Segunda entrega de la historia no contada de Víctor Frankenstein que tiene lugar en una antigua abadía, y que ha sido escrita por nuestro seguidor Scandal Fake.
Chapter 2: Ghosts
La Tierra Sin Color
15 Años Antes de la Maldición Oscura
La tormenta se prolongó toda la noche, rayos y truenos caían cada tanto.
Víctor suspiró, estaba en su habitación (algo sencilla solo la componía una cama, un pequeño closet, una Mesa de estudio con su silla) termino de desempacar sus cosas y asomó la vista por la ventana, se podía deslumbrar las luces del pueblo Algo borrosas por la lluvia.
Un rayo cayó e iluminó la habitación. Víctor se sobresaltó por el susto.
- No me quedaré aquí a ver cómo cae un rayo en la ventana - dijo para sí mismo saliendo de su habitación seguido de un trueno.
El interior de la abadía se encontraba iluminado por candelabros separadas entre si por unos cuantos metros, debían ser más de las 12 o bien entrada la noche pensó victor, pues no había rastro de ningún monje en los pasillos que recorría y todas las puertas estaban cerradas, había seguido la dirección de Phampile en que ala de encontraba la biblioteca.
La puerta a la biblioteca estaba abierta, pero eso no fue lo que le sorprendió, tampoco fue que hubiera otra puerta abierta dando hacia otro pasillo, lo que sorprendió a victor fue ver a un sacerdote vestido de blanco sentado leyendo a la luz de una sola vela
- Buenas noches, padre.
El cura levantó la mirada dejando de lado su lectura y arqueando una ceja e inspeccionando con la mirada habló.
- Eres nuevo, ¿No? Oh disculpa, donde están mis modales. Buenas noches joven. ¿Qué hace tan tarde rondando la Abadía?
- Pues....
- No, digas nada. Asumo que querías visitar el área de las monjas - El cura interrumpió a Víctor y este se sonrojó avergonzado.
- No, cómo cree padre.
- No es necesario que mientas, eres joven. Pero yo que tú evitaría salir a esta hora. No vayas a encontrarte con uno de los dos fantasmas que viven aquí.
- ¿Fantasmas? Eso es imposible. Todo tiene una razón lógica.
- ¿La tiene? - El cura hizo la pregunta clave, la semilla que llevaría a Víctor plantearse en el futuro si la muerte tenía lógica o no.
- Y esos " fantasmas" ¿Cuál es su historia?
- Oh hijo, jajaja. El primero es de un abate que se suicidó. Pero antes de morir prometió que al primero que colgara el hábito le daría su colección privada, el segundo es de una monja que se casó con un hombre que no amaba, lo mató y planeaba huir con su cuñado. Sin embargo, este la asesinó y dejó sus restos por estas tierras.
A Víctor le cruzó un escalofrío por mitad de la espalda.
- Pero ya es suficiente, mejor te acompaño a tu habitación para que no aparezca ninguno en tu camino jajaja.
La actitud jocosa del padre había logrado calmar el pequeño escalofrío que sintió Víctor al escuchar la historia que rondaban sobre los dos fantasma; Y fue acompañado por el sacerdote hasta su habitación, quién le dejó en la puerta de la celda.
- Vaya así que está es tu celda... hacía tiempo que no la habitaba nadie.
- ¿Cómo? - Víctor se volteó para ver al cura, más este ya no estaba en la puerta, había desaparecido como por arte de magia y la puerta estaba cerrada. Con la duda de quién sería aquel cura que había conocido, Víctor se acostó a dormir.
Un gallo cantó, anunciando que el sol salía, cuyos rayos atravesaron la ventana de la celda de Víctor.
A los pocos minutos, Phampile abría la puerta seguido de un joven monje, alto, ojos claros, musculoso y con barba.
- Buenos días hermano Víctor. Traigo su hábito.
Víctor se despertó aún con sueño, y descubrió a ambos monjes, el mayor con un bastón y detrás el joven con un hábito doblado en sus manos; el más joven de los dos dejó el hábito sobre la cama de Víctor y se retiró seguido por Phampile.
- Padre, espere...
- No tengo tiempo, debo ir a una reunión con la abadesa, tendrás que ir a la oficina o preguntarle a Ambrosio. - Phampile se alejaba dejando al monje más joven esperando por Víctor.
Víctor rápidamente se puso el hábito. Él era el ejemplo vivo de que el hábito no hace al monje, pero tenía que adaptarse a las reglas de la orden. Salió de su habitación y vio al monje más joven esperándole.
- Mucho gusto, soy Ambrosio - extendiendo la mano hacía Víctor esperando un apretón que fue correspondido.
- Dime Ambrosio... qué es lo que sabes de esas historias de fantasmas, concretamente de la del Abate y la Monja.
