Ya estamos de vuelta con la segunda mitad de la temporada de Once Upon a Time in Neverland, el Fic de Peter Pan que nos ha encandilado a todos regresa con un capítulo muy especial en el que conoceremos a un personaje de leyenda muy emblemático.
Chapter 12: Never ever grow up
E
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rase
una vez, un reino muy muy lejano. Una tierra próspera habitada por gentes
felices y rica en tradiciones y bonanza. Sin embargo, un día el reino se vio
atacado por las criaturas más poderosas y temibles de todas, los ogros, y sus
habitantes tuvieron que huir al sur, dejando el reino abandonado.
Para
combatir a los ogros, el rey sabio había organizado un ejército, y todos los
jóvenes mayores de catorce años debían ir a filas. Pero si los soldados más
expertos perecían ante las abominables criaturas, los civiles que ni empuñar el
arma sabían encontraban un destino aún peor.
Un
día el duque, la mano derecha del rey, al que su linaje de rancio abolengo
mantenía en la retaguardia visitó a una familia muy pobre, y a la fuerza separó
al benjamín que ese día cumplía los catorce de los brazos de sus padres,
quienes destrozados, acabaron muriendo de pena.
El
niño vivió en primera persona los estragos de la guerra, y no pudo soportar
demasiado tiempo los estragos que ésta causaba sobre el reino y sobre los
habitantes de aquellas tierras, así que huyó, cual cobarde… ¿Pero tener miedo
te convierte en cobarde? El muchacho huyó muy lejos, temeroso de que lo
buscasen por deserción, y aquel acto cambió su destino de una truculenta muerte
en el campo de batalla, a una vida llena de fantasía en el bosque.
Allí
el muchacho conoció a una familia de leñadores y cazadores que no dudaron en
acogerlo como a uno más y un día, cuando hacía sus labores de recolector, la
daga con la que cortaba las hierbas y plantas cayó a un lago. Era una daga
simple, de forma irregular debido a su uso, no podían permitirse más. Fue
entonces cuando la magia se topó con él por primera vez. Del lago salió una
mujer, una sirena rubia y empapada, con una hermosa corona de perlas sobre su
cabeza. El joven se vio hipnotizado por su belleza y ella le preguntó si se le
había caído la daga… De oro. Él respondió negativamente, y la sirena volvió a
mandar la joya a las profundidades. Le preguntó entonces si era de plata, y él
de nuevo lo negó. Finalmente la sirena sacó su daga, vieja y oxidada, y él le
pidió por favor que se la devolviera, ya que esa era la suya. La sirena,
complacida con la honradez y la sinceridad que había mostrado ell muchacho le
concedió un don, el poder de ayudar a los demás, fuera cual fuera el problema.
Pero como toda magia tiene un precio, el joven sólo debía usar sus poderes para
el bien, ya que de emplearlos para otra causa, la bendición que ella le daba se
tornaría maldición sobre él. Así el joven tomó de nuevo la daga en sus manos,
ahora parecía nueva y suya, pues se podía leer su nombre grabado en la hoja con
letras delicadas, Merlín.
El
muchacho se convirtió en un hechicero gracias a los poderes de la daga y viajó
por mucho tiempo ayudando a la gente y recorriendo los siete reinos.
Finalmente, abandonó el corazón de aquella tierra llena de magia para llegar a
un imperio que gobernaba la mitad del mundo conocido, un mundo tan real como lo
era el nuestro… Pero que casualmente vivía la misma situación desesperada que
El Bosque Encantado, pues los soldados, todos en la guerra eran reclamados para
volver y proteger la tierra propia…
ROMA, 476 d.C.
Allí pasó muchos años,
muchísimos, tantos que aquel hombre que se hizo llamar Ambrosino creció hasta
convertirse en un anciano sabio y pensador que no servía a nadie. El emperador
de Roma, Flavio Orestes, le encomendó la tarea de educar a su hijo, Rómulo
Augusto, y él se encargó de moldear a ese niño para que pensase por sí sólo y
tuviera ideas e inquietudes.
