Si tienes ganas de continuar con las aventuras de Malcolm estás de suerte, porque aquí llega el tercer capítulo del Fan Fic escrito por Peter Pan que se titula "Wrong Heart".
Chapter 3: Wrong Heart
Un mes antes de la maldición en el Bosque Encantado:
- Te estaba esperando querida, muéstrate y
no pierdas el tiempo – Dijo Rumplestiltskin a la nada, pues estaba solo en su
celda y no se veía a nadie fuera – Vamos, vamos, majestad, a mí no me podéis
engañar.
Un humo morado dio paso a una hermosa mujer
con un hábito tan oscuro como su aura. Regina.
- Necesito tu ayuda – Dijo acercándose a la
celda.
Rumplestiltskin se rió como sólo él sabía –
¿Mi ayuda? Ya os proporcioné la maldición, ya la recuperastéis del encantador
dragón, solo tenéis que encontrar los ingredientes.
- Y solamente me falta uno.
Rumplestiltskin acercó su rostro a los
barrotes, - Y bien, majestad…
- El cabello del alma más negra.
Él volvió a reír – Ya os di mi cabello, ¿Lo
habéis perdido? El precio de ayudaros terminará siendo la calvicie.
- No te tomes esto a chanza, Rumpel. Mi
espejo me reveló que posees el cabello y que con él elaboraste una poción.
- Casi todas mis pociones tienen cabellos
querida.
- Pues no me extraña que acabases
necesitando una criada que los quitase también de la sopa. ¿Dónde está la
poción para olvidar?
A Rumpel se le desdibujó la sonrisa.
- No necesitáis su pelo – Dijo cortante.
- Oh yo creo que sí, ¿Dónde está?
- Nunca lo conseguiréis, ya no tengo la
poción.
- ¿¡CÓMO!? – Preguntó Regina furiosa, aquello
no podía ser – ¿Dónde está?
- Alguien la tomó.
- ¿Quién?
-Blancanieves.
Regina le dio la espalda a Rumplestiltskin,
maldita entrometida pensó, antes de volver a mirar al Oscuro – De todos modos,
acabaré consiguiendo su pelo… - Y sin más, desapareció.
- ¿Ha ocurrido algo hija? – Preguntó su
padre cuando la vio regresar hecha una furia.
- Una pequeña contrariedad, mas ya sé cómo
voy subsanarla – Dijo yendo hacia el armario.
- ¿Puedo ayudarte de alguna forma?
- No padre – Revolvía en el interior de una
caja buscando algo – Prefiero que os quedéis aquí.
- ¿Pero a dónde vas?
- A ver a una vieja amiga – Regina sacó una
extraña caja con redonda, y de ella extrajo un sombrero.
- ¿No pensarás ir a…?
- ¡GUARDIAS! – Interrumpió Regina a su
padre.
Al instante un par de guardias entraron con
premura.
- Adivinad en que número estoy pensando.
Se miraron extrañados.
- ¡Prestos!
- Eh, ¿Nueve?
- Correcto amigo mío – Y con un movimiento
de su mano, rompió el cuello del soldado que cayó muerto.
- Por favor hija, no vayas a…
El sombrero comenzó a girar, Regina lanzó
primero al soldado muerto y luego se dispuso a saltar, pero antes de hacerlo
respondió a su padre.
- Sí padre, voy a Wonderland.
Muchos años antes en el Bosque Encantado:
Era realmente un funeral de estado. Todos
los gobernantes de los reinos vecinos estaban presentes junto a sus familias y
súbditos de confianza. El féretro abierto mostraba el cadáver de un hombre de
mediana edad, de cabello castaño claro y piel lisa, con tan solo algunas patas
de gallo. Tras el ataúd alguien daba un discurso, un hombre en cuya cabeza
reposaba una corona de oro con zafiros incrustados que hacían juego con sus
ojos, más azules que el mar Circasiano y que también reflejaban la visión de
aquellas tranquilas y apacibles aguas.
- El rey Uther era mi padrastro, aún así
fue el único padre que conocí. Un gobernante sabio e inteligente que llevó a
nuestro reino a la supremacía tras reconquistar las tierras de los ogros. Me
siento orgulloso de ser su sucesor, por lo que puedo prometer y prometo…
En los bancos de la primera fila, un
caballero de negra armadura susurraba a su hija.
- No quiero que te separes de la doncella
que te he asignado en ningún momento, ¿Me oyes Clara?
- Si padre – Respondió ella mecánicamente.
- Soy el hombre de confianza del rey y si
descubren que eres mi hija irán a por ti, y esta vez no habrá cascanueces que
te salve.
