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  • domingo, 28 de enero de 2018

    Fan Fic: A Hater's Tail



    Nuestra seguidora Laura nos trae la historia no contada de un personaje original que nació en sus fics sobre Ariel, John Seabottom y que hace de puente entre A Mermaid's Tail 2 y A Mermaid's Tail 3.

    ATLÁNTICA
    Hace mucho tiempo

    En el reino submarino más alegre y pacífico de los que rodeaban el Bosque Encantado, un nuevo día de risas y armonía se cernía alrededor del palacio del Rey Tritón. Sebastián ensayaba como siempre con su orquesta musical, mientras el pulpo jugaba a las escondidas con el pez espada, y las babosas botaban a los peces globo como pelotas. La joven Ariel, por su parte, hacía girar a su amiguito Flounder para marearlo en un juego de pececito ciego, teniendo éste sus ojos vendados con un alga, mientras sus hermanas mayores disfrutaban bailando al compás de la música del crustáceo y su banda. La única que no compartía la dicha general, era Aquata, sentada en la parte trasera del carruaje dorado y tirado por delfines de su padre, en las afueras del majestuoso palacio real.

     —¡No es justo, papá! —protestaba, cruzada de brazos y enfurruñando—¿Por qué todas mis hermanas se van a divertir, y yo tengo que acompañarte a Poseinópolis a ver una ridícula carrera de tortugas?

    —Porque algún día vas a ocupar mi lugar y ser la reina, Aquata —explicó su padre con firmeza—, que yo ya no volveré a casarme jamás. Entonces necesitas estar al tanto de los asuntos de Estado y conocer en profundidad a los otros reyes.

    —Pero, ¿justo Poseinópolis, que es un lugar desastroso? —se quejó su hija—¿Por qué la próxima no me llevas a Olympia, que todos dicen que es tan bonito?

     —¿Puedo ir con ustedes, Su Majestad? —preguntó el joven Urchin acercándose al carruaje—¡Para mí va a ser muy gracioso ver una carrera de tortugas, y lo lentas que son!

    —Claro que puedes venir, hijo mío —dijo el monarca palmeando su hombro paternalmente—¿Lo ves, Aquata? ¡Aprende!  —su primogénita rebuznó por respuesta.

    Flounder se acercó entonces, aún a ciegas y muy mareado por todo lo que Ariel lo había hecho girar, y tocó con sus aletas delanteras las mejillas de Aquata.

    —¡Ajá! ¡Te encontré, Ariel! —exclamó, mientras la pelirroja se reía al verlo.

    —¡Soy yo, pez tonto! —dijo Aquata cada vez de peor humor. Algo temeroso, Flounder se quitó la venda de los ojos.

    —Lo...lo siento —se disculpó, mientras Sebastián y el resto de las Princesas se acercaban nadando a despedir el carruaje real. Se pusieron en fila por edad, desde Andrina hasta Ariel, para recibir un beso de despedida de su padre.

    —¿Cuándo volverán, papá? —preguntó Andrina.

    —Esta misma noche, hija.

    —¿Y podemos salir a pasear por el reino?

    —Por supuesto que sí, Arista.

    —¿Me traerás algún regalo de Poseinópolis, papá?

    —Desde luego, Attina, traeré algún recuerdo para cada una.

    —Pero dicen que es un reino bastante feo a comparación del nuestro, y que a veces una Bruja del Mar lo acecha.

    —Tranquila, Adella. El Rey Poseidón me aseguró que todo está bien en este momento.

    —¿Puedo invitar a mi amiga Perla al palacio?

    —Claro, Alana. Perla siempre es bienvenida.

    Llegó el turno de Ariel, que ya se veía venir las exactas palabras de su padre.

    —Espero poder ausentarme del reino un solo día sin que te mandes una de las tuyas, Ariel Acuatic. Está estrictamente prohibido...

    —...que subas a la superficie, así como todo contacto entre la sirena y el humano —recitó Ariel por él—. Aventurarse en esa zona es un grave desacato a las normas. Me considero un rey bastante razonable, establezco ciertas reglas y espero que esas reglas sean obedecidas.

    Flounder, Urchin y las demás princesas contuvieron una risita al ver lo idéntico que Ariel imitaba a su padre y cómo conocía su discurso de memoria, mientras éste fruncía el ceño y Sebastián comenzaba a atemorizarse, presintiendo un nuevo regaño del soberano hacia su hija menor.

    —Pues ya que te sabes tanto mis palabras en la teoría, espero que también las sepas en la práctica. Te lo digo por tu bien, tesoro —aseguró, dándole un cariñoso beso en la mejilla y alzando el brazo en alto—¡Adiós a todos! ¡Hasta la noche!

    —¡Adiós, papá! —saludaron todas, mientras el carruaje comenzaba a alejarse, con Tritón y Urchin alegres y Aquata enojada. Al perderse éste de vista, las Princesas se alejaron cada una por su lado, quedando sólo Ariel, Sebastián y Flounder.

    —¡Teh loh adviehto, niniah! —dijo el músico, blandiendo una tenaza ante su cara—¡Tengoh uh ensaio muh impotanteh oi, asíh ke eperoh podeh haceloh sin ke tuh teh metah en poblemah!

    —Ya tengo catorce años, Sebastián, no soy una niña. Tranquilo que no haremos nada —aseguró Ariel con una sonrisa, cruzando los dedos tras su espalda.

    —Esoh eperoh —terció el cangrejo, alejándose con aire altanero.

    —Déjame adivinar, ¿iremos otra vez al cementerio de barcos? —preguntó Flounder con temor.

    —¡Exacto! —afirmó Ariel entusiasmada—¡Pero tranquilo que sólo será un rato, y volveremos aquí a jugar con nuestros amigos! ¿Qué podría pasar por un ratito que no estemos?

    ******************************************

    En un bellísimo arrecife en el que los peces nadaban tranquilos, un joven pulpo de color azul hacía sentadillas con sus tentáculos.

    —Treinta y ocho...treinta y nueve...cuarenta —gemía sin perder el ritmo ni la constancia.

    Para su sorpresa, un extraño tritón se acercó a él. No aparentaba más de trece años, tenía la cola de un celeste intenso, el cabello negro azabache y una mirada astuta y penetrante.

    —Buenas tardes —lo saludó el niño con su mejor sonrisa, sobresaltando al pulpo—. Perdóname, soy nuevo en esta parte del océano, y no puedo evitar notar que tú lo tienes.

    —¿Que yo lo tengo? ¿Que tengo qué? —preguntó sorprendido, dejando de hacer sus sentadillas, mientras el jovencito nadaba a su alrededor.

    —¡Encanto! ¡Carisma! ¡Belleza! ¡Y no una, sino ocho hermosas piernas! —lo aduló, acariciando dos de sus tentáculos y manteniendo su aguda sonrisa—¡Debe costarte mucho mantenerte en forma, pero se nota que lo logras bien!

    —¡Por favor, no es para tanto! —farfulló el pulpo, que no se esperaba tales cumplidos, y menos de un extraño.

    —Admítelo: tú eres mucho mejor que ése —dijo el niño, señalando a un pez espada que pasaba nadando por allí—. ¡Todo lo que él tiene, es una horrenda y gigantesca nariz! ¿No te da asco?

    —Yo...jamás lo había pensado de esa forma.

    —Acéptalo, mi atlético amigo: tú eres mucho mejor que ese narigón —reafirmó el chico manteniendo su sonrisa. El pulpo, con soberbia, empuñó uno de sus tentáculos como si fuera un bícep y dijo lo que el halagador tritón esperaba oír.

    —¡Sí, creo que sí! ¡Soy mucho mejor!

    Se alejó nadando muy satisfecho, aunque no tanto como lo estaba el muchacho. Éste fue raudo hacia el pez espada antes de que se le escapara.

    —¡Vaya, pero qué larga y graciosa nariz! ¡Está llena de elegancia! —lo felicitó, confundiéndolo como había confundido antes al pulpo.

    —¡Oh! ¿Tú crees?

    —¡Pero claro que sí! —añadió, señalando con el dedo a su víctima anterior, que aún se veía en la distancia—¡Eres muchísimo mejor que ese patudo ridículo! ¡Míralo, tan presumido y creído con esos ocho tentáculos horribles! ¿No te parece?

    —¡Sí, tienes razón, yo soy mucho mejor! —El pez espada, para satisfacción del joven tritón, había sido todavía más fácil de manipular que el pulpo, y ahora iba hacia su siguiente presa, una hermosa pececita dorada que nadaba entre los corales del arrecife.

     —¡Tú, con ese brillo tan propio y genuino eres la joya de la profundidad! Eres tan hermosa que seguramente todos tus amigos te envidian. Cuídate de ellos.

    "¿Ah, sí? Bueno, es cierto, soy hermosa", pensó ésta, mientras el muchacho seguía su camino.

    "Me encanta hacer que los amigos se vuelvan enemigos", se dijo a sí mismo John Seabottom, decidido a transformar Atlántica, el más feliz de los reinos submarinos, en un sitio de hostilidad, competitividad y enemistad.

    STORYBROOKE
    Octubre 1983

    Freddie Kay, maestro de la Salita Verde del Jardín de Niños, tenía a todos los pequeños reunidos en el aula, sentados en el suelo alrededor de él. Para variar, estaba muy cansado porque se había acostado muy tarde la noche anterior, pero enseguida recuperaba la alegría y la energía al estar en su clase, sentado en un banquito leyendo en voz alta un antiguo libro de cuentos.

    —Así, andando el tiempo, aquel gran castillo comenzó a quedar en ruinas, mientras Cenicienta, humillada y maltratada, acabó por ser la sirvienta de su propia casa —leía con una envidiable y clara oratoria, mientras los niños escuchaban el relato con los ojitos agudos de interés, ya que Freddie cambiaba el tono de su voz según lo que iba pasando en el cuento—. Pero, a pesar de todo, Cenicienta seguía siempre amable y cariñosa, y no perdía la esperanza de que, algún día, todos sus hermosos sueños se harían realidad.

    —¡Qué cuento estúpido! —interrumpió un niño a los gritos, poniéndose de pie—¡Esa Cenicienta es una tarada, y el cuento es para las nenas!

    —Jacindo, por favor siéntate y sigue escuchando —ordenó el joven.

    —¡No me siento, no me siento y no me siento! —gritó el niño entre berrinches, corriendo hacia la esquina opuesta del aula, donde estaban los juguetes—¡Yo me voy a jugar con los autitos, que eso es cosa de hombres!

    —Jacindo, no quiero volver a llamar a tu abuela, que ya bastante tiene —dijo Freddie levantándose, yendo hacia él y tomándolo del brazo—. ¡Siéntate con todos los demás y no molestes!

     —¡Tú a mí no me mandas! —gritó el pequeño, propinándole un puntapié a su maestro, no sin luego destruir el edificio de legos que habían hecho sus compañeros con una barrida de mano—¡A mí nadie me manda! ¡Yo hago lo que quiero!

    —¿¡Qué está sucediendo aquí, por amor a Shakespeare?!

    Antes de que Freddie pudiera reaccionar, Matilda Tronch Bull, la celadora del colegio, entró abriendo de un portazo, ataviada en su uniforme gris que la hacía parecer un militar, una fusta en su mano derecha, y con su hermano y asistente Harry detrás de ella. Un horrible escalofrío sacudió a todos los pequeños al verla aparecer.

    —¡Ah, claro! ¡Tú, Jacindo, como siempre! —exclamó, zarandeándolo con violencia de los brazos, haciéndolo gritar de dolor—¡Mocoso malcriado!

    —¡Suéltalo, Matilda! —interfirió Freddie acalorado, separando a la celadora del pequeño, mientras Harry contemplaba impresionado detrás de su hermana—¡Por más mal que se porte, no puedo permitir que un niño sea maltratado!

    —La niñez y la juventud son temporales. Pero la maldad...oh, la maldad dura para siempre —dijo la mujer como si estuviese leyendo un texto.

    —Ains, no me vengas con ridiculeces, por favor. Si se pone difícil hay que llamar a su abuela, no agredirlo.

    —¡No, a mi abuela no! —suplicó Jacindo entre llantos—¡Denme otra oportunidad!

    —Las oportunidades no se regalan, se ganan.

    —Siempre dice esa frase —murmuró Harry para sí mismo, mientras el maestro acercaba su rostro al de la celadora y los niños seguían sentados mirando todo con miedo.

    —Retírate y déjame manejar esto a mí, ¿o quieres que lo arreglemos con el director?

    —Me voy, pero porque yo quiero, no porque tú me lo dices —Matilda le dio la espalda y avanzó hasta la puerta, para girarse una vez más antes de salir—¡A mí nada me asusta! —exclamó, cerrando de un portazo, mientras Freddie resoplaba agotado y fastidiado.

    "¡Ojú! ¡Todos los días de mi vida desde que puedo recordar, tengo que aguantar a este pequeñajo malcriao y a la siliconas esta que se cree "El Libro Gordo de Petete"! ¡Parece una maldición! ¿Qué habré hecho yo para merecer algo así?"

    ATLÁNTICA
    Años atrás

    —Te dije que habría tiburones, Ariel, y tú como siempre no me hiciste caso —protestaba Flounder a medida que se acercaban al arrecife donde solían jugar con sus amigos—. Si tu padre se entera de lo que hicimos te volverá a decir "Ariel, te he repetido una y mil veces que..." —comenzó, imitando la voz grave y furiosa del Rey Tritón.

    —No se va a enterar, a menos que tú seas un delator como Sebastián —respondió la Sirenita—. Curiosas las siglas del barco hundido que descubrimos: O.U.A.H. ¿Qué crees que signifiquen esas letras?

    —Ni idea, Ariel, pero jamás había visto un barco tan maltratado como ese. Qué bueno que ya casi estamos en casa.

     —¡Mira, Flounder, son Perla y Alana! —señaló la pelirroja al ver a su hermana y la mejor amiga de ésta discutir a los gritos—Oigan, ¿qué les pasa? —intervino muy sorprendida.

    —¡Pasa que ÉSTA me tiene envidia porque yo soy una princesa real y ella una plebeya! —repuso Alana mirando a su amiga con gran desprecio.

    —¡Al menos yo soy popular sin necesidad de pertenecer a la realeza! —bramó Perla sacudiendo su cabellera—¡Te encantaría ser rubia y hermosa como yo, y en cambio eres morena! ¡Tú sí que pareces una plebeya!

    —¡Ey! ¿Se están escuchando las barbaridades que dicen? —dijo Flounder, mientras Perla y Alana lo ignoraban y continuaban insultándose.

    —¡Y no son sólo ellas, Flounder, mira! —exclamó preocupada Ariel, al mirar debajo de ella y ver a un montón de criaturas agrediéndose y burlándose los unos de los otros.

    —¡Qué lástima que no tengas una cola hermosa como la mía, para agitarla así! —le decía la pececita dorada al mismísimo Sebastián.

    —¿Ah, sih? ¡Pueh tuh noh puedeh tocah catanuelah con tuh tenazah!

    —¡Hazte a un lado, gordo torpe! —le decía una estrella de mar a un pez globo.

    —¡Yo estaba aquí primero, cara con patas!

    —¡Esto es horrible, Ariel! —gimió Flounder mientras nadaban sigilosamente a lo más profundo del arrecife y observaban ocultos detrás de una roca.

    —¿A esa porquería le llamas "caparazón"? ¡Esto es un caparazón! —se burlaba una tortuga de una langosta.

    —¡Las anguilas somos mejores que los caracoles!

    —¡Los caracoles somos mejores que las anguilas!

    —¡Qué horror! —exclamó Ariel impresionada—Alguien debe haberlos influenciado para que se peleen de esta manera. ¿Qué clase de monstruo pudo haber hecho esto, Flounder?

    STORYBROOKE
    Octubre de 1983

    —Bueno, niños, ya lo saben —dijo Freddie a su pequeña clase, agrupados a su alrededor en el baño de jardín—. Vais al baño y luego os laváis las manos —agregó, señalando las cinco puertas tras las que estaban los inodoritos—. ¡Levantad la mano los cinco que tengáis más ganas de ir! —Varios pequeños se pusieron a gritar, insistiendo que querían orinar de inmediato, pero justo el primero que Freddie pensó que alzaría la mano, no lo hizo—. ¿Tú no estás apurado, Jacindo? ¿Estás seguro!

    —¡Cómo va a estar apurado si ya se meó en todo el salón! —se burló una niña de aspecto travieso, haciendo que todos los niñitos rieran a carcajadas.

    —¡Cállate, Rose, o te romperé la nariz! —amenazó el pequeño. 

    —Ya, niños, por favor. Jacindo, ¿estás seguro de que no quieres ir al baño?

     —¡Bueno, sí voy! ¡Los mejores vamos primero! —Con prepotencia se dirigió a uno de los inodoros y Freddie cerró la puerta detrás suyo, mientras otros niños comenzaban a descontrolarse de repente y a empujarse por querer ocupar rápido los otros.

    —¡Niños, por favor, niños! —gritaba Freddie desesperado, intentando contenerlos. Rose aprovechó el descuido para tirarse al suelo y espiar por debajo de la puerta a Jacindo haciendo sus necesidades—¡ROSE! ¿Pero qué haces? —se escandalizó el maestro al descubrirla.

    —¡Freddie, ábreme la puerta, ya hice! —exclamó Jacindo desde adentro.

    —¿Qué está sucediendo aquí? —bramó Matilda Tronch Bull, ingresando al baño seguida por su hermano.

    “Me cago en la mala leche y la fruta madre”, pensó Freddie con hastío, mientras la celadora levantaba a Rose del suelo con brusquedad y él abría la puerta para Jacindo.

    —¿Crees que no te oí? ¡Acosadora! ¡Acosadora! ¡Acosadora!

    —Sí, es una acosadora —murmuró Harry detrás de ella.

    —¿Por qué apareces si yo no te he llamado? ¡Ya es la tercera vez en el día! ¿Tienes acaso un radar que te dice cuándo aparecer? —preguntó Freddie, mientras los niños se quedaban quietos del miedo que la mujer les inspiraba.

    —Antes agradéceme que te ayudé a limpiar el charco de pis de este mocoso. Eres un profesor muy negligente, y el hombre inteligente no orina contra el viento —recitó Matilda.

    —¿Qué gilipollez sin sentido acabas de decir, mi arma? ¡Y suéltala, que la lastimas! —exclamó, refiriéndose a Rose, a quien Matilda aún sujetaba del brazo.

    —Es una acosadora, y el que calla en situaciones de acoso es cómplice del mismo.

    —¡Yo no he callado, pero sólo es una niña!

    —¡Esto te enseñará a no espiarme, acosadoda! —gritó Jacindo, empujando a la pequeña al suelo.

    —¡Es suficiente, llamaremos a tu abuela y le diremos todo lo que has hecho! —se indignó Freddie, levantando a Rose—¡Por favor, en mi vida he visto un revuelo semejante!

    ATLÁNTICA
    Años atrás

    —¡Escuchen, escuchen todos! —exclamó Ariel desesperada, hablando a través de uno de los grandes caracoles con los que las sirenas se llamaban entre sí, y que en boca de una hacía sonar la voz como por megáfono. Los animales dejaron de discutir para mirarla—¡No sé qué está ocurriendo, pero no pueden discutir así! ¡Somos todos amigos!

    —Yo jamás sería amigo de alguien con esta nariz horrible y falsa —El pulpo al que John había influenciado, señalaba junto con sus compañeros a los peces espada, utilizando un tentáculo como si fuera una mano.

    —¡Cállense la boca, cabezones patudos! —replicó uno de éstos.

    —¡Nosotros jamás confiaríamos en las tortugas! ¡Como ha dicho ese niño, son unas mentirosas, además de lentas! —dijo con desprecio una langosta a sus compañeras.

    —¿Niño? ¿Qué niño? —preguntó Ariel, confundida.

    —Ese moreno tan guapo que me hizo ver la realidad —dijo Perla, nadando tras ella—. Que aunque no sea una princesa de sangre, lo soy de alma.

    —¡Aléjate de nuestro territorio, o verás! —amenazó una anguila a Sebastián, avalada por sus compañeras.

    —¡Ja! ¡Teniah razóh e’ muchachitoh morenoh! ¡Ereh hun iotah! —le espetó el consejero real, clavándole las tenazas en la cola.

    Para impotencia y desesperación de Ariel, uno a uno los animales comenzaron a empujarse y agredirse, gritando furiosos.

    —¡Alto! ¿Qué no lo ven? ¡Ese niño, quien quiera que sea, es el que los ha hecho pelearse a todos! ¡Él no piensa bien de nadie, los está engañando!

    —¡Yo no soy como este narizota horrible! —exclamó un pulpo.

    —Ni yo como este patudo —dijo el pez espada.

    —¡Ariel está diciendo la verdad! —gritó Flounder, enojado.

    —Las sirenas nunca dicen la verdad —dijo el pulpo.

    —No son de fiar —añadió la langosta.

    —Son mitad pez y mitad algo más —terció el pez espada.

    —Escuchen, tienen razón —concedió Ariel con tranquilidad, flotando justo frente a todos—. Todos somos diferentes.

    —¡Yo no soy diferente! ¡Tú sí! —le gritó un pez globo verde a una medusa.

    —¡Yo no soy diferente! ¡Tú sí! ¡Tú sí!

    —Todos somos diferentes. Cada uno es especial, único y original, y eso es lo que hace tan bonita nuestra amistad. Que a pesar de todo podamos vivir en armonía —dijo Ariel, esperanzada y entusiasmada.

    —Pues no lo sé, ella me dijo cosas muy feas —señaló una estrella rosada a una amarilla, mientras los demás empezaban a dudar con las palabras de Ariel.

    —¿Y no eras más feliz cuando eras su amigo? —preguntó Flounder—¿De verdad les importa si tienen una nariz grande, o muchas piernas?

    Tras unos segundos de duda, el pulpo respondió:

    —No, en realidad no.

    —A mí tampoco —añadió el pez espada.

    —¡Exacto! ¿Qué no ven que es mucho mejor vivir en armonía? —dijo Ariel, haciendo que la langosta y la tortuga estrecharan sus manos.

    —¡Cuidado con las tenazas!

    —¡Perdón, amigo!

    —¡Está funcionando, Ariel! —se regocijó Flounder.

    —Ya lo creo —dijo la Sirenita, nadando hacia su cangrejo favorito—Oye, Sebastián, ¿puedes componer una nueva canción en media hora?

    —Claroh ke síh, niniah, Felisioh Inacioh Anatasioh Crutáceoh Sebatiáh e’e mejoh compositoh e todo’ lo’ mare’.

    —Qué bien, porque le daremos una lección a ese niño —sonrió la princesa—. ¡Qué malo es!

    —Pero, tarde o temprano, la gente así tiene su castigo —terció Flounder.

    STORYBROOKE
    Octubre de 1983

    —Freddie, por favor, no exageres, no es para tanto —le decía Pierre Blake caminando por la calle en dirección a "La Abuelita".

    —¿Que no exagere? ¿Que no exagere? ¡Todo lo que me costó juntar el dinero para comprarle el reloj al señor Gold, para que ese ladronzuelo de pacotilla me robe el efectivo!

    —Es un ladrón muy astuto, por algo le llaman "la Rata Callejera" —apuntó Pierre—. Pero ya hicimos la denuncia, ya el comisario se va a encargar.

    —Ese gilipollas de Graham para mí tiene un lío con la alcaldesa —dijo Freddie con una sonrisa morbosa.

    —¡Pero no, debes estar equivocado!

    —Yo nunca me equivoco, mi arma. De hecho, sólo me equivoqué una vez.

    —¿Cuándo?

    —Una vez que creí que estaba equivocado.

    —¡Eres imposible, Freddie! —repuso Pierre—¿Y por qué estás tan obsesionado con ese reloj, de todos modos?

    —No sé exactamente. Tengo el presentimiento de que algún día puede serme muy útil.

    —Ahora lo único útil es que la Abuela nos atienda rápido, porque tengo un hambre que me muero.
    *******************************************
    —Umm... ¡esto está delicioso, Harry! —Matilda Trunch Bull gemía como si estuviera teniendo un orgasmo tras darle un intenso mordisco a un buñuelo, sentada frente a su supuesto hermano en una mesa apartada de "La Abuelita" contra la pared.

    —Espero que la comida te quite el mal humor de la jornada de hoy —susurró éste tímido sirviéndose otro buñuelo de la bandeja que ambos compartían.

    —¡No sé por qué tengo este horrible trabajo, con todo lo que yo odio a los niños! Una mujer tan culta y letrada como yo merece algo mucho mejor. Después de todo, la cultura es el ejercicio profundo de la identidad —dijo como si estuviera recitando.

    —¡La madre del cordero, Pierre! —susurró Freddie Kay a su amigo frente al mostrador, al percatarse de la presencia de la celadora—¡Hasta en la sopa me cruzo con Petete Tronch Bull! ¡Parece una maldición! Sólo falta que aparezca...

    —¡QUIERO TORTA DE CHOCOLATE, ABUELA, Y LA QUIERO YA!

    —Jacindo, ya te dije que no tengo tanto dinero.

    —¡Pero la madre del amor hermoso! —murmuró Freddie lleno de rabia al ver que el alumno que menos le gustaba acababa de entrar, del brazo de su abuela, Verna McClug—¡Éramos pocos y parió la abuela!

    —Querrás decir, "llegó la abuela" —lo corrigió Pierre, mientras la abuela de Ruby, del otro lado del mostrador, terminaba de preparar el plato de fresas con chocolate para Freddie.

    —¿Qué tal, señora McClug? —saludó Freddie acercándose a ella—Siento mucho haber tenido que llamarla, su nieto no me dejó más remedio.

    —¡Cállate! —gritó Jacindo—Abuela, has que se calle.

    —¡Cállate tú! —le ordenó Verna al niño—Freddie tiene razón, tengo que ser más firme contigo. Pensaba comprarte unas tortitas, pero ahora te quedas sin nada, nos vamos.

    La mujer se llevó a su nieto del brazo, mientras Jacindo chillaba y pataleaba por haberse perdido su dulce merienda.

    —¡Pobre señora! —dijo la abuela de Ruby, entregándole a Freddie su pedido—Que su hija se quedara embarazada tan joven, que el desgraciado la abandonara, luego ella muriera y quedarse con ese nieto.

    —No hay que mirar la paja en el ojo ajeno cuando hay una viga en el ojo propio —dijo al pasar Matilda, saliendo con su hermano del local, mientras la Abuela enfurruñaba, pescando la ironía.

    —Me parece a mí, ¿o lo dijo por Ruby y su madre? —preguntó Pierre a Freddie ya sentados en una mesa.

    —Hijo, que tú estás muy dormío —respondió el joven maestro, mientras veía entrar a Mary Margaret Blanchard con su acostumbrado aire temeroso e inseguro—. Hablando de Roma, ahí viene la blanca paloma.

    —Buenas tardes, Abuelita —saludó frente al mostrador mirando al suelo—¿Puede ser un café, por favor? Oh, y con canela, si es posible —la anciana asintió con la cabeza, y a los pocos segundos Mary Margaret preguntó:—¿Y Ruby? ¿No está aquí?

    —¿Esa? —resopló la Abuela con sarcasmo—Ésa trabajó toda la mañana con sueño, porque se fue de parranda toda la noche. Está durmiendo una siesta.

     —Sí, una "siesta" es nuestra casa, con Virgil —susurró Pierre a Freddie con una risita.

    —¡Oye! ¡María Margarita! —exclamó éste, alzando la mano. La pálida joven giró su cabeza con confusión hasta ver a su colega.

    —Fre...Freddie...ho...hola —saludó con timidez.

    —¿Quieres sentarte con nosotros, mi arma?

    —¿Con ustedes? ¿No les es molesta mi compañía?

    —¡Qué va! Ala, tráete el café y siéntate con nosotros.

    La señorita Blanchard esbozó una tímida sonrisa y, con el café con canela recién entregado, se sentó junto a Pierre frente a frente con Freddie.

    —Oye...sé que no es de mi incumbencia y que probablemente no debería entrometerme —tartamudeó con temor—. Pero, ¿por qué no viniste a la reunión de profesores después de clases?

    —Es que estaba echándome una siestilla de cuatro horas, hija —repuso el muchacho muy satisfecho—. Además yo no necesito ninguna reunión porque soy el mejor profesor y educador del colegio entero.

