Ya estamos de vuelta con las aventuras de Malcolm para presentaros un capítulo que cuenta con la aparición del Capitán Garfio.
Chapter 8: Neverland's Skies:
D
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esde
que rebuscase entre las pertenencias de James o Rufio, como prefería que lo
llamasen ahora, algo le inquietaba. ¿Y si Rufio no creía realmente y tan sólo
era un loco? Pan se veía en la obligación de descubrir la verdad sobre el
chico, tendría que tantearlo un poco pero, aun así, no podía olvidar lo bien
que conectaron y lo más importante, Rufio podía hacer magia, quería descubrir
cómo.
El
nuevo lost boy estaba emocionado así que tras dar buena cuenta de las frutas
tropicales que Felix le dio salió a explorar la jungla en solitario. No tardó
en llegar a los acantilados del norte, donde no había mucha vegetación debido
al abrupto terreno, lleno de colinas y grandes masas de tierra.
«Así
que esto es Neverland» Pensó, «¿Cómo se llamaba ese pez que mencionó Devin?
¿Crestola? Tiene que estar en algún sitio.»
Anduvo
un poco más, el terreno se allanaba en una extensión verde cubierta por altas
paredes de roca y tierra que no eran sino las bases de unos precipicios de la
parte alta de la isla. Oír el monótono vaivén de las olas, escuchar el
entrechocar de éstas contra el acantilado como una banda sonora infinita y ver
el amanecer aparentemente eterno, hizo que creyera estar en el paraíso.
«¿Seguro
que no he muerto?»
-
¡Más rápido Smee! ¡Con más brío! – Ordenó alguien un poco más adelante.
Rufio
se escondió tras una extraña planta, bastante grande y con enormes hojas
parecidas a las de las del aloe. Desde su posición pudo ver a dos hombres, uno
era bajito y regordete, llevaba un jersey a rayas azules y blanco, pero lo que
más llamaba la atención era su gorro de lana rojo. El otro era un hombre alto y
atractivo de pelo negro y ojos azules que miraba al del gorro con el ceño
fruncido, dejando a la vista algunas arrugas en su frente. Su casaca y chaleco
negro recordaron a Rufio al grupo de música Depeche Mode, pero lo que más
llamaba la atención era el garfio de su mano izquierda.
-
¡He dicho que más rápido Smee! – Gritó el hombre alto de nuevo agitando un mapa
con impaciencia.
Si
Smee era el nombre del primero, el que le ordenaba cavar no podía ser otro que…
-
¡Sí capitán Garfio! ¡Sí Señor! – Se
excuso Smee sin interrumpir su tarea.
-
Esta vez no hay error posible, el tesoro tiene que estar aquí estoy seguro.
-
Sería un buen cambio respecto a los diez lugares anteriores ¿Verdad capitán? Y
cuando lo encontremos podremos salir de la isla.
-
Sí, es una suerte tener estos mapas del tesoro.
«¿Mapas
del tesoro?» Las palabras llamaron la atención de Rufio.
-
Pero basta de cháchara Smee, ¡Dele a la pala!
-
¡Sí, sí, señor!
No
pasaron ni dos minutos cuando el marinero volvió a interrumpir al capitán.
-
¡Capitán! – Lo llamó – ¡He dado con algo señor!
-
Pues veamos qué clase de tesoro hemos encontrado – Dijo Garfio abriendo el
cofre que para asombro de ambos estaba vacío – ¡MALDICIÓN! Otra pista falsa.
-
No se aflija capitán, aún tenemos un montón de mapas que seguir.
-
Si vayamos al barco y pongamos rumbo hacia el siguiente punto que marque, en
marcha Sr. Smee.
Rufio
esperó a que se hubieran marchado, si conocía al capitán Garfio sabía que no
era prudente acercarse a él, claro que el Garfio que conocía no se parecía en
nada al que acababa de ver, ¿qué más diferencias habría entre ellos? Miró hacia
donde Garfio y Smee se habían ido, a lo lejos vio atracado el Jolly Roger, el
barco de Garfio. ¿Se atrevería a ir hasta él?