Ambrosio se giro para verlw con una cara digna de una partida de poker, él llevaba toda su vida viviendo en la Abadía, pues fue abandonado por su madre y criando por los monjes. "¿Cómo es posible que no tenga 24 horas aquí y ya sepa sobre eso?" pensó para sí, pero su pensamiento fue interrumpido por unas palabras de Víctor.
- Ayer salí entrada la noche, y en la biblioteca me encontré a un sacerdote vestido de blanco que me comentó esas historias, me acompañó hasta mi habitación, dijo varias cosas extrañas pero desapareció sin poder preguntarle su nombre.
- Te encontraste con Julio - dijo con voz baja y suspiró antes de seguir hablando - Él es fantasma del abate. Y su última habitación es ahora la tuya.
Al escuchar estas palabras Víctor se puso blanco, pálido como si hubiera visto un fantasma y de hecho lo había visto. Su mundo de lógica excluyente de lo paranormal fue derrumbado por un espectro y la breve charla que tuvo con él.
- Oye no temas, él es inofensivo, de quien si debes cuidarte es de Beatriz, el fantasma de la monja. Su humor es tan cambiante como las fases de la luna - Ambrosio puso una mano sobre el hombro de Víctor y le sonrió para reconfortarle - Ven, Phampile me dijo que te gustaba la naturaleza. Creo que te gustara a donde vamos.
Víctor se dejaba llevar de Ambrosio, sin tener idea a donde se dirigían, aún trataba de procesar lo dicho por el monje y su experiencia anterior. Por el lado de ambos pasaron dos monjas, una más vieja que la otra en dirección hacia la oficina de Phampile.
- Esa es la abadesa y su asistente. Hoy van a hablar con Phampile varios temas de importancia. - Ambrosio trataba de hacer volver a Víctor en sí, pero su intento fue en vano.
- ¿Cómo lo sabe ?
- Pues yo soy el asistente de Phampile, se suponía que debía estar en esa reunión, pero me pidió que te terminara de enseñar la Abadía.
Mientras tanto, Phampile esperaba en su oficina el arribo de su contra parte femenina, que no se hizo esperar.
- Phampile. - dijo la abadesa sentándose frente al escritorio del abad apenas entró,
- Agatha
- Bien a lo que venimos, mañana en la noche traeré a las hermanas para su confesión. ¿Quién será el encargado está vez?
- Un hola cómo estás no vendría mal. Que dice madre St Rita - la monja asistente solo permaneció en silencio, sabía que recta la autoridad de La abadesa sería mala idea - será Ambrosio, pero no es por eso que te llame Agatha.
- Entonces, ¿Por qué es?
- Me voy a retirar, iré a Francia a pasar mis últimos días con mi sobrino y quería informarte que ya escogí a mi sucesor.
- ¿Quién es el afortunado? - la actitud de la Abadesa era muy rígida y seca. Sin embargo, Phampile le tenía aprecio, pues fue la única que le apoyó junto a Julio en su idea de construir una abadía mixta. Y aunque a pesar de su actitud snob, consideraba que era la única amiga que le quedaba, después del incidente con Julio.
- Será Ambrosio, creo que los dos estamos de acuerdo en que es la mejor opción.
- ¿Cuándo partes?
- A más tardar la semana que viene, estos son mis últimos días aquí antes de irme a Francia.
Con esas palabras un silencio se apoderó de la habitación, casi incómodo que fue roto por un joven rubio y guapo que parecía por su físico un ángel bajado del cielo.
- Buenos días. - dijo el joven al ver ambos religiosos - vengo para ser novicio, hace meses mandé una carta y me habían aceptado.
- Hermana St Rita, puede llevar al joven con Ambrosio, está en los jardines. Él se encargará del joven mientras terminamos la reunión. Por favor.
La monja miró a la abadesa que con un gesto le indicó que hiciera caso al requerimiento de Phampile.
- Sígame joven - la monja salió de la oficina dejando a ambos ancianos solos.
- Me llamo Adrian. - replicó el joven siguiendo a la monja.
El joven seguía a la monja, la cual le llevaba hasta los jardines en donde se encontraban Ambrosio y Víctor. Al llegar a los jardines, ésta vio como ambos hombres hablaban con una de las hermanas, si estuviera la abadesa seguro que estallaría en cólera. Pero la hermana St Rita era otro cantar, para ella debían compartir en las áreas comunes y no sólo a través de una confesión o en la iglesia.
- Ambrosio, el abad me envía con este joven. Dice que lo aceptaron para ser monje.
Ambrosio volteo al escuchar la voz de la monja, mas quién llamó la atención fue el joven rubio, que lo dejo flechado.
- ¿Qué? Oh si si. Gracias hermana, yo me encargo - despachando a la monja rápidamente Ambrosio se olvido de Víctor y se concentró en el joven. - ¿Te puedo dejar solo mientras me encargo de esto?
- Si si claro, adelante.
Ambrosio sonrío. Se llevó al joven al interior de la abadía a su oficina donde se encargaría de los trámites burocráticos del ingreso.