    —Otra vez la humildad —comentó Pierre.

    —Al menos yo trabajo enserio, no como tú.

    —Para que sepas, mientras tú dormías yo estaba ganando muy buena plata, filmando a dos primos que querían masturbarse frente a cámara.

    —¡Oh, Dios! —exclamó Mary Margaret un poco horrorizada—Bu...bueno, Freddie, tal vez no debería decírtelo, pero...—titubeó temerosa—. A ver, escuché que otra vez tuviste incidentes en clase, que se portan muy mal todos los niños y en especial dos. Los demás profesores no te soportan, dicen que eres demasiado soberbio. Lo siento, siento decírtelo.

    —¡Lo ves, te lo dije! —exclamó Pierre.

    —Pues no hacía falta que me lo chivaras, María Margarita, ya lo sabía —respondió Freddie—. De todos modos, ese Jacindo es incontrolable, no tiene arreglo. Y la gente no cambia.

    —Creo yo que sí cambia.

    —Que no. En cuanto a los profes, a mí también me cae muy mal todo ese hatajo de hipócritas, sólo tú y el director me caéis bien.

    —Vaya, gracias —dijo Mary Margaret con timidez, bebiendo un buen sorbo de café—. Y, ¿Virgil por qué no está con ustedes?

    —Digamos que...está practicando para una película porno que vamos a grabar —repuso Pierre con una sonrisa morbosa.  

    —¡Nombras esa película desde que tengo memoria, anda que tú!

    —Y a ti no sé qué te pasa que no quieres unirte a ella, Freddie. Un trío es muchísimo más redituable, y no sé a quién más pedirle.

    —¡Mi cuerpo es demasiado bello para que lo vea cualquiera, mi arma!

    —¡Claro, y por eso te la pasas presumiendo tus fotos en las playas de Venecia! ¿Pero quién te crees que eres? ¿Uno de los primos que filmé hoy? ¡Ese sí que la tenía grande!

    —¡Oh, Jesús! —exclamó Mary Margaret, llena de pudor—. Creo que es claro que yo sobro en esta conversación.

    —Que no sobras, hija, hablemos de otra cosa —dijo Freddie—. Oye, ¿tú cómo permites que la alcaldesa te trate tan mal cuando te la cruzas en la calle? Todo el pueblo lo comenta.

    —Es que yo...soy muy torpe. Es mi culpa chocarla siempre —farfulló Mary Margaret muy apenada—. No se preocupen que esa tontería no me afecta, de verdad. Más me preocupan esos pacientes del hospital, en especial ese pobre hombre de identidad desconocida —de repente su mirada se tornó empañada de tristeza—. ¡Le rezo tanto a Dios y a la Virgen para que se cure!

    —Hablando de la Virgen, y esas cosas, pareces una monja con esa ropa —comentó agudamente Pierre con una sonrisa, abochornándola—. Y en verdad eres una chica muy bonita, sólo tienes que hacerlo notar. ¿No quieres venir con nosotros a la fiesta de esta noche?

    —¿Fiesta? ¿Qué fiesta? —se sorprendió la maestra.

    —Una que organizo yo, va a haber música, bebida, diversión... ¡y yo voy a filmar todo! —sonrió Pierre, haciéndola tartamudear aún más.

    —Pre...prefiero que no, muchas gracias. Mejor me quedo en casa, corrijo exámenes, si me queda tiempo miro alguna película, y a dormir que mañana hay que trabajar de nuevo —rechazó Mary Margaret con la mirada en el suelo, dándole un último sorbo a su café—. Me retiro, muchas gracias por la compañía. Hasta mañana, Freddie.

    —Vale, mi arma. Adiós —el muchacho pensó que se acercaría a darle un beso en la mejilla, pero ella tenía tanta vergüenza que se retiró sin más.

    —¿Habré dicho algo que la molestara, Freddie?

    —¡Ains, es que eres tonto perdío! Si querías convencerla de venir a nuestra fiesta, me lo hubieras dicho antes y yo me encargaba. Tengo un gran poder de convencimiento.
    ATLÁNTICA
    Años atrás

    —Tú eres mucho mejor que esos estúpidos esturiones. De verdad lo eres —dijo John Seabottom a un niño mantarraya azul, en una de las aldeas más humildes del reino.

     —¡Tienes toda la razón! —exclamó éste, alejándose con suficiencia, bañado por el rojo crepúsculo del atardecer.

    —Me encanta sembrar el odio y la maldad —se dijo en voz alta el niño guapo, cuando su víctima ya no podía oírlo—. ¡Adoro el aroma de los sueños rotos! Pero, ¿qué es eso?

    No era para menos su sorpresa, ya que todas las criaturas que él había enemistado nadaban en su dirección, algunos de ellos trayendo instrumentos musicales, con Ariel y el pequeño Flounder a la cabeza.

    —¿Qué hacéis todos juntos? ¿Ya olvidasteis todo lo que os he dicho?

    —¡Conque tú eres el niño malcriado que hizo que todos nuestros amigos se pelearan! —le espetó Ariel—¡Te buscamos mucho, pero al fin te encontramos!

    —¡Escuchadme! —exclamó John.

    —¡No! ¡Tú escúchanos a nosotros! —Flounder nadó enojado hacia su cara, dejándolo impresionado que alguien tan pequeñito fuera tan valiente.

    —¿Todo listo, Sebastián? —preguntó Ariel mientras las criaturas que tenían instrumentos se iban acomodando en el suelo.

    —¡Todoh litoh, mi niniah! —confirmó el cangrejo, mientras las flautas, el arpo, el contrabajo y el tambor comenzaban a sonar, y Ariel a cantar.

    —“¡En armonía! ¡Armonía! ¡Eres tú, soy yo, en combinación, viviendo en armonía!” —nadaba con alegría alrededor del aturdido y asqueado niño.

    —¡Basta! ¡Deja de cantar! ¡Odio esa canción, la odio! ¡Odio el amor y la amistad, y te odio a ti!

    —¡Tú al final odias todo! —le espetó la Sirenita—Debes tener una vida muy triste y solitaria para hacer lo que haces.

    —¿Qué no ves que es mucho mejor tener amigos? —dijo Flounder, volviendo a flotar frente a la cara de John.

    —¡Callad! ¡Vosotros no sabéis nada de mí! ¡No os necesito!

    John Seabottom se alejó nadando, furioso y frustrado, mientras Ariel y los demás festejaban su victoria a gritos y vítores. No tardó en ver al niño mantarraya, que le gritaba muy agresivo a una niña esturión de color rosa.

    —¿Cómo puedes decirme eso, Oscar? —sollozó ésta, muy herida, mientras John se escondía tras una roca—¡Has sido mi único amigo desde que los tiburones se comieron a nuestros papás!

    —¡Porque eres una estúpida, Leyre! ¡Como todos los esturiones! ¡No vales nada para mí!

    La pequeña Leyre se alejó llorando, muy ofendida, mientras Oscar se reía burlón de ella hasta que se perdió de vista. Fue entonces cuando John Seabottom se dio cuenta, con gran pesar, del gran daño que había hecho porque sí: enemistar a dos niñitos huérfanos.

    STORYBROOKE
    Octubre de 1983

    La música sonaba a todo volumen en aquella gran casona celeste deshabitada, a pesar de ser casi la una de la madrugada. Botellas vacías de cerveza, vodka y Coca-Cola desparramadas por el suelo, así como también cigarrillos de marihuana y hasta un poco de cocaína. Pierre filmaba a su amigo Virgil Duncan, que bailaba con Ruby, y a Freddie, que lo hacía con una rubia que él no conocía. El joven Kay, alcoholizado y drogado, llevaba puesta una tupida peluca afro, y cantaba a los gritos la canción del casette al máximo: “We are family”, del grupo Sister Sledge.

    —“¡We are family! ¡I got all my sisters with me! ¡We are family! ¡Get up everybody and sing!" —la rubia reía mientras el muchacho cantaba desaforado y la hacía girar.

    —¡Muy bien, Freddie, esa es la actitud! —celebró Pierre, bailando solo y filmando con torpeza—¡Disfruta de tu chica, tú que tienes!

    —¡Ninguna quiso salir contigo! ¡Estás maldito, amigo! —se burló Virgil, a los gritos por la música, mientras Ruby refregaba los senos en su pecho y le manoseaba la entrepierna.

    —“¡WE ARE FAMILY! ¡I GOT ALL MY SISTERS WITH ME!" —seguía Freddie—Oye, ¿cuál era tu nombre? —preguntó a la chica.

    —¿Qué? —gritó ella, que con la música tan fuerte no escuchaba nada.

    —¡QUE CUÁL ES TU NOMBRE! —gritó en su oído.

    —¡Rebecca Torrence! —dijo la rubia.

    —¡Dice Virgil que tú atiendes los partos en el hospital! ¡Me fascina eso!

    —¿Te fascinan los partos?

    —¡Claro mi arma! “¡We are family!” ¡Ojú! “¡Get up everybody and sing!”

    —¡Eres muy divertido, y ni un beso nos hemos dado! —gritó la borracha joven sin dejar de bailar.

    —¡Estúpido juego de la botella! ¡Sólo me tocó con mis amigos! ¡Qué maldición!

    —Bueno, eso tiene arreglo. —sonrió Rebecca con morbosidad.

    *************************************************************
    —¡OOOOOOOOOH, FREDDIE! ¡OOOOOOOOOOOOOH SÍÍÍ! ¡QUÉ GRANDE QUE LA TIENES! ¡AAAAAAAAH, SÍ! —gemía la rubia de los partos mientras el maestro, en absoluto silencio, la penetraba sin cesar en misionero. A ninguno parecía importarle que estaban desnudos en el medio del suelo, que Ruby y Virgil estaban fornicando por el ano igual de salvajes junto a ellos ni que Pierre se masturbaba y filmaba. Sólo disfrutaban las dos horas de sexo desenfrenado que llevaban, bebidos, drogados y con la música al mango. 

    —¡Pierre, pero no te quedes ahí! —dijo Freddie, que daba sexo sin condón—¡Únetenos!

    Pierre se desnudó por completo y se puso por detrás de su amigo, cuando un estruendoso grito de mujer sobresaltó a todos:

    —¡SE ACABÓ LA FIEEEEEEEESTA! —bramó Matilda Tronch Bull, con ruleros y un añejo camisón amarillo, apuntándoles con una escopeta. Detrás de ella estaban dos hombres, también en pijama, uno de ellos rechoncho y con bigotes y el otro delgado y entrado en años.

    —¿PERO AQUÍ TAMBIÉN VIENES A JODER, SO ASQUEROSA? —gritó Freddie, mientras todos, muy asustados y avergonzados, se tapaban sus partes íntimas con lo primero de ropa que encontraban.

    —¡Apaga esa música tan fuerte, que los vecinos y yo no podemos dormir! —ordenó Matilda a Pierre, apuntándole con la escopeta y haciéndolo correr desnudo hasta el grabador—Una buena noche de sueño es esencial para un hombre sano físicamente y mentalmente.

    —¡Deja de decir chorradas prefabricadas, mujer, y menos terminadas en “mente”! —dijo Freddie, poniéndose sus calzoncillos.

    —¡Señor concejal! —farfulló Ruby cubriéndose los senos, al reconocer al anciano.

    —¡Qué vergüenza, montar una fiesta libertina cuando hay vecinos que duermen! —dijo Jason Fisher—Esta amable mujer hizo muy bien en avisarme.

    —Lo que en algunos se llama libertad, en otros se conoce como “libertinaje” —recitó Matilda, bajando el arma y ya con la música apagada—. El exceso de libertinaje en la juventud seca el corazón y pudre el cerebro. Buenas noches, señor concejal, confío en que se encargará de ellos, ya que el comisario no me atiende el teléfono.

    Se retiró con suficiencia, mientras el hombre rechoncho se quedaba parado como una planta, y el tercer concejal de Storybrooke se acercaba a Ruby y la tomaba del brazo.

     —No hace falta que te tapes, preciosa. Conozco tu cuerpo de loba de memoria —sonrió con morbosidad—. Dejaré pasar esto por ser tú, pero tengan mucho cuidado la próxima vez —Y abandonó la habitación, mientras todos terminaban de ponerse su ropa interior.

    —Ruby, ¿tú te acostaste con este tipo? —preguntó Virgil, sorprendido.

     —Sí, una vez, pero has de cuenta que nunca ha pasado —En efecto, nunca había pasado—. Es un alcohólico violento, pero sólo se muestra como es con gente muy cercana. Dicen que mató a su esposa a golpes, y por supuesto, su hijo lo odia.

    —¿A ti te ha pegado?

    —¡Eh, tú! ¿Quién coño eres y por qué sigues aquí? —preguntó Freddie al gordo que seguía allí parado.

    —Lo lamento, vine a pgotestag pog el guido, pego no me imaginé que fuegas tú —dijo éste con un claro acento francés, avanzando hacia el camarógrafo—. ¿Tú eges Piegge Blake?

    —Sí, soy yo.

    —Enchanté. Mi nomgre es Jean Auberjonois, famoso produgtor de cine pognogáfico de la lejana y hegmosa Fgancia, el país del mejog pogno del mundo —se presentó éste, estrechando su mano.

    —¿Jean Auberjonois, aquí en Storybrooke? ¡Es usted una leyenda! —dijo Pierre muy contento.

    —Conozco tu ggan talento, muchacho, y quisiega pgoducig una película filmada pog ti. Segía un ggan negoción. ¿Qué te pagece? —propuso éste.

     —Creo que me voy ya a la cama —dijo Freddie, poniéndose de pie y tambaleándose—. ¿Por qué haré estas cosas? ¿Por qué me perseguirá tanto el caos?

    ATLÁNTICA
    Años atrás

    El cielo azul de la noche bañaba el océano, mientras el carruaje del Rey Tritón se aproximaba al palacio, perseguido por las risas y música que se sentían en toda Atlántica.

    —En verdad el nuestro es el más feliz de todos los reinos bajo el mar —comentó Urchin entusiasmado.

    —¡Tampoco es muy difícil que un reino sea mejor que Poseinópolis! —resopló Aquata—¡Juro por la Gran Diosa Úrsula que jamás me había aburrido tanto!

    —¿Eso crees, hija? —dijo el soberano—¿Crees que sostener un buen reino es sencillo? Veremos si tú logras mantenerlo tan alegre cuando seas la reina.

    —Espero que para entonces la revoltosa de Ariel haya madurado —respondió Aquata, ya casi en el palacio—. ¡Me da pavor pensar en lidiar con ella como tú lo haces!

    —No te vendría mal contagiarte un poco de su buen humor —dijo Urchin con sorna.

    —¡Papá, has vuelto! —Para sorpresa de los tres, la pequeña Ariel fue la primera en salir del palacio a recibirlos, y abrazó a su padre por el cuello muy contenta.

    —¡Qué gran recibimiento! —comentó su padre, mientras sus otras hijas y Sebastián salían nadando felices—Más vale que no hayas hecho ninguna de las tuyas.

    —¡Ahl contrarioh, Sú Magestá! —dijo el cangrejo mientras Tritón abrazaba a Attina y Adella—¡Ariehl no’ ja savadoh a todoh e’ u’ horribleh ninioh ke no’ hizoh pelearno’ todo’ contrah todo’!

    —¡Nunca había visto a un chico tan pero tan malo, papá! —añadió Alana.

    —¡Odiaba todo! ¡La música, el amor, la risa! ¡Era todo un "odiador"! —terció Flounder.

    —Ya no —dijo una triste voz a sus espaldas. Todos se giraron con brusquedad para ver a John Seabottom cabizbajo y entristecido.

    —¡Eh ehl! ¡Ehl e’ e’ ninioh oiaohr! —exclamó Sebastián señalándolo con sus tenazas derechas.

    —No, tranquilo, Sebastián —le susurró Ariel al ver la expresión triste del rostro del muchacho.

    —Aún estoy un poco confundido. ¿Quién eres tú, jovencito? —le preguntó Tritón.

    —¡Alguien que sembró discordia y es todo lo que necesitamos saber! ¡Fuera de mi reino! —ordenó Aquata.

    —¡Tú cállate, que acabas de llegar y no viste nada! —le espetó John.

    —¡Más respeto con la futura reina, plebeyo insolente! ¡Papá, dile que…

    —¡Basta, Aquata! —ordenó su padre con voz grave y firme, mientras ésta se ponía roja de furia y de vergüenza, porque había sido regañada frente a todos—¿Cómo te llamas, muchachito? —dijo descendiendo del carruaje y flotando frente al joven.

    —Soy John Seabottom—musitó éste, bajando la cabeza, ya que el monarca le inspiraba temor—. Es cierto lo que dicen, manipulé a todos los amigos para que se pelearan entre ellos. Pero estoy muy arrepentido.

    —Pues, ¿por qué hiciste algo así? —preguntó Ariel, flotando al lado de su padre, mientras Urchin también se bajaba sorprendido del carruaje y se paraba junto a ellos.

    —Porque estoy solo en el mundo —confesó John—. Mi familia no me quería, era una molestia para ellos, así que he huido de casa siendo muy pequeño y desde entonces nadie estuvo para mí. Casi que tuve que criarme yo solo. Y no podía soportar que otros fueran felices y se quisieran. Me da pena decir, Su Majestad, que esperaba vuestra ausencia del reino para poder entrar en acción. Pero el amor fue más fuerte que mis engaños.

    —¡El criminal confesó! ¿Qué más razones necesitamos?

    —¡Aquata, estás haciendo que me duela la cabeza! ¡Retírate a tu habitación! —ordenó su padre con hastío, mientras todos dejaban escapar un suspiro de asombro, y la expresión de la primogénita indicaba que estaba más que herida.

    —¡Esto sí que se puso bueno! —le susurró Attina a Arista.

    —A ver si así aprende a no creerse mejor que los demás —respondió su hermana.

    —Es muy valiente de tu parte regresar y admitir lo que hiciste, jovencito —dijo el Rey Tritón apoyando una mano sobre el hombro del muchacho—. Pero dime, ¿por qué te arrepentiste?

    —Porque…porque vi que dos pequeños huérfanos pelearon por culpa mía. Y tengo mis límites, no puedo ver sufrir a un niño, y mucho menos si no tiene padres. Son casi como “niños perdidos” —dijo cada vez más entristecido.

    —Mis hermanos mayores siempre me molestaban por ser el más chiquito, pero ya no me importa —aseguró Flounder con una sonrisa.

    —¿De veras te molestaban? —preguntó John con disgusto.

    —Puedo ver que hay bondad en ti, muchacho —aseguró Tritón—. Sólo necesitas que alguien te demuestre que la vida puede ser de otra manera.

    —¡Cómo me pasó a mí! —añadió Urchin, amistoso—Yo también soy huérfano, y solía ser un ladrón de comida. Pero Ariel y Su Majestad me dieron una oportunidad. Soy Urchin, y estoy dispuesto a ser tu amigo —se presentó, extendiendo su mano.

    —Gracias —John la estrechó con una leve sonrisa—. ¡Si conociera a tus hermanos les diría tres o cuatro cosas! —sonrió, dirigiéndose a Flounder.

    —¡Tranquilo, no pasa nada! —repuso el pececito.

    —¡Espero que seamos muy buenos amigos! —Ariel estaba dispuesta a abrazarlo, pero John la detuvo.

    —No…disculpa. No soy muy bueno en esto…. los abrazos y el afecto.

    —Pero…

    —No presiones, Ariel. Tiempo al tiempo —aconsejó su padre con sabiduría—. Estoy seguro de que muy pronto John será un gran amigo de todos nosotros.

    Tres años después

    Pocas cosas cambiaron en Atlántica durante el tiempo transcurrido, pero una de ellas era que John Seabottom, ya todo un hombrecito, se había hecho grandes amigos, como había pronosticado el Rey Tritón. No se lo conocía más como el “odiador”, sino como una gran compañía para los niños pequeños como Oscar, Leyre y Flounder. Jugaban a las escondidas en un hermoso arrecife de corales multicolores, cerca de la casa que el Rey había hecho para él, Urchin y Thor, cuando este último apareció de repente y lo jaló del brazo.

    —¿Pero qué haces, hombre? —lo había quitado de su escondite, entre unos corales azules.

    —¡Descubierto, John! —señaló Oscar con voz cantarina.

    —¡No vale, mi arma! ¡Es este gilipollas! —protestó el muchacho.

    —¡Lo siento, pero está Nefazia contando historias! ¡No te lo puedes perder!

    —¿Nefazia? ¡Yo también quiero ir! —exclamó Flounder entusiasmado—¡Vamos todos!

    Los cinco emprendieron el nado hacia el palacio real, mientras John continuaba protestando.

    —¡Que no me interesa la tal Nefazia, por Poseidón! ¡Dos días en el reino y ya estáis todos enloquecidos con ella!

    —¡Fuimos a Diversión Submarina gracias a ella! ¡Deberías estar agradecido! —dijo Thor.

    —Ains, es que no me convence tanta generosidad de su parte. Tal vez tenga razón la pesada de Aquata. Y Urchin me imagino que también anda flipando con ella.

    —¡Sí, John, él ya está allá!

    Llegados al jardín real, vieron a Lady Nefazia de Olympia, sentada en una gran roca, hermosa, sonriente y resplandeciente, y a Urchin, Sebastián y las siete Princesas sentadas en el suelo a su alrededor. Todas excepto Aquata la escuchaban embelesadas, en especial Ariel, cuya radiante sonrisa opacaba las nuevas joyas que llevaba, obsequio de la bella duquesa.

    —¡Lo siento, espero no habernos perdido de mucho!

    —Tranquilo, Thor, casi nada —sonrió Nefazia—. ¿Ustedes también vienen a escuchar?

    —¡Así es, así es! —Flounder asintió con la cabeza y se colocó flotando junto a Ariel, mientras John, a diferencia de Aquata, intentaba que su malestar no se le notaba. Era mucho más feliz jugando con niños que escuchando las historias de una extraña cuya excesiva amabilidad era sospechosa.

    —No puedo creer que papá haya sido tan travieso en su juventud. Ya no podrá decirme “Ariel, hay siete Princesas en este reino y tú eres la única que causa problemas y no se comporta como es debido”. —Todos, hasta Aquata, soltaron una carcajada, con lo bien que la Sirenita imitaba al Rey Tritón.

    —¡Pueh io síh lo recuerdoh, Ladyh Nefaziah, la bromah pesadah qué ustéh y Sú Magestá leh hicieron a suh hemana!  —Nefazia miró a Sebastián con una gran incomodidad, y el cangrejo se tapó la boca con sus tenazas, consciente de que había hablado más de la cuenta.

    —¿Tienes una herma…—comenzó a preguntar Adella, cuando Nefazia la interrumpió.

    —¿No quieren que les cuente la historia de cómo conseguí mis cebras marinas?

    —¡Sí! ¡Es lo que yo iba a decir! ¡Cuéntala, cuéntala! —suplicó Alana entre chillidos, mientras Aquata resoplaba.

    —Creo que nunca en mi vida había visto cebras domadas.

    —Pues les contaré, Arista —comenzó Nefazia—. Sucedió hace muchos años en las costas de Mastia, el reino humano que más he frecuentado.

    —¿Mastia? ¿Y cómo es…

    —En otro momento, Ariel. Déjame continuar —dijo con una sonrisa—. Había salido a la superficie, cuando vi a las cebras siendo perseguidas por unas ballenas asesinas, parecidas a las que me atacaron hace unos meses, cuando me rescató su padre.

    —¿Hablas de esas ballenas que atacan delfines, focas, e incluso otras ballenas? ¿Y sirenas y tritones?

    —Sí, Attina, las de Tiburonia. Bueno, las engañé soplando a través de un caracol roto que tenía.

    —¿Un caracol como los que usamos para llamarnos entre nosotros? —preguntó Urchin.

    —Claro. Si se sopla de un caracol roto, brotan chillidos agudos como si se tratara del llamado de otra manada de ballenas —explicó Nefazia—. Así que soplé, las ballenas se fueron y dejaron en paz a las cebras.

    —¡Qué inteligente, yo no sabía que un caracol roto tenía esa función! —John había hablado por primera vez.

    —No mucha gente lo sabe. A mí nadie me lo dijo, hice el descubrimiento yo misma —sonrió Nefazia—. Había una chica humana sentada en la orilla, observando todo. Veía lo que les ocurría a las pobres cebras y la pobre no podía hacer nada. Se llama Colette y desde que me vio rescatarlas nos hicimos amigas.

    —¿Eres amiga de una humana? —chilló Ariel.

    —Así es. Nos vemos casi todos los años, en el día de Úrsula. Quiero a su hija como si fuera mi propia sobrina.

    —Bueno, sigue con las cebras, Nefazia. ¿Qué hicieron después de eso? —preguntó Arista.

    —Estaban tan agradecidas que me seguían a todas partes, aunque no me dejaban montarlas —Nefazia lanzó una carcajada al recordar aquello—. No podía llevar una manada de cebras salvajes a mi casa, de modo que tenía que domarlas. Encontré una gruta abandonada en Olympia, y ahí las instalé. Empecé por llevarles pastelitos de plancton dulce, que les encanta, y luego…

    —Creo que Nefazia ya les ha contado mucho por hoy. Déjenla descansar —dijo Tritón, en cuya llegada nadie había reparado.

    —¡Ella no está cansada! ¿Verdad?

    —Un poco, Ariel. No se ofendan —se disculpó Nefazia—. Vayan todos a nadar y a divertirse.

    Todos se dispersaron en diferentes direcciones, y John regresó con sus amigos al arrecife donde estaban jugando.

    —A que es maravillosa —dijo Urchin, nadando tras ellos.

    —No sé, mi arma, no sé. Tanta gentileza cuando ni nos conoce se me hace muy rara.

    —No pensarás que nos está manipulando, ¿verdad?

                                            STORYBROOKE
    Enero de 2001

    Como cada tarde desde hacía tanto tiempo, Mary Margaret Blanchard merendaba su café con canela junto a Freddie Kay y Pierre Blake, sin sospechar que una persona despierta y consciente estaría a punto de modificar dicha rutina.

    —Que no sobras, hija, hablemos de otra cosa —dijo Freddie—. Oye, ¿tú cómo permites que la alcaldesa te trate tan mal cuando te la cruzas en la calle? Todo el pueblo lo comenta.

    —Es que yo...soy muy torpe. Es mi culpa chocarla siempre —farfulló Mary Margaret muy apenada—. No se preocupen que esa tontería no me afecta, de verdad. Más me preocupan esos pobres pacientes del hospital, especialmente ese pobre hombre de identidad desconocida —de repente su mirada se tornó empañada de tristeza—. ¡Le rezo tanto a Dios y a la Virgen para que se cure!

    —Hablando de la Virgen, y esas cosas, pareces una monja con esa ropa —comentó agudamente Pierre con una sonrisa, abochornándola—. Y en verdad eres una chica muy bonita, sólo tienes que hacerlo notar. ¿No quieres venir con nosotros a la fiesta de esta noche?

    —Hola, buenas tardes —saludó una mujer rubia a la Abuela al entrar, con unos coloridos panfletos en sus manos. Tenía unos cuarenta años y rostro angelical—. ¿Le molesta si reparto ésto? Es publicidad, para mi heladería.

    La mujer se quedó estática unos segundos, ya que no reconocía de nada a la señora de aspecto dulce. Pero enseguida se dijo a sí misma que sería la dueña de "Any Given Sundae" y que su vieja cabeza estaría confundida.

    —Claro, claro, repártalos. Yo quiero uno para mí también, por favor.

    —Encantada, muchas gracias —sonrió Ingrid entregándole uno. La anciana se ajustó los anteojos y sonrió al ver el panfleto, de un colorido azul, con dos enormes cucuruchos de vainilla y frutilla, y el nombre del negocio debajo en grandes letras blancas. Los volantes habían sido creados con la maldición y estaban en poder de Tontín, pero éste nunca los había repartido.

    —Buenas tardes —saludó la Reina de las Nieves frente a la mesa de Freddie, Mary Margaret y Pierre—. ¿Puedo dejarles ésto, por si un día gustan venir a tomar un delicioso helado?

    —¡Oh, muchas gracias!  —sonrió Mary Margaret.

    —Gra...gracias —farfulló Pierre, embobado con el atractivo de la heladera—. Creo que no nos conocemos, soy Pierre Blake, futuro director de cine, encantado.

