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  • miércoles, 5 de marzo de 2014

    Fan Fic: Once Upon a Time in Neverland 3


    Si tienes ganas de continuar con las aventuras de Malcolm estás de suerte, porque aquí llega el tercer capítulo del Fan Fic escrito por Peter Pan que se titula "Wrong Heart".

    Chapter 3: Wrong Heart

    Un mes antes de la maldición en el Bosque Encantado:

    - Te estaba esperando querida, muéstrate y no pierdas el tiempo – Dijo Rumplestiltskin a la nada, pues estaba solo en su celda y no se veía a nadie fuera – Vamos, vamos, majestad, a mí no me podéis engañar.

    Un humo morado dio paso a una hermosa mujer con un hábito tan oscuro como su aura. Regina.

    - Necesito tu ayuda – Dijo acercándose a la celda.

    Rumplestiltskin se rió como sólo él sabía – ¿Mi ayuda? Ya os proporcioné la maldición, ya la recuperastéis del encantador dragón, solo tenéis que encontrar los ingredientes.

    - Y solamente me falta uno.

    Rumplestiltskin acercó su rostro a los barrotes, - Y bien, majestad…

    - El cabello del alma más negra.

    Él volvió a reír – Ya os di mi cabello, ¿Lo habéis perdido? El precio de ayudaros terminará siendo la calvicie.

    - No te tomes esto a chanza, Rumpel. Mi espejo me reveló que posees el cabello y que con él elaboraste una poción.

    - Casi todas mis pociones tienen cabellos querida.

    - Pues no me extraña que acabases necesitando una criada que los quitase también de la sopa. ¿Dónde está la poción para olvidar?

    A Rumpel se le desdibujó la sonrisa.

    - No necesitáis su pelo – Dijo cortante.

    - Oh yo creo que sí, ¿Dónde está?

    - Nunca lo conseguiréis, ya no tengo la poción.

    - ¿¡CÓMO!? – Preguntó Regina furiosa, aquello no podía ser – ¿Dónde está?

    - Alguien la tomó.

    - ¿Quién?

    -Blancanieves.

    Regina le dio la espalda a Rumplestiltskin, maldita entrometida pensó, antes de volver a mirar al Oscuro – De todos modos, acabaré consiguiendo su pelo… - Y sin más, desapareció.

    - ¿Ha ocurrido algo hija? – Preguntó su padre cuando la vio regresar hecha una furia.

    - Una pequeña contrariedad, mas ya sé cómo voy subsanarla – Dijo yendo hacia el armario.
    - ¿Puedo ayudarte de alguna forma?

    - No padre – Revolvía en el interior de una caja buscando algo – Prefiero que os quedéis aquí.
    - ¿Pero a dónde vas?

    - A ver a una vieja amiga – Regina sacó una extraña caja con redonda, y de ella extrajo un sombrero.

    - ¿No pensarás ir a…?

    - ¡GUARDIAS! – Interrumpió Regina a su padre.

    Al instante un par de guardias entraron con premura.
    - Adivinad en que número estoy pensando.

    Se miraron extrañados.

    - ¡Prestos!

    - Eh, ¿Nueve?

    - Correcto amigo mío – Y con un movimiento de su mano, rompió el cuello del soldado que cayó muerto.

    - Por favor hija, no vayas a…

    El sombrero comenzó a girar, Regina lanzó primero al soldado muerto y luego se dispuso a saltar, pero antes de hacerlo respondió a su padre.

    - Sí padre, voy a Wonderland.

    Muchos años antes en el Bosque Encantado:


    Era realmente un funeral de estado. Todos los gobernantes de los reinos vecinos estaban presentes junto a sus familias y súbditos de confianza. El féretro abierto mostraba el cadáver de un hombre de mediana edad, de cabello castaño claro y piel lisa, con tan solo algunas patas de gallo. Tras el ataúd alguien daba un discurso, un hombre en cuya cabeza reposaba una corona de oro con zafiros incrustados que hacían juego con sus ojos, más azules que el mar Circasiano y que también reflejaban la visión de aquellas tranquilas y apacibles aguas.


    - El rey Uther era mi padrastro, aún así fue el único padre que conocí. Un gobernante sabio e inteligente que llevó a nuestro reino a la supremacía tras reconquistar las tierras de los ogros. Me siento orgulloso de ser su sucesor, por lo que puedo prometer y prometo…



    En los bancos de la primera fila, un caballero de negra armadura susurraba a su hija.


    - No quiero que te separes de la doncella que te he asignado en ningún momento, ¿Me oyes Clara?

    - Si padre – Respondió ella mecánicamente.