El
Sr. Smee remó con la barca mientras su capitán se quejaba de su mala suerte,
ansiaba salir de Neverland para poder dar muerte al Ser Oscuro, llevaba allí
demasiado tiempo, por lo menos cien años según él, pero no estaba seguro. Por
fin llegaron al barco donde aguardaba la tripulación, cada uno en sus
quehaceres, Garfio ya tenía nuevas órdenes para su mano derecha.
-
Trace el rumbo Sr. Smee.
Ninguno
se dio cuenta que desde el carajo del barco un hada los observaba con avidez,
su azulada aura titilaba pero debido a la claridad del amanecer no delataba su
posición.
-
¿Hacía dónde mi capitán?
-
Adonde quiera que diga el siguiente mapa que está enterrado el tesoro. No
pienso rendirme hasta que encuentre ese Fragmento Estelar, daré con el aunque
tenga que cavar en cada agujero de esta maldita y condenada isla.
El
hada había oído suficiente, por lo que se marchó aprisa. Voló hacia tierra
firme, donde antes había estado la barcaza de Garfio y Smee, y donde ahora un
muchacho miraba el horizonte, con el Jolly Roger en frente. Tan distraída iba
el hada que casi choca con su rostro.
-
¡Guau! – Exclamó Rufio.
El
hada revoloteó a su alrededor. Tenía el cabello negro y llevaba un delicado
vestido plateado que jugaba con los tonos de sus alas azuladas
-
Umm… ¿Puedo ayudarte?
El
hada le señaló el barco.
-
¿Quieres que vaya hasta ese barco? ¿Pero cómo? Está demasiado lejos para nadar.
Yo no tengo alas para volar hasta allí.
Entonces
el hada desprendió un polvo verdoso sobre él.
-
¿Qué es esta cosa brillante?
El
hada le señaló el precipicio con el dedo indicando la caída que había hasta el
mar.
-
¿No me estarás pidiendo que salte verdad?
El
hada asintió.
-
Espera… ¿Quieres decir que eso era polvo de duende y ahora puedo volar?
Ella
asintió de nuevo.
-
Está bien, creeré en ti.
Cerró
los ojos, avanzó despacio hasta el borde y… Saltó. Un cosquilleo invadió su
cuerpo durante la caída hasta que sus pies rozaron el mar, en ese momento el
descenso cesó y se elevó rápidamente hasta estar de nuevo a la altura del
precipicio.
-
¡LO HICE! ¡Puedo volar! – Gritó con asombro.
El
hada no perdió el tiempo con él y se marchó hacia el Jolly Roger.
-
Oh, allá va otra vez. ¿Y ahora qué? Voy al barco o… Mmm – Pensó en su dilema –
Creo que debo volver al campamento, me sabe mal dejarla tirada pero de todos
modos no creo que sea prudente enfrentarme a los piratas yo solo. Espero que no
le pase nada – Dijo mirando el barco con gesto dramático – Después de todo,
quizás tendría que haber ido con ella.
Cabeceó
bruscamente y ascendió por el cielo color lila del amanecer. Voló por toda la
isla, dio vueltas y más vueltas disfrutando al máximo de aquella vertiginosa
experiencia, hasta que vio algo que le llamó la atención: De un gran árbol le
pareció ver algo colgado, una especie de jaula.
Rufio
fue hacia ella, quedando suspendido a pocos metros del suelo.
-
¿Hola? – Preguntó, podía sentir una respiración en su interior.
-
¿Qué quieres? – Refunfuñó una voz de niña.
-
Preguntarte que haces ahí. ¿Por qué estás encerrada?
-
Cómo si no lo supieras, eres un compinche de Pan.