    —Sarah Fisher, es un placer —dijo Ingrid estrechándole suavemente la mano.

    —Oiga, ¿tiene helados de limón? —preguntó Freddie— Porque es el único sabor que a mí me gusta.

     —Claro que sí, tengo. ¿Sabes cuál es el secreto de mis helados? Mucha paciencia, y mucho amor.

    —¡Ains, pues hija, con esa manera de pensar deberías ser maestra en lugar de heladera! —comentó el joven Kay.

    —Pues...a mí algún día me gustaría abrir una casa de acogida. Me gustan mucho los niños, y siento mucha pena por los que no tienen un hogar —repuso Ingrid manteniendo su sonrisa.

    —¡Ains, qué casualidad, yo deseo lo mismo! Soy Freddie Kay —se presentó éste, tendiéndole la mano, que ella estrechó—. ¡Por Dios, María Margarita, preséntate tu también!

    —Soy...Mary Margaret Blanchard —farfulló la maestra con timidez, tendiéndole la mano débilmente. Ingrid se quedó de piedra al saber que estaba frente a frente con la madre biológica de su destinada hermana mágica, y por un instante olvidó su fachada para mirarla fija y seria a los ojos—¿O...ocurre algo, Sarah?

    —Nada, nada —aseguró Ingrid, volviendo a sonreír y a ponerse en personaje—. Espero verlos muy pronto a todos en mi heladería. Adiós. —se giró y se alejó hasta abandonar la cafetería.

    —¡Qué encanto de mujer! —comentó impresionado Pierre—La convencería para filmar una de mis películas.

    —A mí al principio me pareció un poco rara, pero con eso que ha dicho de la acogida, me ha llegado al alma —manifestó Freddie—. Tal vez no sea mala idea cambiar un poco de rutina, y tomar la merienda allá en lugar de acá.

    —Es cierto, es extraño —comentó Mary Margaret confundida—. No recuerdo haber visto nunca a esa mujer, pero...siento como si hubiera hecho algo muy bueno por mí. ¿Cómo es posible?

    —Si ha influido para que dejes de tomarte ese asqueroso café, entonces sí ha hecho algo muy bueno por ti, mujer.

    —¡Freddie!

    —¡Vale, Pierre!

    ATLÁNTICA
    Años atrás

    —¡Andrina, despierta! ¡Despierta, tonta, despierta!

    La segunda hija de Tritón se sobresaltó al sentir que la estaban zarandeando del brazo con brusquedad, y lo primero que vieron sus ojos al abrirlos fue a su impetuosa hermana mayor.

    —Aquata, ¿qué pasa? Es de noche. —dijo somnolienta.

    —¡Hace tres noches que no puedo dormir! ¡Desde que papá nos confirmó lo que yo sospechaba!

    —¿Lo de que va a casarse con Nefazia? —preguntó la rubia entre bostezos.

    —¡Claro, imbécil! ¿Qué otra cosa? —Aquata la tomó del brazo y la retiró de su cama—Esa cangrejita muerta nunca me gustó, y ahora menos. ¿Puedes creer que mañana papá no me va a llevar a sus negocios en Poseinópolis? ¡Dice que no hace falta que lo acompañe!

    —¿Y cuál es el problema? Detestas ese reino, hermana. Lo aborreces. Siempre que tienes que ir allá, te quejas.

    —¿No entiendes lo que significa? ¿Sigues dormida? —ladró Aquata, tomándola con fuerza de los hombros—Significa que ya no me está considerando para reina. Ya no delegará tareas importantes en mí. Ahora todo será de Nefazia, y como ella es más joven que él, ¡algún día enviudará y será la gobernante absoluta!

    —Lo siento, Aquata. No sé qué decirte —musitó Andrina.

    —¡No tienes que decir nada! ¡Sólo obedecerme! Ve y espía a ver si Nefazia está en su habitación, y si no lo está, ve a la de papá.

    —¿Qué? ¿Por qué tengo que hacer eso? —se asustó.

    —¡Una intuición que tengo! ¡Vete ya y cuéntame todo! —ordenó Aquata—¡Pero con mucho cuidado! ¡Que no se despierte ninguna de nuestras hermanas, y menos la traidora de Ariel!

    En contra de su voluntad, Andrina salió nadando por los pasillos hasta la alcoba de su futura madrastra; espió por la mirilla de la puerta cerrada y, tal y como sospechaba su hermana, no había nadie. Al dirigirse a la de su padre, los vio por la cerradura sentados al pie de la cama y tomados de las manos con cariño.

    —Aunque se hayan enterado antes de tiempo, creo que todas las niñas lo tomaron bien. Al menos no me han venido con quejas —decía Tritón—, y estoy muy sorprendido con la madurez de Ariel.

     —Es una chica extraordinaria, Tontón, parecida a ti —rio Nefazia.

    —¿Todavía me sigues llamando así? —sonrió el monarca—En realidad Ariel es mucho más parecida a…a Atenea que a mí.

    —Tú la criaste, y la criaste muy bien, igual que a todas.

    —No quiero ponerme triste, Nefi —la miró fijo a los ojos—. Tal vez es una idea ridícula, pero, he pensado: después de un tiempo de casados, ¿te gustaría que tuviéramos un hijo?

    El rostro de Nefazia se iluminó en la más dichosa y radiante de sus sonrisas.

    —¿Un hijo? ¿Tú y yo? ¿Enserio?

    —Lo sé, lo sé, sé que ya soy muy viejo para tener otro —farfulló con vergüenza—. Pero me gustaría. ¡Y un niño, que niñas ya tengo demasiadas!

    —¡Es una hermosa idea! ¡Ser madre es uno de mis grandes sueños!

    Andrina no se quedó a espiar cómo Nefazia y su padre se besaban, sino que, sorprendida, nadó más veloz que nunca a su recámara, donde la primogénita de Tritón la esperaba.

    —¿Un hijo? ¿Está pensando en tener un hijo con esa anguila eléctrica?

    —¡Baja la voz! ¡Despertarás a todas! —susurró Andrina con mucho miedo.

    —Esa mujer está enredando a nuestro padre, y va a quitarme todo lo que me pertenece por derecho. Pero no importa. Yo sé muy bien lo que tengo que hacer, y quién va a ayudarme a deshacerme de ella —terció Aquata con una ávida mirada.

    **********************************************

    —¿Y entonces qué pasó con Perla? —preguntó Urchin, lleno de ansiedad.

    —Ains, pues nada, que me quiso besar y me hice el loco —dijo John.

     —¿Tú estás mal? ¿Cómo pudiste? —saltó Thor—Es una rubia preciosa, y es más popular que muchas de las Princesas. ¿Sabes lo que daría yo por que me quisiera dar un beso a mí?

    —Ya, hijo, es que no me gustaba. No sé, no me gustaba.

    De repente, John sintió que lo llamaban por caracola, aunque no sabía quién era.

    —¡Ains! ¡Que tengo que irme, mis armas! ¡Alguien me llama!

    Salió nadando fastidiado de su casa, mientras la cálida luz del mediodía bañaba Atlántica, y se sorprendió al notar que la llamada provenía del salón del trono, en el palacio. Tritón había salido a Poseinópolis esa mañana, así que no podía ser él. ¿Acaso Nefazia?

     —¿Tú? —preguntó sorprendido, al ver a Aquata erguida y altiva, sentada en el trono de su padre.

    —Sí, mi querido John. Yo —dijo la princesa, alzando la cabeza.

    —¡La madre del pescado, y yo que creía que era Nefazia!

    —Está muy ocupada presenciando un ensayo de la orquesta de Sebastián —dijo con desagrado.

    —Ya, ¿y para qué me molestas tú? ¡Estaba con mis amigos!

    —¡Más respeto conmigo, plebeyo! —replicó Aquata, blandiéndole un dedo—Tu princesa y futura reina tiene una misión que encomendarte.

    —¿Tú a mí? ¿Una misión?

    —¡Sí, y quita ese tono burlón! Quiero que aproveches la ausencia de mi padre para hablar con Nefazia, y enredarla con engaños —ordenó Aquata—. Dile que él no la quiere, que es sólo una patética sustituta de mi madre, la única mujer que él amará jamás. Se irá furiosa de aquí para siempre, comprobará que no pudo engañarlo.

    —¿Por qué me dices a mí que haga algo así?

    —Porque eres un experto en la manipulación, y muy creativo para envolver a los demás —sonrió Aquata—. Todos me han contado cómo los engañaste el día que nos conocimos. Hasta te llamaban “el odiador”. ¿Te acuerdas?

    John palideció, embargado por el arrepentimiento y la tristeza de esos recuerdos, cuando no era más que un niño solo y perdido.

    —¡Olvídalo, nunca haría algo así! Y no porque me interese la tal Nefazia, sino porque no quiero volver a ser esa persona —replicó.

    —¿Seguro que no? Mi padre ha sido muy bueno ayudando a huerfanitos como Urchin, tú y luego Thor. Pero ya no tiene la cabeza como para pensar en todos los niños desamparados de este océano —Aquata había puesto el dedo en la llaga—. Sin embargo, su hija mayor podría pedirle que abriera un bello establecimiento para todos los pequeños que no tengan un hogar. Y luego yo, como reina, podría hacerlo crecer de tal manera que no quedaría un solo niño solitario en toda Atlántica. Tú serías el director, estarías todo el día rodeado de ellos.

    La princesa se deleitó con la expresión de duda y conflicto interno de John, y supo que su estrategia había sido la correcta.

    —Yo me deshago de Nefazia con engaños y manipulaciones y tú te encargas de todos los niños perdidos de Atlántica. ¿Ése es el trato que quieres hacer?

    —Con todo mi corazón —dijo Aquata, extendiendo su mano ante el antiguo “odiador”.

    —Entonces, felicidades. Tenemos un trato —No muy convencido, John Seabottom estrechó su mano con una mirada muy triste, que contrastaba la inmensa sonrisa de su interlocutora. 
    STORYBROOKE
    Julio de 2003

    —Aquí tienes, Matilda: un cuarto de chocolate amargo y miel. Que lo disfrutes —sonrió Ingrid desde detrás del mostrador, entregándole a la celadora de la escuela su acostumbrada bolsa de helado para llevar.

    —¡Oh, lo disfrutaremos! ¡El dinero no hace la felicidad, pero compra placer para el paladar! —recitó la Tronch Bull, dando media vuelta con altanería y saliendo del local.

    La Reina de las Nieves se había esforzado por mantenerle su sonrisa mientras ésta decía la misma frase hecha de todos los días desde hacía casi dos años. No podía quejarse, porque después de todo tenía muchos más clientes que cuando llegó al pueblo, y en cierto modo aquello era consecuencia de sus acciones por el día en que repartió los panfletos. Pero, pese a ser una mujer paciente, cada vez deseaba con más ahínco que llegara su gran oportunidad.

    Y ésta llegó: la alcaldesa Regina Mills en persona entró al negocio, impecable con finos pantalones negros y su blusa azul grisáceo favorita, llevando en cochecito a su hijo adoptivo, Henry. Ingrid tuvo que intentar más que nunca que su asombro y regocijo no se le notaran, y exclamó con simpatía:

    —¡Señora alcaldesa, qué sorpresa y qué honor tenerla por aquí!

    —Sí, bueno, no se acostumbre porque no se repetirá en mucho tiempo —la cortó en seco la mujer—. Quiero un vasito pequeño de manzana para mi hijo, por favor.

    —Muy bien, enseguida. ¿Y para usted qué quiere?

    —¿No le parece que si quisiera llenarme a mí misma de colesterol se lo hubiera dicho? —el tono gélido de la alcaldesa Mills ponía en duda el título de Ingrid como Reina de las Nieves—. Sólo dígame cuánto cuesta el helado de mi hijo y prepárelo.

    —Sí, sí, perdón, perdón —repuso Ingrid, fingiendo temor y ocultando su dicha por la presencia de Regina. Tras cobrarse el dinero, comenzó a preparar el helado lo más despacio que pudo, hasta que escuchó que llegaban Freddie y sus amigos.

    —¡Hola, Sar... buenas tardes, señora alcaldesa! —saludó temeroso Pierre, bajando los ojos al igual que Virgil. Sólo Freddie fue capaz de sostenerle la mirada, pero no sin sentir algo de miedo de la funcionaria.

    —Buenas tardes —respondió Regina mientras ellos se sentaban en la mesa más próxima a la puerta, temerosos de acercársele—. ¿Qué les pasa? ¿No van a pedir su grasa saturada?

    —Pida usted tranquila y luego nosotros —dijo Virgil desde su asiento. La alcaldesa esbozó una malvada sonrisa, ya que ver el miedo que generaba en todos era una de sus pocas diversiones en aquel bucle eterno.

    —¿Y usted qué espera? —le espetó a Ingrid—. ¿Tanto tarda en preparar un miserable vaso?

    —Pe...perdón...perdón...aquí tiene. —Ingrid cruzó el mostrador y le entregó el helado, mientras Regina la miraba con enojo.

    —No le grito para no asustar a mi bebé, pero nunca pensé que una heladera pudiera ser tan incompetente.

    —Perdón, perdón —repitió Ingrid, mientras Regina volvía a sonreír y se sentaba en la mesa central más cercana al mostrador. Los tres amigos esperaron un minuto y se pidieron un cucurucho cada uno: el de Pierre de vainilla y dulce de leche, el de Virgil de frutilla a la crema y cereza y el de Freddie sólo de limón.

     —Ains, que yo tenía ganas de conversar con Sarah, pero con esta mujer no sé si voy a poder —susurró Freddie cuando ya estaban de regreso en su mesa.

    —¡Mírala, está sonriendo con dulzura! —se sorprendió Pierre, mientras Regina le daba de comer en la boca al pequeño Henry, que seguía en su cochecito.

    —Si no lo veo, no lo creo —añadió Virgil.

    —¡Ya, ya, que nos va a escuchar! —cortó Freddie con su habitual impaciencia. En ese momento, el rostro de Ingrid se iluminaba de alegría al ver aparecer a Mary Margaret, en el mismo momento de todos los días, pero esta vez con las otras piezas de su jugada presentes.

    —Señorita Blanchard, pero qué desagradable sorpresa —comentó insípida Regina, intimidándola aún más.

     —Señora alcaldesa —farfulló muy asustada Mary Margaret—, si es por haberla chocado hoy, ya le pedí disculpas.

    —Por favor, aburra a otro con ellas, estoy muy ocupada alimentando a mi hijo —la cortó la alcaldesa, volviendo a enfocarse en su bebé.

    Con su blanco rostro empapado de rubor, la maestra se acercó al mostrador.

     —Buenas tardes, Sarah. Quisiera por favor un cucurucho de... crema americana, arriba, y... chocolate blanco, debajo.

     —Pues si quiere un cucurucho, espere sentada, señorita Blanchard, porque esta mujer es más lenta que una tortuga —comentó Regina llena de desprecio. Esta vez Ingrid no necesitaba prepararlo despacio, pero lo hizo de todos modos para no despertar sospechas.

    —Aquí tienes, Mary Margaret —le dijo con dulzura, pasando por el mostrador a su derecha y entregándole un soberbio cucurucho cuya erguida crema americana parecía una torre de hielo.

     —Oh, gracias, Sarah —repuso la maestra, tomando el helado en sus manos.

    “Ahora o nunca”, pensó Ingrid. Avanzó un pequeño palmo hacia ella, al ver que comenzaba a caminar para el lado contrario, y, con mucha sutileza, le puso la zancadilla en el pie derecho, haciéndola tropezar y aterrizar justo sobre la alcaldesa. Mary Margaret tembló con horror al ver que todo el chocolate blanco de su helado se había derramado por la blusa favorita de Regina; la crema americana, en sus mejillas.

    —¡Dios mío, Freddie, la va a matar! —susurró Pierre muy asustado.

    —¡SI SERÁS ESTÚPIDA BLANCANI… BLANCHARD! —gritó Regina, quitándose la crema de la cara, mientras Ingrid esbozaba una sonrisa que nadie vio—. ¿TE GOLPEASTE TU PEQUEÑA CABEZA CONTRA EL PAVIMENTO?

    —Fue sin querer, señora alcaldesa… no sé cómo pude caerme —tembló, muerta de miedo, mientras el bebé comenzaba a chillar y llorar por los gritos encolerizados de su madre, que gimió de disgusto como siempre que él lloraba.

    —¿Hay un baño aquí para limpiarme, heladera? —le ladró a Ingrid.

    —Sí, al fondo a la dere…

    —¡Bien! ¡Señorita Blanchard, calme los llantos de mi hijo mientras me limpio o ya verá! —ordenó la alcaldesa, alejándose a grandes zancadas y cerrando de un portazo, mientras Henry no dejaba de llorar.

    —Tranquilo, pequeño, tranquilo —chistó con cariño la maestra, sentándose en la silla que antes ocupaba Regina y quitando al pequeño del cochecito para tomarlo en sus brazos—. No llores, Henry, todo está bien. ¿Quieres escuchar una canción? —Los llantos del niño comenzaron a amortiguarse a medida que Mary Margaret cantaba, con una voz tan dulce y hermosa que ni ella misma conocía—. “Un día encantador, mi Príncipe vendrá y dichosa en sus brazos iré a un castillo hechizado de amor”.

    —¡No sabía que María Margarita cantara tan bonito! —susurró embelesado Freddie, mientras Henry dejaba por completo de llorar y escuchaba calmadito. La pálida joven, sin saber por qué, comenzó a pensar en John Doe, aquel paciente cuya salud la tenía tan preocupada.

    —“Un día volverá, rendido de pasión…” —seguía cantando, mientras Freddie se ponía de pie y caminaba hasta Ingrid. A raíz del tema de las casas de acogida, desde que la conoció sentía más interés en hablar con ella que con sus propios amigos.

    —Es asombroso cómo sabe calmarlo, ¿no crees, Sarah?

    —¡Ya lo creo, y, mira, se está riendo! —dijo Ingrid con una sonrisa mientras el bebé comenzaba a reírse.

    —¿Te gustó la canción, Henry? —sonrió Mary Margaret, acariciándole su barbillita con un dedo y haciéndolo reír más—. A ver qué tal ésta: “Sonreír y cantar, es la magia que al mundo hace gozar y soñar y vivir en paz…”.

    —La alcaldesa tiene un carácter muy fuerte… me da algo de lástima ese niñito —murmuró Ingrid a Freddie—. Tú lo entenderás bien, trabajas con niños pequeños.

    —Dentro de pocos años tendré a Henry, pero sólo será un año y no me cruzaré mucho con él, porque el jardín termina dos horas antes que la primaria —se lamentó Freddie.

    —Claro, y, todavía, tendrá que esperar mucho para estar con Mary Margaret. ¡Pobre criatura, le esperan años muy difíciles! —añadió Ingrid, mientras la maestra devolvía al risueño Henry al cochecito y le daba en la boca las últimas cucharadas del helado de manzana.

    —A ver en trenecito… ¡Uhú chucu chucu chucu! —reía esta, acercándole la cuchara como si fuera un tren, mientras Henry se seguía riendo—. Muy bien, Henry, ahora la última en avión: ¡Fiú, fiú, fiú! ¡Mira como vuela!

     —Tal vez no si yo puedo hacer algo —repuso Freddie a su amiga cuando comenzó a escuchar las zancadas de Regina acercándose.

    —¡Pronto, vuelve con tus amigos! —apremió la heladera.

    Freddie se sentó en la silla justo a tiempo.

     —Vaya, señorita Blanchard, parece que al menos ha logrado calmarlo —dijo desdeñosa—. Mi confianza en su limitada inteligencia está por el momento restaurada. —Mary Margaret devolvió a Henry al cochecito y respiró aliviada, ya que viniendo de la alcaldesa aquello era todo un cumplido. Pero Sarah Fisher no podía decir lo mismo—. Y usted, espero que haga valer los dólares que le he pagado, porque no volveré pronto aquí; entre que tanta glucosa hace mal, la gente que hay que ver aquí dentro y lo lento que es su servicio. Buenas tardes.

    Abandonó el local con la mayor de las soberbias, sin que nadie, ni siquiera Freddie, se defendiera ni le replicara.

    —¡Menudo carácter, con los polvos que le debe echar el Graham!

     —¡Oye, qué bonito cantas! —se acercó Virgil a felicitar a Mary Margaret.

    —¡Suenas como una princesa de cuentos! —añadió Pierre.

    —¿De verdad? Yo… yo no tenía idea, pero gracias —farfulló ella muy ruborizada.

    —María Margarita, ¿te has fijao lo bien que le has hecho al crío? —dijo Freddie, sentándose en su misma mesa.

    —No fue para tanto, sólo le canté y le di de comer.

    —Eres una mujer muy dulce y Quique la tendrá muy difícil con esa bruja como madre —manifestó Freddie—. Sobretodo en la vida escolar, yo sé lo que te digo.

    —¿Y yo qué puedo hacer?

    —Yo haré lo que pueda en el jardín, pero en la primaria debes acercarte a él, ayudarlo, estimularlo, hacerle compañía. ¡Lo necesita y tú lo harás muy bien! —manifestó Freddie.

    —Bueno, pues, todavía faltan algunos años y yo no tengo muy buena memoria —repuso Mary Margaret, pensativa—. ¡Pero sin duda no olvidaría un día como hoy! Tienes razón, Freddie, seré como una segunda madre para el pequeño Henry.

     —¡O una abuela! —exclamó Pierre, mientras Ingrid se helaba de sorpresa con el comentario—. Es un chiste, por favor, ya sé que ella es muy joven.

    La Reina de las Nieves volvió a sonreír satisfecha. Todas sus piezas de ajedrez se habían movido como ella esperaba.

    ATLÁNTICA
    Años atrás

    —¿Kómo puedeh seh ke noh puedahn dar do' notah ahl parejo? —preguntó indignado el cangrejo a su banda, en la sala de música.

    —Ya lo harán mejor, Sebastián. Tenles paciencia —sonrió Lady Nefazia, sentada en un rincón junto a Ariel.

    —Es que Sebastián siempre tiene que estar enojado con alguien, y ahora que yo no lo hago rabiar tanto, se desquita con su banda —dijo la Sirenita entre risas, haciendo fruncir el ceño del crustáceo—. Aunque nunca estuvo tan enojado como esa vez que se peleó con todos por lo de John.

    —Hola —Seabottom entró, intentando armarse de valor y deshacerse de sus dudas—. Perdonad, ¿puedo hablar con usted, Lady Nefazia?

    —Claro, claro. No te importa, ¿verdad, Ariel?

    —No, ve tranquila —Ariel estaba sorprendida de que John quisiera hablar con Nefazia cuando siempre había manifestado su desconfianza a ella, pero no dijo nada. La sirena se fue flotando junto a John, y se dirigieron a los jardines reales, que era el sitio más tranquilo del palacio para conversar.

    —Bueno, ¿qué querías decirme? —preguntó con dulzura, sentados en el suelo. La incomodidad del muchacho era demasiado evidente—¿Te pasa algo?

    —¡No, nada! ¡A mí nunca me pasa nada! —fue lo primero que pudo contestar.

    —No tienes que fingir ni hacerte el invulnerable, John. Ya habías dejado tu coraza de lado cuando te disculpaste con el Rey en persona por lo que habías hecho —dijo Nefazia con su impecable y blanca sonrisa.

    —¿Ya sabía usted lo que ocurrió conmigo hace años? —saltó el muchacho, entre sorprendido y avergonzado.

    —Sí, es un tema de conversación famoso aquí en Atlántica. ¡Armaste tremendo jaleo! —rio ésta.

    —¡Ains, qué cobardes! ¡Hablando de mí a mis espaldas!

    —Pues, es feo, pero toda acción tiene consecuencias. Yo también he hecho cosas de las que me arrepiento. He sido una mala hermana y mala hija —confesó Nefazia con gran tristeza—. Pero todo es parte de madurar y crecer. A ti ahora todos te quieren y eres un buen amigo de todos, en especial de los niños —añadió, recuperando su sonrisa.

    —Sí...es que para mí los niños son seres puros, que todavía no están contaminados por este mundo —John mismo no sabía por qué estaba abriéndose de esa manera con Nefazia, pero sentía la confianza para hacerlo.

    —Tritón es un gran rey, el mejor de todos los mares. Pero aún podemos hacer algunas cosas para mejorar Atlántica, como darles un hogar a todos los niños huérfanos sin importar su especie.

    —¿Haríais eso? —Seabottom cada vez estaba más sorprendido.

    —Claro. Sin duda alguna —terció Nefazia con entusiasmo—. Pero, qué tonta, al final no hemos hablado de lo que querías decirme. Dímelo.

    John dudó un poco más, y luego respondió con decisión:

    —Que me da mucho gusto que vayáis a ser nuestra reina. Disculpad que no lo dije antes, es que me daba vergüenza.

    —¡Muchas gracias, qué encanto! —intentó abrazarlo, pero John la detuvo.

    —Lo siento, pero, no soy muy bueno para los abrazos. No es lo mío —farfulló mirando al suelo.

    —No hay problema —dijo Nefazia con su sonrisa—. Cada uno tiene sus tiempos. Tú ya haces mucho bien por los niños, y presiento que seguirás haciéndolo durante muchos, muchos años.

    STORYBROOKE
    Abril de 2007

    Freddie Kay le leía a su pequeña clase el cuento de "La Cenicienta", como cada día desde hacía casi veintiún años. Sólo que, en los últimos meses, su rutina había sufrido una modificación.

    —¿Ese cuento no nos lo leyó antes? ¿Y muchas veces? —preguntó un niñito de mirada dulce y ojos grandes y expresivos.

    —¡Qué va, Henry! ¡Es la primera vez que lo leo! —respondió Freddie.

    —Sí, yo no lo conozco —añadió Rose con emoción—. ¡Que empiece ya!

    Freddie dio comienzo a la lectura:

    —Érase una vez, en un reino muy lejano, un rico caballero viudo que vivía en un gran castillo con su pequeña hija. La niña tenía todos los encantos de su madre, y, aunque su padre era cariñoso y la llenaba de comodidades, pensaba que le hacía falta el cariño de una madre.

    —¡Como Henry! ¡Que tampoco tiene mamá! ¡Ni papá! —se burló Jacindo, señalándolo con el dedo.

    —¡Yo sí tengo mamá! —se defendió Henry.

    —¡No es tu mamá de verdad!

    —Jacindo, pórtate bien y cállate —ordenó Freddie, fastidiado.

    —¡Cállate tú! —replicó, poniéndose de pie—¡Quisiera tener una maestra mujer, en lugar de aguantarte a ti!

    —¿Por qué te burlas de Henry, si tú tampoco tienes madre? Sólo una abuela —intervino Rose.

    —¡Por lo menos es mi abuela de verdad, y no una extraña! ¡Y menos una bruja como tu mamá!

    —Mi mamá no es una bruja —sollozó Henry.

    —¡Jacindo, quédate parado en el rincón y no vuelvas a abrir la boca! —ordenó Freddie—Antes de que venga...

    —¿Qué está sucediendo aquí, por amor a Shakespeare? —bramó Matilda Tronch Bull, con Harry detrás de ella.

    —¡Ains, que pareces Droopy, mujer! —exclamó Freddie.

    —Jacindo habló muy mal de mi mamá —sollozó Henry.

    —¡Ah, claro! ¡Tú, Jacindo, como siempre! —exclamó, zarandeándolo con violencia de los brazos—¡Mocoso malcriado!

    —¡Suéltalo, Matilda! —interfirió Freddie acalorado—¡Por más mal que se porte, no puedo permitir que un niño sea maltratado!

    —La niñez y la juventud son temporales. Pero la maldad...oh, la maldad dura para siempre —dijo la mujer.

    —Ains, no me vengas con ridiculeces, por favor. Si se pone difícil hay que llamar a su abuela, no agredirlo.

    —¡No, a mi abuela no! —suplicó Jacindo entre llantos—¡Denme otra oportunidad!

    —Las oportunidades no se regalan, se ganan.

    —Siempre dice esa frase —murmuró Harry para sí mismo, mientras el maestro acercaba su rostro al de la celadora y los niños seguían sentados mirando todo con miedo.

    —Deja de meterte en mi clase. Yo sé controlar a mis niños, Matilda.

    —Pues no se nota. Además, tenemos órdenes estrictas de la alcaldesa Mills de llamarla ante cualquier problema que ocurra con su hijo.