Pero el día en que Rómulo
Augusto, que era llamado despectivamente pequeña desgracia, fue coronado
emperador de Roma, su padre lo obligó a marchar, disgustado con la educación
que había dado a su hijo. Esa misma noche las tropas bárbaras de Odoacro invadieron
Roma y la tomaron con sangre, matando a los padres de Rómulo Augusto con
crueldad, delante los mismos ojos del niño.
- Dime, ¿Ves tu imagen
reflejada en la hoja? ¿Ves tu cara? – Le había preguntado el líder de los
bárbaros después de atraparlo.
- Sí.
- ¿Qué ves? ¿Ves a un niño
o ves a un César?
- Veo a un César –
respondió con una firmezas y convicción impropia de un niño de su edad - ¡Yo
soy el César!
Y por esa insolente
respuesta le habrían matado si Ambrosino no hubiera decidido volver y acabase
de irrumpir en la estancia.
- Si matas al muchacho le
convertirás en mártir y el fantasma del César te perseguirá toda tu vida. Lee
los signos, un augurio se cierne sobre ti Odoacro – y un cuervo tan negro como
la noche voló por la habitación y se posó en el trono de los emperadores.
No sabemos si Odoacro creyó en la profecía o no, lo
seguro es que decidió enviar a Ambrosino y al pequeño emperador que nunca
reinaría en aquel lugar a una prisión en la Isla de Capri.
- Ambrosino, quiero estar
con ellos, reunirme con mi madre y mi padre.
Estaban ambos
engrilletados, bajo el sol de un mediodía en un secarral. Habían parado en su
viaje a la isla y sus carceleros aprovechaban para comer.
- Estás con ellos, viven
en tu corazón – le contestó Ambrosino sentado a su lado, no le sorprendían ni
la franqueza ni la madurez del pequeño - No puedes verlos mas es como si tu
estuvieras en una sala y ellos en la otra...
- También debí morir.
- Ese no era tu destino.
- ¡Yo no tengo destino!
- Todos tenemos un
destino, mas cuando el día oscurece y es difícil ver el camino… - Ambrosino no
supo continuar y Rómulo lo miró a la cara, escrutó su frente llena de arrugas y
llegó a la conclusión de que su tutor debía ser el hombre más viejo del mundo.
El graznido del cuervo que
se acababa de posar en una roca frente a ellos los sacó de la conversación.
- Pájaro bobo – dijo
Ambrosino – no ves que no tengo nada para darte, vete – y el cuervo obedeció y
se fue volando.
- Lo sabía – confesó
Rómulo con media sonrisa – sabía que era
un truco.
El viaje continuó y al
final de la tarde llegaron a la
Isla de Capri.
- ¿Es este mi destino?
Pasar el resto de mi vida en una prisión.
- Ten fe, cree en ti
mismo, siempre hay una intención oculta en todas las cosas.
Rómulo ya estaba
acostumbrado a esas respuestas tan filosóficas, más aun desde que le hicieron
leer a Séneca. Paseaban por el mirador del palacio, contemplando el tono azul
del Mediterráneo.
- La fortaleza fue
edificada para ser un palacio por el gran emperador Tiberio, quien según sus
súbditos, fue un gran estadista – explicó el sabio.
- ¿Mis antepasados
construyeron mi prisión? – Preguntó Rómulo herido por la revelación.
- Al parecer así fue –
respondió Ambrosino compartiendo su sentimiento y mirando al subalterno de
Odoacro que se acercaba con un cuenco en las manos.
- ¿Tienes sed? – Le
preguntó al niño que lo miró entre sorprendido y dudoso por el ofrecimiento
– anda bebe – le dijo antes de escupir
en el cuenco - ¡Bebe!
«¡Soy el emperador de un
imperio que gobierna casi todo el mundo! ¡Nadie me habla así!» Pensó Rómulo
antes de lanzar el bol a la cara de su carcelero.
- ¡¿CÓMO TE ATREVES
ROMANO?! – Le gritó furioso tomándolo del cuello y levantándolo en el aire –
cuando llegue el momento te enviaré a reunirte con tu madre y tu padre – y lo
lanzó por los aires - ¡En cuanto a ti! – Le gritó a Ambrosino – Odoacro no
mencionó nada sobre tu vida.