-
Sí pero, no sé qué haces ahí. ¿Él te ha encerrado?
-
¿Quién si no?
-
¿Garfio?
-
No, fue Pan.
-
¿Por qué?
-
¿Quién eres? – Preguntó la chica.
- Rufio, ¿Y tú?
- Wendy, Wendy
Darling.
LONDRES,
1 DE OCTUBRE DE 1904
Aquella había sido una
semana horrible para la familia Darling, jamás se había visto una atmósfera tan
melancólica en aquella casa del barrio londinense de Bloomsbury. La casa que
hacía esquina y cuya ventana más alta daba a una plaza frondosa pertenecía a la
familia Darling, compuesta por: George Darling, un banquero conservador que
seguía los dictados del período eduardino; su esposa Mary, un ejemplo de dama
de la Belle Epoque que portaba con exquisito gusto los vestidos que la hacían resplandecer;
Wendy, la hija mayor que quería ser novelista para desgracia de su tía que no
creía que de esta forma pudiera casarla; John Darling, el mediano, al que le
fascinaba la historia de la colonización y el imperialismo y que soñaba con
cazar indios en Norteamérica; y el pequeño Michael, tan pequeño que aun no
sabía si seguir el ejemplo de su hermano John, de su padre o de Nana, la niñera
que en realidad era un perro. Pero eso sólo engañaba a la gente, Nana era en
realidad la mejor niñera que se podía tener, por mucho que dijesen las
institutrices de moño tirante que la sorprendían metiendo el hocico en los
carritos de los bebés que paseaban.
Había caído la noche y el
día de los difuntos estaba por terminar. Los Darling habían acudido al
cementerio para visitar a sus familiares, todos de un negro tan impoluto que
asustaba. Y es que hacía poco habían tenido una gran pérdida. Baelfire, el niño
que acogieron y que desapareció misteriosamente. Sólo Wendy y sus hermanos
sabían lo que había ocurrido en realidad, pero sus padres nunca les creerían.
Ellos habían crecido y ya no creían en la magia.
Por eso aquella noche,
tras quitarse el pomposo y oscuro vestido para ponerse el camisón, Wendy ultimó
con sus hermanos los detalles para ir a Neverland a rescatarle. No hacía mucho
que ella también había ido a la isla y con un poco de memoria había hecho un
rudimentario mapa. Curiosamente aquel era el día perfecto, ya que sus padres
habían ido cenar con el director del banco y tardarían en regresar.
- Peter Pan vive aquí, en
el Árbol del Ahorcado. Se llega cruzando la playa que hay tras los Bajos de los
Saltos Arcoíris y atravesando la Laguna de las Sirenas.
- ¿Y qué peligros
encontraremos? – Preguntó Michael con su tierna voz infantil mientras se
aferraba a su osito de peluche.
- No lo sé, no parecía
haber muchos la última vez que fui.
- Pues será mejor que nos
preparemos – John era el más prudente de los tres – Casi es la hora – Añadió al
ver el reloj de cuco que marcaba las doce menos cinco.
- ¿Sabes lo que tienes que
hacer Michael? – Preguntó Wendy a su hermano con ternura.
- Ajá.
Wendy le sonrió.
Cinco minutos después el
reloj señaló las doces y el cuco salió a cantar…
- ¡Ahora! – Gritó Wendy en
voz baja.
- Yo… Yo… –
Carraspeó – Yo creo.
El ventanal se abrió de
par en par y las luces de las lámparas de aceite se apagaron a la vez que Nana
comenzó a ladrar.
Una sombra tan fascinante
como fantasmagórica y terrorífica entró en la habitación y posó sus blancos y
brillantes ojos sobre Michael, al que no tardaron en agarrar sus hermanos. La
sombra se abalanzó sobre el pequeño y con él se llevó a los otros.