    - Soy el hombre de confianza del rey y si descubren que eres mi hija irán a por ti, y esta vez no habrá cascanueces que te salve.

    - ¡SALVE EL REY RICARDO! – Gritó el pueblo.

    - Sólo lamento – Añadió el joven rey de forma melancólica – que mi hermano Arturo no esté aquí, él sería mejor rey de lo que yo seré jamás…

    Todos se levantaron y fueron a felicitar al nuevo rey despidiendo de paso al antiguo, pero lo que hizo la joven fue salir a la antecámara.

    - Hija espera – Su padre fue tras ella – ¡Clara!

    - Padre, quiero salir de aquí, no deseo quedarme en este palacio por toda la eternidad.

    - Es lo mejor, ¿Sabes la cantidad de peligros que hay por el mundo?

    - No más de los que vi antes de que me encontrarais.

    - ¿Estás segura de lo que dices?

    - Sí.
    - Oh hija, si sólo eres un tierno retoño, un pequeño brote, una frágil flor…

    - Ya tengo dieciséis años.

    - El mundo es muy siniestro, tarde o temprano te pasará algo.

    - ¿Cómo qué?

    - Monstruos, ogros, las hiedras de Luzbel, los caníbales del norte, la peste negra, la sombra de los sueños… – Enumeró– Hay mil y un peligros allá afuera para una joven tan bella.

    - Padre no me pasará nada, esta noche son las fiestas por la coronación, aquí en Hamelín, iré y…

    - Eso, ve a ver si consigues que te aplaste un elefante, sólo soy tu padre, que sabré yo.

    - Padre, creía que el Caballero Negro era el hombre que nada temía.

    - Tu eres mi único punto débil.

    - ¿Podré ir? – Preguntó poniendo ojos de cordero degollado.

    - Sola de ningún modo.

    - ¿Me acompañarás tú? – Le parecía increíble, pues su padre no era propenso a dar muestras de amor en público.

    - Te buscaré una dama de compañía.

    - Conociéndote seguro que será Cerbero – Dijo mirando a su padre con una sonrisa.

    - Tú nunca pisarás el infierno hija – Respondió sonriendo recíprocamente a su hija.



    Regina aterrizó en Wonderland junto al cadáver del guardia. Miró a sus espaldas, la puerta que la devolvería a su mundo era un espejo, tenía que recordar que estaba en…

    - ¿Quién eres tú…? –Le preguntó una enroscada Oruga sobre una seta echándole el humo a la cara.

    - Como me molestes tu peor pesadilla – Atusó su vestido y dirigió una mirada de advertencia a tan extraño ser.

    Avanzó por el sendero, por cuyos caminos ya había paseado una vez con el Sombrerero Loco y enseguida llegó al laberinto, ningún problema. Conjuró una bola de fuego que destruyó todas las paredes, haciendo un camino directo al castillo.

    - ¡Majestad! ¡Majestad! – Gritaban los Tweedles – ¡Majestad rápido!

    - ¿Qué pasa ahora? – Ladró en vez de preguntar la Reina Roja levantándose de su mesa de ajedrez – ¿Es qué no puede una reina ejercitar la mente tranquila?

    - Ni la mente ni nada querida – Dijo Regina haciendo una elegante entrada en la sala del trono – Una reina tiene que estar siempre trabajando.

    - Regina, ¿Qué estás haciendo aquí?

    - Ultimar los preparativos para mi venganza – Contestó sonriente mientras movía el caballo blanco.

    - ¿Tu venganza?

    - Pronto lanzaré un hechizo que acabará con la felicidad de todos en El Bosque Encantado.

    - Will – Pensó la Reina Roja.

    - Y para ello necesito un último objeto.

    - ¿Cuál? – Recuperó su tono habitual.

    - Uno cuya distinción no te concierne en absoluto querida – Dijo sentándose en el trono y levantándose al momento – ¿De veras puedes permanecer sentada aquí todo el día?

    - Dime que es lo que buscas Regina – Exigió saber Anastasia.

    - No seas tan maleducada vieja amiga, no creo que emplearas ese tono con mi madre.
    Anastasia guardó silencio.

    - Necesito a Jefferson.

    - ¿A quién?

    - Al Sombrerero Loco, lo último que supe de él fue que mi madre lo tomó a su servicio.

    - Hace mucho que no sé nada de él.

    - Mi madre murió la semana pasada querida, no puede hacer tanto.

    - Hay una forma de saber a donde fue.

    - Pues dímela.

    - Nomeolvides lo hará.

    - ¿Cómo?