- ¡SALVE EL REY RICARDO! – Gritó el pueblo.
- Sólo lamento – Añadió el joven rey de
forma melancólica – que mi hermano Arturo no esté aquí, él sería mejor rey de
lo que yo seré jamás…
Todos se levantaron y fueron a felicitar al
nuevo rey despidiendo de paso al antiguo, pero lo que hizo la joven fue salir a
la antecámara.
- Hija espera – Su padre fue tras ella –
¡Clara!
- Padre, quiero salir de aquí, no deseo
quedarme en este palacio por toda la eternidad.
- Es lo mejor, ¿Sabes la cantidad de
peligros que hay por el mundo?
- No más de los que vi antes de que me
encontrarais.
- ¿Estás segura de lo que dices?
- Sí.
- Oh hija, si sólo eres un tierno retoño,
un pequeño brote, una frágil flor…
- Ya tengo dieciséis años.
- El mundo es muy siniestro, tarde o
temprano te pasará algo.
- ¿Cómo qué?
- Monstruos, ogros, las hiedras de Luzbel,
los caníbales del norte, la peste negra, la sombra de los sueños… – Enumeró–
Hay mil y un peligros allá afuera para una joven tan bella.
- Padre no me pasará nada, esta noche son
las fiestas por la coronación, aquí en Hamelín, iré y…
- Eso, ve a ver si consigues que te aplaste
un elefante, sólo soy tu padre, que sabré yo.
- Padre, creía que el Caballero Negro era
el hombre que nada temía.
- Tu eres mi único punto débil.
- ¿Podré ir? – Preguntó poniendo ojos de
cordero degollado.
- Sola de ningún modo.
- ¿Me acompañarás tú? – Le parecía increíble,
pues su padre no era propenso a dar muestras de amor en público.
- Te buscaré una dama de compañía.
- Conociéndote seguro que será Cerbero – Dijo
mirando a su padre con una sonrisa.
- Tú nunca pisarás el infierno hija – Respondió
sonriendo recíprocamente a su hija.
Regina aterrizó en Wonderland junto al
cadáver del guardia. Miró a sus espaldas, la puerta que la devolvería a su
mundo era un espejo, tenía que recordar que estaba en…
- ¿Quién eres tú…? –Le preguntó una
enroscada Oruga sobre una seta echándole el humo a la cara.
- Como me molestes tu peor pesadilla – Atusó
su vestido y dirigió una mirada de advertencia a tan extraño ser.
Avanzó por el sendero, por cuyos caminos ya
había paseado una vez con el Sombrerero Loco y enseguida llegó al laberinto,
ningún problema. Conjuró una bola de fuego que destruyó todas las paredes, haciendo
un camino directo al castillo.
- ¡Majestad! ¡Majestad! – Gritaban los
Tweedles – ¡Majestad rápido!
- ¿Qué pasa ahora?
– Ladró en vez de preguntar la Reina Roja levantándose de su mesa de ajedrez –
¿Es qué no puede una reina ejercitar la mente tranquila?
- Ni la mente ni
nada querida – Dijo Regina haciendo una elegante entrada en la sala del trono –
Una reina tiene que estar siempre trabajando.
- Regina, ¿Qué
estás haciendo aquí?
- Ultimar los preparativos
para mi venganza – Contestó sonriente mientras movía el caballo blanco.
- ¿Tu venganza?
- Pronto lanzaré un
hechizo que acabará con la felicidad de todos en El Bosque Encantado.
- Will – Pensó la
Reina Roja.
- Y para ello
necesito un último objeto.
- ¿Cuál? – Recuperó
su tono habitual.
- Uno cuya
distinción no te concierne en absoluto querida – Dijo sentándose en el trono y
levantándose al momento – ¿De veras puedes permanecer sentada aquí todo el día?
- Dime que es lo
que buscas Regina – Exigió saber Anastasia.
- No seas tan
maleducada vieja amiga, no creo que emplearas ese tono con mi madre.
Anastasia guardó
silencio.
- Necesito a
Jefferson.
- ¿A quién?
- Al Sombrerero
Loco, lo último que supe de él fue que mi madre lo tomó a su servicio.
- Hace mucho que no
sé nada de él.
- Mi madre murió la
semana pasada querida, no puede hacer tanto.
- Hay una forma de
saber a donde fue.
- Pues dímela.
- Nomeolvides lo
hará.
- ¿Cómo?
- Un Nomeolvides
nos mostrará donde está.
- ¿Y dónde hay un
Nomeolvides?
Anastasia sonrió
con suficiencia – En Wonderland.