Los señores Darling
regresaron poco después. Mrs. Darling se extrañó al ver la ventana abierta así
que subió a la alcoba de sus hijos para cerrarla y darles un beso de buenas
noches. Por eso cuando vio que no estaban no supo cómo reaccionar. ¿Cómo habría
actuado de haber sabido en ese momento que jamás volvería a ver a sus hijos?
¿Qué moriría cuarenta y seis años después sin haberlos encontrado?
-
¿Y qué haces encerrada en esta jaula? ¿No eres amiga de Peter?
-
Ese no tiene amigos.
-
¿Entonces él te ha encerrado? – Rufio tenía demasiadas dudas.
-
Sí, soy el cebo que usa para extorsionar a mis hermanos.
-
¿Ellos también están en Neverland?
-
Hace mucho que no los veo, desde que nos separamos al llegar aquí, hace tanto
tiempo…
-
¿Qué pasó?
-
Quisimos ser héroes y cazar a Pan, y fuimos nosotros los cazados.
Un
ruido entre los matorrales los alertó.
-
¡Vete! No te interesa que te descubran.
Rufio
asintió y se alejó rápidamente de allí, sin embargo el polvo de duende no era
eterno y poco a poco fue descendiendo hasta que tuvo que volver a andar.
-
¿Qué tal ese paseo? – Preguntó Pan al verlo llegar.
-
Bien gracias.
-
Rufio, te lo preguntaré sin rodeos. ¿Por qué sabes hacer magia?
-
No lo sé – Era la verdad.
-
Pero vienes de un mundo sin magia, es imposible que tengas ese don. Verás la
magia es hereditaria, si no hay un antepasado mágico no puedes poseerla, no se
genera espontáneamente.
-
Ya te digo que no lo sé.
-
¿Y sabes usarla?
-
No – Respondió Rufio desinflándose tras la energía de su respuesta anterior.
-
Pues te enseñaré, levántate.
Peter
se puso tras él y le levantó los brazos, lo guiaba en aquella “ciencia” extraña
y hacía a Rufio verse verdaderamente estúpido.
-
Tienes que sentirla – Le dijo en voz baja – tienes que recordar, recordar el
peor momento de tu vida. Aquel en el que habrías asesinado, aquel en el que tú
odio fue tan intenso que superó a todos tus miedos.
-
Lo recuerdo.
-
¿Qué pasó?
-
Yo era inocente… La gente me tenía por culpable, me abucheaban y me tiraban
cosas. Me odiaban, me… Me tenían envidia. Y mis padres estaban entre ellos, me
daban lecciones desde esa posición los muy cínicos.
-
Ahora regresa a ese momento, ¿Qué harías?
-
Me abalanzaría sobre ellos, los asfixiaría hasta que sintiese su último suspiro
en mi cara – Una brisa sacudió los rostros de los jóvenes y removió sus
cabellos – y a los demás les grito la verdad antes de ajusticiarlos… – Rufio se
soltó de Pan – esto no me gusta. No me gusta pensar en esas cosas.
-
Así es como se hace la magia.
-
¿No hay otra manera?
Peter
negó con la cabeza.
-
¿Y cuál es tu momento? Tu momento infeliz – Quiso saber Rufio con un poco de
temor en sus palabras.
-
Hay tantos…
-
Dímelo.
Peter
pensó, había varios pero no sabía cual exactamente era el que más rabia le
causaba. Finalmente decidió hablarle a Rufio sobre Rumpel, pero no sobre su
hijo sino sobre aquel niño tan avispado y pizpireta que conoció y al que tanto
quería que se pareciese su propio hijo.
-
Hace muchos años conocí a un niño, uno como pocos. Era inocente pero no
estúpido.
En
ese momento Felix llegó de forma sigilosa, ocultándose sabiamente entre los
árboles para escuchar a Pan.
-
Convivimos varias semanas y fuimos como hermanos, creo que hasta llegué a
quererlo.
-
¿Qué ocurrió?