    - Un Nomeolvides nos mostrará donde está.

    - ¿Y dónde hay un Nomeolvides?

    Anastasia sonrió con suficiencia – En Wonderland.

      
    El Caballero Negro cruzó la cara a su hija.

    - ¡¿Dónde diablos te has metido?! – Gritó lleno de furia.

    - Padre, sólo quería divertirme.

    - ¿Divertirte? Tu dama de compañía me ha dicho que te perdió de vista cuando estabas junto a un muchacho, ¿Quién es él?

    - Un amigo.

    - ¿Un amigo? No me gusta como suena.

    - También puedo llamarlo amado si lo prefieres.

    El caballero se dejó llevar por su cólera.

    - ¡¿CÓMO?! ¿Te ha desflorado?

    - No me he sentido mejor en mi vida.

    - ¡Niña estúpida! ¿Es qué no te das cuenta? ¿Cómo has podido ofrecerte así?

    - ¿Darme cuenta de qué? – Dijo ella.

    - Ese no te ama, lo único que quiere es esto – De forma violenta le arrancó el colgante de oro que llevaba – ¡Esto es lo que busca! ¿No ves el engaño? Dáselo y se marchará.

    - Malcolm me quiere, lo sé.

    El padre se dejó caer en un sillón.

    - Si le quieres, no podrás estar conmigo. Decide, o una vida segura junto a tu padre, o fugarte con un desgraciado que se fija en tus joyas en vez de en tu interior.

    - Prefiero conocer el amor antes que aferrarme a lo cruel que es para justificar mi amargura – Aseguró con lágrimas en los ojos.

    - Si te vas de éste palacio, te aseguro que lo lamentarás, sé mucho más que tú de esto – Concluyó de forma apocalíptica antes de salir por la puerta.

    Recogió su capa llorando y tomó también el colgante del suelo, entonces dos soldados irrumpieron en su cuarto.

    - Queda detenida señorita.

    - ¿Cómo?

    - Por orden del capitán de los caballeros reales.

    - Eso es una estupidez, el capitán es mi padre.

    Rápidamente la agarraron para encerrarla en los calabozos.

    - Lo siento hija – Dijo su padre en la entrada de los calabozos.

    - ¡Padre sácame de aquí!

    - Te prefiero encerrada y viva antes que muerta y libre. Él miente, créeme.


    - ¿Así que tú también has llegado cruzando un espejo, Regina? – Preguntó Anastasia mirando el portal con curiosidad.

    - Igual que tú por lo que veo.

    - Hace mucho ya de eso – Abrió la palma de su mano y de la seta en la que la oruga había estado cuando Regina llegó, se abrió una puerta – Por ahí – Indicó.

    Regina siguió a la Reina Roja por una estrecha escalera de caracol.

    - Bienvenida a las Tierras Subterráneas, donde las ratas hacen sus tratos.

    Avanzaron abriéndose paso entre la chusma hasta que llegaron a un diván vacío que estaba custodiado por dos guardias.

    - ¿Dónde está él? – Preguntó la soberana de Wonderland.

    - Llegará en un instante – Respondió uno de los guardias.

    - Sentémonos pues – Sugirió Anastasia dirigiéndose a la mesa más cercana.

    Regina miró la silla con desconfianza pero finalmente se sentó.

    - ¿Qué vas a tomar?

    - ¿Hay algo que no me haga vomitar, crecer o encoger? – Preguntó Regina sacásticamente.

    - Me temo que no – Le contestó la Reina Roja sonriendo – pero no estamos aquí para saciar nuestro apetito, dime, ¿En qué consiste tu venganza?

    - Estoy creando un nuevo mundo sin magia donde enviaré a todos los habitantes de mi reino, allí olvidarán quiénes son y vivirán desdichados por siempre.

    - Nada es para siempre.

    - Me ocuparé de que esto lo sea, congelaré el tiempo y de esta forma quedarán atrapados mientras yo lo celebro victoriosa.

    - Y en ese nuevo mundo ¿Quién será Will Scarlet?

    - ¿Ese ladronzuelo de la banda de Hood? En ese nuevo mundo todos ellos estarán encerrados en la prisión.

    - ¿No podrías darle un final menos trágico?

    - Está bien, será el ocupa de alguna casa y tendrá que colarse en los bares por las noches para poder comer.

    - Suficiente.

    - Creo que me buscaban sus majestades – Dijo la gran Oruga Azul que se estaba recostando en el diván.

    - Así es Oruga, queremos el Nomeolvides que robaron de mi palacio hace tiempo.

    - Me temo que yo no lo tengo majestad, lo vendí.