Colgaron a Ambrosino de
las muñecas sobre el vacío del acantilado. Rómulo lo miraba impotente.
- Escúchame Rómulo, vamos
a escapar, pudimos haberlo hecho antes pero teníamos que venir aquí. Ve al
templo y busca a tu antepasado Julio César, sabrás lo que debes encontrar bajo
su mirada.
- ¿Qué?
- La hermana perdida…
Rómulo no entendió nada
pero fue al templo a toda prisa. Ambrosino no era más que un anciano, ¿Cuánto
podría aguantar allí colgado? ¿Moriría de sed con la lengua llena de moscas? No
quería averiguarlo, por lo que se dio prisa.
Y allí estaba el mosaico,
con el rostro de Julio César grabado en él.
- Bajo la mirada de César
– repitió Rómulo palpando la pared… - Bajo la mirada de César – notó algo en
las piedras que hacían de ojos, las apretó y… El suelo se abrió bajo él.
NEVERLAND, MUCHOS AÑOS
DESPUÉS
- Mr. Smee será mejor que apretéis el paso
en beneficio de vuestro físico y nuestra travesía.
Mr.
Smee seguía a Garfio por el angosto sendero de la jungla en aquella
inexplicable expedición que el pirata había querido hacer a la isla.
-
Perdonad capitán, es este lugar, me da escalofríos – le dijo mirando todas las
plantas que lo rodeaban, buscando cualquier peligro acechante pero sin
percatarse de los ojos verde que lo miraban, - ¿No convendría volver al navío?
-
No hasta que sepa cómo salir de esta condenada isla, llevamos aquí mucho tiempo, demasiado, y ahora que sé de la
daga que dará muerte al Ser Oscuro, debemos retornar a nuestro reino… - Garfio
arqueó una ceja – Con mi propósito renovado.
-
Deje su propósito en el navío allí estaremos a salvo… - Y entonces un certero
golpe en la cabeza dejó a Mr. Smee fuera de escena.
Garfio
se giró con premura para examinar a su compañero, caído aparentemente sin
motivo.
-
¿Smee?
Y
un cuchillo afilado se posó sobre su garganta, empujando su nuez con suavidad.
-
¿No eres algo mayor para ser un niño perdido? – Preguntó una voz femenina.
-
No soy de la brigada de Pan – Garfio intentaba mirar de reojo a su enemiga – y
te aseguro que tampoco soy un niño.
-
¿Quién eres y qué estás haciendo aquí?
-
Soy el capitán del Jolly Roger y busco… - Consiguió ver su pelo sucio y rubio
pero ella le tiró del pelo y le obligó a mirar hacia el lado contario – un poco
de magia que me ayude a volver a mi tierra, a mi hogar. ¿Tú no tendrás magia ?
-
No me queda – contestó ella.
-
Eso no me lo trago ni loco – respondió Garfio zafándose de ella, quedando cara
a cara con Campanilla- Si mi juicio no me falla diría que eres un hada.
-
Y si mi juicio no me falla yo diría que eres un pirata.
-
Culpable, dime hada, ¿Me ayudas? – El cuchillo aún seguía en la garganta de
Garfio.
-
¿Ayudarte? ¿No te inquiera que pueda rebanarte el pescuezo?
Con
excusa de soltar el candil en una roca próxima Garfio se acercó más a
Campanilla.
-
Eso no es propio de hadas, sería menester que me ayudaras a buscar mi final
feliz o algo igual de preciado.
-
Antaño fui hada – Campanilla cesó la amenaza contra el pirata - hace mucho
tiempo me arrebataron las alas. Y sobre tu final feliz… No cuentes conmigo.
Garfio
introdujo su mano en el bolsillo.
-
¡Cuidado! – Volvió a amenazar Campanilla.
-
No es un arma – informó Garfio con calma mientras le enseñaba una petaca – no
en sentido literal. ¿Ron? – Le ofreció.
-
¿Por qué deseas volver? – Preguntó Campanilla antes de beber un trago.
-
El Ser Oscuro mató a mi amada y quiero hacerle pagar por ello
-
¿Y asesinarlo es tu final feliz pese a que puedas morir en el intento?