El Caballero Negro
cruzó la cara a su hija.
- ¡¿Dónde diablos
te has metido?! – Gritó lleno de furia.
- Padre, sólo
quería divertirme.
- ¿Divertirte? Tu
dama de compañía me ha dicho que te perdió de vista cuando estabas junto a un
muchacho, ¿Quién es él?
- Un amigo.
- ¿Un amigo? No me
gusta como suena.
- También puedo
llamarlo amado si lo prefieres.
El caballero se
dejó llevar por su cólera.
- ¡¿CÓMO?! ¿Te ha
desflorado?
- No me he sentido
mejor en mi vida.
- ¡Niña estúpida!
¿Es qué no te das cuenta? ¿Cómo has podido ofrecerte así?
- ¿Darme cuenta de
qué? – Dijo ella.
- Ese no te ama, lo
único que quiere es esto – De forma violenta le arrancó el colgante de oro que
llevaba – ¡Esto es lo que busca! ¿No ves el engaño? Dáselo y se marchará.
- Malcolm me
quiere, lo sé.
El padre se dejó
caer en un sillón.
- Si le quieres, no
podrás estar conmigo. Decide, o una vida segura junto a tu padre, o fugarte con
un desgraciado que se fija en tus joyas en vez de en tu interior.
- Prefiero conocer
el amor antes que aferrarme a lo cruel que es para justificar mi amargura – Aseguró
con lágrimas en los ojos.
- Si te vas de éste
palacio, te aseguro que lo lamentarás, sé mucho más que tú de esto – Concluyó
de forma apocalíptica antes de salir por la puerta.
Recogió su capa
llorando y tomó también el colgante del suelo, entonces dos soldados
irrumpieron en su cuarto.
- Queda detenida
señorita.
- ¿Cómo?
- Por orden del
capitán de los caballeros reales.
- Eso es una
estupidez, el capitán es mi padre.
Rápidamente la
agarraron para encerrarla en los calabozos.
- Lo siento hija –
Dijo su padre en la entrada de los calabozos.
- ¡Padre sácame de
aquí!
- Te prefiero
encerrada y viva antes que muerta y libre. Él miente, créeme.
- ¿Así que tú
también has llegado cruzando un espejo, Regina? – Preguntó Anastasia mirando el
portal con curiosidad.
- Igual que tú por
lo que veo.
- Hace mucho ya de
eso – Abrió la palma de su mano y de la seta en la que la oruga había estado
cuando Regina llegó, se abrió una puerta – Por ahí – Indicó.
Regina siguió a la
Reina Roja por una estrecha escalera de caracol.
- Bienvenida a las
Tierras Subterráneas, donde las ratas hacen sus tratos.
Avanzaron abriéndose
paso entre la chusma hasta que llegaron a un diván vacío que estaba custodiado
por dos guardias.
- ¿Dónde está él? –
Preguntó la soberana de Wonderland.
- Llegará en un
instante – Respondió uno de los guardias.
- Sentémonos pues –
Sugirió Anastasia dirigiéndose a la mesa más cercana.
Regina miró la
silla con desconfianza pero finalmente se sentó.
- ¿Qué vas a tomar?
- ¿Hay algo que no
me haga vomitar, crecer o encoger? – Preguntó Regina sacásticamente.
- Me temo que no –
Le contestó la Reina Roja sonriendo – pero no estamos aquí para saciar nuestro
apetito, dime, ¿En qué consiste tu venganza?
- Estoy creando un
nuevo mundo sin magia donde enviaré a todos los habitantes de mi reino, allí
olvidarán quiénes son y vivirán desdichados por siempre.
- Nada es para
siempre.
- Me ocuparé de que
esto lo sea, congelaré el tiempo y de esta forma quedarán atrapados mientras yo
lo celebro victoriosa.
- Y en ese nuevo
mundo ¿Quién será Will Scarlet?
- ¿Ese ladronzuelo
de la banda de Hood? En ese nuevo mundo todos ellos estarán encerrados en la
prisión.
- ¿No podrías darle
un final menos trágico?
- Está bien, será el
ocupa de alguna casa y tendrá que colarse en los bares por las noches para
poder comer.
- Suficiente.
- Creo que me
buscaban sus majestades – Dijo la gran Oruga Azul que se estaba recostando en
el diván.
- Así es Oruga,
queremos el Nomeolvides que robaron de mi palacio hace tiempo.
- Me temo que yo no
lo tengo majestad, lo vendí.
- ¿Quién lo posee
entonces? – Intervino Regina molesta.