-
Lo mataron – Le brillaban los ojos – Era inocente y pagó por un crimen que yo
cometí pero, del que para bien o para mal, no me arrepiento. Por eso a la hora
de hacer magia pienso en que su asesino recibe el mismo merecido.
-
Lo siento de veras.
Peter
cabeceó.
-
Rufio.
-
¿Qué?
-
Necesito que me digas la verdad.
-
Claro.
-
Encontré esto en tu mochila – Le enseñó el recorte de periódico – ¿De verdad
estuviste encerrado en un manicomio?
Rufio
miró la foto aterrorizado.
-
¡Contesta! – Exigió Pan
-
Sí.
-
¿Por qué?
-
Por asesinato – Sentenció el recién llegado.
NEVERLAND,
MUCHOS AÑOS ANTES
La sombra los arrastró por
las calles de Londres, los hermanos Darling jamás habían visto el Big Ben desde
tan cerca. Finalmente llegaron a una estrella que brilló con fuerza y después
lo vieron, Neverland, la isla de los niños se acercaba cada vez más, pero la
sombra llevaba demasiado peso. Consciente de que llevaba una niña sabía a quién
soltar.
Y así fue como Wendy cayó al mar oscuro y frío y sus hermanos fueron a
parar a las fauces de Pan.
- Habría acabado con ese
niñito adulador si alguien me hubiera echado una mano Sr. Smee – Le decía
Garfio a su segundo de abordo.
- Claro capitán, como le
falta una – Rió el marinero.
- ¡SMEE! – Gritó Garfio
enfadado – Una salida de tono más como esa y le juro que reemplazaré mi garfio
por la suya.
- Hay algo en el mar,
capitán – Interrumpió el marinero.
- ¿Cómo?
- ¡Mire!
- ¿A qué esperáis? Subidlo
a bordo.
Wendy tosió y echó toda el
agua que había tragado en la cubierta.
- Vaya vaya – Se burló
Garfio – Es una joven señorita.
- Callad – Bramó Wendy.
- Cómo desees – Le dijo
haciendo una reverencia a todas luces innecesaria –enciérrala en un camarote y
sécala Smee, no quiero que moje las pocas mantas que tenemos.
- ¡¿Qué?! ¿Encerrarme?
¿Por qué?
- No es un crucero de
placer my lady, no será un viaje agradable – Le respondió el capitán con una
sonrisa luciendo su blanca dentadura.
El Sr. Smee se llevó a
Wendy que no dejaba de patalear. El pirata recibió varios golpes de la niña
pero al capitán eso no le importaba. Decidido a tomar un buen trago de ron se
dirigió a su camarote, donde aguardaba Pan recostado en su sillón y con los
pies en la mesa.
- Hola Garfio – Saludó.
- ¿Qué haces aquí Pan?
- Tienes algo que me
pertenece y he venido a llevármelo.
- ¿Ah sí? – Preguntó
Garfio desafiante mientras se dirigía hacia la mesa.
- Sí – respondió Pan
poniéndose a la altura del capitán, cara a cara.
- No sé qué puedo tener
tuyo.
- Wendy, la niña que has
rescatado, he venido a llevármela.
- ¿Y qué utilidad puede
tener una niña para ti?
- No pienses mal Garfio,
sólo me interesa como moneda de cambio, mas no quiero que me la cedas. Levad
anclas y soltad lastre, ella incluida. Yo me ocuparé de su segundo rescate.
- ¿Con el trabajo que le
estará dando a Smee encerrarla en la bodega? Ni hablar. ¿Y por qué ella? ¿Qué
tramas Pan?
- ¿Quién sabe?
Garfio no supo reaccionar
ante esa respuesta, finalmente escupió otra de sus ironías.
- Menudo bacalao estás
hecho Pan, pretendes irte con la chica rescatándola de un peligro que tú mismo
provocarás.
- Ya sabes que hacer – se
limitó a decir él antes de desaparecer.