    - ¿Quién lo posee entonces? – Intervino Regina molesta.

    - Un hombre que no conozco, ya saben que en Wonderland no se hacen muchas preguntas, todos son sospechosos e inocentes al mismo tiempo. Lo único que sé es que venía del Bosque de los Susurros.

    - Sabes lo suficiente – Dijo Regina sonriendo a Anastasia.


    Clara llevaba ya siete meses encerrada en el calabozo, el invierno había llegado con fuerza y el frío se colaba por los barrotes del ventanuco, la comida de prisión era todo menos comida y lo único que tenía para descansar era el suelo. Sin embargo, lo único que le preocupaba era su avanzado embarazo, que se dejaba ver por su abultado vientre.

    - Otro día más – Dijo tallando una raya en la pared junto a muchísimas otros – Oh padre, como habéis podido.

    - A veces un padre toma decisiones equivocadas buscando el bien querida –Dijo una voz que rebotó en las paredes con fuerza dejando su eco por toda la prisión.

    - ¿Quién es? ¿Quién anda ahí?

    - Puedes ser libre, o por menos, vislumbrar el camino a la libertad…

    Apareció una esfera negra que creció de forma ovalada hasta cubrir casi toda una pared.

    - Es un portal mi niña, crúzalo y si mi oferta no te convence regresarás a la prisión.

    Clara miró la pared con todos esos días marcados, luego bajó la vista hacia su vientre y se lo tocó – Todo va a estar bien – Le dijo

    Cerró los ojos con fuerza y atravesó el portal.

    El frío de la celda fue remplazado por un confortable fuego de chimenea, abrió los ojos y vio que se encontraba en una estancia inmensa, como el gran salón del palacio pero mucho más oscuro y siniestro. De los pedestales de las columnas colgaban gárgolas que le miraban amenazantes, por el gran rosetón de la pared atisbó la nieve caer al mirar arriba la vio, una mujer rubia de ojos azules con un vestido negro y morado la observaba desde lo alto de un pasillo del piso superior, mas lo que más llamaba su atención era el extraño tocado que portaba, que le daba la impresión de tener cuernos.

    - Enseguida estoy contigo querida – Saltó y prácticamente voló hasta Clara, aterrizando suavemente – Soy Maléfica.

    Clara retrocedió al oír ese nombre.

    - Sí, sé que puede parecer aterrador, pero no lo es. Verás, antes yo era un hada que vivía en un ciruelo y me llamaba Belladona. Pero las hadas son tan estrictas...

    Clara permanecía callada.

    - Verás, si queríamos ayudar a alguien no podíamos, nos lo tenía que ordenar el Hada Azul y yo… Yo simplemente prefiero ayudar a los que se lo merecen, como tú.

    - ¿Y va a hacerlo?

    - Pero pequeña – Inquirió Maléfica aparentando sorpresa – Eso hago, para eso vivo, para ayudar a pobres almas en desgracia como la tuya, almas solitarias que no tienen con quien contar. Por fortuna – Se agarró a su cetro – Conozco la magia y la uso a favor de miserables que sufren depresión.

    - La verdad, con esos términos sigo desconfiando.

    Maléfica rió fuertemente – Oh ¿De veras querida? Bueno eso lo podemos arreglar, te enviaré con tu amado Malcolm…

    -¿Cómo sabe su nombre? – La interrumpió Clara.

    - Yo lo sé todo.

    - ¿De verdad?

    - ¿Quieres ir a preguntarle al cascanueces?

    Clara no pudo pronunciar palabra a causa de la sorpresa.
    -Yo nunca miento… – Levantó su cetro y otro portal oscuro apareció – Te enviaré con tu amado y de esta forma tendrás tu final feliz. Mas hay un precio que debes pagar – Volvió a reír – ¿No creerás que trabajo por amor al arte verdad?

    - Pero yo no tengo nad…

    - Lo que quiero es una lágrima tuya – Dijo sin dejarla terminar.

    - ¿Para qué la necesitáis?

    - ¿Para qué la necesitas tú? Piénsalo, la felicidad está a tan solo una lágrima de distancia.
    Clara se sentó en el frío suelo de piedra negra.

    - Recuerda un momento triste en tu vida – Le decía Maléfica.

    Y cuando las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, la bruja hizo aparecer un frasco para recogerlas.

    - Muchas gracias, ahora cruza la puerta hacia tu príncipe azul – Maléfica desapareció, pero Clara pudo escuchar su aguda y fría risa mientras cruzaba el portal…


    - El Bosque de los Susurros se cuenta entre los últimos dominios de mi reino, Regina – Dijo Anastasia mirando por la ventana del carruaje que las llevaba hasta el hogar del ladrón.