-
Arriesgaría mi vida por dos cosas: Amor y venganza. Perdí la primera, y si
muero por mi venganza… Quedaré colmado de satisfacción.
Peter
regresó a Neverland. Estaba realmente furioso tras el encuentro con Rumpel a
las puertas del castillo de Blancanieves. Pero lo que realmente le oprimía el
pecho era lo que había descubierto. Violento se tiró al suelo y comenzó a
remover la tierra húmeda para descargar su cólera. Sentía que la cabeza le iba
a estallar de un momento a otro. Rufio no podía ser el creyente más puro, el
tenía el dibujo de Cyrus y en él no aparecía el lost boy, pero por otro lado
parecía que también podía ser el salvador que detuviera la maldición. Fuera
quien fuese, a Pan no le venían bien ninguna de las opciones.
-
¿Qué ha pasado? – Preguntó Felix que había ido a recibirle.
-
Una pequeña intromisión – contestó Pan intentando recuperar la compostura
mientras se frotaba las manos para sacudirse la tierra.
-
¿Sólo una?
-
Una detrás de otra…
-
¿Y Rufio? ¿Acaso ha…?
Peter
advirtió el pensamiento de Felix, se sorprendió de haber pecado de confiado con
él, se acababa de dar cuenta de algo que seguro había resultado obvio todo ese
tiempo.
-
¿Deseas que Rufio muera?
-
Si no lo ha hecho ya – Felix hablaba calmado, buscando las palabras adecuadas -
¿Por qué no ha regresado contigo?
-
Abrí un portal, puede estar en cualquier lado – Peter volvió a observarse las
manos – prometí ir a por él mas, ahora no puedo.
-
¿Ha ocurrido algo? – Preguntó Felix, deseoso de servir de apoyo.
-
Parece ser que Rufio es una pieza en todo el entramado de la venganza de la
Reina Malvada que a su vez es la baza que usará mi hijo para recuperar al suyo.
Es posible que Rufio no pueda coexistir con la maldición…
-
¿La maldición?
-
La Maldición Oscura, el maleficio más poderoso de todos, la magia más negra de
todas. Desterrará a todos los habitantes de El Bosque Encantado a otro reino, y
congelará en el tiempo a los demás. Olvidarán quiénes son y quedarán atrapados
bajo los designios de la reina.
-
¿Y qué tiene que ver Rufio en todo eso?
-
Desde que llegó sentí algo extraño en él. A pesar de que proviene de La Tierra
sin Magia posee dicho don, y en su interior hay una energía extraña, un poder
contenido, el poder de la luz.
-
¿Es peligroso? – Inquirió el lost boy.
-
¿Buscas excusas para acabar con él? – Decidió preguntarle Peter.
-
Por supuesto que no – mintió Felix convincente.
- Mira, no sé quién es Rufio, pero
alguien tiene que ser – abrió las palmas de sus manos – fíjate Felix, cuando
algo puro choca con la oscuridad queda manchado para siempre, y por mucho que
intente volver a ser como antes quedarán resquicios de lo que una vez pasó –
explicó mostrándole sus manos, aún con restos de tierra - De momento creo que
debemos apartar a Rufio de Neverland, abandonarlo donde quiera que esté.
- Entonces podría morir.
- Y de ser así, sería por el bien de
todos…
Rómulo tardó poco en
recuperarse de la caída. La curiosidad era un potente narcotizante que mantenía
a raya al dolor que sentía. Estaba en una bóveda subterránea, un templo oculto,
pero ¿Para qué? Observó a su alrededor, las paredes de piedra parecían estar a
punto de caerse en cualquier momento, las columnas eran frágiles y al final del
pasillo que formaban estas estaba la estatua del emperador más grande, apoyado
en su espada.
Rómulo leyó la inscripción
que había en el pedestal:
-
Un filo para vencer, otro para defender. En Britania fui forjada para ser
empuñada por aquel que esté destinado a reinar.
No
fue difícil robarle la espada a la estatua de Julio César. Rómulo la miró con
detenimiento y vio que tenía una inscripción en la hoja:
«CAI
IVL CAES ENSIS CALIBVRNVS»
-
Tengo una misión para ti – le dijo a la espada con una sonrisa oscura en los
labios.