-
¿Pero a quién mataste tú si eres un pedazo de pan? – Preguntó Peter sorprendido
ante la respuesta de Rufio.
-
A Rena Capp – Respondió él recordando como la conoció – Cuando mis abuelos
murieron tuve que abandonar mi casa de Nueva York e ir a vivir a un pueblucho
de Florida, lleno de paletos. Desde que llegué a aquel pueblo de Florida lo
pasé muy mal, tenía amigos pero no eran como yo, nuestras diferencias eran
demasiado evidentes. Estaba encerrado…
-
Encerrado, sin poder disfrutar de tu juventud ni de tus habilidades…
-
Sí – asintió Rufio – Casi sin darme cuenta, y según me dijeron, mi cuerpo fue
generando cierto retraimiento, y la psicóloga incluso me insinuó ser un
Asperger, algo que después las eminencias – Añadió irónico – Confirmaron
supuestamente. - Rufio evocó aquel momento en su cerebro -. El caso es que
aquella mujer que se creía entendedora de mi mente se convirtió en una
molestia, no podía soportar que siguiese cada paso que daba para darle un
motivo malintencionado y finalmente la maté. Pero fue un lamentable accidente.
Tras una discusión en su despacho la empujé y tuvo tan mala suerte que se
golpeó con el escritorio y se desnucó – Le decía ahora Rufio a Peter – Tras
aquello sentí que mi vida había acabado y yo mismo me entregué ante la policía.
Todos me dieron la espalda – Rufio había cogido carrerilla y sentía que podía
soltarlo todo – entonces me tacharon de asesino.
-
¿Y por qué te encerraron en un manicomio?
-
Porque yo sabía que no sobreviviría en la cárcel. Así que no tuve más remedio
que fingir demencia. Fue mi única salida… – Lloraba – Allí las enfermeras me
recordaban día tras día lo generoso que había sido el estado conmigo, y yo me
sepulté en vida entre esas cuatro paredes. Hasta que sentí que me volvería loco
de verdad y decidí escapar. No sé que hubiera sido de mí de no haber llegado a
Neverland, tal vez nunca habría entendido que…
-
¿Que qué?
-
Que mi mayor error no fue matar a esa idiota, sino no atreverme a vivir mi
vida. No debí dejarla pasar de largo, debí atreverme y cumplir mis sueños… – Y
derrotado cayó sobre el hombro de Peter para llorar.
Me encanta!!! Por favor sube el siguiente pronto!!!... :)
ResponderEliminarMe alegra que te guste ;) Todos los miércoles tienes un capítulo de Once Upon a Time in Neverland.
EliminarQue ganas de que llegue el próximo miércoles jaja
Eliminar¡PEEEEEETEEEEER! ¡Eres tremendo, eres terrible! Una semana en la que hay conflicto por el tema de Hook, en la que hay quejas por la sobredosis de Hook, en la que va a venir un capítulo centrado en Hook, ¿y tú qué haces? ¡Vas y escribes un capítulo con Hook! ¡Muchacho endemoniado!
ResponderEliminarBroma, tarroncito de azúcar, broma. Me dio risa porque es demasiada casualidad. No lo leí todavía, lo voy a hacer mañana a la tarde. ¡Muchos besos!
Laura lo que me he reido con tu comentario! ajajjajajaja. Terrible este peter!!! Hook hasta en la sopa y el muchacho nos brinda más hook!! jajaja. Bromita pues, abrazos.
EliminarEl capítulo lleva escrito cuatro meses, yo que sabía xD. Pero si, también pensé en que era mucha casualidad jijijiji.