    —Retírate y déjame manejar esto a mí, ¿o quieres que lo arreglemos con el director?

    —Me voy, pero porque yo quiero, no porque tú me lo dices. Pero la próxima vez sí llamaré a la alcaldesa —Matilda le dio la espalda y avanzó hasta la puerta, para girarse una vez más antes de salir—¡A mí nada me asusta! —exclamó, cerrando de un portazo, mientras Freddie resoplaba agotado y fastidiado.

    ****************************************************

    Durante el recreo, los niños del jardín lo pasaban en un pequeño patio de juegos con cuatro hamacas, un tobogán y un sube y baja. Freddie, por vigilarlos y controlar que no se lastimen, no se había dado cuenta de que Henry estaba triste y solo en un rincón. Pero alguien acudió a consolarlo.

    —Hola, Henry. ¿Qué te ocurre?

    —Señorita Blanchard, estoy triste.

    —¿Jacindo volvió a molestarte? —preguntó, sentándose junto a él.

    —Sí, y no le hice caso a mi mamá en algo que me dijo. Ella dice que me defienda, que si me burla, yo lo burle peor.

    —¡Oh! —Mary Margaret no se atrevió a criticar a la alcaldesa, pese a su opinión—Yo pienso que la maldad no se arregla con más maldad. Eso no soluciona nada. Es probable que Jacindo necesite cariño, y por eso actúa así —añadió abrazándolo.

    —¡Hola, María Margarita! —Al reparar en ella, Freddie se acercó a saludar y se sentó con ellos, quedando Henry en el medio—Quique, olvidé que estabas aquí. No sé dónde tengo la cabeza.

    —Pero, ¿no tienes que vigilar a los otros niños? —preguntó Mary Margaret.

    —Los vigilo desde aquí. Ahora Quique me necesita más —sonrió el muchacho.

    —Freddie, no les hagas caso a Jacindo y a Matilda. Eres el mejor maestro del mundo —dijo el niño con franqueza.

    —¡Ains, pero qué niño inteligente! —Freddie revolvió el cabello del pequeño, haciéndolo reír.

    —¿Saben? Ustedes dos juntos parecen mi mamá y mi papá —comentó Henry con picardía.

    —¡Oh, no, no, no! —farfullaron los dos, ruborizados.

    —La quiero mucho a María Margarita, pero sólo somos amigos.

    —Exacto. Como hermanos —el cutis pálido de la maestra se tiñó de rojo.

    —¿Y usted no tiene novio, señorita Blanchard?

    —¿Qué preguntas son esas? No, no tengo novio —farfulló, y sin saber por qué, volvió a pensar en el desconocido que estaba en coma en el hospital.

    —Tranquila, María Margarita. Al menos el pequeño se ha reído, que es lo más importante.

    —¡Qué bien que te rías, Henry! —Mary Margaret abrazó al niñito, y Freddie, sin poder contenerse, lo abrazó por la espalda, quedando éste abrazado en medio de los dos.

    ************************************************

    En el horario de salida, Freddie cuidaba a los niños que aún no habían sido recogidos por su familia, aunque ya sólo quedaban Henry y Jacindo. Matilda Tronch Bull y su hermano también estaban.

    —¿Es que no me puedes dejar hacer mi trabajo solo, mujer?

    —Sólo estoy vigilando. La vigilancia es el único modo seguro de orden y gobierno.

    —Hablando de gobierno —dijo con timidez Harry, al ver que se acercaba la alcaldesa a grandes zancadas.

    —¡Tú! —exclamó, zarandeando a Jacindo por los hombros y asustándolo—No habrás vuelto a molestar a mi hijo, ¿verdad, mocoso?

    —Ains, hija, no lo agreda —Aún con temor, Freddie se interpuso entre Regina y el pequeño, mientras Henry los contemplaba con temor.

    —Usted, señor Kay, es un crío patético y fracasado que no sabe cuidar de una clase —le espetó con frialdad, atemorizándolo—.¿Y qué se puede esperar, si tiene casi la misma edad que ellos?

    —Coincido con usted, señora alcaldesa —dijo Matilda con una cruel sonrisa.

    —¡Usted mejor cállese! —ahora era la celadora a quien zarandeaba de los hombros—¡Es más inútil que un apéndice cecal! ¡Vámonos, Henry!

    Se llevó al niño del brazo, y por una vez, Freddie, Matilda y Jacindo pensaron lo mismo.

    —¡Qué mujer tan mala!

    —La crueldad es un tirano sólo sostenido por el miedo.

    —¡Ains, tenéis toda la razón! Me pregunto si en algún universo existirá una mujer más desagradable que ésta.

    ATLÁNTICA
    Años atrás

    —¡Aquata, deja de flotar así! ¡Estás llenando todo de burbujas! —dijo Andrina, en la habitación de su hermana mayor.

    —¿Y cómo quieres que esté, pedazo de tonta? ¡Pronto todo terminará! ¡La falsa de Nefazia será nuestra madrastra y la nueva reina! ¡Ya están comprometidos!

    —Pero, no lo sé. ¿Tú de verdad estás segura de que miente? —titubeó la rubia—Ya nos ha demostrado su cariño un montón de veces.

    —¡Porque todavía no está casada, cabeza de molusco! No me digas que te engañó a ti también. Claro, si hasta lo logró con el imbécil de John. ¡"Odiador" mis tenazas! Espero, Andrina, que no te conviertas en otra traidora declarada como nuestra querida Ariel —añadió, apuntándole con el dedo.

    —¡Pobre! ¿No te da pena que se haya quedado muda?

    Se sobresaltaron, pues Nefazia apareció en el umbral. No se habían dado cuenta de que habían dejado la puerta abierta.

    —Hola, chicas —saludó con una amable sonrisa—. Andrina, ¿me dejas hablar a solas con Aquata?

    Ninguna esperaba eso. Se miraron a los ojos, ambas nerviosas.

    —Sí, claro. Me voy —Andrina salió flotando de la habitación entre titubeos, mientras Nefazia entraba.

    —¿Qué quieres? —dijo seca Aquata, sentándose en su cama frente a la prometida de su padre.

    —¿Cuál es tu problema conmigo? ¿Por qué no te caigo bien? —el tono de Nefazia era tranquilo, pero triste.

    —¿Por qué dices eso? —dijo muy nerviosa.

    —Porque se te nota. Siempre tienes actitudes de indiferencia y rechazo hacia mí, y no entiendo por qué. Eres la única de tus hermanas. ¿Te he hecho algo alguna vez? —Nefazia se había enterado de lo de Aquata por Ariel, poco antes de que perdiera su voz, pero no iba a delatarla. Había querido esperar a comprobar por sí misma si lo que decía la Sirenita era así.

    —No confío en ti —confesó con rabia—. Para mí eres una mentirosa, y no lo quieres a nuestro padre. Una mujer tan elegante como tú nunca podría enamorarse de un...hombre de su edad.

    —¿Eso es lo que piensas de tu papá? ¿Que ya nadie puede enamorarse de él? Tu padre es maravilloso, y está lleno de cualidades que no sé si aprecias.

    —¡No es por eso nada más! —replicó Aquata, ruborizada—Esa manía tuya de llenar de regalos a los demás...¡es evidente que quieres comprarnos!

    —Yo no hago los regalos por eso —dijo un poco dolida—. Lo hago porque pienso que los regalos son un modo de ofrecer tu corazón a alguien especial. Alguien que quieres. Y todas esas joyas que estás llevando son las que yo te regalé.

    Aquata se indignó y se sonrojó con intensidad ante la observación de Nefazia, y flotó lejos de ella, produciendo muchas burbujas.

    —¿Tú sabes lo que se siente prepararte toda tu vida para ser reina, y que luego aparezca una extraña y te lo quite de un aletazo? ¡Seas o no seas una mentirosa, es lo que me estás haciendo! ¡Privándome de mi destino! ¡Ahora no me llevó a su reunión en Índica, y de no ser por ti, lo hubiera hecho!

    —¿Eso piensas que te hago? —Nefazia nadó hacia ella—Yo amaría a tu padre incluso aunque fuera pobre. Además, ¿tú de verdad estabas preparada para ser reina, Aquata? Porque lo ves a tu padre y te pensarás que es fácil, pero te aseguro que no lo es.

    —¿Y tú te consideras mejor preparada que yo?

    —No sé cómo serás con un reino, pero lo presiento al ver tu comportamiento conmigo —terció Nefazia con serenidad—. Te estoy hablando bien, estoy tratando de que nos entendamos, y me contestas de mala manera y con berrinches. Cuando eres la mayor.

    —¡BASTA! —gritó furiosa—¡Tú no me caes bien y nunca lo harás! ¡Ve a contarle a papá cuando vuelva, si tanto te molesta!

    Nefazia permaneció unos segundos en silencio, y luego afirmó:

    —No le voy a decir nada a Tritón, porque ésto es entre nosotras. Pero estoy muy decepcionada. No puedes ni dialogar. Tu padre se equivoca al decir que su mayor preocupación es Ariel. Deberías ser tú.

    Abandonó la habitación con mucha dignidad, y Aquata le cerró de un portazo.

    "¡Ésto no se va a quedar así, Nefazia! ¡Por supuesto que no se va a quedar así!"

    ******************************************************

    Entrada ya la noche, Andrina sostenía dos pergaminos junto a su hermana mayor, en la habitación de Nefazia.

    —¡Aquata, no sé si hicimos bien! Si papá descubre que le robamos su pluma mágica...

    —¡Papá no tiene manera de saberlo, anzuelo de trucha! Ahora lee la carta para Nefazia, a ver si escribiste todo bien —ordenó con impaciencia.

    Con temor en la voz, Andrina tomó uno de los pergaminos y leyó en voz alta:

    —"Querida Nefazia: estoy muy mal. Mis negocios continuaban en Poseinópolis luego de Índica, y allí es dónde estoy. Un tiburón me mordió y estoy muy herido. El Rey Poseidón me está cuidando, pero quiero verte. No les digas nada a mis hijas hasta que no esté a salvo. Apresúrate que te necesito. Con amor, Tontón."

    —¡Muy bien, muy bien! —aprobó Aquata—Esta carta la dejaremos sobre la cama de Nefazia, y se la encontrará apenas llegue a su habitación. Ahora lee la que le dejaremos a papá —Andrina tomó la otra hoja y comenzó a leer:

    —"Tritón: no soporto un minuto más en este espantoso palacio. ¡Tú, tus malcriadas hijas y ese cangrejo insoportable me están volviendo loca! ¡En especial la muda discapacitada de Ariel! Quería casarme contigo por interés pero todos acá son tan desagradables que no aguanto más. Adiós para siempre, Nefazia".

    —¡Muy bien, Andrina! ¡Recordaste todo lo que te dije!

    —Pero, ¿tú estás segura? ¿No es un poco cruel lo que estamos haciendo?

    —¡Qué cruel ni qué cangrejos! ¡Es justo lo que esa arpía se merece! ¡Cuando papá lea esta carta mañana, nunca más va a querer saber de ella! ¡Nefazia será un mal recuerdo y nada más!

    —No lo sé...¿no es mucho?

    —¡Cállate! ¡Qué bueno que no eres la mayor, porque nunca podrías ser reina con ese carácter tan débil! —le espetó Aquata—. Vámonos antes de que esa pulpa llegue.

    LA MONTAÑA PROHIBIDA

    —Cruella, tengo un obsequio para ti que ni te imaginas —dijo Maléfica en el salón de su castillo.

    —¡Oh, querida! ¿Qué será? —Muy emocionada, la fanática de las pieles se cubrió los ojos con las manos, momento que la Emperatriz del Mal aprovechó para hacer aparecer un fino abrigo de piel de leopardo, y sostenerlo frente a ella con sus dos manos.

    —Ya puedes abrirlos.

    Al abrir los ojos, Cruella lanzó un gemido de emoción.

    —¡Pero qué gran belleza! —dijo acariciando la piel y refregando su cara en ella—¡Hola, mi amor! ¡Ay, qué hermosura! ¡Ven, ven conmigo, déjame ponerte!

    Se quitó su abrigo y le arrebató el de leopardo a Maléfica, poniéndoselo muy emocionada, mientras la bruja hacía aparecer un espejo frente a ella.

    —¡Gracias, querida! ¡Es el que yo quería! ¿Cómo supiste? ¿Cómo lo conseguiste?

    —Me encontré sin querer con tus bocetos, y vi que estabas obsesionada con una piel así. Hice un poco de investigación y supe que lo que querías estaba en tu tierra natal. Como soy muy buena amiga, te lo traje —sonrió Maléfica, mientras Diablo graznaba en su hombro.

    —¡Sin duda los del zoológico de Londres están lamentando una terrible pérdida! —Cruella y Maléfica compartieron una vil carcajada—. Te agradezco que hayas hecho ésto por mí, querida, pero la que de veras está mal es nuestra Ursulita.

     —¿Ah sí? ¿Qué le ocurre a ella? —Maléfica alzó una ceja, mientras Cruella comenzó a pasearse por la habitación con su nuevo abrigo.

    —Sigue furiosa con su padre, y con todo su reino...esto...¿cómo se llama, querida?

    —Poseinópolis.

    —¡Gracias, querida, Poseinópolis! —recordó Cruella tronando los dedos—. Se le metió en la cabeza ir a ver a un cangrejo de Atlántica, que según ella es el mejor músico del mundo acuático.

    —Úrsula es una tonta si piensa meterse en un reino tan seguro y bien protegido como Atlántica —comentó Maléfica—. El Rey Tritón es un rival muy fuerte, y no le conviene tenerlo en su contra —Su demoníaco rostro se iluminó de un fulgor maligno—. Creo que tengo un brillante plan para vengar a nuestra querida Úrsula, pero necesito tu ayuda, Cruella.

    —¿Mi ayuda, querida? —se sorprendió su amiga, acercándose a ella—¿Cómo puedo ayudarte yo a ti, si sólo soy una hermosa, elegante pero humilde chica con una hermosa piel?

    —Acércate y mira —En el orbe de su bastón, Maléfica hizo aparecer la imagen de cinco enormes ballenas asesinas de color blanco y negro, en lo que a Cruella le pareció un espantoso sitio acuático—. Estas criaturas habitan en Tiburonia, que es de lo peor que hay bajo el mar. Quiero que les ordenes que hagan todo lo que yo les diga.

    —Mmm...ahora estamos hablando, querida —sonrió Cruella, inclinando su cabeza hacia el orbe. Sopló su aliento mágico sobre él, y éste penetró por la imagen y tiñó de verde los ojos de las temibles ballenas. La Devil miró a la Emperatriz del Mal, como esperando su aprobación, y ésta sonrió y asintió con la cabeza.

    —¡Viles criaturas, escuchen mis órdenes! —bramó la bruja a las ballenas, sosteniendo el cetro en alto—¡Naden tan rápido como puedan hacia Poseinópolis, y destruyan todo a su paso! ¡Maten y masacren a todos los que puedan, sean sirenas, tritones o animales! ¡Que el Rey Poseidón vea destruido todo! —Cruella y Maléfica intercambiaron una diabólica sonrisa—¡Vayan, y no me fallen!

    Las ballenas emprendieron el nado mientras Diablo continuaba graznando, y Maléfica retiró la imagen mientras Cruella abría la boca muy asombrada.

    —¡Impresionante, querida! Qué bueno que les diste tú esa orden, porque yo no puedo...—se cortó en seco.

    —¿Tú no puedes qué, Cruella?

    —No puedo inventar planes tan fabulosos como los tuyos, querida —improvisó—. Úrsula sin duda quedará contenta cuando sepa que destruimos ese reino que tanto odia.

    —Ya sabes que yo hago lo que sea por mis amigas —Maléfica se postró triunfante en su gran sillón.

    —Pues la que de verdad necesita ayuda es la Reina Malhumorada. Digo, malvada —bromeó Cruella—. ¿Cuánto tiempo hace ya que está con su cacería de bandidas?

    —Regina acaba de recuperar su preciada manzana. ¿No te lo dije? Así que tal vez sí acabe con Blancanieves de una vez por todas. Y sino, yo siempre puedo idear una venganza mejor y más inteligente —concluyó Maléfica con una perversa sonrisa, seguida por carcajadas entre ella y Cruella.

    ATLÁNTICA

    —Flounder, hijo, ¿es que ya no quieres jugar más? —preguntó John al pececito, en el jardín real.

    —Es que me preocupa Ariel —dijo cabizbajo—. Desde que se quedó muda que no quiere ni salir del cuarto ni ver a nadie. Ni siquiera a Urchin.

    —Pero al menos te quiere ver a ti, el traductor oficial de señas —intentó animarlo—. Venga, sigamos jugando que sino me aburro. Yo no soy como Urchin y Thor, que se duermen tan temprano.

    En ese momento, la prometida de Tritón pasó nadando más veloz y agitada que nunca.

    —¡Lady Nefazia! ¡Ey! —Sorprendido, John nadó tras ella hasta que logró alcanzarlo—¿Qué os pasa que os váis así?

    —¡Tengo que ir a Poseinópolis! —exclamó muy preocupada—¡Luego te explico, que no tengo tiempo! ¡Adiós, John!

    —Perfecto —sonrió Aquata, que la observaba irse desde el balcón de su habitación, con Andrina a su lado, insegura.



    STORYBROOKE
    Noviembre de 2011

    Freddie Kay y Virgil Duncan estaban sentados frente al televisor, en la humilde vivienda de la posada en la que vivían desde hacía veintiocho años, cuando Pierre Blake entró y se sorprendió con el cuadro.

    —¡Ya decidí lo que vamos a hacer con el dineral que nos pagó Auberjonois! ¡Ir los tres a cenar a ese restaurant que le hace la competencia a "La Abuelita"!

    —¡Cállate que queremos oír! —replicó Virgil sin despegar los ojos del televisor.

    —¿Qué están mirando tan interesados?

    —¡Hombre, la nueva serie que nos recomendaste tú! —exclamó Freddie.

    —¿"Don Kitsote y Sancho Adam"? —saltó Pierre.

    —¡Claro que sí, apúrate que recién va por el primer bloque! —dijo Virgil, mientras Pierre se sentaba veloz como el rayo en el medio de ellos.

    —¡Oh, no, fueron al corte! —exclamó Pierre con rabia.

     —¡Ains, pero qué serie genial, mi arma! ¡Todos los capítulos me sorprenden, es increíble lo bien hecha que está! ¡Es todo consistente! —comentó Freddie, embelesado.

    —Es cierto. No sé qué es mejor, si esta serie, o esa rubia espectacular que accaba de llegar a Storybrooke —añadió Virgil.

    —¡Emma Swan! ¡Ésa sí que es una badass! —exclamó Freddie—¡Me ha encantado enterarme de que destrozó el manzano de la alcaldesa!

    —Yo la acabo de ver en la calle. Le ofrecí que esté en una de mis películas, pero no quiso —se lamentó Pierre.

    —¡Ojú! ¡Es que ha de ser una mujer con mucha dignidad, no hay duda! —aseguró Freddie—Qué bien para mi pobre Quique volverla a tener en su vida.

    —¿Henry sigue con esa tontería de que somos personajes de cuentos? —preguntó Virgil.

    —Así es, mi arma. Dice que aún no se da cuenta de quién era yo, pero que de seguro fui una buena persona, que hacía lo correcto —dijo Freddie con una sonrisa y la mirada perdida.

    —¡Cállate, que ahí regresa la serie! —exclamó Pierre.

    —¡Ojú, la gran serie! —añadió el maestro, aun pensando en las palabras del niño.

    ATLÁNTICA
    Años atrás

    No habían pasado ni cinco minutos desde que Nefazia se había ido, que Flounder y John volvieron a ver pasar a alguien que nadaba muy rápido.

    —¡Auxilio! ¡Auxilio! —gritaba el Rey Poseidón, llenando el jardín de burbujas con su cola verde—¡Rey Tritón, auxilio!

    —¡Ojú! ¿Pero qué le pasa a éste?

    —No sé. Vamos a ver —dijo Flounder.

    Siguieron al rey de Poseinópolis hasta el gran pasillo que dividía las habitaciones reales, y éste no dejaba de pedir a gritos por el monarca de Atlántica.

    —¿Peroh kiéh eh e' hijoh e' pulpah ke gritah asíh a etah jorah? —despotricaba Sebastián que, como las Princesas, salía dormido al pasillo—¡Oh, Rei Poseijóhn! —rectificó con temor.

    —¿Qué escándalo es éste? —bramó Arista.

    —Los modales. Sea lo que sea, es un rey —le susurró Adella.

    —¡Es terrible! ¡Unas ballenas asesinas invadieron mi reino! ¡Se están comiendo todo, están masacrando a todos! —gimoteó Poseidón.

    —¡Qué rey cobarde y patético! —le susurró John a Flounder, mientras Sebastián comenzaba a explicarle al soberano que Tritón estaba en Índica.

    —¡John! ¡Nefazia! —exclamó el pececito muy angustiado—¡Se dirige a Poseinópolis! ¡Van a matarla!

    —¡Ains, es cierto! ¡Vamos a alcanzarla! ¡A pararla antes de que llegue!

    John y Flounder salieron nadando tan rápido, que en el tumulto nadie se percató de que se habían ido.

    —¡Pero, Sebastián, estoy desesperado! ¡Mi pobre reino! —continuaba lamentándose Poseidón.

    —Sin el tridente de mi padre no podemos hacer nada, Su Majestad —dijo Aquata—. Pero puede quedarse aquí hasta que llegue nuestro padre mañana.

    —¡Aquata! ¡Ven un momento! —pidió Andrina.

    —¿No me ves que estoy hablando con Su Majestad?

    —¡Es muy importante! —gimió.

    —Vaian tranquilah, niniah, ke io meh encargaré e' Rei.

    —¿Qué quieres tan urgente? —bramó Aquata a su hermana, ya en su habitación.

    —¡Mandamos a Nefazia a Poseinópolis! ¡Con la masacre de ballenas! Yo voy a confesar —intentó salir, pero la mayor la sujetó muy fuerte del brazo, haciéndole daño.

    —¡Tú te quedas muda como Ariel! ¿Me oíste?

    —¡Ésto es muy grave, fuimos muy lejos! ¿Es que tú quieres que esas bestias se coman a Nefazia?

    —Claro que no quiero. Yo quería que se fuera, no que se muera. Pero si papá se entera de lo que hicimos, nos dará un castigo muy grave.

    —¿Y entonces? ¿Vamos a dejar que la maten?


    —Esperaremos que no le hagan nada —terció Aquata—. Y si le ocurre algo, no es nuestra culpa. Las asesinas serían las ballenas, no nosotras.
    STORYBROOKE
    Febrero de 2012

    Llevando una bonita bolsa azul de plástico, Freddie golpeaba la puerta del departamento de Mary Margaret junto a Pierre y Virgil.

    —Hola —Emma Swan les abrió la puerta con simpatía—. ¿Vienen al festejo de Mary Margaret?

    —¡Claro! —respondió Pierre, mientras Virgil y Freddie avanzaban—Oye, ¿estás segura de que no quieres filmar conmigo?

    —¡Madura ya, muchacho! ¡Yo no soy una cualquiera! ¡Soy una mujer con dignidad!

    Freddie y sus amigos saludaron con cordialidad a August y los demás, pero no tardaron en dirigirse a la homenajeada.

    —¡Qué bueno que ya todo esté bien! —dijo Virgil besándola en la mejilla.

    —¡Sabía que tú no podías matar a Catherine!

    —¡Ojú! ¡Es "Kathryn", Pierre!

    Blake se dirigió a intentar entablar conversación con Emma, mientras Virgil se aproximaba a Ruby con una gran sonrisa que ella le correspondió.

    —Me gusta mucho tu nuevo aspecto, sin tanto maquillaje. Te ves más natural y más bonita.

    —Gracias —sonrió Ruby.

    —¡Bueno, circulando, circulando! —intervino la Abuela, poniéndose en el medio de ellos.

    —¡Esto es para ti! ¡La hice yo mismo! —Freddie destapó el contenido de la bolsa y le entregó a Mary Margaret una preciosa torta de chocolate y frutilla, con una imagen de Blancanieves de Disney.

    —¡Freddie es preciosa! ¡Hay que servirla!

    —¡Sí, pero yo la Blancanieves! Esa porción me la como yo solito —Mary Margaret sirvió la torta sobre la mesa, y Emma intentó partirla en porciones iguales para quien quería, mientras Freddie se dirigía a su compañera en susurros, llevándosela a un rincón.

    —Hija, cuando veníamos para acá, vimos salir al bígamo con Quique —Ella se entristeció—. Yo no sabía que estabas saliendo con él pero jamás te había visto tan feliz, y dicen que ya dejó a Kathryn. ¿Estás segura de que no podéis reconciliaros?

    —Jamás. Ni la menor posibilidad. No puedo estar con un hombre que no confía en mí. Que dudó de mí. Y ya que lo digo, tú eres el único que no me llamó "zorra" ni "ramera". Perdona por haberte echado en la comisaría.

    —Ya, hija, lo entiendo, acababas de pelearte con el bígamo. Perdóname tú por no haberte ayudado en la venta de velas, es que tenía una gastroenteritis de los cojones.

    A Mary Margaret se le escapó una risita.

    —No entiendo por qué te haces el duro con lo tierno que eres, Freddie. Henry todavía me habla mucho de ti, dice que de seguro fuiste un héroe en el Mundo de los Cuentos que él imagina.

    —Lo dudo. Sólo soy un pobre maestro que no puede ni controlar a unos críos.

    ATLÁNTICA
    Años atrás

    —¡Ahí está! —gritó Flounder, cerca del límite entre Atlántica y Poseinópolis.

    John siguió nadando cada vez más agitado, y se alivió al ver que Nefazia se sentaba a descansar sobre una roca.

    —¡Lady Nefazia!

    Como si no estuviera segura de haber escuchado una voz, ésta se volvió, mientras el pececito y el joven Tritón la alcanzaban.

    —¿Qué hacen ustedes aquí? Sé que no les expliqué nada, pero no tengo tiempo. Sólo estoy descansando un minuto porque no puedo más. ¡Debo llegar!

    —¡Hay un ataque en Poseinópolis! ¡Ballenas asesinas! —exclamó Flounder.

    —¡Oh, no! —se horrorizó Nefazia, pensando en que quizás Tritón estaba muerto.

    En ese preciso instante, el agua cristalina se tornó negra, y todos los ojos miraron hacia arriba. Las ballenas enviadas por Maléfica nadaban sobre ellos, casi satisfechas tras haber devorado tanta carne, y el silencio se rompía de manera ocasional por los chillidos agudos que emitían al hablarse entre sí.

    —Shhh —susurró Nefazia—. Bajen muy despacio y no se muevan. Muy despacio y sin hacer ruido.

    John y Flounder le hicieron caso. Con la cabeza recostada sobre el piso, yacían sin moverse en el fondo y sin atreverse a mirar hacia arriba.

    Después de lo que pareció mucho tiempo, las ballenas comenzaron a dispersarse.

    —Piensan que no hay más nada que comer y van de regreso a Tiburonia —explicó la duquesa con la voz muy baja.

    —¡Ojú! ¡Lo logramos! —gritó el muchacho, alzando la cabeza.

    —¡John, no! —murmuró Nefazia, pero ya era demasiado tarde.

    La última ballena se volvió a mirar al joven tritón y a Flounder, y empezó a nadar hacia ellos chasqueando en el agua.

    —¡Vámonos! —gritaron, comenzando a nadar desesperados, pero la bestia era mucho más rápida que ellos.

    —¡Es inútil! ¡Nos va a comer! —gimió Flounder.

    La ballena estaba por alcanzarlos, cuando Nefazia se interpuso en el camino entre ésta y sus víctimas.

    —¿Qué...—se desconcertó John.

    Nefazia comenzó a nadar en zig zag, guiando al animal de un lado al otro y acaparando su atención para que ignorara a John y Flounder.

    —¡Naden! ¡Huyan! —gritaba la sirena.

    Flounder se quedó paralizado de terror, pero John, sin saber muy bien qué hacer, nadó hacia la criatura. Ésta abandonó a Nefazia y comenzó de nuevo a perseguir al muchacho; utilizó su enorme cola para dar un aletazo, y John giró a causa de la corriente, mientras el agua comenzaba a formar un violento remolino.