Rómulo
se dirigió hacia los aposentos donde dormía Wulfila, la mano derecha de
Odoacro, que estaba empecinado en matarle. Allí estaba, borracho como una cuba,
tirado en la cama sin saber quién era. Parecía tan fácil… El niño se acercó
sigiloso, se tuvo que detener varias veces en el corto trayecto de la puerta a
la cama ya que pensaba que los latidos de su corazón harían tanto ruido que lo
delatarían junto al siseo imperceptible de la toga al arrastrar por el suelo.
Levantó la espada lista para la ejecución y… Wulfila abrió los ojos al sentir
su sombra.
Asustado
Rómulo huyó de allí, corrió hasta donde estaba Ambrosino que se había liberado
no sabía como de las ataduras.
-
Veo que tienes la espada – estaba complacido con el éxito de la tarea.
Él
asintió nervioso, mirando por donde había venido, Wulfila llegaría en cualquier
momento.
-
Lánzala al mar – le dijo dándole una judía.
-
¿Cómo? – No entendía nada.
-
¡Lánzala!
Rómulo
obedeció, Wulfila ya estaba allí.
-
¡SALTA! – Gritó Ambrosino.
-
¿Cómo? – Si la vez anterior no entendió, ésta mucho menos.
El
sabio se subió al muro.
-
¡CREE EN TI! ¡SALTA!
La
espada de Wulfila se iba a clavar en su pecho…
-
¡Vamos salta!
Pero
Rómulo saltó y tras él Ambrosino, aunque nunca llegaron a tocar el mar…
- Me resulta extraño que decidas dejar a
Rufio a su suerte en un mundo desconocido. Recuerdo que me salvaste en Ágrabah,
contra mi voluntad – Dijo Felix convenientemente.
- Fuiste demasiado ingenuo al usar un
genio – Pan reía para sus adentros, Felix jamás sospecharía que había sido él
quien había provocado la situación de la que lo salvó.
- Me trajiste a Neverland prácticamente
a rastras…
- Creíste durante mucho tiempo que te
iba a hacer daño.
- Era lo que me había pasado, aquel
jugoso trato del mercader se convirtió en una pesadilla… Sin embargo te
comportaste como un amigo Pan.
- Y tú me hiciste compañía Felix. Te has
convertido en mi mano derecha – le dijo con sonrisa agradecida.
- Has sido el único que me ha dado una
oportunidad Pan, todo te lo debo a ti, y quiero que sepas que te seré leal
hasta mi muerte.
- ¿Hasta las últimas consecuencias? –
Pan levantaba la ceja escéptico.
- Hasta el fin.
Peter volvió a sonreír satisfecho y
apartó la vista de Felix para fijar su atención en el suelo mientras pensaba.
- Entonces – insistió Felix - ¿Qué
pasará con Rufio?
El otro levantó la mirada al cielo
estrellado…
- Será él quien escriba su propio final,
y su felicidad dependerá de si mismo.
NEVERLAND, HACE MUCHO TIEMPO…
La
selva tranquila y silenciosa salió de su sueño con un estruendo similar al de
mil cañonazos cuando del suelo emergió un vórtice que iluminaba con su luz
verde espectral y de él, Ambrosino y Rómulo que cayeron sobre el suelo, oliendo
a humedad, a vegetación y a desconcierto.
-
¡¿QUÉ ES ESTE SITIO?! – Preguntó el César asustado, mirando a su alrededor y
aumentando su temor al ver extraños árboles y un cielo negro como el tizón.
-
Eso mismo me pregunto yo – dijo el sabio – deberíamos de haber llegado a El
Bosque Encantado, mas esto… Es un reino desconocido.
-
¿Reino? ¿Bosque Encantado? ¿De qué hablas?
-
Es difícil de explicar, mas siempre he sabido que sospechabas que yo era más
que un tutor.
Rómulo
asintió.
-
Pues bien – hizo un movimiento de muñeca y un fuego apareció – hablemos a la
luz de la hoguera.
Se
sentaron y comieron, aunque Rómulo lo hizo con desconfianza.