Eliminarmuy buen capitulo jeje :p
ResponderEliminaroye Peter, hace varias semanas estoy haciendo mi primer fan fics en el que cuenta historias no terminadas en la serie como Cenicienta, Aurora,etc,,, y tengo que decir que Petter Pan también formaba parte de mis planes :S ... sin embargo no contaré mucho de su historia para no quitarte el mérito :p
mas bien forma parte de la historia de Pinocho, en el que Peter con su flauta atrae a los niños y los convence de llevarlos a lo que él llama: "El País de los Juegos". Pinocho llega a Neverland, conoce a Neal adulto y juntos buscan una forma de salir (Neal al mundo real y Pinocho a FTL con ayuda de Ariel y Geppeto) hasta que Peter se entera y manda a las sirenas a invocar a Monstruo para que les persiga.
Oy oy oy oy... ¡La historia de Aurora! ¡La historia de Aurora! ¡LA HISTORIA DE AURORA! Sólo con eso me tienes ganado xD. Me encanta la Aurora de OUAT y Sarah Bolger ni te cuento (fangirleo como diría Flip xD).
EliminarEso de El País de los Juegos me ha recordado al parque de atracciones que visitaba Pinocho en la película, también tengo ganas de leerlo ;)
¡Espero leerlo pronto Nauzet!
son 22 capitulos (como una temporada especial entre la 3 y 4 temporada). En cada capitulo contará una historia diferente pero la trama guirará en torno a La Bella Durmiente. Aunque las verdaderas intenciones de Maléfica no las descubriremos hasta el capitulo 1x22 El Dragon Oscuro. Espero que guste :)
EliminarYo también lo espero xD (Nah seguro que si me gusta :)) O vaya, dos paréntesis xD.
Eliminaruna maravilla nuevamente peter,aplausos ;D
ResponderEliminarGracias Anna (me llevo los aplausos xD).
EliminarPeter, Peter, Peter. Alguien estuvo jugando mucho al "Kingdom Hearts 358/2 Days", ¿verdad?
ResponderEliminarEl capítulo me gustó, pero hubo mejores. Entretener me entretuvo, y estuviste muy bien al mostrar la nueva llegada de los Darlings a Neverland, lástima la pobre señora Darling, tener una vida tan larga pero tan triste. Otra cosa que me gustó es la parte de Peter en el camarote de Hookito, me lo imaginaba al hot de Robbie recostado con los pies estirados jeje. Pero no sé, honestamente no me llamó tanto la atención este capítulo, pero está bien, no todos pueden ser perfectos.
¡Besotes!
Jejejejeje, no exactamente, me gusta mucho la musiquita que le ponen a Neverland en ese juego y una cosa llevó a la otra xD... El que si que se va a notar a qué juego jugué será en el capítulo 10, ya me dirás xD.
EliminarYa sé que es tarde para hablar de esto pero me encanta como cuelas Kingdom Hearts en todo esto cada vez que puedes XDDD. Lo que le dijo el hada madrina a Peter, la advertencia de Maléfica y como Peter le quita importancia a lo Jafar LoL. Y sobre todo aquí que no solo te has basado en 358/2 Days sino que también en Birth by Sleep con el Fragmento estelar y la ruta de Neverland. Me encanta como queda, este es el último capítulo que he leído, próximo a leer más ;)
Eliminar¡Nunca es demasiado tarde! Jajajajaja.
EliminarOy, madre mía, me meto en el blog y pincho en tu comentario (porque te llamas Roxas, sólo por eso XD) y vaya alegría que me llevo ^^
Muchas gracias :) ya me dirás que te parece el resto.
Hola hijo mìo, ya me leì todo de un tiròn, està excelente. Me matan las observaciones de Laurita, yo tambièn conozco KH y tiene razòn jaja. Eres muy bueno, y se nota que el mundo de Neverland te inspirò mucha creatividad. Sigue asì, ¡un abrazo grande!
ResponderEliminarNo me lo nombréis más que tengo un mono últimamente... xD. Pero hasta por lo menos el mes que viene no voy a poder comprarme una PS3 para jugarlo :(
EliminarLa verdad es que en el capítulo 10 si que le cogí una historia prestada al KH...