    —¡JOHN, NO! —El grito de Nefazia hizo que la ballena se volviera hacia ella y la golpeara con una de sus gigantescas aletas, lanzándola al fondo.

    —¡Nefazia! —exclamo Flounder, mientras John luchaba por enderezarse. La sirena yacía sin conocimiento en el suelo, detrás de una enorme roca—. ¡John, mira! —Como si fuera un milagro, el pececito descubrió un caracol tras el peñasco.

    El muchacho vio, con terror, que la ballena avanzaba lentamente hacia el cuerpo inconsciente de Nefazia, dispuesta a devorarla. Nadó con todas sus fuerzas hasta tomar el caracol y lo golpeó contra la roca, partiéndolo por la mitad. El animal ya tenía la boca bien abierta, muy cerca del rostro de la sirena, y Flounder se cubrió los ojos con sus aletas delanteras.

    Un agudo chillido atravesó el océano, ya que John había soplado el caracol roto justo a tiempo. La ballena se detuvo de inmediato y pareció escuchar, pensando que era una llamada de sus compañeras, advirtiéndole que no se retrasara. De pronto viró y se alejó a toda velocidad, mientras John seguía soplando. No dejó de hacerlo hasta que la ballena estuvo muy lejos.

    —¡Ojú, estuvo cerca! —respiró de alivio, acercándose al cuerpo de Nefazia—La pobre está desmayada, será mejor que la llevemos a su casa.

    La tomó en brazos, fuerte y erguido, y nadó hacia Atlántica junto a Flounder.

    *************************************************

    El Rey Poseidón discutía a los gritos en las afueras del palacio real con el recién llegado Rey Tritón, mientras Sebastián, Urchin, Thor, Oscar, Leyre, y las cinco menores Princesas observaban a su alrededor. También estaba Perla, que se había quedado a dormir con Alana.

    —¡Por favor, elimina a esas ballenas! ¡Salva a mi reino! —suplicaba el rey.

    —Papá, ¿qué haces aquí? ¿No venías mañana? —Aquata acababa de salir, seguida por Andrina.

    —Los Reyes de Índica fueron muy comprensivos y cerramos el negocio muy rápido —comenzó a mirar hacia todos lados—. ¿Y Nefazia? ¿Dónde está mi Nefazia?

    —¡Es verdad, no está aquí! ¡Con todo este lío no nos dimos cuenta! —dijo Arista, mientras Ariel se alarmaba más que nadie.

    —Aquata, digamos la verdad. ¡Por favor! —imploró Andrina entre susurros.

    —¡Cállate! ¡Papá nos matará!

    —Iré a salvar a tu reino, Poseidón. Sebastián, busca a mi futura esposa, que estoy muy preocupado.

    —¡Santah medusah, Sú Magestáh! ¡Ahí ieneh! —exclamó el crustáceo señalando con una de sus tenazas.

    Todos se dieron la vuelta, y vieron a John Seabottom, seguido por Flounder y trayendo a la inconsciente Nefazia en brazos.

    —¡Mi amor! —exclamó Tritón yendo hacia ellos, mientras todos abrían la boca de la sorpresa.

    —Andrina, aprovecha que están distraídos y rompe la carta para papá antes de que él la vea —susurró Aquata muy asustada—¡Ya!

    Su hermana se alejó nadando, mientras su padre examinaba el rostro de su esposa y se dirigía a John.

    —Muchacho, ¿qué ha pasado?

    —Sólo está desmayada. Pero casi se la comen las ballenas asesinas.

    —¿Y mi reino? —preguntó Poseidón.

    —Sólo sé que las ballenas ya se han ido —dijo Flounder.

    —Poseidón, adelántate que luego iré a ayudar. Antes tengo que ver cómo está mi prometida.

     —Tomad, Su Majestad. —dijo John, mientras Poseidón se alejaba hacia su reino.

    Le entregó a Nefazia, que de a poco comenzó a abrir los ojos en brazos de su prometido.

    —¡Tritón! —exclamó—¡Las ballenas otra vez! ¡Y John! ¡John me salvó la vida!

    —¿Tú hiciste eso, jovencito? ¿Salvaste a mi futura esposa?

    —Sí, ya, bueno, lo hubiera hecho por cualquiera —farfulló con una timidez que no era propia de él—. Sólo recordé la historia de las cebras marinas y soplé de un caracol roto para ahuyentar al animal.

    —¡La rescató como un héroe! ¡Fue muy valiente!

    —Ya, tú viniste conmigo, Flounder.

    —Pero, ¿cómo? —Nefazia se alejó de los brazos de Tritón y flotó frente a él—¿No estás herido? ¿No estabas en Poseinópolis al borde de la muerte?

    —Claro que no, Nefi. Estoy perfecto y hace mucho que no voy allí. ¿De dónde sacas eso?

    La sirena le dirigió una mirada de profundo dolor a Aquata, que sintió un escalofrío.

    —Lo soñé. Tuve una pesadilla y lo confundí con la realidad, por eso salí. —mintió, mientras Ariel se acercaba desesperada a darle un abrazo.

    —¡John, rescataste a Nefazia! —lo felicitó Oscar, que nadaba hacia él junto a Leyre, Urchin y Thor.

    —Salvaste a esa precio...—Thor se calló, al ver la mirada gélida de Tritón.

    —¡Sabía que podías cambiar, como yo lo hice! —exclamó Urchin muy contento.

    —Y yo sabía que algún día serías un gran amigo de todos —dijo Tritón con una gran sonrisa paternal.

    Comenzó a aplaudir, despacio y lento, y luego Nefazia aplaudía con él. John se fue girando poco a poco, y vio que todos a su alrededor lo aplaudían con más y más fuerza y entusiasmo (menos Aquata que lo hacía sin ganas), y pronto comenzaron los gritos y los vítores, mientras al joven muchacho se le escapó una lágrima que se entremezcló con el mar.

    Nefazia se acercó hacia él con una radiante sonrisa, y sin pensarlo dos veces, lo abrazó muy fuerte. John, muy poco acostumbrado a ese calor, se dejó abrazar con confusión, y luego la abrazó también, sintiendo algo muy parecido al cariño de una madre por primera vez.

    —Gracias —susurró la duquesa en su oído, mientras los demás no dejaban de gritar ni aplaudirlo.

    —¡Ése es mi "odiador" favorito! —exclamó Flounder.

    Ariel sentía pena de no poder gritar como los demás, pero aplaudía con una sonrisa radiante y con más entusiasmo que ninguno. Mientras John Seabottom pensaba en el largo camino recorrido desde que era un niño solitario y lo habían apodado "el odiador". Nunca este odiador se había sentido tan feliz, querido y amado como en aquellos momentos, mientras Nefazia lo abrazaba y todos lo aplaudían sin parar.

    Claro que no todo en aquella noche serían festejos.

    ***********************************************

    —¡Aquata, despierta ya! —bramó Nefazia más tarde, en la habitación de su futura hijastra.

    —¿Pero quién cangrejos te crees para despertarme así? —replicó ésta, levantándose de la cama y flotando frente a ella.

    —¡Me engañaste! ¡Fuiste tú! ¡Me diste una carta falsificada haciéndome creer que Tritón estaba muy herido en Poseinópolis!

    —¡Mentira, yo no hice nada!

    —No soy tan tonta cómo parezco. Eres la única que pudo haberme engañado así —dijo dolida—. ¿No te das cuenta de que me pude haber muerto por culpa tuya? ¿Querías que esas bestias me mataran?

    —¡Está bien, yo fui! —confesó—¡Pero no quería que te mataran! ¡No sabía nada del ataque! ¡Sólo quería que te largaras para siempre, nada más!

    —Me hiciste una jugada muy cruel, Aquata —dijo muy firme—. Además, estás viendo que si me fui tan desesperada es porque de verdad quiero a tu padre. Lo amo.

    —¡O a su tridente! Porque todavía no estás casada, y si no te casas no puedes utilizarlo —le espetó.

    —Debería contarle todo a Tritón, así se entera cómo es su hija mayor en realidad.

    —¿Le vas a contar? —titubeó temerosa.

    —Es lo que te mereces. Pero no lo voy a hacer. Voy a perdonarte, así terminas de dudar de mí y te das cuenta de que no soy lo que tú piensas —terció Nefazia—. Pero nunca más vuelvas a meterte conmigo, porque entonces sí te voy a desenmascarar.

    Aquata tembló ante su futura madrastra, que le dio la espalda y se alejó hacia la puerta.

    —Espera, Nefazia —le dijo con tranquilidad, haciéndola girarse hacia ella—. Te agradezco que no me delates, y te prometo no volver a actuar en tu contra. Pero no terminaré de confiar en ti hasta que te hayas casado y Atlántica esté intacta.

    —Bueno, es un comienzo —rio Nefazia con sarcasmo—. Pero ojalá te quites esas ideas paranoicas de la cabeza. Nada malo le pasará al reino cuando me case con tu padre.



    EL PALACIO OSCURO
    Algún tiempo después

    La Reina Malvada estaba sentada frente al espejo de su mesa de luz, mientras su abnegado padre cepillaba su largo y brillante cabello. Su traje violeta hacía juego con el negro de la noche, y el de su propio corazón, y era el mismo que había escogido durante otra oscura noche: cuando se había esterilizado enfrente de su descorazonada madre.

    —Regina, ésto me trae recuerdos de cuando eras una niña, y adorabas que yo te peinara y arreglara —Henry intentó reír, cosa que no hacía en mucho tiempo.

    —Pero ya no soy una pequeña, papi —respondió con desdén—. Soy una mujer adulta y fuerte, en el medio de una guerra.

    —Así es, abuelo. Deja de vivir en el pasado.

    Se sobresaltaron al ver por el espejo que Morgana estaba tras ellos, sonriendo burlona. En su forma humana pero aún con la piel de un verde grisáceo, la Reina de Atlántica sostenía el preciado tridente y continuaba llevando las joyas y adornos de su hermana, así como la gran corona de Tritón.

    —¡Morgana, qué sorpresa! —se regocijó Regina—Papi, ¿puedes retira...

    Pero la bruja chasqueó los dedos y dejó al anciano inmóvil en su lugar.

    —Descuida, amiga. No escuchará nada de lo que digamos.

    —¡Oye, nadie usa magia en mi padre excepto yo! —la Reina se puso de pie y se paró frente a Morgana.

    —Relájate que no le hecho nada. Vengo en paz, vengo a agradecerte en persona lo que hiciste por mí. Estaría acabada si no fuera por tu gran ayuda —dijo la otra reina, paseándose por la habitación.

    —¿Eso quiere decir que ya todo está bien?

    —¡Más que bien! ¡Está perfecto! ¿Sabes, Regina? —Morgana conjuró dos copas de cristal con un líquido verdusco, una en su mano y otra en la de ella—Tú eres la prueba viviente de que no hay que dejarse llevar por la primera impresión. Nos odiábamos cuando nos conocimos, y ahora mira.

    —Es cierto, es cierto —concedió con una perversa sonrisa—. Eres la única amiga de Maléfica que me cae bien. Las otras dos son insoportables.

    —Estoy de acuerdo sobre la cantante frustrada, pero a mí Cruella me cae de maravilla —Regina rebuznó ante ese comentario, mientras Morgana alzaba su copa en alto—. En fin, ¡brindemos por las segundas impresiones!

    —¡Salud! —chocó su copa contra la de Morgana, y bebió un trago que la hizo relamerse la lengua—¡Delicioso! ¿Qué es?

    —Jugo de algas, una bebida de mi tierra —hizo aparecer otra silla enfrente de la que ocupaba la Reina Malvada, y se sentó junto a ella—. ¿Cómo están yendo tus cosas?

    —Complicadas, pero no me rindo. Es increíble la cantidad de gente que quiere ayudar a la insípida de Blancanieves y su Príncipe Sin Encanto.

    —Lo llamas "Sin Encanto" de puro insatisfecha y frustrada —Morgana se echó a reír a locas carcajadas, mientras Regina la miraba llena de furia—. Tú no te aguantas ni una broma, ¿eh? Pero para que te pongas contenta, vine a ayudarte —y blandió el tridente ante ella—. Bien sabes lo que este objeto puede hacer: terminaría con la guerra, liquidaría a Blancanieves de un sólo rayo. Tú no puedes usarlo, claro. ¡Pero yo puedo hacerlo por ti! ¡Sería mi manera de devolverte el favor!

    —¡Ni lo sueñes, Morgana! —replicó Regina—¡Soy yo quien debe matar a Blancanieves! ¡Yo misma en persona!

    —Ese orgullo va a hacerte fracasar. Ya deberías saber que los Encantadores tienen una flor en el culo —Morgana lanzó una enloquecida carcajada.

    —¡Es MI venganza, y tiene que ser MI triunfo! Si Maléfica pudo vengarse sola y tú también, yo sin duda tengo que lograrlo.

    —A veces conviene dejar el ego a un lado y priorizar los objetivos —aconsejó la Reina de Atlántica acariciando el tridente—. Mírame a mí, que perdoné a Mal por conveniencia, y gracias a eso...

    —¿Cuál es en concreto tu problema con Maléfica? —interrumpió la Reina Malvada con curiosidad—. Ella es una amiga muy leal, la única que tenía hasta conocerte a ti.

    —Maléfica te ayuda hasta que se siente amenazada —advirtió Morgana blandiendo un dedo—. Ya vas a ver que algún día vas a necesitarla, y ella te va a temer y a traicionar. Escucha la voz de la experiencia.

    —Tendré en cuenta tu consejo. En cuanto nuestra querida cornuda me de la espalda, sabrá de lo que soy capaz —las dos reinas compartieron una gran carcajada y bebieron otro trago—. Somos muy parecidas en verdad, las dos hemos sufrido mucho y luchamos sin descanso por triunfar.

    —Ejem, bueno, sufrir, sufrir —dijo Morgana con socarronería—. ¡Tú vivías aquí como reina, rodeada de lujos y comodidades! ¡Mientras yo me ahogaba en esa miserable cueva! ¿Dije "me ahogaba"? ¡Qué cabeza de pescado! —lanzó otra carcajada, que Regina le cortó.

    —¡Al menos tú no tuviste que ver día y noche a la persona que desgració tu vida, como yo! —rabió con dolor—. Ver el pálido y asqueroso rostro de Blancanieves era ver cómo mis sueños, mi felicidad y mi vida entera se alejaban de mí para siempre. ¡Su sola presencia me revolvía el estómago de asco! Mi padre fue casi mi única compañía en todos esos años —miró con ternura hacia el hechizado anciano, y Morgana hizo lo mismo pero con desagrado.

    —Siento mucho lo que voy a decirte, pero creo que tu padre va por el mismo camino que Maléfica, Regina. Está en contra de lo que haces y hasta te ha frustrado los planes alguna vez. Si te quisiera de verdad, te avalaría. Mira si un día se interpone de verdad. Mira si un día es el único obstáculo entre tu victoria y tú. ¿Qué vas a hacer?

    —¡Yo jamás lastimaría a quien más amo! ¡A lo único que amo y que me queda! —bramó la Reina—¡Acepto y aprecio tus palabras sobre la dragona, pero no sobre él!

    —Como quieras. Soy más vieja y con más experiencia, pero en este caso me encantaría estar equivocada. Que no te pase como a mí. Sólo quería saber cómo puedo devolverte la gran ayuda que me brindaste.

    —Por ahora paso, no te preocupes. Digamos que...me deberás un favor —terció con una sonrisa maligna.

    —Me parece muy bien —Morgana se terminó su copa de un gran trago y conjuró una gran caracola negra—. Si algún día me necesitas, sopla en este objeto y acudiré enseguida. Estaré atenta, así que si no te respondo es que me ha pasado algo.

    —¿Temes que te ocurra algo?

    —Yo no soy ni confiada ni orgullosa. Aprendo cada vez más de mis errores y tomo precauciones por si algo sale mal. Por eso te digo lo que te digo —Morgana le entregó la caracola y se puso de pie frente a ella—. Será mejor que regrese a Atlántica, que no puedo estar ausente mucho tiempo. Espero con ansias pagarte ese favor que te debo. ¿Quién sabe? Tal vez acabes sosteniendo el corazón de Blancanieves en la palma de tu mano, gracias a mí. Adiós, amiga.

    Se desvaneció con un potente trueno, y Henry recuperó la movilidad.

    —¿Qué pasó?

    —¡Nada, papi, nada! ¡Continúa!

    La Reina Malvada continuó permitiendo que su padre le cepillara el cabello, pero muy intranquila con las palabras de Morgana. ¿Sería posible que las pocas personas que ella quería se interpusieran en su venganza? Su mejor amiga era mucho decir, pero, ¿su padre?

    —Regina, tesoro, ¿puedo preguntar qué quería Morgana?

    —Agradecerme por haberla ayudado y ofrecerse a matar a Blancanieves por mí, con el tridente de Atlántica.

    —¿Y qué le dijiste? —titubeó el anciano con temor.

    —¡Que no, por supuesto! —Henry respiró de alivio—Ese privilegio me corresponde sólo a mí, y espero conseguirlo pronto. ¿Cuántas veces más van a vencerme esos dos idiotas?

    STORYBROOKE
    Rota

    Mary Margaret caminaba muy confundida por la calle, intentando procesar todo lo ocurrido en su mareada mente. Su mayor pensamiento era el dolor de haber dejado ir a su hija recién nacida a través del ropero, y ver a su príncipe herido de muerte en el suelo. No terminaba de digerir todo, cuando escuchó lo que para ella era el sonido más hermoso de todos los reinos.

    —¡Blanca!

    Alzó la cabeza, y allí estaba él. Parado, con el corazón palpitante y una sonrisa de amor. Oír su voz, y ser llamada por su verdadero nombre fue toda una caricia para su corazón confundido y perturbado.

    —Encantador —susurró, mientras el cisne en su interior volvía a danzar de felicidad.

    Corrió hacia su príncipe, mientras éste corría hacia ella, y ahora se miraban a los ojos, respirando con mucha agitación y sujetándose de los brazos. De su mente desapareció David Nolan, se esfumó el dolor de que éste les hubiera mentido a ella y a Kathryn, se evaporó su dolor y rencor de que éste dudara de su inocencia, y sólo pensaba en Encantador. En ese hombre tan especial, tan íntegro y tan mágico que una vez más había vuelto a recuperar. Mientras a éste sólo lo embargaba la felicidad de haber recuperado a Blancanieves, su único y verdadero amor, y el león en su interior volvió a rugir de felicidad como todas las veces en las que estaba junto a ella.

    —¡Me encontraste!

    —¿Alguna vez dudaste que lo haría?

    Se fundieron en un beso lleno de desesperación, de alivio y de amor verdadero. Una vez más, el amor había demostrado ser la magia más poderosa de todas, y el producto de ese amor los había salvado y vuelto a reunir.

    **********************************************
    Pero mientras tanto, Freddie Kay también procesaba todo, junto a sus amigos, en la habitación que compartían.

    —¡No puede ser! —exclamó Virgil—¡Atlántica! ¡Morgana! ¡Ariel!

    —¡Nefazia! ¡Flounder! ¡Oscar! ¡Leyre! —gritó Freddie, desesperado.

    —No puedo creer que Henry haya tenido razón todo el tiempo —dijo Pierre, aun confundido.

    De repente, una inmensa nube morada los fue envolviendo poco a poco, para avisarles que, luego de veintiocho años, volverían a estar rodeados de magia.

    *************************************************

    Al día siguiente, luego de que David Nolan tranquilizara a la confundida multitud y evitaba que abandonaran el pueblo, Freddie Kay, Pierre Blake contemplaban el mar desde la playa. Cerca de ellos, Eric y Jason Fisher se abrazaban con emoción, y a su vez hacían lo mismo Verna McClug y Jean Auberjonois.

    —Qué bueno que se hayan reunido —sonrió Pierre—. Jean en realidad es el chef Louis del reino de Grimsby, y ellos son la sirvienta Carlotta, el Príncipe Eric y su cuidador. ¡Qué extraño que ella no esté con Jacindo! ¿Será tan antipático en la realidad como en la maldición? ¿Cómo se llamará en verdad?

    —Thor —interrumpió Freddie sin dejar de mirar el mar—. Huímos, y nunca más supimos de nuestra gente y nuestros amigos. Yo salvé a Nefazia y me hice fama de héroe, y luego fui bien cobarde.

    —No es tu culpa, amigo —lo consoló Pierre apoyando su mano en el hombro del muchacho—. No podemos comparar a una ballena con esa vieja loca de Morgana y todo su séquito.

    —Sabes lo que nos pasó anoche en la ducha: al haber agua en nuestras piernas, recuperamos nuestras aletas —continuó—. Podemos sobrevivir en el mar, ir a Atlántica y ver si están bien.

    —¡Eso es casi un suicidio, John! —exclamó Pierre, sujetándolo de los hombros—. Entiendo tu dolor, lo entiendo muy bien. Pero no sirve de nada. Si en Atlántica está todo mal, sólo iremos a morir en vano. Y si las cosas están bien, tarde o temprano nos enteraremos. Tal vez podamos hablar con Marina del Rey y Benjamín, a ver si saben algo. Ellos eran cómplices de Morgana, y no sé cómo terminaron aquí.

    —Esa mujer no aparece por ningún lado. No la veo desde que el hechizo se rompió —repuso Freddie, intentando calmarse—. Quizás tengas razón, mi arma, pero espero que pronto venga alguien de Atlántica a decirnos que todo está bien.

    Emprendieron el lento regreso a su hogar, cuando se encontraron a Rebecca Torrance, que caminaba por la calle triste y confundida. Ella y Freddie intercambiaron una incómoda mirada, producto de los veintiocho años de tener sexo estando malditos.

    —Eeeem...hola, Rebecca —farfulló Freddie, acercándosele—. ¿Podemos ayudarte en algo?

    —Voy a ver al Príncipe Encantador para que me ayude a encontrar a mi ama —dijo cabizbaja—. Y es "Karen". Mi verdadero nombre es Karen.

    Aún confundidos, Freddie y Pierre se aproximaron a la posada, donde se escuchaba discutir a gritos a Virgil y a Ruby. Incluso la bofetada que le dio, sonó tras las paredes.

    —¡Ojú! Pero, ¿qué le pasa a éste? —dijo Freddie ya en su casa.

    Virgil abrió y cerró de un portazo la puerta.

    —¡Ey, tranquilo! ¿Cómo vas a entrar así? —exclamó Pierre.

    —¡Ya escucharon todo! ¡Ruby me rechazó! ¡No le importan nada todos nuestros años juntos! —Virgil se sentó muy enojado en la mesa del comedor.

    —Pero, a ver, Atlántica con seguridad está destruida, ¿y tú te preocupas por eso? —Hasta a Freddie le sorprendía lo sensato que estaba su amigo camarógrafo.

    —A mí también me duele mucho eso —dijo Virgil—. Pero no creo que tenga solución. En cambio lo de la desgraciada de Ruby creí que sí tenía arreglo.


    —¡Óyeme bien, so capullo! —Freddie se paró muy enojado frente a él y lo zarandeó de los hombros—. David nos dijo a todos muy claro que somos ambos. Que tenemos que ser lo mejor de nuestras dos versiones. Gracias a él no nos escapamos al mundo muggle.
    —Eeem, no le robes palabras a "Harry Potter".

    —¡Thor, basta! —Y continuó, mirando fijo a Virgil—Yo elijo ser John Seabottom, el que supo dejar de ser un "odiador" y ser un buen amigo de todos. No quiero ser el irresponsable de Freddie Kay, que no sabía controlar niños. Pero tampoco quiero ser el que huyó de Morgana, y al contrario, quiero seguir siendo maestro y educando pequeños. Urchin era mi amigo, el primero que me ofreció su amistad cuando me hice odiar por todos, el que ayudó a salvar al amor de Ariel de morirse ahogado, el que alertó a Tritón de que Úrsula estaba en el reino, mi cómplice de muchas travesuras y secretos...¡No lo cambies por Virgil Duncan! ¡No seas un déspota posesivo! ¡Sigue trabajando con honradez y sin robar, pero no seas un salvaje!

    Virgil bajó la mirada, aturdidos por sus sinceras palabras.

    —Creo que tienes razón —suspiró—. Intentaré seguir tu consejo, y es cierto que mi problema no es nada comparado con lo de Atlántica.

    —Espero que algún día sepamos qué les ocurrió —concluyó Freddie.


    LOS REINOS ACUÁTICOS
    Cada día durante 28 años

    —Buen día, cariño. Despierta, princesita.

    Ariel abrió los ojos, confundida, tras sentir que su padre le besaba la frente y le acariciaba el cabello rojo. Bostezó sin emitir sonido alguno, abrió los ojos y le dedicó una débil sonrisa.

    —Eso es, tesoro. Sonríe que hoy es un día para celebrar —Tritón tomó sus mejillas con las manos y le dio un cariñoso beso en cada una—. Ven a desayunar que ya están todas tus hermanas despiertas.

    Ya sola, la Sirenita se desperezó, y continuó con sus bostezos mudos. La cabeza le dolía y no podía decirlo, pero confiaba en que los demás se darían cuenta pronto.

    —¡Hola, Ariel! ¡Qué hermoso día! —Flounder entró muy entusiasmado, girando en círculos alrededor de la habitación y llenándola de burbujas. Pero el pececito se daba cuenta antes que nadie de cuando su gran amiga estaba mal—¿Qué te pasa? ¿Otra vez tuviste pesadillas? —Ariel asintió con la cabeza—¿Con Morgana? —volvió a asentir—¡Pero no te preocupes, ya todo eso pasó! —la princesa bajó la mirada al suelo, y Flounder le tocó el hombro con una de sus aletas—Ariel, sé que lo que vivimos fue horrible. Horrible para todos, y más para ti, que volviste a perder a tu príncipe. ¡Pero hoy es un día para estar contentos y felices! —la joven muda continuó entristecida—. Te comprendo, porque yo nunca volví a saber nada de mi amigo John. ¡Pero al menos casi todos nosotros estamos vivos! ¡Vuelve a haber paz bajo el mar! ¡Anímate! —Ariel le sonrió con agradecimiento y le dio un besito en la frente—¡Eso está mejor! ¡Ven, vamos a desayunar!

    La Sirenita siguió a su amigo, nadando con lentitud y deteniéndose a observar las habitaciones de sus hermanas. Todo estaba intacto, como si Morgana jamás hubiera llegado, y las decoraciones eran las mismas que Nefazia había hecho con tanto cariño para ellas. La hija menor de Tritón tenía claro que todos habían sufrido mucho y que algún día había que dejar atrás el dolor, pero para ella era más difícil que para nadie. En el comedor se encontró a Sebastián, su padre y cinco de sus hermanas, y todos la recibieron con mucho cariño; tal vez entremezclado con lástima, ya que la voz de Ariel jamás había vuelto a sonar en Atlántica.

    —¡Me pone muy nerviosa ver al príncipe Apolo!

    —¡Alana, pero si ya lo conoces! —respondió Attina.

    —¡Lo sé, pero es demasiado hermoso! ¡Los rumores se quedaban cortos!

    —Si quieren que sea franca, yo siempre pensé que, si Apolo se fijaba en una de nosotras, sería en Arista. ¡Es la más bonita! —dijo Adella.

    —No hablen así del futuro marido de su hermana, niñas —intervino Tritón—. Además bien saben que la belleza exterior no es la más importante, y su hermana mayor es un ser muy especial.

    —¡Asíh eh, Sú Magestá! ¡Ahl fihn maduróh lah muchachah, ke anteh herah unah macriadah insoportable!

    —¡El que no maduró nada eres tú, Sebastián, que sigues hablando de más, como siempre! —exclamó el monarca acercando su rostro al del cangrejo y asustándolo.—¡Encima de que te escogieron para oficiar la ceremonia!

    —A veces pienso que él es quien debió quedarse mudo, en vez de Ariel —Alana bromeaba, pero ésta a su derecha se lo tomó enserio—. Perdón, hermanita, era un chiste para Sebastián, no para ti.

    —¡Hoy no es un día para tomarse las cosas tan enserio! —dijo Arista muy animada—¡Se casa Aquata, y quién sabe si pronto no se casa Adella también!

    —Ya, Arista, no empieces. Dylan y yo apenas nos estamos conociendo —repuso su hermana, sonrojada.

    —¡Pero se te nota que te mueres por él! ¡Ya los veo teniendo seis o siete hijos!