Víctor se quedó en el jardín con la hermana Agnes, una joven monja, que de no ser por el velo enseñaría su cabello rubio.
- Bueno, parece que estamos solos - Víctor sonrió y empezó a insinuarse ante la hermana.
- Eso parece. Pero debo irme, si la abadesa me ve hablando contigo me castigará. Veámonos en la noche - la hermana guiñó un ojo y se despidió de Víctor, al igual que él, ella solo era monja de hábito pero no por vocación.
Cayó la noche, victor espero a que el resto de los hermanos se fueran a dormir para ir a la biblioteca a verse con Agnes. El pequeño ligue que tuvieron en el patio desde que los presento Ambrosio hasta la despedida dio frutos más rapido de lo que esperaba
- Yo que tú saldría justo ahora, no vaya a ser que me encuentre con los fantasmas de Beatriz o Phampile. - sonó una voz mientras aparecía el abate Julio sentado en la silla.
- ¿Qué haces aquí?. No fue suficiente con asustarme ayer, espera, ¿Phampile? Si el está vivo. - Víctor se sobresaltó al verle aparecer de la nada.
- No por mucho, de hecho vengo a buscarlo - el fantasma río y levantándose abrió la puerta de la habitación. - Pero ve anda, Tienes una cita ¿No? Ya me encargué de Beatriz.
- No entiendo, ¿Por qué me ayudas?
- Por qué jovencito... Tú me recuerdas a mí, solo espero que no tengas mi mismo destino.
Víctor salió y corriendo se dirigió hacia la biblioteca donde le esperaba Agnes, al verla sonrío pues a pesar de lo dicho por julio tenía sus dudas si está aparecía.
- Te estaba esperando. Quería enseñarte esto, - enseñando un libro sobre historia de la naturaleza. - es una copia del original escrito por Santa Hidelgarda, pensé que te gustaría.
- Gracias - Víctor tomó el libro, mas notó que en los estantes no faltaba ninguno - ¿De dónde lo has sacado?
- De la oficina de la abadesa. - Agnes sonrío de manera ingenua.
Entre ambos la conversación fluía de manera natural, a pesar de no conocerse, estaba claro que podían llegar a más pues la química entre ellos se sentía en el aire. Julio los veía desde la puerta, sin que estos notarán su presencia.
- Bonita pareja ¿Eh? - el fantasma de phampile apareció detrás de Julio.
- Tu viaje a Francia por lo visto no será en vida.
- Dejé en mi testamento que me enterraran en Francia, fue bueno verte viejo amigo - con esas palabras Phampile se despidió de Julio y se dirigió hacia la luz, un lujo que Julio y Beatriz no se podían permitir hasta resolver sus asuntos pendientes.
Beatriz apareció al tiempo que Phampile dejaba el monasterio.
- Parece que los próximos meses serán de amor prohibido por partida doble
- ¿A qué te refieres? - Julio volteo para ver a la monja ensangrentada.
- Ambrosio anda colado por el nuevo novicio, y parece que el novicio también está colado por él.
- Así que el nuevo abad está en el amor. ¿Qué crees que dirá la abadesa si se entera?
- La verdad, no me importa lo que haga o deje de hacer esa zorra, menos después de lo que me hizo. - Beatriz desapareció entre los muros de la Abadía, ante la mención de la abadesa.
Klagenfurt
Alphonse acaba de llegar a su casa en la capital, había dejado a Gerhardt en el cuartel para empezar el entrenamiento militar.
- Señora Grose, ¿Llegó ya mi esposa?
- Me temo que no señor. Pero... tengo malas noticias. Temo lo peor, hay rumores de que la tormenta causó varios estragos, y no solo eso Señor, ha venido la policia a informar que han encontrado al Cochero muerto a un lado del camino. No hay rastros de su señora pero... temen lo peor.
Alphonse permaneció en silencio. Y se dirigió hacia su estudio, se sentó frente a la chimenea y vio una foto de Elizabeth para luego comenzar a llorar. La noticia dada por la Señora Grose lo desmoronó pues había perdido a su amada, sin saber si estaba viva o muerta lo único que podía hacer era rogar que estuviera bien. Pero los meses pasaron. Su luto se llevó a cabo y con las cartas recibidas de Víctor, este solo le empezó a culpar por la pérdida de Elizabeth.
Han participado : David Anders como Vícto Frankenstein/ Dr Whale, Jeff Perry como Padre Phampile, Steve Lund como Ambrosio, Tim Daly como Abate Julio, Tierra Skovbye como Agnes, Francés Conroy como Madre Agatha, Maria Conchita Alonso como hermana St Rita, Sofía Carson cómo Beatriz, Nick Slater como Adrian, Gregory Itzin como Alphonse Frankestein, Pam Ferris como Señora Grose.
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Gracias.
Wow ...😓😭 Elizabeth Me encanto muchísimo
ResponderEliminarGracias por escribirla 👍😄😉 !!!
gracias por leerlo
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