    - Muy poco terreno para una reina – Opinó Regina.

    - Ahora que tu madre no está podré hacerme con sus tierras también. Además, siempre seré mejor que tú, una reina en el exilio.

    El carruaje se detuvo bruscamente, Tweedle Dum abrió la puerta y ayudó a las soberanas a salir.

    - Espéranos aquí – Ordenó Anastasia.

    Juntas se encaminaron a la pequeña casa que tenían en frente. Regina abrió la puerta con su magia y entró decidida.

    - Así que tu eres el ladrón – Frente a ella un hombre de mediana edad, pelo oscuro con entradas y aspecto inofensivo la mirada boquiabierto.

    - No me gusta que haya ladrones en mi reino – Añadió la Reina Roja entrando tras Regina.
    - Éste no robaría ni una gallina de corral, mírale.

    Anastasia se acercó al hombre que la miraba con pena.

    - ¿Por qué robaste mi Nomeolvides?

    - Majestad yo… – Miró hacia el objeto que estaba sobre la mesa, Regina y Anastasia lo imitaron.

    Era una pareja lo que se veía a través de él, felices y enamorados.

    - Es mi esposa, ella murió y… – Se arrodilló ante las mujeres – Por favor majestad, es la única manera de poder recordarla.

    - Oh tranquilo – Susurró Anastasia – Déjanoslo un momento y enseguida te lo traeremos de vuelta.

    - ¿De verdad?

    - La Reina Roja siempre cumple sus promesas.

    Él sonrió emocionado y le dio el Nomeolvides.

    - Volveremos enseguida – Dijo Anastasia como quien se despide de un buen amigo antes de desaparecer junto a Regina para materializarse en la casa de Jefferson.

    - ¿Cuál es el plan? – Preguntó la soberana de Wonderland.

    Regina le arrebató el Nomeolvides para ponerlo sobre la mesa de trabajo de Jefferson como respuesta. Las mujeres observaron cómo se materializaba la escena, Jefferson hacía sombreros cuando empezaba a oír algo.

    - No me lo puedo creer – Dijo Regina.

    - ¿Qué ocurre?

    - Está aquí, ha permanecido aquí haciendo sombreros… ¡Jefferson! – Gritó Regina llamándolo – ¡Jefferson!

    - No creo que sea así – La contrarió Anastasia.

    - He venido a por ti, sal de una vez si quieres volver a ver a tu hija.
    Una trampilla se abrió y de allí salió Jefferson, ojeroso y cansado, Regina no pudo evitar hacer una mueca de asco al ver la cicatriz que rodeaba su cuello.

    - Ella…

    - ¡ELLA ME CORTÓ LA CABEZA CUANDO ME TRAICIONASTE!

    - Bueno no te preocupes, volvemos a casa ahora mismo, tengo planes para ti y para Grace.

    - No, no volverás a acercarte a nosotros.

    - Lo que quieras tontín, pero tengo prisa y debes ayudarme una vez más.
    Jefferson miró a Anastasia.

    - ¿Prefieres quedarte en éste odioso lugar antes que volver a casa?

    - ¿Tengo que confiar en ti?

    - No te queda alternativa.

    - Está bien, iré contigo.

    - Perfecto, me encantan los finales felices – Intervino la Reina Roja – Recuerda lo que hemos hablado sobre Will, Regina.

    - Lo haré – Miró al sombrerero- Jefferson agárrate, vamos a aparecernos y no quiero dejarte aquí otra vez.

    Anastasia vio como el humo morado se los tragaba. Era un hechizo complicado que nunca había probado, y que debería usar pues su carruaje estaba en el Bosque de los Susurros, a kilómetros de distancias.

    Cerró los ojos y pensó en la casa del viudo… Sintió el contacto con la niebla y a continuación… El inconfundible olor a rancio de aquella vieja casa.

    - ¡Su majestad! – Gritó el hombre emocionado.

    - ¿Cuál es tu nombre aldeano? – Preguntó la reina.

    - Grendel, mi señora.

    - Grendel…

    - ¿Me lo devolverá? – Preguntó mirando al Nomeolvides con nerviosismo.

    - Sabes Grendel, tengo un buen amigo que viene de una lejana tierra llamada Agrabah, allí a los que roban se les corta la mano. Mas como te he prometido el Nomeolvides no lo estás robando… – Grendel sonrió – Ahora – Aclaró la reina – Siempre he pensado que las promesas están hechas para ser rotas, así que… – Levantó la mano y Grendel cayó al suelo, gritando y retorciéndose de dolor – Serás castigado, pero no temas, te quedarás con el Nomeolvides para que puedas ver un rostro que no sea el que te voy a dejar…

    Regina y Jefferson aparecieron frente al espejo, el Sombrerero lo miró con nostalgia, recordando el momento en el que la reina lo abandonó.