    —La verdad es que sería tan bonito un nieto. Alegraría mucho nuestras vidas —comentó Tritón con aire soñador—. Estoy seguro de que todas ustedes, se casen o no se casen, van a ser muy felices. Aunque yo creo que todas lo harán, ¿quién no se enamoraría de mis preciosos ángeles?

    Pero Ariel sabía que jamás se iba a casar, porque nunca se iba a volver a enamorar. Nadie nunca le haría sentir lo mismo que su príncipe humano. Pero sabía que debía estar feliz, no sólo por Aquata sino también por Adella, y esperaba que ese día la animara y alegrara como a los demás.

    —Papá, ¿podemos ir a ver a Nefazia antes de salir? —la pregunta de Attina incomodó a todos, en especial a su padre.

    —Es mejor que no, hija. Eso sólo las deprimirá, y ella querrá que estemos felices. Eso sí, pónganse todas las joyas que ella les regaló.

    *******************************************************

     Índica era un reino casi tan majestuoso, pacífico y seguro como Atlántica, y en aquel día tan especial el mar estaba decorado con preciosas perlas brillantes suspendidas en el agua, obra del Rey Ostugus y su tridente. Fue tan magnífico para la familia de Tritón ver aquello al llegar al palacio azul, como lo fue para los invitados admirar los carruajes de los parientes de la novia: de un resplandeciente dorado, y tirados por delfines, caballos de mar gigantes multicolores, e incluso cebras marinas. Muy comentado por todos fue que Tritón había hecho carruajes no sólo para él y sus hijas, sino también para todos sus súbditos, nobles y plebeyos. Las Princesas no tardaron en ganarse la simpatía de todos por su gracia y bondad, aunque la gente no podía dejar de mirar con lástima a Ariel, la princesita muda.

    —Yo soy su traductor oficial, el que entiende todas sus señas —había presumido Flounder ante el Rey Ostugus, de cola amarilla, y la Reina Halene, de cola roja.

    —Sé muy bien por todo lo que has pasado, Ariel. Espero que pronto te encuentres mejor —le deseó su cuñado, sacándole una leve sonrisa.

    No eran exagerados los rumores sobre la gran belleza del Príncipe Apolo, ya que su cabello rubio, su inmaculado y bondadoso rostro, su pecho marcado y musculoso y su larga cola dorada parecían una creación del mismo dios del sol.

    —Arista, ¿cómo una joven tan preciosa y segura como tú va a sonreír como una idiota al saludar a su cuñado? —le susurró Adella a su hermana, ya ubicados todos en el plateado palco real frente al altar, donde Sebastián y Apolo esperaban a la novia.

    —¡Es demasiado precioso! ¡Todas soñábamos con él desde niñas! ¡Qué suerte tiene Aquata!

    Una marcha nupcial, orquestada por los músicos de los dos reinos, comenzó a sonar, y Aquata fue entrando del brazo de su orgulloso padre. Al igual que sus hermanas, estaba adornada con todas las joyas de Nefazia, pero llevaba un corpiño y una gran corona blancos. Un profundo amor se reflejó en los ojos del Príncipe Apolo al ver llegar a su prometida, y Aquata avanzó con una dichosa sonrisa mientras Tritón contenía las lágrimas.

    —¡Se los nota muy enamorados! —susurró Adella a su novio, Dylan.

    —No tanto como yo lo estoy de ti.

    —¡Buenoh diah ha todoh! —comenzó Sebastián—¡Estamoh akih renuidoh parah celebrah lah unióh e matrimonioh entreh lah Princesah Aquatah e Atlántikah y e' Príncipeh Apoloh e' Índicah! ¡Ke Poseidoh y todoh lo' dioseh bendigahn lah unióh e' eta sirenah, primogénitah e' Rei Tritóh y la Reinah Ateneah, y e' Príncipeh Apoloh, hijoh únicoh e' Rei Otuguh y la Reinah Ahleneh!

    —Es una lástima que no tenga un hermano. ¿Te imaginas lo que sería?

    —¡Arista, cállate un segundo, cerebro de molusco! ¡Deja escuchar! —dijo Attina.

    —¡Los votos! ¡Van a decir los votos! —chilló Adella, apretando con fuerza la mano de Dylan.

    —Aquata —comenzó Apolo, con una gran sonrisa y los ojos iluminados de amor—, eres una sirena maravillosa. Eres dulce, valiente, comprensiva, sensata, bonita...eres todo lo que yo siempre he buscado en una esposa. No tengo dudas de que serás una excelente compañera para mí, una reina ejemplar para Índica y una fantástica madre para nuestras sirenitas y tritoncitos.

    —¡Ay, que romántico! ¿Cuándo alguien me hablará así a mí?

    —¡Arista, basta! —replicó Attina.

    —Apolo —respondió Aquata, ante la sonrisa romántica del príncipe—, no necesito repetirte todo lo que te amo y lo feliz que soy contigo. Pero sí quiero jurarte, a ti y a todos, que seguiré el ejemplo de la mejor reina que hayan tenido todos los mares. Mi madrastra, Nefazia.

    Un gran dolor se apoderó del Rey Tritón, sus hijas y todos los presentes al oír a Aquata mencionar ese nombre. La sirena dejó de mirar a Apolo y se volvió de frente hacia la multitud, hablando con una voz clara y potente:

    —Nefazia fue un ejemplo para todos nosotros. Fue una sirena dulce, generosa, noble, siempre con una sonrisa y una mano amigable para el otro —comenzó a entristecerse—. Siento decir que yo no siempre fui la que soy ahora, ni la mujer de la que su príncipe se enamoró; solía ser egoísta, malcriada, despótica, y la que más sufrió mis actitudes fue la pobre Nefazia. Ella no era más que una víctima de los ardides de su hermana Morgana, y me demostró lo que significa ser una verdadera reina y un ser íntegro de verdad con su sacrificio.

    —Aquata, no hace falta que lo digas —le susurró Apolo, al ver lo entristecida que estaba la multitud, y cómo Ariel y Tritón comenzaban a llorar.

    —Necesito decirlo —dijo antes de continuar—. La Reina Nefazia se suicidó por todos nosotros. Dio su vida no sólo por Atlántica, sino por todos los mares. Con su noble sacrificio cortó la conexión entre su malvada hermana y nuestro tridente, y es gracias a ella que estamos aquí para festejarlo. El gran monumento que tenemos en el jardín de nuestro palacio es lo menos que podemos hacer por ella —Ariel se abrazó a Flounder mientras lloraba, Adella a Dylan y el resto de sus hermanas entre ellas—. Espero que su pura alma haya ascendido de inmediato al Olimpo, y que nunca, la Historia del Mar olvide su nombre. El nombre de la Reina Nefazia, que fue heroica y valiente hasta el último momento de su vida.

    La boda se terminó de celebrar sin contratiempos, y los invitados festejaron con toda la dicha que les era posible, mientras Ariel continuó llorando en lágrimas de absoluto silencio, y Tritón no dejaba de agradecerle a Aquata por su gran discurso. Pero en el primer brindis de la boda, todos alzaron sus copas en honor a la gran ausente.

    —¡Por la Reina Nefazia! —gritó Aquata con la copa en alto.

    —¡Por la Reina Nefazia! —exclamaron todos.

    EL OLIMPO
    Enero de 2014

    John Seabottom recuperaba poco a poco sus auténticos recuerdos. Sabía que Zelena no era su mejor amiga, ni él un diseñador de vestidos, ni Blancanieves una malvada asesina. Pero aún continuaba con su traje de gala de la boda, y se sorprendía del lugar que lo rodeaba. Parecía ser un campo verde y fértil, pero estaba lleno de juegos como en un parque de diversiones. Su primer pensamiento fue que era muy incoherente ver juegos sobre el pasto, pero enseguida su corazón se alegró de ver muchos niños felices saludándolo, felicitándolo y dándole la bienvenida. Sin duda, ésa era la visión del Paraíso para él.

    Siguió avanzando, y se encontró con una preciosa playa con un mar cristalino. Se preguntó si alguno de sus seres queridos se acercaría a recibirlo, cuando alguien apareció tras él.

    —Hola, Freddie —se giró, y vio con una gran sonrisa a la Reina de las Nieves, inmaculada en su vestido blanco, casi sin rastro de la que era su amiga, Sarah Fisher.

    —Reina de los Lácteos —farfulló John, haciéndola reír—. ¿Tú aquí? ¿Viniste a recibirme?

    —Así es —sonrió Ingrid—. Eras el único ser sin magia que me caía bien, a pesar de todo lo que hice. Y te debo muchas explicaciones.

    —¿Ah, sí? ¿Sobre qué? —preguntó intrigado.

    —Aquella tarde en mi heladería, cuando vino la alcaldesa con Henry de bebé, era la oportunidad que estuve esperando. Me aproveché de ti, de tu sensibilidad y tu amor por los niños, y te manipulé para que hicieras que Mary Margaret estuviera siempre cerca de Henry. La hice tropezarse a ella para que Regina tuviera que ir al baño, y que todos vieran cómo tu amiga trataba al bebé.

    —Sí, Freddie quería a los niños tanto como John, pero era mucho más descuidado y manipulable —concedió—. ¿Y por qué hiciste algo así, mi arma?

    —Yo estuve muchos años en el mundo sin magia, buscando a Emma, a mi tercera hermana —suspiró Ingrid con melancolía—. Fue muy difícil al principio adaptarme a esa tierra tan extraña que no conocía de nada. Pero me abrí camino, forjé mi vida como madre de acogida, y tras muchos años la encontré y la volví a perder —dejó escapar una lágrima, por recordar el abrazo de Emma cuando supo que ésta la adoptaría y serían una familia—. Fui a Storybrooke a esperar su llegada y, aunque me advirtieron que no llamara la atención, repartí los panfletos de mi negocio porque quizás algún ciudadano me sería de ayuda algún día. Como lo fuiste tú.

    —¿Pero por qué me usaste? ¿Por qué querías que María Margarita se acercara a Quique?

    Ingrid volvió a sonreír con tristeza.

    —Si bien soy una mujer muy paciente, también tuve mis dudas y mis ansiedades. Yo sabía que sería Henry el que traería a mi Emma en su cumpleaños, pero también sabía que el niño tenía que tener suficientes razones para hacerlo. Una de esas razones fue el libro de cuentos que Mary Margaret le entregó poco tiempo antes, y yo sabía que, para que una maestra tuviera ese gesto con un alumno, era necesario un vínculo muy fuerte de afecto y confianza. Muchas veces me invadió la impaciencia y dudé de que mi Emma llegaría, así que empujé un poco al destino en vez de confiar por completo en él.

    —Pues, aunque lo hiciste por egoísmo, hiciste bien. María Margarita fue muy importante para Quique en estos años.

    —Tú también hiciste bien —Ingrid se acercó a él, comprensiva y maternal—. Eres una persona llena de amor y comprensión, y por eso te usé. No era mentira que me identificaba contigo, porque aunque haya sido madre de acogida para poder encontrar a Emma, sí me he encariñado mucho con muchos niños que cuidé.

    —Ya, bueno, tal vez no somos tan diferentes —rio John—. Tú lanzaste un hechizo para que todos nos matemos entre nosotros, y yo, hace muchos años, hice que todos los del reino donde vivía se pelearan y se detestaran. ¡Ah, pero yo lo hice sin magia, mi arma! ¡Yo soy mejor!

    Ingrid dejó escapar otra risita.

    —Pero ya me di cuenta de todo el mal que hice. No podía creerlo cuando ascendí al Olimpo y mis hermanas acudieron a recibirme. Me da gusto que Emma tenga una familia tan hermosa, aunque me duele que no haya sido junto a mí.

    Dejó escapar un par de lágrimas, recordando los hermosos momentos vividos junto a ella y junto a Elsa.

    —Venga, hija, no llores —la animó John—. Hablando de eso, hay algo que me preocupa. Hace poco tiempo, mi amiga Ariel nos visitó en nuestra casa y nos dijo que nuestro reino estaba en paz. Pero que Nefazia, una gran amiga, había muerto. ¿Dónde está? ¿Por qué no vino a recibirme? —dijo, mirando para todos lados.

    —Lo siento. No conozco a ninguna Nefazia y no sé qué decirte —respondió Ingrid—. Debe tener asuntos pendientes. Espero que los solucione y pueda venir aquí contigo.

    —¡John!

    Se giraron y miraron al mar, donde acababa de asomar la cabeza una sirena rubia que él conocía bien.

    —¿Perla? —Era la chica que gustaba de él en Atlántica.

    —John, ¿cómo es que estás aquí?

    —Es una historia muy bizarra. Primero tú.

    —Tienes que saber lo que ocurrió en casa. Morgana...

    De repente, un resplandor dorado comenzó a envolver al muchacho, que se miró las manos sin poder creerlo.

    —¿Que...qué me está pasando?

    —¡John, escucha!

    Pero Perla no pudo decir nada más, porque John Seabottom había desaparecido entre la luz. Había resucitado.

    STORYBROOKE
    Esa noche

    —¡Sólo un rato, Freddie! ¡No seas un viejo amargado!

    —Vale, hijo.

    Junto a Pierre, el resucitado joven celebraba el triunfo sobre Isaac en "La Abuelita", riendo con algunos amigos de confianza. En ese momento entró Mary Margaret, acompañada por David.

    —¡Freddie! ¿Estás bien? Discúlpame por haberte matado. No era yo, no fue a propósito —Blanca se abalanzó a él y lo abrazó.

    —Ya, mujer, no te preocupes —dijo incómodo—. Sé que no fue con intención. La que sí lo hizo con ganas es la Puta Aceituna Preñada.

    —Lo siento —Mary Margaret se separó de él, mientras David reía detrás—. Mira, con todos los villanos que aparecieron tras la maldición, y con el tiempo que estuve de alcaldesa, nunca tuve oportunidad de darte las gracias.

    —¿Por qué?

    —Por ser casi mi única compañía durante la maldición —sonrió—. Por animarme, por creer en mí, por nunca dejarme sola.

    —Yo también te lo agradezco —David se acercó a Freddie con una esplendorosa sonrisa y le estrechó fuerte la mano—. Gracias por cuidarla cuando yo no estuve ahí para hacerlo. De corazón, gracias. Y perdón por cortarte la cabeza.

    —Gracias por haber sido como un hermano para mí. Que la vida te devuelva todo el amor que das —Mary Margaret volvió a abrazar a Freddie, que esta vez no sólo se lo permitió sino que la abrazó también, como había hecho con Nefazia tantos años atrás.

    ******************************************

    —Me da mucha pena que Urchin no esté aquí con nosotros —dijo Pierre mientras se alejaban del restaurant—. ¡Se despidió con un simple mensaje, después de todo lo que compartimos! Yo entiendo que quiera recuperar a Ruby, pero nosotros somos sus amigos.

    —Sí, parece que eligió ser Virgil Duncan después de todo —respondió Freddie—. Por cierto, hay algo que me preocupa mucho, mi arma. Al parecer Nefazia no estaba en el Olimpo. ¡No ascendió, después de todos estos años!

    —Debe tener algún asunto pendiente. Pero no sé qué puede tener de pendiente esa mujer tan noble y buena.

    ATLÁNTICA
    Meses después

    Andrina se acercó al nuevo jardín construido por Tritón tras la amenaza de Morgana, y contempló la enorme escultura de oro sobre la lápida de la Reina Nefazia. Allí estaba ella, hermosa, imponente y con una gran sonrisa, como siempre había sido en vida. Debajo de ésta, una pequeña placa rezaba "En memoria de la mejor reina que jamás tendrá el océano. Un ejemplo de bondad, valentía y sacrificio".

    —¡Pero cuánta hipocresía! —Andrina se dio vuelta con temor, ya que detrás de ella estaba Aquata, aplaudiendo con sarcasmo y burlonería—No me vas a decir que tú lloras a nuestra madrastra.

    —¿Qué haces aquí, Aquata?

    —Vine a quedarme unos días con papá, y traje a mi hijo conmigo. Te vi por accidente viniendo aquí, y no pude creerlo.

    —Sabes que yo nunca quise la muerte de Nefazia. ¡Me invade el remordimiento! —gimió Andrina—. ¡Aquata, tenemos que decir la verdad! ¡No es justo para su memoria! ¡Nefazia no se suicidó, su muerte no fue como dices!

    Emprendió el nado, pero su hermana la jaló del brazo.

    —Tú no dirás una sola palabra. Nefazia murió como una heroína y una mártir, y punto final.

    —¡Las escuché! —Arista apareció detrás de ellas, muy consternada y sobresaltándolas—¿Cómo que Nefazia no se suicidó? —se acercó a sus hermanas mayores, sorprendiéndose con el temor de Andrina y la frialdad de Aquata—¡Respóndanme!

    —Escuchaste mal. Tanto modelar te está afectando el cerebro.

    —¡Aquata, habla ya! —exclamó muy nerviosa—Si no hablan, voy a pensar que la monstruosidad que yo creo es cierta.

    —Tal vez sea cierta, hermanita —Aquata sonrió con una maldad y orgullo que asustó a ambas.

    —¿Tú? —tembló Arista—Tú...

    —Sí. Yo maté a Nefazia. Yo.

    Arista retrocedió, espantada y asqueada.

    —¿Cómo pudiste? ¿Por qué?

    —Nefazia era la única conexión entre Morgana y nuestro tridente, y una reina como yo debe hacer lo que sea necesario —sonrió.

    —¡Asesina! ¡Mataste a Nefazia, asesina! —Arista intentó abalanzarse sobre Aquata, que le cruzó la cara de un bofetón.

    —¡Rubia descerebrada! ¿Cómo te atreves? —le espetó, zarandeándola de los brazos, mientras Andrina miraba asustada—¿Tú querías que siguiéramos sufriendo bajo el yugo de Morgana? ¡Yo salvé tu vida! ¡Salvé al reino entero! ¡Soy tu verdadera heroína, deberías estar besando mis aletas!

    —Sólo eres una asesina —dijo, llorosa—. Ésa no era la manera. Ariel trabajó muy duro para buscar una solución sin que muriera nadie.

    —¡Pues no nos sirvió para nada! ¡Yo fui la única que tomó acción de verdad, y cortó con el problema! ¡Maté dos peces de un harponazo! —Arista comenzó a llorar, mientras Aquata se seguía riendo—Deja de llorar, imbécil. Nefazia quedó como una mártir y una heroína inmortal, cuando la verdadera heroína soy yo y no me tomé el crédito. Si tu Nefi fuera de verdad tan heroica, se hubiera suicidado enserio.

    —Eres monstruosa. Las dos son monstruosas —se dirigió a Andrina—¿Cómo pudiste ser su cómplice y guardarle este secreto?

    —Es que...es que...

    —Es que Andrina sabe lo que le conviene —Aquata la miró con una cruel sonrisa—. Y tú también lo harás, Arista, si no quieres que te mande con Nefazia. Ahora sabes de lo que soy capaz, así que no te conviene tenerme de enemiga.

    —Apolo —farfulló—. Apolo es un sol, como su nombre lo dice, y vive engañado contigo. ¡Cree que eres un ejemplo a seguir y eres un monstruo!

    —A ti siempre te gustó mi marido, ¿verdad molusca? —la tomó de la cara con violencia—. Te recuerdo que no sólo controlo el tridente de Atlántica sino también el de Índica. Papá, aun sabiendo la verdad, sería incapaz de matarme, mientras que a mí no me temblaría la mano para matarte a ti. Soy la Reina de Índica, y cuando papá muera seré también la de Atlántica.

    —A papá le queda mucho por vivir todavía —replicó Arista, separándose de él.

    —¿Hablaban de mí, niñas? —El Rey Tritón apareció en el jardín, sobresaltándolas y obligándolas a disimular—Qué bueno verlas aquí rindiendo homenaje a Nefi —añadió, avanzando hacia la escultura.

    —Nefazia fue una heroína, y se merece todos los honores del mundo —afirmó Aquata—. ¿No lo crees, querida Arista?

    —Sí. Lo fue —susurró con desdén, ocultando su odio y su pánico.

    De repente, Tritón comenzó a toser con mucha brusquedad y violencia.

    —¡Papá! ¿Qué te pasa? —preguntó Arista alarmada, mientras lo sujetaba de un brazo y Andrina del otro.

    —No sé. Llevo días sintiéndome muy mal. Llévenme a mi cama, por favor.

    Arista le lanzó una última mirada de miedo a su hermana mayor, mientras ella y Andrina se llevaban a su padre a descansar. El Rey Tritón no dejó de toser en todo el camino, y la Reina Aquata se giró a contemplar la escultura de Nefazia, con una sonrisa de triunfo total.

    CONTINUARÁ...



    Nuevas incorporaciones: OCEAN MATURO como Jacindo, AVIVA MONGILLO como Perla, PATRICK MCAULEY como John niño, WILLIAM MOSELEY como Príncipe Apolo, FINLEY JACOBSEN como joven Urchin, JULIA ANTONELLI como Joven Ariel, NOLAN GOULD como Dylan, MEEGAN WARNER como Rebecca Torrence, MAYA LE CLARCK como Rose, ELISABETH HURLEY como Reina Halene, VINCENT REGAN como Rey Ostugus.


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    39 comentarios:

    1. Well, well, well… ¿Qué tenemos aquí? ¡El fic que llevábamos esperando tanto tiempo, A hater’s tail! Aliados, enemigos, personajes que no sabemos de qué lado estarán… ¿Vivirán en paz y armonía o causarán el caos? Lo descubriremos próximamente. ¡Allá vamos!

      Y, para empezar, tenemos una escena de Atlántica hace muuucho tiempo. Oh, y tenemos a Ariel y Flounder jugando al pececito ciego… Un juego hermoso. Oh, y apareció Sora… digo, Aquata, que está, cómo no, enfadada. Si es que esta mujer vive enfadada, siempre xD. Y Tritón diciendo que no se volverá a casar… Ay, hombre, que no sabes que el amor de tu vida aún tiene que llegar. Y sí, hablo de Nefi, no de Atenea jajaja.

      Y como si no tuviéramos suficiente con Aquata, ahora encima Urchin… ¡en la primera escena! ¿Es que quieres matarme? jajajaja. Y encima Tritón lo deja ir… Por favor, que alguien le pare los pies a Urchin XD. Ah, que no tiene pies… Pues nada. Y Flounder, pobre, justo tenía que equivocarse e ir a parar hasta Aquata… Qué miedo debe haber sentido. Y qué bien imita Ariel a su padre jajaja. Y se fueron. Bueno, al menos perdemos a Urchin y Aquata de vista un rato.

      Uy, excursión al cementerio de barcos… A ver qué sucede. Oh, ya llegó nuestro John. Uy, empiezan las manipulaciones con el pulpo… Uy, y ahora el pez espada… y la pececita… Qué majo, John…

      Y ahora viajamos a Storybrooke. Oh, y está contando el cuento de Pollicienta a los niños, qué gran elección :). Uy, y ya tenemos a Jacindo ahí. El niño más simpático del mundo hace acto de presencia. Uy, y ahora usa la violencia y lo destruye todo. Mandémoslo al fic de ABC, a ver si también lo destruye.

      ¡Y llegó la Garra! Digo… Matilda. Incluso suelta un What’s going on, como debe ser. La maldad dura para siempre… menos en el fic de ABC, que los malos se redimen incluso antes de aparecer xD. Y así es como suelta todas sus frases famosas en una misma escena jajaja.

      Volvemos a Atlántica, con Ariel y Flounder, que se han encontrado las famosas siglas OUAH. Y apareció la famosa Perla. Y Alana y ella se están peleando por culpa de John, claro. Y Flounder es la voz de la cordura xD. No habrá escena de telenovela, pero todas estas discusiones… Aquí una maldita peluquera no habría estado tan fuera de lugar jajajaja.

      Storybrooke de nuevo. Uy, uy, uy, pelea entre niños. Y Matilda… Uy, qué pesadita está. A ver si la dejan encerrada y no molesta más jajaja. Ay, por Malinda, Glinda y Merlín, qué caos.

      Atlántica. Ya estoy esperando a que Ariel se ponga a cantar pidiendo armonía jajaja. Ahí tenemos al pulpo de nuevo, y los peces espada, y las langostas… Todos. Uixxx, ahora le caen todas las críticas a Ariel, pobre. Pero mira, los están convenciendo bastante rápido. Y las palabras finales de Flounder…

      ...nos llevan a Storybrooke de nuevo. Aixxxx, y ahora tenemos que soportar al pesado de Thor. Oh, el script tease que pasaste… No sé si alegrarme o darme pena que Freddie no pudiese comprar el reloj jajaja. Y Pierre tiene un hambre que se muere… lástima que no se muera de verdad xD.

      Y Matilda comiéndose un buñuelo… *Charmed se imagina en bucle el gif de la Garra comiéndose el buñuelo*. Al final va a resultar que la Abuelita tenía más clientes de los que pensábamos jajaja. Y ahora llega Jacindo. Todo el mundo en la misma escena. Bueno, ya no están todos, porque Jacindo y su abuela se han ido. Oh, y llegó María Margarita… Pobre, por la mañana se cruza con la alcaldesa y ahora tiene que oír hablar al tonto de Pierre y al humilde de John xD. María Margarita, huye, huye xD. Oh, fotos en las playas de Venecia… Parece que Fiona no es la única que usa Photoshop ahí jajaja. Y suerte que María Margarita ha huido. Yo también lo haría por tal de no aguantar a Pierre XD.

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      1. SPOILERSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

        Atlántica. Y John sigue con sus manipulaciones. Y ahora van a vengarse de John. Una curiosa venganza jajaja. Uh, Óscar y Leyre…

        Storybrooke. Por Malinda, menuda fiesta… Oh, a Freddie le encantan los partos jajaja. Y al final la rubia era… la versión joven de la Garra xD. Bueno, Meegan Warner. ¡Bieeeeeeeen! Gracias, Garra. Gracias por venir y salvar la situación.

        Y Atlántica otra vez. Ay, Urchin y Aquata de nuevo. Como si no hubiese tenido suficiente con Virgil XD. Y Ariel sale toda alegre a recibirlos… Oh, y John aparece. Raro ver a Tritón actuar así. No riñendo a Aquata, sino siendo amable con John, sobre todo después de hablar así a una de sus hijas xD. Y ya lo han perdonado.

        Pasaron 3 años. ¡Oh, Nefi está contando historias! Vamos, vamos. Aixxx, sospechando de la dulce Nefi… No sé dónde queda su gran intuición jajaja. Ohh, el momento en el que Nefazia y Colette se conocieron… Y tuvo que llegar Tritón a fastidiar la diversión…

        Storybrooke otra vez. Y… la misma escena, otra vez. Recordar ese día en bucle cuando recuperaron los recuerdos tuvo que ser muy cansado xD. Uh, y ahí entra Ingrid… repartiendo publicidad. No es la manera más adecuada de pasar desapercibida xD.

        Atlántica. Y otra vez hablando de la boda de Nefazia. Y Andrina es tonta de remate. Si hace caso a Aquata es porque quiere. Oh, ahora quieren tener un hijo. Y ahora Aquata llama a John. ¿Podemos matarla ya? jajajaja. Y… al final hicieron el trato.

        Storybrooke, 2003. Y la Garra sigue con sus frases. Oh, y aparece Regina. Qué maja la alcaldesa xD. Y ahora entra el trío La, la, la. Y ahora resulta que Ingrid tenía un montón de clientes xD. Oh, Ingrid, por favor… Oh, María Margarita cantando… Aunque no puedo evitar pensar en la letra de la versión de Malinda xD. Ay, Ingrid, Ingrid…

        Atlántica. Ahí está nuestra Nefi. Y pensar que la maldita Aquata quiere librarse de ella… Y llegó John. Ay, Nefi, diciendo que fue una mala hermana e hija… Pero el gran mal ahí es Morgana, que no se tire tantas piedras sobre su propio tejado. Ay, Nefi, Nefi, Nefi… es un amor. Tendría que haber más como ella.

        Storybrooke, 2007. Y si teníamos a la mujer que siempre daba una clase sobre pájaros, aquí tenemos al hombre que contaba La Cenicienta todos los días. Suerte que está ahí Henry para darse cuenta… aunque no le hagan caso XD. Ay, Jacindo, qué insoportable… Y llegó la Garra again.