- Un hombre que no
conozco, ya saben que en Wonderland no se hacen muchas preguntas, todos son
sospechosos e inocentes al mismo tiempo. Lo único que sé es que venía del
Bosque de los Susurros.
- Sabes lo
suficiente – Dijo Regina sonriendo a Anastasia.
Clara llevaba ya
siete meses encerrada en el calabozo, el invierno había llegado con fuerza y el
frío se colaba por los barrotes del ventanuco, la comida de prisión era todo
menos comida y lo único que tenía para descansar era el suelo. Sin embargo, lo
único que le preocupaba era su avanzado embarazo, que se dejaba ver por su abultado
vientre.
- Otro día más – Dijo
tallando una raya en la pared junto a muchísimas otros – Oh padre, como habéis
podido.
- A veces un padre
toma decisiones equivocadas buscando el bien querida –Dijo una voz que rebotó
en las paredes con fuerza dejando su eco por toda la prisión.
- ¿Quién es? ¿Quién
anda ahí?
- Puedes ser libre,
o por menos, vislumbrar el camino a la libertad…
Apareció una esfera
negra que creció de forma ovalada hasta cubrir casi toda una pared.
- Es un portal mi
niña, crúzalo y si mi oferta no te convence regresarás a la prisión.
Clara miró la pared
con todos esos días marcados, luego bajó la vista hacia su vientre y se lo tocó
– Todo va a estar bien – Le dijo
Cerró los ojos con fuerza
y atravesó el portal.
El frío de la celda
fue remplazado por un confortable fuego de chimenea, abrió los ojos y vio que
se encontraba en una estancia inmensa, como el gran salón del palacio pero
mucho más oscuro y siniestro. De los pedestales de las columnas colgaban
gárgolas que le miraban amenazantes, por el gran rosetón de la pared atisbó la
nieve caer al mirar arriba la vio, una mujer rubia de ojos azules con un vestido
negro y morado la observaba desde lo alto de un pasillo del piso superior, mas
lo que más llamaba su atención era el extraño tocado que portaba, que le daba
la impresión de tener cuernos.
- Enseguida estoy
contigo querida – Saltó y prácticamente voló hasta Clara, aterrizando suavemente
– Soy Maléfica.
Clara retrocedió al
oír ese nombre.
- Sí, sé que puede
parecer aterrador, pero no lo es. Verás, antes yo era un hada que vivía en un
ciruelo y me llamaba Belladona. Pero las hadas son tan estrictas...
Clara permanecía
callada.
- Verás, si
queríamos ayudar a alguien no podíamos, nos lo tenía que ordenar el Hada Azul y
yo… Yo simplemente prefiero ayudar a los que se lo merecen, como tú.
- ¿Y va a hacerlo?
- Pero pequeña – Inquirió
Maléfica aparentando sorpresa – Eso hago, para eso vivo, para ayudar a pobres
almas en desgracia como la tuya, almas solitarias que no tienen con quien
contar. Por fortuna – Se agarró a su cetro – Conozco la magia y la uso a favor
de miserables que sufren depresión.
- La verdad, con
esos términos sigo desconfiando.
Maléfica rió
fuertemente – Oh ¿De veras querida? Bueno eso lo podemos arreglar, te enviaré
con tu amado Malcolm…
-¿Cómo sabe su
nombre? – La interrumpió Clara.
- Yo lo sé todo.
- ¿De verdad?
- ¿Quieres ir a
preguntarle al cascanueces?
Clara no pudo
pronunciar palabra a causa de la sorpresa.
-Yo nunca miento… –
Levantó su cetro y otro portal oscuro apareció – Te enviaré con tu amado y de
esta forma tendrás tu final feliz. Mas hay un precio que debes pagar – Volvió a
reír – ¿No creerás que trabajo por amor al arte verdad?
- Pero yo no tengo
nad…
- Lo que quiero es
una lágrima tuya – Dijo sin dejarla terminar.
- ¿Para qué la necesitáis?
- ¿Para qué la
necesitas tú? Piénsalo, la felicidad está a tan solo una lágrima de distancia.
Clara se sentó en
el frío suelo de piedra negra.
- Recuerda un
momento triste en tu vida – Le decía Maléfica.
Y cuando las
lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, la bruja hizo aparecer un frasco para
recogerlas.
- Muchas gracias,
ahora cruza la puerta hacia tu príncipe azul – Maléfica desapareció, pero Clara
pudo escuchar su aguda y fría risa mientras cruzaba el portal…
- El Bosque de los
Susurros se cuenta entre los últimos dominios de mi reino, Regina – Dijo Anastasia
mirando por la ventana del carruaje que las llevaba hasta el hogar del ladrón.