    - Nunca te perdonaré esto Regina.

    - Entra antes de que me arrepienta.

    - Dime, ¿A qué pobre inocente has engañado y vas a dejar abandonado aquí?

    - A ninguno, traje a un soldado muerto.

    - Tu primero – Dijo Jefferson señalando el espejo con la cabeza.

    - No, juntos – Respondió Regina dándole la mano.

    Ambos atravesaron el portal y aparecieron en los aposentos de la reina.

    - ¡Hija! – Exclamó Henry.

    - Hola padre.

    - ¿Has vuelto a por él? – Preguntó mirando a Jefferson.

    - En parte.

    - Dime que es lo quieres de mi Regina, ansío volver con mi Grace.

    - Por supuesto, necesito que abras un pequeño portal para traer un objeto que quiero recuperar.

    - El objeto debe ser pequeño.

    - Lo es.

    - Pues piensa en él y en el lugar.

    Y así lo hizo Regina, el sombrero comenzó a dar vueltas y un pequeño vórtice morado se formó en su interior, Jefferson introdujo la mano y cuando la sacó ésta sostenía un frasco.

    - ¡Ya es mío! – Gritó Regina con emoción.


    El caluroso ambiente del salón de Maléfica desapareció y sintió el frío al contactar con la nieve, estaba en medio del bosque, bajo la casa del árbol de Malcolm. Subió con dificultad debido a su estado y lo encontró tumbado sobre unas roídas mantas, intentando resguardarse del frío sin éxito, pues lo veía tiritar.

    - Hola Malcolm.

    Éste se levantó sobresaltado.

    - ¿Clara, eres tú?

    - Sí – Dijo entrando finalmente.

    - ¿Estás…? – Malcolm miraba asombrado su vientre.

    - Embarazada.
    - ¿Qué haces aquí Clara?

    - Mi padre me encerró cuando descubrió lo nuestro Malcolm, me ha tenido cautiva todo este tiempo pero una mujer llamada Maléfica me liberó…

    - ¡MALÉFICA! ¿Has hecho tratos con esa bruja? – Preguntó Malcolm furioso.

    - ¿La conoces?

    - Por su culpa hice el ridículo delante de todo el pueblo, ahora me odian y aprovechan cada ocasión para vengarse por algo que no he hecho.

    - Pues mejor, así podremos irnos juntos, puedes cumplir tu sueño de viajar y ver el mundo, y nuestro hijo y yo te acompañaremos.

    - ¿Cómo que nuestro hijo? – Preguntó Malcolm fríamente.

    - El bebé que espero es tuyo Malcolm – Dijo Clara dudosa, pues veía demasiado inexpresivo a su amado.

    - Mi hijo, vaya, eso sí que es una sorpresa – Repuso él.

    - Lo cuidaremos juntos, ya he pensado varios nombres.

    - Varios nombres… - Repitió Malcolm mecánicamente.

    - Sí, si es niña me gustaría Emma, es un nombre adorable.

    - Emma…

    - Y si es niño no sé, ¿Cuál le pondrías tú?

    - Ninguno.

    - ¿Cómo?

    - No voy a pensar ningún nombre – Dije acercándose peligrosamente hacia ella – porque yo nunca seré padre.

    - ¿Qué dices Malcolm?

    - Que no voy a tener ningún hijo.

    - ¿Vas a repudiar al hijo que llevo en mi vientre?

    - No, porque correría el riesgo de que volviese a mi vida – La tomó por los hombros – Lo que haré será acabar con él – Y la empujó fuertemente haciendo que Clara cayera del árbol.

    Sentía un dolor miserere en el vientre. Aquello era una atrocidad pero si pretendía acabar con lo que llevaba en su vientre… La joven reaccionó rápido, hizo acopio de fuerzas y se incorporó entre jadeos para salir corriendo tan rápido como pudo.

    - No acabará contigo lo juro – Se dijo mirándose el vientre.

    La desesperación le dio alas, volaba entre los árboles cubierta por la oscuridad de la noche. A cada paso miraba hacia atrás por si Malcolm la seguía, parecía que no… 

    Finalmente se escondió tras unas rocas e intentó controlar su respiración y pensar, pero la decisión no pudo ser peor. Enseguida le vinieron ideas terribles a la mente, ¿Y si Malcolm le estaba dando ventaja para divertirse con tal monstruosidad? Como el cazador y su presa, sólo que esta vez al cazador le divierte el juego del escondite.