-
Dime, ¿En qué pensabas cuando lanzaste la judía? – Preguntó Ambrosino.
-
En mí – contestó Rómulo tras un duro debate interno.
-
¿En ti mismo? ¿Eso no te parece egoísta?
-
¡No soy egoísta! – Reprendió el niño.
-
Te conozco desde que naciste y sé que muchas veces sólo piensas en ti mismo.
-
Pensé en mi, en…
-
¿En lo que quería tu corazón?
Rómulo
asintió.
-
¿Y qué es lo que quería?
-
Mmm, yo no quería hacerme mayor, no quería crecer. En cinco años ha habido
cinco emperadores y a los cinco los han matado, si no crecía nunca sería
emperador… Si pudiera ser un niño para siempre, nunca jamás sufriría, nunca
jamás sería un adulto con preocupaciones.
-
Nunca jamás, nunca jamás… Creo que sí que eres un poco egoísta Rómulo.
El
niño puso los ojos en blanco.
-
Te explicaré una cosa, seguramente sea la lección más importante de todas las
que te he dado, atiende: Existen muchos reinos o mundos, separados por muros
infranqueables que no permiten los viajes entre ellos a menos que se usen
senderos especiales como las judías. Estos mundos son independientes unos de
otros en todos los sentidos, pero a la hora de viajar entre ellos hay que tener
cuidado. Cuando se lanza la judía uno debe pensar en su destino, de otro modo
puede alterar la vida de dicho mundo, transformarlo a él y a sus habitantes,
cambiando sus costumbres y estilos de vida. O también puede sacarlo de la más
profunda oscuridad, puede crearlo a su antojo con un leve pensamiento, es lo
que se llama Mundo Dormido. Esos mundos están aislados de todo canal exterior y
a la vez sirven de puerta para los otros, pudiéndose hacer viajes entre ellos
de formas especiales. En los Mundos Dormidos, el tiempo real no fluye. A menos
que alguien restaure el mundo al despertarlo de su sueño seguirá encerrado en
su narcosis para siempre, bajo los designios de la persona que lo creó que
tendrá el poder absoluto. Como uno de los hechiceros más poderosos tengo
conocimiento de una maldición, la Maldición Oscura, que es capaz de trasladar
un mundo a otro para convertirlo en una sección dormida del mismo. En él,
aunque te encontraras con caras conocidas son simples productos de la
imaginación de la persona que lo sumió en un sueño, ya que en realidad están
profundamente dormidos, atrapados en los restos de un mundo que también está
durmiendo. Es más, aunque puede que ya nadie more en la versión real del mundo… Los sueños pueden ilustrar imágenes
más completas y restaurar lo que parece faltar para cumplir los deseos de la
persona que lance el maleficio. Pero nos vamos del tema, aunque antes de
seguir, ¿Entiendes lo que te estoy explicando?
-
¿Sí? – Preguntó Rómulo aún con demasiadas dudas.
-
Entonces podemos hablar de tu espada – dijo haciendo énfasis en el posesivo.
-
La espada de aquel destinado a reinar, la espada de Julio César – explicó
Rómulo que quería demostrar que no era un vaina.
-
Bueno no siempre fue de él.
-
La forjaron en Britania… - No le gustaba que le interrumpieran ni que le
quitaran la razón.
-
No, en realidad no.
Rómulo
lo miró despectivo.
-
Hace mucho tiempo en la época de los cuentos de hadas el mundo estaba repleto
de luz. Muchos creían que era un obsequio de un poder conocido como Excalibur.
Excalibur estaba protegido por las nueve reinas hadas para que nadie pudiera
hacerse nunca con sus misterios, y estas hadas eran Rubri, Laranja, Crocus,
Viridi, Reulm Ghor, Indiga, Fjolá, Hvítt y Svart. Pero con el tiempo el mundo
fue invadido por legiones que querían la luz sólo para ellos, y las primeras
sombras se cernieron sobre la tierra. Resultó ser la primera vez que dos mundos
se conectaron. Fueron muchas las espadas que lucharon para conquistar la luz de
Excalibur tras la traición de una de las hadas, y a raíz de eso estalló una
guerra, la Guerra de los Siete Reinos. Pero aunque el conflicto bélico
extinguió toda la luz del mundo, la oscuridad no pudo alcanzar el resplandor
que hay dentro del corazón de cada niño. Con esa luz, el mundo fue reconstruido
hasta ser como lo conocí yo en su tiempo, con incontables mundos más pequeños o
más grandes brillando como estrellas en el cielo. Puede que cada mundo esté muy
lejos de otro, puede que haya muros que los separen, pero todos comparten el
mismo firmamento…
Rómulo
escuchaba a Ambrosino con toda la atención del mundo, sin perder detalle, eran
demasiadas novedades, demasiadas fantasías.