- Muy poco terreno
para una reina – Opinó Regina.
- Ahora que tu
madre no está podré hacerme con sus tierras también. Además, siempre seré mejor
que tú, una reina en el exilio.
El carruaje se
detuvo bruscamente, Tweedle Dum abrió la puerta y ayudó a las soberanas a
salir.
- Espéranos aquí –
Ordenó Anastasia.
Juntas se
encaminaron a la pequeña casa que tenían en frente. Regina abrió la puerta con
su magia y entró decidida.
- Así que tu eres
el ladrón – Frente a ella un hombre de mediana edad, pelo oscuro con entradas y
aspecto inofensivo la mirada boquiabierto.
- No me gusta que
haya ladrones en mi reino – Añadió la Reina Roja entrando tras Regina.
- Éste no robaría
ni una gallina de corral, mírale.
Anastasia se acercó
al hombre que la miraba con pena.
- ¿Por qué robaste
mi Nomeolvides?
- Majestad yo… – Miró
hacia el objeto que estaba sobre la mesa, Regina y Anastasia lo imitaron.
Era una pareja lo
que se veía a través de él, felices y enamorados.
- Es mi esposa,
ella murió y… – Se arrodilló ante las mujeres – Por favor majestad, es la única
manera de poder recordarla.
- Oh tranquilo –
Susurró Anastasia – Déjanoslo un momento y enseguida te lo traeremos de vuelta.
- ¿De verdad?
- La Reina Roja
siempre cumple sus promesas.
Él sonrió
emocionado y le dio el Nomeolvides.
- Volveremos
enseguida – Dijo Anastasia como quien se despide de un buen amigo antes de
desaparecer junto a Regina para materializarse en la casa de Jefferson.
- ¿Cuál es el plan?
– Preguntó la soberana de Wonderland.
Regina le arrebató
el Nomeolvides para ponerlo sobre la mesa de trabajo de Jefferson como
respuesta. Las mujeres observaron cómo se materializaba la escena, Jefferson
hacía sombreros cuando empezaba a oír algo.
- No me lo puedo
creer – Dijo Regina.
- ¿Qué ocurre?
- Está aquí, ha permanecido
aquí haciendo sombreros… ¡Jefferson! – Gritó Regina llamándolo – ¡Jefferson!
- No creo que sea
así – La contrarió Anastasia.
- He venido a por
ti, sal de una vez si quieres volver a ver a tu hija.
Una trampilla se
abrió y de allí salió Jefferson, ojeroso y cansado, Regina no pudo evitar hacer
una mueca de asco al ver la cicatriz que rodeaba su cuello.
- Ella…
- ¡ELLA ME CORTÓ LA
CABEZA CUANDO ME TRAICIONASTE!
- Bueno no te
preocupes, volvemos a casa ahora mismo, tengo planes para ti y para Grace.
- No, no volverás a
acercarte a nosotros.
- Lo que quieras
tontín, pero tengo prisa y debes ayudarme una vez más.
Jefferson miró a Anastasia.
- ¿Prefieres
quedarte en éste odioso lugar antes que volver a casa?
- ¿Tengo que
confiar en ti?
- No te queda
alternativa.
- Está bien, iré
contigo.
- Perfecto, me
encantan los finales felices – Intervino la Reina Roja – Recuerda lo que hemos
hablado sobre Will, Regina.
- Lo haré – Miró al
sombrerero- Jefferson agárrate, vamos a aparecernos y no quiero dejarte aquí
otra vez.
Anastasia vio como
el humo morado se los tragaba. Era un hechizo complicado que nunca había
probado, y que debería usar pues su carruaje estaba en el Bosque de los
Susurros, a kilómetros de distancias.
Cerró los ojos y
pensó en la casa del viudo… Sintió el contacto con la niebla y a continuación…
El inconfundible olor a rancio de aquella vieja casa.
- ¡Su majestad! – Gritó
el hombre emocionado.
- ¿Cuál es tu
nombre aldeano? – Preguntó la reina.
- Grendel, mi
señora.
- Grendel…
- ¿Me lo devolverá?
– Preguntó mirando al Nomeolvides con nerviosismo.
- Sabes Grendel,
tengo un buen amigo que viene de una lejana tierra llamada Agrabah, allí a los
que roban se les corta la mano. Mas como te he prometido el Nomeolvides no lo
estás robando… – Grendel sonrió – Ahora – Aclaró la reina – Siempre he pensado
que las promesas están hechas para ser rotas, así que… – Levantó la mano y
Grendel cayó al suelo, gritando y retorciéndose de dolor – Serás castigado,
pero no temas, te quedarás con el Nomeolvides para que puedas ver un rostro que
no sea el que te voy a dejar…
Regina y Jefferson
aparecieron frente al espejo, el Sombrerero lo miró con nostalgia, recordando
el momento en el que la reina lo abandonó.