    Volvió a acariciarse el vientre, hasta ahora no había temido por su bebé, mas estaba dispuesta a luchar por él hasta la muerte. Nerviosa inspeccionó a su alrededor y encontró un tronco, se le ocurrió una idea. Lo cogió y siguió esperando hasta que oyó las pisadas que demostraban que ya estaba allí.

    Clara se levantó y miró a Malcolm a los ojos.

    - Tus huellas están en la nieve junto a la sangre que gotea de tu vientre, ha sido un error dejar de huir – Parecía seguro de sí mismo, sonreía divertido como si aquello fuese solo un juego inocente.

    - No vas a hacerme nada bastardo – Y la furia de una madre se apoderó de ella, usando el tronco para darle a con a Malcolm en el lado izquierdo de la cara. Pudo escuchar el crujido de la corteza astillándose.

    Conmocionado, Malcolm se llevó las manos a la cara mientras su sangre oscura y viscosa comenzó a derramarse sobre la nieve, tiñendo el blanco. Primero fueron unas gotas, luego un poco más. Clara volvió a golpear.

    - ¡Muere de una maldita vez! ¡VETE AL INFIERNO!

    - Allí fue donde nací y conocí a una fulana como tú – Aún tenía ánimo para escupir otra de sus bromas, esta vez con pronunciación burbujeante. Se levantó completamente empapado, era un monstruo embadurnado en su propia sangre, con profundos ojos verdes que brillaban con maldad aquella noche, deseando enfocar a su víctima – Hasta nunca Clara.

    Y se abalanzó sobre ella, llevó sus manos al cuello de la joven y apretó con fuerza. Ella le arañaba los brazos pero él no cesaba. Tosía, daba patadas, se ahogaba…

    - Yo nunca seré padre – Le dijo Malcolm – Siempre seré libre y no dejaré que ningún mocoso arruine la vida que merezco que cambie a mejor.

    Clara abrió la boca intentando tomar aire, pero no pudo y en su rostro quedó marcada la expresión de horror al escuchar las palabras de Malcolm, quién antes de abandonar su cadáver tomó el colgante de oro que llevaba.

    - Y gracias por el obsequio – Susurró con una sonrisa de oreja a oreja.
     

    15 comentarios:

    1. ¡¡UUUuuusssstttrrraaassss...Qué Pasada, Colega...O.O!!

      Muy, Muy Bueno, Me Ha Encantado...Extraordinario Giro De La Historia y Explicación De Algunos Hechos Inconclusos, Sí Señor, Me Encanta, Perfecto Lo De Wonderland...;D;D;D

      La Pobre Clara Me DA Una Pena Tremenda, Engañada...ENGAÑADA...Y Vuelta a Engañar...Pobrecilla Por Dios...Y Encima Nos Has Dejado Con La Intriga De Lo Que Le Pasará a Ese Pobre Bebé Nonato..:´´´(

      ¡En Lo Único Que No Estoy De Acuerdo Es En Lo Del Cabello De Rumple, Sigo Pensando Que No Es Él Quien Tiene El Alma Más Oscura De Esos Alrededores...;D;D;D!

      Espero Con Ansias El Siguiente, Enhorabuena, Dearie...;D;D;D

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    2. Me gustó mucho, y me hace pensar: tantas historias desaprovechadas por los guionistas de la serie!
      Maléfica próxima gran villana.

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      1. Maléfica va a tener mucha relación con Pan y pronto veremos a las tres hadas buenas de Aurora ;)

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    3. me encanto estas las ideas que darian una buena tematica a la serie, enserio peter plis pasame tu email para que me ayudes con mi la nove que te dije

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      1. Ya te he enviado una petición a Google + Nicole. Te repito que sólo soy un aficionado pero te ayudaré en lo quieras :)

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    4. Hola Peter, mi querido genio. Estoy muy agitada por temas personales y casi no me conecto, pero como hice hace semanas, prometo opinar cuando pueda. ¡Besotes para uno de los más sexys! (Lo digo por Peter Pan xD).

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      1. Uy yo ya estaba preguntándome ¿cuándo me habrá visto Laura para saber que soy sexy? xD. Espero que pronto se te solucione todo darling.

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    5. peter si ya la vi pero bueno asi se comienza quien sabe lo que depara el futuro

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      1. Quien sabe si algún día llego a publicar un libro, bueno publicar no es tan difícil, pero a venderlo xD. Pide ayuda en lo que quieras.