-
En cuanto a Excalibur – continuó Ambrosino - los dos elementos que la crearon,
uno de oscuridad y otro de luz, se rompieron en los dos trozos originales y
desaparecieron para llegar a otros mundos, dichos objetos eran el arma que
portas y el Gladio Vorpal, ambos con poderes especiales e intransferibles,
además de un elegido que sería el único que podría usarlas y desatar su
verdadero poder. En lo que se refiere a la fuente de vida del mundo, el
verdadero Excalibur, fue tragado por la oscuridad para no ser visto nunca más.
Mientras permanezca ahí, incluso los mundos más luminosos tendrán sus rincones
oscuros. Después de todo, la luz engendra oscuridad y la oscuridad inunda la
luz.
-
¿Y cómo llegó la espada a mi?
-
Tu espada imagino que llegaría a La Tierra Sin Magia, que es como se llama tu
mundo, tras la desaparición de Excalibur como la parte de luz que poseía
aquella energía. Desconozco que fue del Gladio Vorpal, pero al poseer la oscuridad
de Excalibur está bien donde esté. Hace muchos años, cuando yo era un niño
estalló una guerra como nunca antes, la Guerra de los Ogros, y a raíz de ella
obtuve mi magia, un poder que estudié y comprendí hasta volverlo casi supremo.
-
¿Se puede hacer lo que se quiera con la magia? – Preguntó Rómulo ilusionado.
Ambrosino
rió.
-
Casi, hay unas limitaciones, las leyes de la magia. No puedes cambiar el
pasado, no puedes crear amor ni puedes resucitar a los muertos.
La
ilusión de Rómulo se apagó, había pensado en traer de vuelta a sus padres.
-
Sigo sin comprender…
-
Porque te falta conocer el final de la historia: Tras perfeccionar mí poder
recibí la visita de la única hada superviviente de la batalla por Excalibur,
Reulm Ghor, o como yo la llamo, el Hada Azul. Ahora es la reina de la hadas. El
caso es que ella me obsequió con dos judías, haciendo gala de saber cuando las
usaría, y yo lancé la primera pensando en hallar la espada, y así fue como
acabé en tu mundo. Ya sabes el resto.
Rómulo
asintió mecánicamente.
-
Acabé descubriendo que la espada legendaria apareció en Britania y que un
herrero se la agenció para más tarde acabar en manos de los Césares, pero no
fue por casualidad. Tú, tú eres el legítimo propietario de ella y también lo
serán tus descendientes, los que deben reinar.
-
Pero soy un César sin imperio.
-
Creí que en eso pensarías al lanzar la segunda judía, creí que llegaríamos a El
Bosque Encantado y podrías salvarlo de los ogros… Pero me equivoqué.
-
¿Y ahora?
-
Ahora me temo que estaremos aquí atrapados mucho tiempo, quizás no salgamos
nunca.
- En cuanto a ti hadita…
- Campanilla.
- Lo mismo da, ¿Cómo llegaste hasta
Neverland?
- Digamos que Pan y yo tenemos una larga
historia en común.
- ¿Ah sí?
- Siempre ha tenido fascinación por las
hadas.
- Espero que esa fascinación sea
producto de la mentalidad de un niño – dijo Garfio mirándola con lascivia.
- No es la de un pirata, puedes estar
seguro.
- ¿Y cómo llegaste? ¿Tienes una
habichuela? ¿Un espejo? ¿Algo?
- Me temo que no, sólo Pan decide quién
sale de la isla, si tantas ganas tienes de volver al Bosque Encantado, habla
con él.