- Nunca te
perdonaré esto Regina.
- Entra antes de
que me arrepienta.
- Dime, ¿A qué
pobre inocente has engañado y vas a dejar abandonado aquí?
- A ninguno, traje
a un soldado muerto.
- Tu primero – Dijo
Jefferson señalando el espejo con la cabeza.
- No, juntos – Respondió
Regina dándole la mano.
Ambos atravesaron
el portal y aparecieron en los aposentos de la reina.
- ¡Hija! – Exclamó
Henry.
- Hola padre.
- ¿Has vuelto a por
él? – Preguntó mirando a Jefferson.
- En parte.
- Dime que es lo
quieres de mi Regina, ansío volver con mi Grace.
- Por supuesto,
necesito que abras un pequeño portal para traer un objeto que quiero recuperar.
- El objeto debe
ser pequeño.
- Lo es.
- Pues piensa en él
y en el lugar.
Y así lo hizo
Regina, el sombrero comenzó a dar vueltas y un pequeño vórtice morado se formó
en su interior, Jefferson introdujo la mano y cuando la sacó ésta sostenía un
frasco.
- ¡Ya es mío! – Gritó
Regina con emoción.
El caluroso
ambiente del salón de Maléfica desapareció y sintió el frío al contactar con la
nieve, estaba en medio del bosque, bajo la casa del árbol de Malcolm. Subió con
dificultad debido a su estado y lo encontró tumbado sobre unas roídas mantas, intentando
resguardarse del frío sin éxito, pues lo veía tiritar.
- Hola Malcolm.
Éste se levantó
sobresaltado.
- ¿Clara, eres tú?
- Sí – Dijo
entrando finalmente.
- ¿Estás…? – Malcolm
miraba asombrado su vientre.
- Embarazada.
- ¿Qué haces aquí
Clara?
- Mi padre me
encerró cuando descubrió lo nuestro Malcolm, me ha tenido cautiva todo este
tiempo pero una mujer llamada Maléfica me liberó…
- ¡MALÉFICA! ¿Has hecho
tratos con esa bruja? – Preguntó Malcolm furioso.
- ¿La conoces?
- Por su culpa hice
el ridículo delante de todo el pueblo, ahora me odian y aprovechan cada ocasión
para vengarse por algo que no he hecho.
- Pues mejor, así
podremos irnos juntos, puedes cumplir tu sueño de viajar y ver el mundo, y
nuestro hijo y yo te acompañaremos.
- ¿Cómo que nuestro
hijo? – Preguntó Malcolm fríamente.
- El bebé que
espero es tuyo Malcolm – Dijo Clara dudosa, pues veía demasiado inexpresivo a
su amado.
- Mi hijo, vaya,
eso sí que es una sorpresa – Repuso él.
- Lo cuidaremos
juntos, ya he pensado varios nombres.
- Varios nombres… -
Repitió Malcolm mecánicamente.
- Sí, si es niña me
gustaría Emma, es un nombre adorable.
- Emma…
- Y si es niño no
sé, ¿Cuál le pondrías tú?
- Ninguno.
- ¿Cómo?
- No voy a pensar
ningún nombre – Dije acercándose peligrosamente hacia ella – porque yo nunca
seré padre.
- ¿Qué dices
Malcolm?
- Que no voy a
tener ningún hijo.
- ¿Vas a repudiar
al hijo que llevo en mi vientre?
- No, porque
correría el riesgo de que volviese a mi vida – La tomó por los hombros – Lo que
haré será acabar con él – Y la empujó fuertemente haciendo que Clara cayera del
árbol.
Sentía un dolor
miserere en el vientre. Aquello era una atrocidad pero si pretendía acabar con
lo que llevaba en su vientre… La joven reaccionó rápido, hizo acopio de fuerzas
y se incorporó entre jadeos para salir corriendo tan rápido como pudo.
- No acabará
contigo lo juro – Se dijo mirándose el vientre.
La desesperación le
dio alas, volaba entre los árboles cubierta por la oscuridad de la noche. A
cada paso miraba hacia atrás por si Malcolm la seguía, parecía que no…
Finalmente se escondió tras unas rocas e intentó controlar su respiración y
pensar, pero la decisión no pudo ser peor. Enseguida le vinieron
ideas terribles a la mente, ¿Y si Malcolm le estaba dando ventaja para
divertirse con tal monstruosidad? Como el cazador y su presa, sólo que esta vez
al cazador le divierte el juego del escondite.