        Ay, ahí está María Margarita. Qué buenas las palabras de María Margarita, ella sí que sabe. Y al menos Henry parece más animado. Uy, Regina, qué enfadada viene. Crueldad, crueldad. Y para que esos tres se pongan de acuerdo… Regina consigue lo que no consigue nadie más xD.

        Atlántica. Ay, Aquata, hija, qué pesada estás. Y llegó Nefazia con su pregunta. Y Aquata… no se corta. Uy, Aquata diciendo que nadie podría enamorarse de su padre. Sí, como si alguien pudiese enamorarse de alguien como ella… Ay, Aquata, qué cría. No quería ir a ningún acto y ahora que no tiene que ir se pone así… Como el perro del hortelano es esta chiquilla. Y escribiendo esas cartas… Que alguien la mate ya.

        Uy, pasamos a la Montaña Prohibida. Y ahí tenemos a Cruella y Maléfica. Mírala, regalándole un abrigo así, por las buenas. Oh, y ahora hablan de la Singstar. Uy, a ver qué trama Maléfica ahora. Uy, mandar ballenas asesinas…

        Atlántica. Normal, Flounder, normal que Ariel no quiera ver a Urchin, a ese al que menos de todos, si es odioso. Ay, Nefi, que se va aleteando preocupada…

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      2. SPOILERSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS


        Storybrooke, 2011. Y ahí están viendo Don Kitsote y Sancho Adam. Oh, y ahí están hablando de badass Swan. Qué cortita la publicidad, con lo buenos que son los anuncios… jajaja.

        Atlántica. Uy, y ahí está Poseidón, pidiendo ayuda. Y John y Flounder van a por Nefazia, a ver si llegan a tiempo. Y Aquata, como siempre, una egoísta.

        Storybrooke. Oh, la fiesta de María Margarita. Oh, el momento Katherine… Y ahí llega Granny, la verdadera Savior que salva a Ruby del pesado de Urchin.

        Atlántica. Y ahí llegan John y Flounder para avisar a Nefi. Uy, las ballenas ya están aquí. Ay, John, cómo la lía… Oh, Nefazia, ahí está la más valiente del mundo defendiendo a los pezqueñines. Uy, y ahora John. Pero mira, suerte que han encontrado un caracol. Y afortunadamente se salvaron.

        Y ahora estamos en el palacio. Y llegan John y los demás. Y la maldita de Aquata ordenando que rompan la carta. Urchin diciendo que él cambió… Sí, a peor, debe ser. Pero al menos todo acaba bien… o no.

        Y Nefazia está dolida con Aquata, claramente. Ay, Nefazia, diciendo que nada malo pasará cuando se case… Tu hermana estará ahí para sembrar el caos, Nefi.

        Palacio Oscuro. Uy, que Morgana hace acto de presencia. Jugo de algas… Interesante. “Maléfica te ayuda hasta que se siente amenazada”. Quedémonos con eso. Que se ahogaba, dice jajaja.

        Storybrooke. Y ahí vemos a los Charmings reunidos, muy monos. Y pasamos a Freddie. Oh, y Jacindo no está… Ay, Thor, pensando que ir a preguntar a Marina del Rey es buena idea… Pues nop, no lo es xD. Muy bonito el discurso de Freddie, pero yo no me trago ninguna redención. Virgil, Urchin… ambos horribles. So, si él es ambos, es el doble de insoportable XD.

        Reinos acuáticos. Qué mono, Flounder, intentando animar a Ariel. Ay, pero ahora tenemos que soportar la boda de Aquata… Oh, no nos dejan ver a Nefi… Mal hecho. Ay, por favor, los votos de Apolo. Nunca había visto tantas mentiras juntas. Ya empieza su matrimonio mintiendo xD.

        Aquata hablando de Nefazia… What? ¿Que se suicidó? No digo nada ahora, lo diré después en los comentarios generales XD.

        Olimpo. ¿Y John ya está allí? Sí que fue rápido al Olimpo, si el mundo de Isaac duró poquísimo xD. Y aparece Ingrid. Ingrid contando su plan es… raro. Y John es demasiado blando xD. Y antes de que Perla hable… ¡pum! John resucita.

        Storybrooke. Y ahí tenemos escena en La Abuelita. Oh, qué mona Mary Margaret siendo tan agradecida…

        Atlántica. Uy, Andrina y Aquata hablando de Nefazia y su suicidio… Ay, por Dios… ¿Y te sorprendes de que odie a Aquata? XD. Qué cruel, esa es la verdadera villana de la historia. Ni Morgana ni Úrsula; Aquata. Y Tritón… se encuentra mal. Uy, uy, uy. Y final.

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      3. Comentarios generales:

        SPOILERSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

        Atlántica. La trama ha sido interesante. Hemos visto cómo John conoció a Ariel y compañía, luego se redimió, después estuvo a punto de traicionar a Nefazia (si no lo hizo fue porque Nefazia también estaba a favor de acoger a los niños huérfanos, que si no lo hubiese dicho él la habría traicionado), más tarde quedó como un héroe al salvarla… Y la trama principal de A Mermaid’s Tail también ha avanzado con el tema de Morgana y Nefazia. Y acaba con la revelación sobre Aquata y el estado de salud de Tritón, así que acaba interesante y con ganas de leer la tercera parte.

        Respecto a la desconfianza de Aquata sobre Nefazia… me genera dudas. Por un lado, se agradece la continuidad, porque, ya que se muestran flashbacks de esa época, está bien ver que Nefazia seguía siendo tema de conversación, y además enlaza con lo que descubrimos luego sobre lo que Aquata le hizo, pero como ya habíamos aguantado mucho los comentarios de Aquata en la primera parte, puede llegar a sonar como una repetición de la primera parte, un “Where’s Snow White 2.0.” versión “I hate Nefazia”. Pero es sólo un detallito.

        Storybrooke. Ha estado bien ver, no sólo el día repetido de Freddie, sino también cómo la llegada de otros personajes como Ingrid o Henry pudieron influir en lo que pasó después en sus vidas, e incluso hemos visto cosas que pasaron tras la maldición. Ahora bien, sobre Ingrid… A ver:

        La conexión de Ingrid y Freddie por lo de la casa de acogida ha estado bien traída, ese detalle me ha gustado, pero no sé si pasearse tan alegremente repartiendo publicidad es la mejor estrategia. Debería ser más discreta xD. I mean, entiendo que tú misma dices en el fic que, aunque le recomendaron no hacerlo, lo hace porque pensó que le podía servir para conseguir su objetivo, pero con lo bien que lo cuidó todo, no me la imagino jugándosela de esa manera, sabiendo que exponerse podía suponer un peligro para sus planes.

        Y ahora el tema Nefazia. A ver, por un lado, sabemos que Morgana ya no puede tocar el tridente y tenemos la propia confesión de Aquata, así que debería estar muerta, pero por otro lado… No hemos visto la escena. Si realmente Nefazia estuviese muerta, el hecho de haber contado su muerte en lugar de mostrarla sería un desperdicio, porque puede estar muy bien la confesión como plot twist de “soy mala, mala, mala, mucho más que Drizella”, pero cuando mostrases la muerte de Nefazia ya no tendría ninguna emoción porque sabríamos el resultado, so… De momento, sin haber visto la escena de la muerte y al saber que no está en el Olimpo, voy a intentar seguir pensando que está viva. Si al final está muerta de verdad, ya diré lo que tenga que decir jajajaja.

        Y… no sé qué más puedo decir. Ha sido un buen homenaje al maldito hater, porque realmente, aunque también se haya avanzado un poquito con la trama principal de AMT, él ha sido el verdadero protagonista. Hemos visto sus orígenes en Atlántica, así como su día a día en Storybrooke. Además, me ha gustado el detalle del caracol. Ha estado bien que algo que comentaba Nefi como una anécdota les sirviera más adelante para salvarse.

        De los personajes secundarios, sigo odiando a Urchin y a Thor, y a Aquata más aún que antes xD; Marina ha sido una Petete total, y Jacindo es el misterioso ahí; Nefi, adorable como siempre; y ver una muestra de la amistad entre Morgana y Regina también ha estado bien.

        Y sobre la trama principal, me genera interés saber qué le pasa a Tritón y qué le sucedió realmente a Nefazia. A ver qué nos traes.

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      4. Me despido, pero antes te dejo con mi top:

        1. A Mermaid’s Tail 2
        2. A Mermaid’s Tail 1
        3. A Hater’s Tail
        4. Final Battle’s Eve
        5. The Orgasming In Your Body (como pack, sin separar partes)

        Too-da-loo!

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      5. Hola, mi queridísimo Charmed. Acá estoy, respondiendo oficialmente. Antes que nada, gracias por tan bonita review, y mil perdones por no haber dicho públicamente que la portada es tuya. Estuve mal.

        Jejeje, yo sé para qué equipo juegas, pero como digo siempre, ni la conocemos a Atenea todavía y no sabemos cuál es realmente el TL de Tritón. Por otro lado, no entendí por qué llamaste "Sora" a Aquata. Ah sí, ibas a decir Soraya. Pero sí, vive enfadada.

        Jejeje pobre Urchin, sólo era un chico. Pero muy divertidos tus comentarios. En verdad Julia Antonelli fue todo un descubrimiento, yo la imagino perfecta con el look de Ariel.

        Sí, muy majo John, metiéndoselos en el bolsillo XD.

        Es irónico, a JACINDO no le gusta el cuento de Cenicienta jeje. Matilda, esa mujer tan sabia, siempre compartiendo su sabiduría...aunque no lo creas, hay videos tributo a Victoria y su maldad, más o menos como los que hay de Regina.

        Flounder siempre fue de los más sensatos, pese a ser un niñito. Es cierto que aquí un "maldita peluquera" no venía mal jejeje, pero por eso está la asociación del final, que John de niño hizo algo muy parecido al hechizo de Ingrid.

        Un caos tremendo, ni tu Divina Familia lo puede solucionar jeje.

        Agradezcan que no metí la canción "En Armonía" en esa escena jeje, que con Julia hubiera quedado genial.

        Jejeje la Garra con su buñuelo no podía faltar. Ése es el castigo de John, encontrársela en todas partes como Droopy. Las fotos en Venecia a mí me hacen acordar a las del 1x06 con Orgasming y Katherine jeje.

        La peor venganza contra John es cantarle esa canción que odia.

        A mí me da risa esa escena con la canción tan 70-80 "We are family", por eso la puse jeje. Pero sí, Droopy Tronch Bull salvó a Freddie de un posible trío con Pierre y la Warner.

        Lo que pasa con Tritón es que ya conoce bien a Aquata y lo difícil que es, más en esa época que aún estaba entrenándola para reina. Y es blando con John porque ya tenía la experiencia con tu queridísimo Urchin. La realeza de Atlántica hace mucha caridad con los marginales jeje (por eso Aquata sería Soraya).

        Sí, ahí la tienes a tu queridísima Nefi, que aún tiene muchas historias para contar. John ya se mostró desconfiado de ella en AMT1, ahora se ve su relación “en profundidad” (Morgana se reiría de esa expresión). Tritón los fastidió porque la quería para él jeje.

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      6. ******************************************************************************************************

        Lo de Ingrid mejor lo hablamos al final, donde te explayaste en el tema.

        No se puede matar a Aquata, le queda mucho por delante. Pero sí, Andrina es tonta, estuvo dominada y atemorizada de ella toda su vida.

        En realidad son menos de diez clientes, no sé si es tanto para el negocio XD. Pero sí, la Garra sigue compartiendo su inmensa sabiduría, y la alcaldesa es un derroche de amor. Respecto a MM, ya era justo que ella tuviera sus momentos con Henry, luego de que David tuviera tantos.
        Por cierto, ¿Malinda qué canción de “Blancanieves” cantaba?

        Es bastante parecida a Glinda tu Nefazia, todo hay que decirlo. Hay que ver si siempre fue así, o si exagera en lo que está diciendo de su pasado.

        Pobre Henry, lo que fue aguantar LAS FRASES DE LA GARRA todos los días, es como ver cada día durante 10 años el 7x01 y 7x02 jeje. Sí, Regina consiguió lo imposible. Como diría Matilda “lo imposible no es más que lo que tarda en llegar”.

        Ejem, bueno, el Príncipe Apolo se enamoró de Aquata, y bien enamorado. Pero sí, se queja de todo. Es que, como dice, el no ir a esos actos aburridos significa que ya no va a ser reina.

        Ahora sabemos de dónde sacó Cruella su abrigo nuevo. Y antes de que lo vuelvas a poner en duda como haces con Peter, sí, esta Maléfica que masacró todo un reino es la misma del 4x20.

        Bueno, Pierre al menos quería usar el dinero que ganó para llevar a sus amigos a comer a lo de Tiana. Es generoso al menos. Pero sí, las publicidades son muy cortitas para lo buenas que están. IT’S ALL CONSISTENT.

        Poseidón es un desastre como rey, ya vas a ver, y ya que te quejas tanto de Aquata, no olvides abajo la sección “Escenas Eliminadas”.

        Sí, no podía faltar el momento Catherine XD. Igual Urchin tenía razón, hizo bien en sacarse ese maquillaje.

        La verdad es que, lo que les pasó a Nefi y los pequeñines es parte culpa de Maléfica y parte de tu Aquata. Pero ahí todos fueron héroes. Nefazia no sospechó de Morgana porque hace 20 años que no la ve, aunque debió hacerlo. Pero mira lo que le pasó por perdonar a Soraquata.

        Morgana realmente fue visionaria con la Evil Queen, ya se vio venir el 1x02 y el 6x07. Pero como dice, habla por experiencia. Ya se sabrá cómo pasaron de odiarse a ser “bestas”.

        Bueno, tu querido Thor se portó bastante sensato al recuperar la memoria, más que Virgil seguro. Igual, no entiendo qué hizo Urchin el tritón de malo, si tu problema es por esa escena en Storybrooke que acaba de pasar.

        La boda de tu Aquata la vivieron mil veces XD. Me da mucha risa lo de que Apolo miente, por lo menos a consciencia él no miente XD.

        Un poco tarde los agradecimientos de MM, pero sí, es que no habían podido ser antes.

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      7. *********************************************************************************************

        Ahora yendo a los comentarios generales, donde sí que te has lucido:

        Así es, John tuvo una redención Brigorowitz, pero bueno, sólo era un niño perdido. En realidad él siempre estuvo incomodísimo con la idea de engañar a Nefazia, no sólo por no querer volver a ser el Hater sino porque se daba cuenta de que ella era buena. Pero sí, es cierto que el puntapié final fue por lo que dices. Pero al final se consolidó su relación maternal con el rescate heroico.

        No me molesta que pienses en lo de Aquata como un “I Hate Nefazia”, porque era en parte la idea. Pero es que, también, convivieron durante más de un año hasta que se casó, y en AMT1 Aquata realmente no hizo nada más que hablar. Sólo lo de la salsa picante en el banquete de bienvenida. Acá se ve que sí podía tomar represalias, y bastante crueles. Su odio por Nefazia es mitad desconfianza y mitad envidia, porque aquí las viudas heredan y ella iba a quitarle el trono. Pero al menos es un poco más original, siempre la madrastra es la malvada y la hijastra la pobre víctima, aquí hemos variado un poco XD.

        Gracias por los elogios hacia Storybrooke, gracias de verdad. El tema de Ingrid, yo ya sabía que podía no cerrar del todo. Además de las explicaciones que ella misma da (porque está redimida y Freddie le caía muy bien), en algún momento esa mujer tan paciente tiene que ser imprudente y quebrarse. Hay que estar…buscando a Emma por todos lados, encontrarla y perderla, y luego ir a esperarla ahí, donde todo es siempre lo mismo. Sólo le dio un sutil empujón al destino, y si John es tan blando es porque sabe que pese a todo hizo un buen acto (y porque ambos odiaban a Anna, tal vez).

        Lo de Nefazia puedes interpretarlo como quieras. Puede ser un “es tan obvio que no puede ser”, o “es tan obvio que creerán que no es, y es”. Obviamente que hay motivos para la confesión a estas instancias, pero acá no es tan importante el qué pasó como lo es el cómo pasó. Sólo te adelanto que en la serie madre ya casi estamos en la 5B mmm…

        Gracias por todos los cumplidos a AHT y el homenaje a él, esperemos que él piense lo mismo, y gracias por valorar lo de la historia de Nefi conectado con el rescate final. Ya pronto vamos a saber quién es Jacindo, y Marina seguirá compartiendo su inmensa sabiduría con el mundo.

        Muchas gracias por el top, es más o menos como me lo imaginaba. Gracias por tan completa review y espero que hayas disfrutado. ¡Muchos muchos besotes!

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      8. ¡Hola, Laura!

        Jajajaja La realeza de Atlántica es... rara xD. Uno nunca entiende los comportamientos de Tritón.

        "En profundidad" jajajaja.

        Sí, ver momentos entre Mm y Henry era necesario.

        La canción que canta Malinda es "Mi príncipe vendrá". Someday I want my crown, someday we will go on a date. And he went to his eunuchs. Constantly I will be satisfied...

        Urchin esmalo en cualquier reino, igual que Thor XD. Aunque sí, la gran escena para odiarle fue la de SB.

        Sí, cierto, aquí la mala es la hijastra jajaja.

        Lo de Nefazia, veremos. Con ganas de ver qué nos traes.

        Too-da-loo!

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    2. Bueno Laura felicidades ya habían faltan tus Fics junto a los de Peter, es una brisa en verano.

      Tengo una dudas. Harry Es Benjamin? Matilda es Marina ? Y Grimsby en SB no se llamaba Giles ? Cuál es su nombre al final?

      QUE CRUELL NEFAZIA ESTÁ MUERTA. DUELE JUNTO A DÍA. DUELE LO HE DICHO

      NEFAZIA CORAZÓN DEL PUEBLO. NEFAZIA VIVE LA MÚSICA SIGUE

      Perdon tenían que decirlo jaja :( esa Aquata es una perra, mala mala la condenada. Está no la redime nadie cómo pueden matar a Nuestra reina querida ? A esta qje se la trague el Leviathan o el kraken o la mate algún pirata por qué Karma is a bitch

      En SB por un momento pensé que Freddie iba a invitar a salir a Mary, #Snowootom

      Perla muerta? Que es eso chica. Y quién será Karen? Mmmm algo me dice que Ursula están metida con Karen no se, y Vanessa creo que está muerta por confirmación de la abuela.

      Y ya tengo nuevos personajes para dibujar Yeii !!



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      1. Muchas gracias Scandal, aquí también es verano.

        Sí, Harry es Benjamín, Matilda es Marina del Rey, y Giles es el verdadero nombre de Grimsby, no el de SB.

        Bueno, la propia Matilda dice que la crueldad es un tirano sostenido por el miedo, y es el miedo de Andrina el que sostiene la crueldad de Aquata.

        Snowootom jeje me encanta. Es sólo un “kindship”, un chico y chica amigos, pero la María Margarita de la S1 (no la verdadera Blancanieves) no hubiera hecho mala pareja con Freddie Kay, que al menos no era casado XD.

        Sí, Perla está muerta y Alana se quedó sin mejor amiga. Ya vamos a ver. Respecto a Karen, es la chica del cuento de Andersen “Los Zapatos Rojos”, ya se verá la conexión. Y no, no tiene nada que ver con los de Oz.

        Gracias por leer, y son muy bonitos tus dibujos, los espero.

        ¡Muchos besotes!

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      2. ohhh se viene un Fic Sangriento porque si son los zapatos rojos, los pies de Karen son reales ? O fueron cortados por el angel

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      3. Digamos que es una trama que enlaza "La Sirenita", "Blancanieves" y "Los Zapatos Rojos".

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    3. Muchas gracias a los que respondieron, mañana comenzaré a contestar. Les dejo, por primera vez, ESCENAS ELIMINADAS, en su mayoría descartadas porque alargaban mucho el relato:

      1) Ariel intenta escaparse al darse cuenta de que Nefazia no está, y teme que esté en peligro. Pero Aquata la encierra en su habitación "por su seguridad" y ella no puede gritar.

      2) Regina decide no llevar más al Henry de cinco años a la heladería de Ingrid, porque siempre están Mary Margaret y Freddie. Desde entonces le prohíbe comer dulces.

      3) Resaca ve a través del caldero de Morgana que Nefazia está en peligro con las ballenas, e intenta despertar a la bruja para que la rescate, pero ella ronca muy fuerte. Esta escena fue descartada porque era mayor impacto que su primer y única escena fuera en el Palacio Oscuro con la Reina Malvada.

      4) Cuando todos insultan en la calle a Mary Margaret por lo de Kathryn, Freddie le brinda su apoyo. Mientras tanto, Pierre le propone a David filmar un trío con ambas, y éste lo pone en su lugar.

      5) Freddie se alegra de ver a Mary Margaret tras derrotar a Cora en el Bosque Encantado. Ésta le ofrece unirse a la celebración en "Grannys", pero Freddie continúa muy triste por Atlántica y se rehúsa.

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      1. Oh, sección de escenas eliminadas. Se agradece esta sección, para saber qué ha quedado fuera de la historia. Y agradezco igualmente haber eliminado escenas de Aquata y Thor. Cuanto menos salgan, mejor jajaja. Lo mejor de las escenas eliminadas es la relación entre MM y Freddie, haber visto un poco más de su amistad habría sido bonito, pero ya comparten varias escenas en el fic, así que se entiende que se eliminen (y todavía más teniendo en cuenta que una de ellas incluye a Thor XD).

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      2. Muchas gracias, Charmed, pero no festejes tanto que de Aquata queda mucho más por ver. Respecto a Thor, eliminé una escena donde salía Orgasming, y salía enojado que es tan ASDFASDFASDF, así que si eso no habla de mi objetividad...

        Ahí lo vi el video de Malinda, como dijo Peter una vez, parece una competencia entre la Snow de siempre y la del AU jeje.

        Nótese que, de las relaciones femeninas que tuvo John, una fue de madre (Nefazia) y otra de hermana (María Margarita). No todo es romance, FOR NOW.

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      3. Interesante las escenas aunque la de David diciendo no al trío ojalá hubiese estado. Alguien debe poner en su sitio a Thor y santificarlo porque la cara que tiene es de pecado fresco

        John acaba con marina del rey. Del odio al amor hay un paso, o con Karen. Esas son mis apuestas

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      4. No voy a decir lo mismo que dicen de Regina, de que si John no tiene TL no tiene HE. Sólo será un complemento a su felicidad, pero será lo que él esperaba.

        No te preocupes por Thor porque la va a pasar muy mal muejejeje.

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    4. GRACIAS Laura por este fic de verano Los bebes lo van a disfrutar igual que yo
      Saludos 😘💟😊

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      1. Jejejeje están hermosos tus bebés Mary, te felicito. Hace poco el tío Maxi dijo que quizás yo también tenía mellizos mmm no sé.

        ¡Besotes!

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    5. ¡Hola, Laura! Perdona la tardanza con la review, pero aquí esta, so... Here we go! : )
      Una carrera de tortugas, pobres. Espero en FTL no estén peligro en peligro de extinción las tortugas (?) XD. Uhhh, Aquata siempre tan agradable y comprensiva en escena. Ohhh, nuestro little hater en escena :' )
      SB. Ya tenemos en escena a Freddie y a Jacindo. LA PETETE, esta mujer sabe cómo hacer una entrada y dar un show XD.
      Rose y Jacindo, que pacíficos... doña Peterina/Maritete siempre oportuna.
      Maritete la pansexual con su buñuelo #ChisteMalo
      Ay, pobre MM metida en esa conversación xD.
      Oh, la rubia de los partos, que forma de conocerse xD.
      Insisto, Maritete tiene algo con las entradas. Ahora Maritete le usurpa la escopeta a la reina del rating xD.
      Oh, el little John se nos redime : )
      Awww, la escena entre Triton y Nefazia : 3
      Los tratos debajo del agua de Aquata y John # OtroChisteMalo
      #LaJDeIngrid
      Nefazia tiene momentos bonitos con todos.
      Ay, el Jacindo. Rose parece que tampoco se ha visto la peli de disney al menos xD, ala 28 sin conocer el cuento.
      Muero con la escena de MM, Henry y Freddie.
      Con lo de las zarandeadas no me termina de convencer, ella aunque era una mujer desagradable, evitaba mostrarse de esa forma, mucho menos la veo haciendo eso y con un niño : S
      Oh, muy bien Freddie salvando a Nefazia y arrepintiéndose del trato : )
      Ay, lo de Aquata, y Nefi a saber dónde se encuentra, tengo esperanzas en que siga viva : S
      Me intriga lo de la pobre Nefi : S #AY
      Saludos! : 3

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      1. Hola pequeño Maenrest, aquí estoy:

        Sip, se entretienen mucho en Poseinópolis con las tortugas, suerte que luego llegaron las ballenas para entretener jejeje.

        Gracias por apreciar que la Petete sabe dar una gran entrada, era la idea XD. Y sí, Rose y Jacindo hacen quedar a Quico y la Chilindrina como dos santos. Están buenos tus chistes, no te tires tanta tierra.

        Me encanta el apodo Maritete jejeje.

        Sí, pobre Little John XD.

        Morgana se reiría mucho con todos tus "chistes malos". Pero gracias por lo de Nefazia, es muy maternal aunque no haya tenido hijos.

        A ver, estos chicos tienen 5 años y yo la peli de Cenicienta la vi recién a los 7. La primera que vi y mi gran amor "La Sirenita".

        Qué bueno que te gustara lo de Quique y sus maestros.

        Sé que lo de las zarandeadas parece no convencer a nadie, pero yo veo algunos capítulos de la 1 y la veo capaz de eso. Osea, no todo el tiempo pero sí como exabrupto. Pero está todo bien, son opiniones.

        Nefi te va a dar mucha más lástima en AMT3. La mayoría de sus escenas son con Aquata.

        ¡Gracias y muchos besotes!

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    6. Querida Laura, te escribo estas líneas en este ventoso día de invierno para contarte que estamos bien. Madre echa de menos enfriar los dulces en la ventana y los niños llevan sus cartas en las ruedas pese a todo..."

      En cuanto a tu folletín de folleteo Disney... empezaré por el pasado de John. He de decir que no me ha gustado nada. Me ha resultado aburrido y era como leer un cuento para niños pequeños y lentos, como un episodio de Dora la exploradora. El coeficiente intelectual de Atlántica habrá de ser negativo si eso ocurrió. Luego, todos lo perdonan así sin más y no estoy de acuerdo; Aquata era la única con dos dedos de frente.

      Dejaré de lado Disney issues, como el pulpo haciendo sentadillas y demás, para hablar de ella, de Aquata.
      En primer lugar, ¿qué es eso de que no va a ser reina porque está Nefazia? Las coronas no son herencia lateral. Cuando el Orejitas de Reino Unido muera, la corona será del Calvo, no de la Camilla. Aquí igual, ya se puede casar cuarenta veces el Tritón y tener cuarenta hijos más que la heredera seguirá siendo Aquata...

      (LAURA: Maldito Hater, tú no sabes de las leyes de Atlántica. Allí la sucesión es diferente).
      Still weird.
      Aquata la siento muy muy muy plana. Todas las hermanas de Ariel lo son, pero es que a ella la has puesto de villana y siento que es porque en el primer capítulo fue "la que peor nos cayó". ¿Por qué hace lo que hace? Va a ser reina igual. ¿Qué gana? ¿Qué quiere? Etc, etc. Es un cliché de telenovela y ya. Pero es que, encima, no es ni buena villana. ¿Qué es eso de enviar a la hermana (otra, que a saber por qué le hace caso) o al John? Pasa de villana de telenovela a villana de dibujos animados; sólo le ha faltado lanzar un "¡maldita seas Nefazia la sirena!"


      Luego, lo que te digo siempre, pasamos de un tono infantil hasta el hastío en Atlántica al porno duro en Storybrooke. CANSAN personajes como el Pierre, que mira a cada persona y sólo piensa en cómo vender su carne. Cansa y repugna. ¿Pero qué es eso de "le practicaba sexo sin condón"? Es que, aunque fuese "importante" porque esa se vaya a quedar embarazada, ese apunte tan basto sobra... pero a ver, que comento en orden mejor esta parte..."

      Para empezar, el colegio. Sólo te diré que en todo lo que tiene que ver estoy como Maxi con el gimnasio del 7x10. Freddie es un profesor horrible que le han dado el título en una tómbola y la otra, Marina... Si en el capítulo pasado sobraba, aquí más. Es un personaje que se limita al chiste interno con nosotros y ya, no aporta. Y eso le pasa a esta historia, siento que has cogido muchas cosas de mí y las has puesto en una cóctelera, pero luego no tienen mucho que ver con la historia que nos interesa.