- Él no me deja salir preciosa – dijo
Garfio acercándose más a ella.
- En ese caso, acostúmbrate a las hojas
de plátano, pues a no ser que prefieras a tu marinero, será lo único que
acaricie tu trasero – Campanilla dio por zanjada la conversación y se marchó.
En
Neverland el tiempo no pasaba y Ambrosino o Merlín, como lo llamaba ahora
Rómulo, y el joven emperador estuvieron atrapados allí muchísimos años, claro
que ellos no se daban cuenta de que en los otros mundos el tiempo corría y las
gentes envejecían y morían, mientras ellos, seguían jóvenes por siempre.
El
mago había visto a Rómulo madurar en aquella selva de un modo especial, tenía
la sabiduría de un hombre de mil años en el cuerpo de un niño, mientras él…
Bueno, él era inmortal de por sí. Y por fin había descubierto como abandonar
aquella desoladora isla y volver al Bosque Encantado para librarlo de los
ogros. Introdujo la hoja de la daga en la tierra e hizo como si cortase ésta,
se estaba extirpando su sombra que se convirtió en una entidad en si misma.
Tomó la mano del muchacho y la de la sombra, no sin decirle antes que aquella
tierra nombrada como Neverland sería su hogar y que ella sería la encargada de
llevar a los niños en sus sueños para que comprendiesen que todo tenía su
momento, que de niños tenían que jugar pero que algún día tendrían que crecer y
hacerse mayores. Rómulo ascendió con la sombra y echó una última mirada a la
isla, iba a convertirse en el salvador de aquella tierra y para ello tendría
que crecer, aunque él no quisiera hacerlo nunca.
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ResponderEliminaraaaaahhh!!!(grito de alegria*)no puedo ma´,no puedo ma´ xD...Que inventiba tienes guapo*...no me lo creo...como extrañaba tus Fic Peter*
ResponderEliminarQue buena esa mezcla de roma...!!
Espero con ansias la que viene,como siempre! acá te soy fiel !...Besotes a ti y todos :)
Bueno esa mezcla de Roma no es mía. Desde que empecé tuve claro que metería a Arturo y Uther, y desde entonces tuve claro que aprovecharía la historia de "La Última Legión". Hasta que Uther y Merlín saltan al portal sale todo de allí.
EliminarPero bueno me alegra que te haya gustado ^^
ah!!!..quiero que sepan algo porque me gustaria compartirlo con ustedes*...que NO voy a ver la cuarta temporada...por lo menos hasta que se retire Frozen si se va y ponen algo productivo y decente en la segunda parte ,bueno hay vemos.
ResponderEliminarEs que me han decepcionado musho !,que por cierto me tienen hartaaaa con Frozen,que let it go ! ni que nada ! ja...ya ni hay villanos se a tornado aburrido,1.Rumple,se nos caso,ahora como todo hombre casado se va a criar panza y capaz que algún churumbel.(casado y castrado de malicias) y 2.Regina,una evil con el corazón roto en el suelo juntando los pedacitos con cuidado...NO!! vamos ! si se ve que se hablandaron todos,no se ,no se ...??? el señor tiempo dirá que pasará con está querida serie ....ojalá que retome su rumbo.
Al menos con las Fic de Peter* , me distraigo , y no quedán hilos sueltos,...
Yo ten entiendo perfectamente Anna. Con lo original y mágica que era la primera temporada. Y ahora se empeñan en repetir una y otra vez las mismas tramas. La serie no tiene tantas temporadas para la bajada de calidad que sufren los guiones y argumentos.
EliminarYo también Ana... Frozen Fuera (FF)... Bazura eh bazura xD.
Eliminarwoooowww Peter bastante bueno!!!! :O me dejo intrigadisimooo!!!! ya quiero el siguiente!!!! ...cuanta imaginación Peter mis respetos!!!
ResponderEliminarEn el siguiente aparecerá Cora O.o ¿Cómo lo hará? xD. Me alegra que te guste Matt Prats.
EliminarHolaaaaaa
ResponderEliminara quienes le guste la pareja Garfio y Emma que vengan a hablar a un nuevo blog en formula tv se llama GarfioYEmma.