Volvió a
acariciarse el vientre, hasta ahora no había temido por su bebé, mas estaba
dispuesta a luchar por él hasta la muerte. Nerviosa inspeccionó a su alrededor
y encontró un tronco, se le ocurrió una idea. Lo cogió y siguió esperando hasta
que oyó las pisadas que demostraban que ya estaba allí.
Clara se levantó y
miró a Malcolm a los ojos.
- Tus huellas están
en la nieve junto a la sangre que gotea de tu vientre, ha sido un error dejar
de huir – Parecía seguro de sí mismo, sonreía divertido como si aquello fuese solo
un juego inocente.
- No vas a hacerme
nada bastardo – Y la furia de una madre se apoderó de ella, usando el tronco
para darle a con a Malcolm en el lado izquierdo de la cara. Pudo escuchar el
crujido de la corteza astillándose.
Conmocionado,
Malcolm se llevó las manos a la cara mientras su sangre oscura y viscosa
comenzó a derramarse sobre la nieve, tiñendo el blanco. Primero fueron unas
gotas, luego un poco más. Clara volvió a golpear.
- ¡Muere de una
maldita vez! ¡VETE AL INFIERNO!
- Allí fue donde
nací y conocí a una fulana como tú – Aún tenía ánimo para escupir otra de sus
bromas, esta vez con pronunciación burbujeante. Se levantó completamente
empapado, era un monstruo embadurnado en su propia sangre, con profundos ojos
verdes que brillaban con maldad aquella noche, deseando enfocar a su víctima –
Hasta nunca Clara.
Y se abalanzó sobre
ella, llevó sus manos al cuello de la joven y apretó con fuerza. Ella le
arañaba los brazos pero él no cesaba. Tosía, daba patadas, se ahogaba…
- Yo nunca seré
padre – Le dijo Malcolm – Siempre seré libre y no dejaré que ningún mocoso
arruine la vida que merezco que cambie a mejor.
Clara abrió la boca
intentando tomar aire, pero no pudo y en su rostro quedó marcada la expresión
de horror al escuchar las palabras de Malcolm, quién antes de abandonar su
cadáver tomó el colgante de oro que llevaba.
- Y gracias por el
obsequio – Susurró con una sonrisa de oreja a oreja.
¡¡UUUuuusssstttrrraaassss...Qué Pasada, Colega...O.O!!
ResponderEliminarMuy, Muy Bueno, Me Ha Encantado...Extraordinario Giro De La Historia y Explicación De Algunos Hechos Inconclusos, Sí Señor, Me Encanta, Perfecto Lo De Wonderland...;D;D;D
La Pobre Clara Me DA Una Pena Tremenda, Engañada...ENGAÑADA...Y Vuelta a Engañar...Pobrecilla Por Dios...Y Encima Nos Has Dejado Con La Intriga De Lo Que Le Pasará a Ese Pobre Bebé Nonato..:´´´(
¡En Lo Único Que No Estoy De Acuerdo Es En Lo Del Cabello De Rumple, Sigo Pensando Que No Es Él Quien Tiene El Alma Más Oscura De Esos Alrededores...;D;D;D!
Espero Con Ansias El Siguiente, Enhorabuena, Dearie...;D;D;D
Yo creía que me ibais a pegar por lo de Clara xD.
EliminarMe gustó mucho, y me hace pensar: tantas historias desaprovechadas por los guionistas de la serie!
ResponderEliminarMaléfica próxima gran villana.
Maléfica va a tener mucha relación con Pan y pronto veremos a las tres hadas buenas de Aurora ;)
Eliminarme encanto estas las ideas que darian una buena tematica a la serie, enserio peter plis pasame tu email para que me ayudes con mi la nove que te dije
ResponderEliminarYa te he enviado una petición a Google + Nicole. Te repito que sólo soy un aficionado pero te ayudaré en lo quieras :)
EliminarHola Peter, mi querido genio. Estoy muy agitada por temas personales y casi no me conecto, pero como hice hace semanas, prometo opinar cuando pueda. ¡Besotes para uno de los más sexys! (Lo digo por Peter Pan xD).
ResponderEliminarUy yo ya estaba preguntándome ¿cuándo me habrá visto Laura para saber que soy sexy? xD. Espero que pronto se te solucione todo darling.
Eliminarpeter si ya la vi pero bueno asi se comienza quien sabe lo que depara el futuro
ResponderEliminarQuien sabe si algún día llego a publicar un libro, bueno publicar no es tan difícil, pero a venderlo xD. Pide ayuda en lo que quieras.