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    6. Hola de nuevo Peter, aquí estoy. Como siempre me encantó, pero te digo que tengo críticas. Primero lo malo, así pasa rápido, ¿ok?

      Primero, que el rey Uther haya sido el rey de Hamelin, que yo sepa era el Rey de Camelot. Segundo, el diálogo entre Maléfica y Clara es clavado al de Úrsula y Ariel, con un poco del Hada Madrina de Shrek jeje. Ahora tranquilo que vienen las flores:

      Lo mejor que tienes es la creatividad y la manera de enlazar las cosas, a través de tus letras creo que cumples muchas fantasías que queremos hechas realidad en la serie. Lo de juntar a Anastasia con Regina fue genial, y más que comenten sobre el destino de Will en SB. Esa parte de tu capítulo debería ser un flashback de OUATIW. Siempre me quedó la duda de si Anastasia es mala o se hace, pero nombraste a Jafar, estuvieron Grendel y Jefferson, realmente una maravilla, a ver ahora que le pasa.

      Lo otro más de lo mismo, juntamos todas las escenas de Malcolm y tenemos flashbacks para un capítulo de Rumpel o de Maléfica. Lo de Clara por supuesto me da mucha pena pero me lo esperaba, queda ver cómo se resuelve lo de su hijo nonato y cómo se enlaza todo.

      Con razón el parón se te ha hecho corto, lo usaste para escribir. Yo también escribo cada tanto, escribí un par de cuentos eróticos y obviamente muy poca gente los vio, tuve mis reservas jeje. Si me concentro escribiré sobre Charming, pero no será para niños.

      Sigue así que vas muy bien, ¡un beso grande, chau chau!

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    7. Es que creo que ese día vi un vídeo en youtube que se llamaba "La Sirenita Ibérica" y como no sabía todavía que toque darle a Maléfica (porque la de la serie es demasiado diferente) pues me acordé de la canción de Pobres Almas en Desgracia.
      Es que Hamelín es un pueblo del reino que formaba parte de Camelot pero lo invadieron los ogros... Eso ya se ve. Pero vamos que el rey Ricardo, el rey Uther y toda esa gente son los ascendientes del rey George, ya verás.

      Pues en el siguiente capítulo con la historia de Felix vais a flipar entonces xD.

      Y el hijo nonato pues es eso, un hijo nonato que nunca nació :( Así que Clara no es la madre de Rumpel.

      Madre mía cosas eróticas.... Yo no las quiero ver que soy como un niño grande xD.

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      1. Bueno Peter, por el tema de Maléfica tengo mis dudas: te critiqué porque eres excelente sacando la personalidad de cada uno con los diálogos. Yo personalmente veo que la de la serie puede ser igual a la de la película, pero en todo caso es mejor que uses diálogos de Maléfica en Kingdom Hearts, que son muy buenos, que de la pobre Ursulita. Son sugerencias de buena intención, que conste.

        Lo de Hamelin-Camelot realmente no me di cuenta, así que no hay problema.

        Lo de Clara, y sí, tienes razón. Malcolm era un cincuentón repelente cuando abandonó al pequeño, así que es imposble que lo haya engendrado con sus hermosos 18 años, no dan los años. Y pues sí, vida trágica y muerte trágica para la pobre.

        Por lo de lo erótico, no sé qué edad tienes tú, si tienes 15 tienes razón, eres un niño jeje. Yo tengo 21 y no me molestan esos temas.

        A Félix no lo soporto, veremos qué haces. ¡Besote grande!

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      2. Tengo 18 años pero soy muy infantil, demasiado, de hecho yo no quería crecer cuando era más pequeño xD.

        Ahora, Clara no ha dicho su última palabra eh, Pan pagará y bastante por eso, aquí los malos son muy malos y se les castiga, y los buenos son tan buenos que llegan a tontos y... A algunos se les castigará por confiados y a otros se les recompensará.

        Félix, lo malo que no ha sido en la serie lo será aquí, aunque su historia (la parte del capítulo 5) me costó muchísimo escribirla y aún no estoy contento con ese capítulo. Es el que menos me convence, ahora cuando veáis quien es vais a flipar.

        El personaje que espero que os guste es Rufio va a tener una super-historia que si la de Felix sorprende la suya... Y tu Charming también hará un cameo con Snow xD.

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      3. Entiendo, pero yo también puedo ser muy infantil cuando quiero, sigo amando a las Princesas y mirando sus películas una y otra vez. Por lo demás, tocará ver cómo sigue, lo esperaré. ¡Éxitos!

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