todo, cuando Aqua cae y dice "Ven, lo siento, pero creo que no volveré tan pronto como creía". Ay madre que llorera ;( Cuando monte este verano mi canal de youtube los jugaré todos (ala, promoción by the face xD).
EliminarPor lo que veo a nadie le gusta Terra xD.
¿Tú sabes que el que creó el juego quería que el verdadero amor no fuera Sora-Kairi sino Sora-Riku O.o? Se veía venir xD, aunque al final no pasará.
María hay por lo menos 8 o 9 juegos O.o Y el año que viene sale el 3 que llevo esperándolo 10 años O.o
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