EliminarHola de nuevo Peter, aquí estoy. Como siempre me encantó, pero te digo que tengo críticas. Primero lo malo, así pasa rápido, ¿ok?
ResponderEliminarPrimero, que el rey Uther haya sido el rey de Hamelin, que yo sepa era el Rey de Camelot. Segundo, el diálogo entre Maléfica y Clara es clavado al de Úrsula y Ariel, con un poco del Hada Madrina de Shrek jeje. Ahora tranquilo que vienen las flores:
Lo mejor que tienes es la creatividad y la manera de enlazar las cosas, a través de tus letras creo que cumples muchas fantasías que queremos hechas realidad en la serie. Lo de juntar a Anastasia con Regina fue genial, y más que comenten sobre el destino de Will en SB. Esa parte de tu capítulo debería ser un flashback de OUATIW. Siempre me quedó la duda de si Anastasia es mala o se hace, pero nombraste a Jafar, estuvieron Grendel y Jefferson, realmente una maravilla, a ver ahora que le pasa.
Lo otro más de lo mismo, juntamos todas las escenas de Malcolm y tenemos flashbacks para un capítulo de Rumpel o de Maléfica. Lo de Clara por supuesto me da mucha pena pero me lo esperaba, queda ver cómo se resuelve lo de su hijo nonato y cómo se enlaza todo.
Con razón el parón se te ha hecho corto, lo usaste para escribir. Yo también escribo cada tanto, escribí un par de cuentos eróticos y obviamente muy poca gente los vio, tuve mis reservas jeje. Si me concentro escribiré sobre Charming, pero no será para niños.
Sigue así que vas muy bien, ¡un beso grande, chau chau!
Es que creo que ese día vi un vídeo en youtube que se llamaba "La Sirenita Ibérica" y como no sabía todavía que toque darle a Maléfica (porque la de la serie es demasiado diferente) pues me acordé de la canción de Pobres Almas en Desgracia.
ResponderEliminarEs que Hamelín es un pueblo del reino que formaba parte de Camelot pero lo invadieron los ogros... Eso ya se ve. Pero vamos que el rey Ricardo, el rey Uther y toda esa gente son los ascendientes del rey George, ya verás.
Pues en el siguiente capítulo con la historia de Felix vais a flipar entonces xD.
Y el hijo nonato pues es eso, un hijo nonato que nunca nació :( Así que Clara no es la madre de Rumpel.
Madre mía cosas eróticas.... Yo no las quiero ver que soy como un niño grande xD.
Bueno Peter, por el tema de Maléfica tengo mis dudas: te critiqué porque eres excelente sacando la personalidad de cada uno con los diálogos. Yo personalmente veo que la de la serie puede ser igual a la de la película, pero en todo caso es mejor que uses diálogos de Maléfica en Kingdom Hearts, que son muy buenos, que de la pobre Ursulita. Son sugerencias de buena intención, que conste.
EliminarLo de Hamelin-Camelot realmente no me di cuenta, así que no hay problema.
Lo de Clara, y sí, tienes razón. Malcolm era un cincuentón repelente cuando abandonó al pequeño, así que es imposble que lo haya engendrado con sus hermosos 18 años, no dan los años. Y pues sí, vida trágica y muerte trágica para la pobre.
Por lo de lo erótico, no sé qué edad tienes tú, si tienes 15 tienes razón, eres un niño jeje. Yo tengo 21 y no me molestan esos temas.
A Félix no lo soporto, veremos qué haces. ¡Besote grande!
Tengo 18 años pero soy muy infantil, demasiado, de hecho yo no quería crecer cuando era más pequeño xD.
EliminarAhora, Clara no ha dicho su última palabra eh, Pan pagará y bastante por eso, aquí los malos son muy malos y se les castiga, y los buenos son tan buenos que llegan a tontos y... A algunos se les castigará por confiados y a otros se les recompensará.
Félix, lo malo que no ha sido en la serie lo será aquí, aunque su historia (la parte del capítulo 5) me costó muchísimo escribirla y aún no estoy contento con ese capítulo. Es el que menos me convence, ahora cuando veáis quien es vais a flipar.
El personaje que espero que os guste es Rufio va a tener una super-historia que si la de Felix sorprende la suya... Y tu Charming también hará un cameo con Snow xD.
Entiendo, pero yo también puedo ser muy infantil cuando quiero, sigo amando a las Princesas y mirando sus películas una y otra vez. Por lo demás, tocará ver cómo sigue, lo esperaré. ¡Éxitos!
Eliminar