      La escena de la fiesta... a ver, ¿qué es eso de cocaína tirada por el suelo? ¿Tú sabes lo cara que es? Nadie la tiraría ni loco. Cocaína tirada por el suelo, botellas, porros... son malos, malos, muy malos... Son... ¿cuatro personas? ¿Cinco? No, no me ha gustado esta escena tampoco. Le faltaba verdad y los personajes no parecían ni bebidos ni nada, que luego se ponen a hablar tan tranquilos.

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      1. Ya aprovecho y digo que Jacindo será hijo de Vanessa seguramente, que está muerta, y quien sabe si no es bastardo de Eric. Y hablando de eso, aunque no tenga nada que ver, la historia también se siente un poco plana: los buenos son buenísimos y los malos son malísimos. Los buenos son puros todos y los malos son histriónicos con afán de protagonismo... y hablando de histrionismo, le has intentado poner un parche al abrigo de leopardo, pero... el mundo de Cruella fue destruido tras el 7x03/ 4x18. No existe. No se puede ir a él, pero bueno, no es que me importe mucho... y hablando de parches, ¿estás intentando parchear a Urchin? Pueden echarle "la culpa" a su personalidad hechizada todo lo que quieran, pero a mí no me la dan. ¿Y ves? A esto me refiero con "los buenos son puros todos". Nos los quieres poner perfectos y si les encontramos un fallo o haces esto o les das la vuelta como a Aquata. Ya pasó con Eric en el capítulo pasado cuando se puso en plan Hook; primero lo defendiste y luego me quisiste vender la moto con un "bueno, ¿no querías que mostrase algún defecto?"

        A ver, qué más... la muerte de Nefazia... Yo creeré que está muerta, porque la relación que une a Morgana con el tridente se ha tenido que romper de alguna manera. Quién sabe. Ha sido un buen golpe de efecto que no esperaba. Ya creía, cuando dicen eso de "verla sólo las pondrá tristes", que nos ibas a salir con que estaba vegetal o algo así. Al contrario que al resto, a mi Nefazia, aunque pueda tener exceso de almíbar, sí me gusta. Me recuerda a la Topa, la madre del Ajedrecista. Eso sí, aunque me guste, he de reconocer que no me ha importado su muerte xD. Claro que el shipeo con Tritón es con ella a muerte, no con Atenea.

        Luego, Ingrid ahí, habla que te habla, contando todo, ya no lo digo sólo por la escena del Olimpo, sino por la de la cafetería:
        "Oh, unos desconocidos, hola, soy la heladera y mi sueño es abrir una casa de acogida".
        Ingrid es una introvertida de campeonato (INFJ). ¿Mostrarse simpática? Sí. ¿Servicial? También. ¿Pero ir ya contando sus cosas apenas se han saludado? No, no lo veo con su personaje.

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      2. Y creo que me quedan dos escenas por comentar... La primera, la de Morgana y Regina, está bien, pero cuidado también con los "presentimientos". Sólo le faltó decir "mira, tendrás que matar a tu padre y enfrentarte a Maléfica en el 1x02". Ese tipo de cosas son algo anticlimáticas. Por lo demás, buena escena, aunque tu Regina es algo histriónica. En Storybrooke se nota más, con esa agresividad, zarandeando a todo el mundo, hasta a un niño... No, Regina no se comportaría así y me dan igual las excusas que me pongas; mira en la primera temporada, con Emma, sólo llegaron a las manos en un momento de rabia desbordada cuando lo de Graham, nada más. (Eso por parte de Regina, en el 1x22 "empezó Emma", ya sabes).

        Y la otra, esa escena en la que están viendo la tele, que para mí es la que más sobra de todas y no aporta nada. Más chiste interno y ya, como todo el fic.
        Ah, y la de la fiesta, con esa Emma que para mí no suena nada de nada como Emma. Emma no contestaría así al Pierre, ni la Emma badass ni la Emma florero de Paquito. Dudo que se molestase en hablarle siquiera.

        Y así termino. Siento mucho si soy muy duro, pero no te iba a mentir. Esta historia no me ha gustado y me ha parecido muy inferior a todas las demás. Yo sé que me la querías hacer con toda tu ilusión, que era un regalo de cumpleaños y yo te lo acepto con mucho cariño y te lo agradezco infinitamente. Por eso, te pido disculpas si parece que voy a cuchillo, pero no estamos para perder el tiempo con falsos cumplidos. Lo importante es que aprenderás de tus errores y la próxima historia será mucho mejor.

        No quiero que te pongas mal por esta review, pero ten en cuenta lo exigente que soy y que no doy duros a dos pesetas (ahí tienes una frase petergarrística).

        PD: ¿Cruella controlando a los peces a través del cetro de Maléfica? Weird... Y eso, los controlaba Cruella, no Maléfica, ¿cómo pudo dar la orden?

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      3. Ahora entiendo por qué tardé tanto en terminar de escribir jeje. Aquí tenemos "A Hater's Review".

        Bueno, en realidad, las escenas de John niño son una adaptación medianamente fiel de un capítulo de la serie de "La Sirenita", que la pasan en Disney Junior. No sé, me pareció que pegaba contigo. Respecto a que lo hayan perdonado, era sólo un niño y ya tenían la experiencia con Urchin, que era ladrón de comida. Es más, Tritón ni estaba para ver lo que pasó.

        Que Aquata iba a ser como Soraya lo avisé desde el primer momento XD. En realidad, su papel principal en la historia estuvo pensado desde siempre, si bien no estuvo pensado que protagonizaras tú un capítulo. No es sólo que, en Atlántica, Nefazia vaya a ser la reina, sino que ella y Tritón pensaban tener un hijo, y encima un varón. Eso por un lado, y desconfianza por el otro. De todos modos es cierto que, en este caso, el hilo de Atlántica es bastante infantil. Pero ya vas a ver que Aquata va a terminar siendo de tus personajes favoritos. "John, you can trust me".

        En este fic puntual, te daré la razón en que parece no tener un género definido, y es más, que por lo menos el primer tercio parece ir pasando de Disney Junior a XXX. La intención era que fuera género COMEDIA, pero es posible que haya fracasado, al menos para ti. Estoy de acuerdo que, en este capítulo puntual, Atlántica es bastante infantil, pero no pienso lo mismo del resto (osea, de los anteriores y los que vendrán). El mundo de "La Sirenita" es más bien infanto-juvenil-APTP, no de bebés como "Winnie Pooh", y ya no puedo ni quiero cambiar la fidelidad a eso. Pero si acepto la crítica "winniepoohtiense" en este capítulo puntual.

        Pierre en realidad, aunque obviamente sé que está mal, hacía lo de vender carne DURANTE LA MALDICIÓN. Fuera de ella, osea, como "Thor", es como mucho, un superficial que mira embobado a Nefazia o que defiende la serie de los Two. En la maldición se llevó ésto al extremo.

        Es que, a ver, si por "la historia que nos interesa" dices AMT, ésto es un puente, no es la historia principal. Charmed recalcó muy bien las escenas en las que hubo verdaderos avances para AMT. Decidí "independizarte" porque contar sobre ti hubiera desvirtuado mucho en un capítulo madre, y me tomo como elogio que Freddie sea un desastre como profesor.

        Y bueno, ya sé que a ti no te gustan esos "chistes internos" en un fic, pero a la mayoría sí le gustan y por eso lo sigo haciendo. Lo siento mucho. Cuando tengan un disgusto más general, veremos.

        MARINA IS IMPORTANT.

        Está bien, está bien, no parecían bebidos.

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      4. Gracias por las teorías con Jacindo.

        No sé qué tiene de malo la "maldad histriónica", pero bueno, ya vas a ver que en ciertas circunstancias no todos los héroes son perfectos. Lo de Eric realmente no me lo tomo a mal, es más, me gusta que haya generado controversia. En realidad lo que debería haberte dicho es, confirmarte que no estuvo muy bien, pero señalarte por qué lo hizo, más que defenderlo. Igual es cierto que este capítulo puntual sí es plano. Eso es cierto. Ey, salvo por John, que es bueno pero no es santo XD.

        Ahora bien, lo de Urchin, QUÉ EXAGERACIÓN, y te lo digo habiendo vivido esas situaciones. Sí, es un desubicado, es un atrevido, se merecía el cachetazo, pero ya tú y Charmed lo pintan como el Anticristo, como un ser totalmente horrible que merece la muerte. Y mira que lo tengo calladito hace bastante y ustedes dale y dale y dale. Es más comprensible el odio al Pierre de este capítulo.

        Con los Charmings pasaba algo parecido, no lo digo por ti: si son re buenos, son unos ñoños irreales. Si hacen algo malo, son dos hipócritas asquerosos que mienten.

        En realidad sólo a Bored no le gusta Nefazia, a los demás sí y de hecho Charmed la ama. Pero mil gracias por tus palabras.

        Yo sabía que lo de Ingrid podía no convencer, pero bueno, ese comentario lo hace cuando Freddie le dice que debería ser maestra. Apareció su presa fácil.

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      5. Bueno, yo a Maenrest ya le di mi opinión sobre la alcaldesa, aunque respeto y acepto la disidencia. Los comentarios ácidos, eso sí me parecía muy propio de ella, y ey, hasta he puesto algo de empatía: su sentimiento durante los años que pasó casada con Leopold.

        Insisto, mientras a la mayoría le siga dando risa, esos chistes seguirán. Sorry.

        Y no entiendo por qué Emma no le contestaría así a Pierre.

        No te hagas problema, peor me puso la tardanza que la review en sí. Intenté hacerte un lindo homenaje y de paso colocar cosas que hubieran sobrecargado AMT, pero ya me imaginé que no te iba a convencer y por eso tardé tanto.

        MALÉFICA: "Cruella, ordénales que hagan todo lo que yo diga".

        ¡Besos y gracias!

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      6. Hola Peter, perdón si me meto en algo que es entre ustedes dos pero me parecía importante hacer un aporte, capo.

        Estoy de acuerdo con vos, hasta cierto punto, en que es chocante poner dos géneros tan diferentes dentro de un mismo capítulo. Por más que, para mí, el mensaje es claro. A mí Atlántica me dio mucha ternura y con Storybrooke me cagué de risa, pero es cierto que queda una mezcla rara al estar bajo un mismo techo. Es más, una idea rara mía, para mí hubieran quedado mejor como dos capítulos separados. No es algo que me haya afectado a mí pero sé que a otro le puede pasar. Después, si a uno le gusta el infantilismo o los chistes zarpados, ya es un tema personal.

        También te banco que te tomes a pecho algo que te toca de cerca, como es lo del cole. Jajajaja, y me da risa que me nombres a mí y a la bronca que me dio con aquel gimnasio. Con la moto de Henry tengo ataques peores, hermano, que ahí tiene nafta infinita, andan todos sin casco y Jacinda la aprende a usar en un minuto hasta con tacos. Cuando mantener una moto es todo un trabajo y más saber manejarla bien. Pero bueno, nada, que entiendo que te pongas así y que creo que la jodida te lo hizo a propósito jajaja.

        Ahora, con el tema de los chistes, mirá: Lau es la persona más divertida y ocurrente que conocí en mi vida, tiene una chispa y creatividad impresionante para hacer reír a la gente y hacer siempre el comentario justo para todo. Y me gusta porque rompe con el prejuicio de mierda de que las mujeres no son graciosas. Salir en grupo con ella siempre termina en elogios sobre la novia tan graciosa que tengo, porque siempre hace reír a todos, y la convivencia con ella no sabés lo que es. Es uno de los motivos por los que la elegí y la amo tanto. Pero bueno, me estoy poniendo baboso y me voy del tema. La cuestión es que me doy cuenta de que mecha muy bien los chistes en las situaciones, sabe muy bien dónde y cuándo ponerlos, y no por eso les saca dramatismo a sus historias. Ya sé que ésta no es ni a gancho la más dramática, no soy tan boludo, lo digo en general. Como lo de pensarse una situación graciosa, como puede ser la del mundo alterno, y que sea importante. O incluso aunque no sean importantes, no veo que estén destrozando nada de la historia principal.

        Con esto no te estoy diciendo "dejá de romper las bolas y reíte". Para nada, campeón. Si no te reís, no te reís y es super respetable. Simplemente te digo por qué creo que sería un desperdicio enorme de talento que Lau lo dejara de hacer, y por qué creo que no jode a nadie. Y bueno, la realidad es que soy testigo de cómo se quemó las pestañas pensando las situaciones graciosas y colando y buscando las frases. A veces hasta sintiéndose mal lo hizo.

        El tema de los héroes, yo la verdad todavía no los vi en ninguna situación que los haga parecer santos o medio tontos. No todavía. Como mucho, Nefazia perdonando a Aquata, y nada más. Y aún así le habló claro. Una cosa es que sean unos pelotudos que perdonan mil veces a los villanos, les dan chances de redimirse y no los matan, y otra es sacrificar a un inocente como Nefazia, que ni yo sé qué pasó ahí o en qué circunstancias se desarrolló todo. Distinto es si es una boludez como Blancanieves sintiéndose re basura porque mató a Cora, o todos impidiéndole a Emma que mate a Zelena.

        De más está decir que con vos está todo muy bien y que esto es sin ningún ánimo de bardo. Y que sé que tus intenciones son las mejores y te agradezco con el alma todo lo que ayudás a mi princesa. Pero me parecía importante dejar mi visión de las cosas en este caso.

        ¡Abrazo de gol!

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    7. Hola Laurita, tanto tiempo. Por fin terminé de leer los dos fics que me faltaban, y tengo un rato para comentarlos.

      "A Mermaid's Tail 2" me encantó. Me pareció maravilloso, y mucho mejor que la serie oficial desde la 4A en adelante. Mezcla muy bien lo que vino después, que son personajes fieles a Disney (y la Sirenita a mí también me encanta) con el aire de misterio, madurez y buena estructura de las primeras temporadas. Excelente la aventura de Eric en DunBroch, muy bien buscado meter a Mulán y Ruby, y aparentemente va a estar bien hilado el desastre del 6x15 con el Jafar maravilloso de Wonderland. Maléfica siempre se agradece, aunque sin duda la mejor es Morgana. No tengo idea de si es una simple villana por poder o si tiene una historia triste por detrás, pero incluso aunque sea el primer caso, ya es una malvada grandiosa y mucho mejor que los que ofrecen los Two. Amo los villanos así, que te matan de risa pero no tienen piedad de nadie. Me intriga su historia con Maléfica y con Regina. Y hace mucho que no me reía tanto como con lo del Universo Alterno, muy bien buscado que algo tan gracioso sea tan importante.

      "A Hater's Tail" me gustó un poco menos. La historia de Atlántica es un poco infantil, pero aún así me gustó porque da un mensaje muy bonito. De Storybrooke me encantó el giro sobre Ingrid, porque realmente era un desperdicio que este personaje tan interesado en Emma no hubiera hecho más nada en pos de ella. El que haya dado un pequeño empujón para que Henry se acercara a Mary Margaret fue un detalle fabuloso. Lo que no me gustó es que había demasiados chistes internos. Pero es cosa mía, que no suelo entrar acá porque ya no veo la serie. Seguramente los chistes y guiños me parecerían geniales si los entendiera.

      Un párrafo aparte para el tema de Aquata y Nefazia. A mí Aquata no me disgustó, a pesar de parecer una villana histérica de novela o una mocosa malcriada, porque viene siendo coherente con lo que se vio de ella antes. Su maldad con la carta y las ballenas fue una mezcla de cruel e infantil. Pero creo que acá hay "pez encerrado jaja", porque saltamos de eso a una Aquata supuestamente madura y arrepentida casándose con el príncipe codiciado de otro reino, y nos salteamos toda la guerra con Morgana y los hechos...para luego confesar que mató a Nefazia y clama ser la verdadera heroína. No sé, creo que las cosas no son tan planas como parecen ser y que quedan muchos huecos que llenar entre la Aquata malcriada y la reina.

      Mañana le escribo a Peter. Besos y muchas felicitaciones.

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      1. Hola True, muchas gracias por tus palabras.

        Sobre AMT2, gracias por decir lo que yo pienso. Efectivamente, intento mezclar el Disney que a mí me gusta, porque AMO a la Sirenita, con el misterio y buena estructura que tenía la serie antes. Por lo menos ese es mi humilde intento. Gracias también por lo de DunBroch y lo de Mulán y Ruby, es un intento por darle una buena historia a mi personaje favorito de siempre, mezclando cerrar interrogantes como la llegada de estas dos a Oz, o la de Jazmín a la LOUS, o como bien dices, lo de Jafar. Lo de Morgana también lo agradezco infinitamente, a mí en OUAT nunca me hizo reír ningún villano. Un poquito Cruella y Zelena, y sino Regina pero ya redimida. Lo del AU ya me lo habían dicho, parece que logré mezclar lo gracioso con lo relevante.

        En cuanto a AHT, MUCHÍSIMAS GRACIAS por apreciar mis intenciones sobre Ingrid, gracias de verdad, y qué bueno que lo de Atlántica te gustara. Te pido disculpas por lo de los chistes que no entiendes, es que la mayoría de los que leen sí los entiende. Pero bueno, los próximos chistes ya no van a ser TAN internos, los vas a entender. Por las dudas te aclaro que la “mala” de la séptima temporada se hizo la fama de que dice frases célebres como si fuera Paulo Coelho o algo así, y al tener la actriz un personaje dentro de mi universo, eso se llevó al máximo. De paso no viene mal compartir un poco de sabiduría jejeje.

        También te agradezco apreciar que hay un hueco muy grande con Aquata. Pero es así, queda todo lo que vino después hasta el momento de la confesión.

        Qué bueno que aunque te hayas retirado del bodrio que dan por la tele, nos sigas leyendo. ¡Muchos besotes!

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    8. Bueno,Laura,este fic me ha gustado bastante.Es ameno y divertido.

      Los FB de SB me gustan,por el mensaje tan bonito que transmite sobre la armonía,y llevarse bien con la gente.

      Los FB de SB me gustan también. La relación de amistad de John y Mary Margaret es muy bonita. Y la amistad de John y Íngrid me ha sorprendido,pero la verdad es que tiene sentido. Lo único que no me ha convencido es que,en la escena de la heladería, no se explicase las intenciones de la Snow Queen en ese momento,sino después en el olimpo. Se me ha hecho raro no entender muy bien porque Íngrid había provocado esa situación.

      En cuanto a la escena de Regina y Morgana,es muy interesante ver como colaboran,igual que Maléfica y Cruella.

      Los personajes del fic están muy bien todos ( Matilda me da dolor de cabeza con tanta frase de ka Garra,y Jacindo es muy pesado,jaja). Aunque mi personaje favorito es Nefazia,ya lo dije en los otros fics. Me da pena su muerte, y la verdad dudo que este muerta, a pesar del detalle de la conexión rota del tridente.

      En cuanto al personaje de Aquata,me ha sorprendido el twist de que es la villana,y mato a Nefazia. En realidad, Aquata me recuerda al personaje de Drizella,pero mejor escrito que el de ouat. Aunque a mi la Drizella de ouat me gusta,pero no entiendo que hacen los Two con el personaje,dejándola como el títere de Gothel.

      En fin,este fic me ha dejado con ganas de leer los demás fics de Ariel. Saludos!

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      1. Por cierto se me ovidaba preguntarte una cosa,Laura.

        La escena de la fiesta,con Matilda irrumpiendo con los rulos,y el concejal y el casero,esta basada en el chavo del ocho, o es impresión mía?. Porque me recordó mucho a las escenas del chavo en las que doña Florinda aparecía con el casero o el profesor jirafales pata reñir al chavo y a don Ramón,jaja. Me he reído mucho con la escena de la fiesta xD.

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      2. ¡Qué sorpresa, Nova! ¡No te esperaba tan pronto!

        Muchas gracias por lo de Atlántica, esa era la idea.

        Gracias por lo de Freddie tanto con MM como con Ingrid. Entiendo que te haya parecido rara la escena de la heladería, y la intención era esa. Que no se entendiera bien hasta el final. Pero sorry por despistarte XD.

        Gracias por lo de las villanas. Regina le hizo un favor a Morgana, y ahora ella se lo debe, y, entre Maléfica y Cruella, una no puede controlar a los animales y la otra no puede matar. Por eso el equipo.

        Jejejeje te da dolor de cabeza la sabiduría. No sabes lo que costaron esas frases, algunas las pensé y otras las busqué. Me encanta que a la mayoría le guste tanto Nefazia, y eso que pensaron lo peor de ella en el primer capítulo. Era necesario para la historia principal mostrar más momentos entre ella y Aquata cuando Atlántica estaba en paz, ya que nunca habían tenido un careo y Aquata sólo despotricaba pero no actuaba en su contra.

        Me halaga que la veas como una “Drizella bien hecha” jeje. Espero terminar con AMT3 pronto.

        Gracias también por lo de la fiesta. No, en este caso no lo saqué del Chavo, pero es cierto que hay similitud. Por ese capítulo en que creen que hay un fantasma y Doña Florinda sale en camisón y con escopeta.

        ¡Muchos besotes y gracias!

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    9. Hola Laura:
      Ante todo, muchas felicitaciones, es admirable el esfuerzo que haces escribiendo estos fics sobre el mundo marino. Voy a hacerte un comentario general de los que he leído, aunque creo que ya te he comentado los anteriores. Veo la historia muy bien escrita, en ella exploras en general el mundo de OUAT cubriendo huecos que la serie nos ha dejado.
      La primera historia nos muestra a la reina Nefazia, con el objetivo de que muchos pensaran que era mala. Tengo la maldición de ser una persona que ha leído y visto mucho, por lo que no es posible engañarme fácilmente. Nunca vi en ella la oscuridad que debía manifestar la malvada bruja del este de la película Oz, que al inicio parecía buena; más bien la vi como la Evelyn de la momia, que nunca sería poseída por el espíritu de la esposa del faraón.
      En la segunda parte si me sorprendiste con la historia de la niña profeta; que me recordó un poco al cuervo de tres ojos de GOT. Cierto que es una maldición vivir eternamente; “porque tienes que ver morir a todos los que amas” (Io, Crash of the titans, 2010) o “navegar océanos de tiempo para reencontrarlo” (Drácula, 1992). De este también me encantaron las referencias mitológicas; de hecho, te hice un pequeño homenaje: no sé si te percataste en la escena del Olimpo que hago referencia a un Ares adolescente con un martillo. También me gustó la historia de la adivina que aparece en la segunda temporadora.
      Me gusta que explores lo ocurrido en los reinos en los 30 años de maldición, debe ser algo complicado que el tiempo no pase para ti. Me imagino que por muchas pociones para restaurarle la memoria a Henry y consultas con Archie el pequeño tenía que crecer con par de cables sueltos; el crecía mientras sus amiguitos del año anterior se quedaban iguales por lo mismo no podía tener amigos; es interesante que explores estos temas.
      De pequeño me gustaron todas las películas de Disney; pero siéndote sincero me gustaron por ejemplo más Hércules y Aladino a La Sirenita, de hecho, nunca vi ni las secuelas ni la serie animada, me parecían demasiado infantiles. Quizás por lo anterior este fic no me gustó tanto como los otros; debe ser que me siento demasiado viejo para una historia como la que cuentas en Atlántica.

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      1. Las sirenas como personajes mitológicos me encantan, son seres hermosos y a la vez malvados que atraen a los navegantes contra las rocas con su canto para después comérselos. En la mitología están presentes en la historia de los Argonautas y en la Odisea; a ambas hago referencia en mis fics aunque no tuve chance de hablar de estos seres maravillosos hasta ahora. En la temporada de Peter Pan aparece una sirena malvada, a Ursulita su padre la obligaba a cantarles a los navegantes para estrellarlos contra las rocas, a la ondina del lago Charming le llama sirena; este tipo de seres me encantaría ver también.
        En SB me gustó que incluyeras a Ingrid, nuestra querida reina de las nieves, y que estuviera preocupada por Henry y le trasmitiera a Blanca y el tal Freddie la preocupación, aunque me surgió una duda. ¿Cómo lograría que estos recordaran con la maldición andando? Igual, buena la escena del Olimpo, veo que respetas el canon OUAT, aunque estos violen el canon mitológico: pues en OUAT las almas buenas van al Olimpo, no a los campos elíseos; Medusa se convierte en piedra de mirarse en un espejo y Zeus es el hermano mayor de Hades.
        Aquata me recuerda un poco a Drizella, extraño que no escogieras a Adelaide Kane para interpretarla como otros de tus recast, imagino que fuera porque no la describes como demasiado bonita y Adelaide es preciosa, hubiera opacado a las otras hermanas.
        Te hice una propuesta en respuesta a tu comentario a mi fic, cualquier cosa me dices.
        Sigue escribiendo así.
        Saludos

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      2. Hola Aquiel, muchas gracias por leer y más por escribir.

        Bien por ti si no te engañó Nefazia como la supuesta villana, con la mayoría fue así. Qué curioso, yo también me acordé mucho de Zelena cuando se hacía la buena mientras escribía esas escenas. Pero bueno, no era tan fácil como eso.

        Gracias también por lo de la vidente, eso también se seguirá explorando porque la pobre vivió muchos años. No, la verdad que no me había percatado del homenaje en sí, muchas gracias.

        Eeem, te agradezco que te guste lo de los 28 años de maldición, pero a Henry no le daban ninguna poción de memoria, simplemente se aguantó eso por años y años sin perderla. Sino es como si la madre lo drogara a cada rato XD. Y de hecho desaparecieron las pociones en el 3x09.

        Sí, ya sé, la mayoría de la gente no vio la serie de La Sirenita, ni pesca muchas referencias. Pero yo la amo desde pequeña y volví a verla de grande para inspirarme, así que no podía no hacerlo. Es cierto que es un poco para bebés la historia de John niño, pero está parcialmente basada en un capítulo de la serie que amé siempre. Entonces fue por eso.

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      3. Bueno, en realidad, uno puede hacer lo que quiera con las sirenas, siempre y cuando intente respetar lo poco que mostraron los Two. En mi caso personal, las que son naturalmente agresivas son las de Tiburonia, y las de Poseinòpolis por deseos del rey Poseidón. Luego están las de Índica, Atlántica y Olympia, que son buenas. Eso dentro del Bosque Encantado bajo el mar, luego la sirena del 3x01 es de Neverland así que no tiene nada que ver con estos reinos. Y la del 1x13 directamente era de un lago, así que menos aún que ver. Respecto al 3x06, las sirenas nadan bastante rápido, y en especial Ariel, así que cuando Regina la llamó vía-caracola, no es que ya estaba en Neverland sino que se vino desde Atlántica. ¿Se entiende más o menos?

        Gracias por lo de Ingrid, pero en verdad no estaba preocupada por Henry en sí. Esa es una mentira que se inventó. Estaba preocupada porque Emma según ella podría no venir, y entonces empujó a que se juntaran nieto y abuela para asegurarse de que fuera a buscarla en el futuro. Y bueno, ellos recuerdan cuando interfiere en sus vidas alguien que está “despierto”, alguien que les genere algún cambio en su día a día, como fue el caso de Ingrid que les cambió el lugar de merienda, y Regina que estaba despierta y apareció en la heladería.

        Ya me han dicho que Aquata parece Drizella jeje, pero no. Drizella salió a la luz en octubre y yo empecé con esta historia en junio-julio. En este caso, la hermana más bonita es Arista, que es modelo, y encima parece estar enamorada de su cuñado, el Príncipe Apolo.

        Sí, mil perdones que no te contesté, me fui olvidando. Estoy muy halagada por la propuesta pero me parece muy complicada. Quiero decir, la historia de Úrsula es central para esta serie y esto obligaría a la gente a irse a otro fic a leerla. O al revés, alguien te quiere leer a ti y estaría obligado a venir conmigo para ver cómo sigue lo de Úrsula. Una cosa es poner guiños o pequeñas referencias y otra ya meterse en algo tan central. Y por supuesto, no soy nadie para prohibirte escribir una historia sobre eso si es que tienes ganas, y con la actriz tampoco hay problema en que la pongas. Pero me parece muy complicado, igual muchas gracias.

        ¡Besotes y gracias de nuevo!

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