Con los capítulos 12 y 13 ya casi entramos en la recta final del fic de Amanda Celia . Se va acercando la gran final, así que ¡estate atento/a!
Capítulo 12: Trío desesperado
“¡Por favor! ¡Ayuden a mi
madre!” decía Henry “Se ha quedado dormida en viaje y aún no ha
vuelto a despertar”
“Tranquilo Henry, nos ocuparemos
de ella” contestó el Dr. Whale que, con ayuda de Hook, acomodó a
Regina en la camilla preparada y la llevó dentro del hospital.
Dentro de una sala de acceso
restringido, abrieron su blusa y le colocaron todo tipo de electrodos
para medir sus signos vitales.
“¡Están todos alborotados!”
exclamó Whale al verlos y se volteó a ver a las enfermeras
“Necesitamos a Blue, la necesitamos ¡YA!”
Las enfermeras salieron corriendo a
buscar al hada, mientras el doctor hacía lo posible por
estabilizarla.
“¿Qué… Qué pasa?” preguntó
Hook al ver el alboroto de las enfermeras.
“¿Pasó algo malo con mi madre?”
“¡Eh! Tranquilos los dos” les
dijo Emma “Dejen que trabajen, cuando tengan noticias nos avisarán”
“Además no creo que llegue a ser
tan grave” siguió Snow y al ver pasar a la madre superiora con
cara de espanto puertas adentro de la sala añadió “¿O sí?”
“Cómo le pase algo malo a mi
hija, yo misma me encargaré de que alguien pague por ello” Bramó
Cora.
“A ver… Que aquí no pasará
nada, Blue se encargará” Insistió Emma.
“Más le vale a todos” dijo Hook
en un tono amenazante mirando fijo y serio a Emma.
Dentro de la sala todo era un caos
hasta que la madre superiora llegó.
“Whale… ¡Whale, calmate!”
Exclamó ella en cuanto llegó.
“¡Tienes que ayudarla Blue, ya no
sé qué otra cosa hacer!”
“Para eso estoy aquí” Tomó su varita y la pasó por encima de
Regina, que aún estaba inconsciente, a modo de sanación. Los signos
vitales tardaron pero comenzaron a mejorar, sin embargo Blue sentía
una extraña energía que provenía de Regina, algo no estaba bien,
algo… algo realmente malo había ocurrido, algo faltaba en ella.
“¡Rumpel!” Exclamó Belle al
verlo en cuanto regresaron al pueblo, corrió a sus brazos y lo besó
“Lo-lo lamento no debí haber reaccionado…”
“No, yo lo siento, debí de
haberte contado esa parte de mi vida, ahora ya lo sabes”
“Y… ¿Ella lo sabe?”
“¿Quién? ¿Regina?” Preguntó
el observando como ella asintió con la cabeza “no, aún no sabe
nada. Debo reconoces que a mí mismo me tomó por sorpresa, es decir,
en parte lo sabía, sabía que su presencia tenía algo más
importante en mi vida, pero no fue hasta que el mapa se dibujó en el
globo que pude confirmarlo”
“Quieres decir que todo el tiempo
que pasaste con Regina, enseñándole magia, peleando y amenazándose,
¿tú no lo sabías?”
“No al cien por cien”
“Entonces con más razón lamento
haber sobrereaccionado”
Rumpel rodeó su cintura con sus
brazos y la besó con mucho amor, en solo ese beso podía sentirse
que no la culpaba de nada, que en todo caso ya estaba disculpada y
que la amaba con locura.
“¿Y qué fue lo que pasó?”
quiso saber entonces ella.
“Pues, efectivamente como tu amiga
lobuna había dicho, Greg Mendel y Tamara eran los que estaban detrás
de todo esto.” Comenzó explicando él y le contó todo lo que
había sucedido durante el viaje con la mayor cantidad de detalles
posibles.
Belle iba cambiando de expresión a medida que lo oía. Para cuando
terminó estaba horrorizada y confundida. ¿Cómo alguien podría
hacer cosa semejante como la que hicieron Greg y Tamara? ¿Por qué?
¿Qué querían hacer? Eran las preguntas que seguían rondando en su
cabeza.
Cuando Regina estuvo completamente
estabilizada fue cuando Whale pudo volver a respirar tranquilo y
comenzó a trabajar curando las heridas superficiales que la varita
de Blue no borraba.
“Pero… ¿Qué es lo que le han
hecho?” Preguntó al ver las marcas en el cuerpo de la reina
inconsciente. En el pasado había ideado maneras de vengarse de la
reina que tanto mal había causado, pero nunca había pensado en
hacerlo realmente.
Viendo que todo estaba bajo control,
Blue salió de la sala para poder pasarles un parte médico del
estado de Regina. En cuanto la vieron la rodeó un pequeño grupo de
tres personas formado por un pequeño, un pirata manco y una mujer de
algo mayor; mientras todos la miraban no dejaban de hacer preguntas:
“¿Cómo está?”
“¿Qué ha pasado?”
“¿Se encuentra bien?”
“¿Puedo pasar a verla?” dijo
Hook.
“¿Podemos pasar a verla?” lo
corrigió Cora haciendo el énfasis en el plural.
“¿Qué ha pasado con mi madre?”
“¿Qué ha pasado con mi hija?”
“¿Qué ha pasado con mi…?”
Hook se detuvo en seco en mitad de la oración “¿Qué ha pasado
con Regina?”
“¿Qué está pasando ahí
dentro?”
“¿Por qué no contestas?”
“¡Silencio!” Dijo en tono
fuerte pero tranquilo la madre superiora.
“¡Habla mujer!” insistió Hook
impaciente.
“Si no dejan de hacerme preguntas
no podré decirles nada”
Hook, Henry y Cora tuvieron que
forzarse a sí mismos a permanecer en silencio, controlando sus
impulsos y su ansiedad generados por su preocupación por esa
poderosa mujer que ahora parecía muy frágil y pequeña.
“Cuando llegó estaba muy mal,
todos sus signos vitales estaban disparados, hemos podido
estabilizarla y Whale se está encargando de las heridas menores.”
“¿Qué le han hecho?”
“Créeme, es mejor no saberlo,
solo puedo asegurarles que quien lo hizo tiene una mente perversa,
sádica y retorcida”
Hook contuvo su ira descargándola
con un golpe contra la pared más cercana que tenía.
“¿Saben cuándo despertará?”
preguntó Cora
“No podríamos decirlo con
exactitud, lo siento”
“¿Podremos pasar a verla?”
“En cuanto Whale acabe y como él
lo considere posible. Lo siento, debo regresar para ver como están
las cosas dentro” dijo y se retiró dejando a los tres preocupados
en la sala de espera, esperando a recibir nuevas y mejores noticias.
En el interior de la sala, Whale
luchaba contra Regina que, aún recostada sobre la camilla, había
despertado, no reconocía a nadie y creía que aún seguía
prisionera de Greg y Tamara.
“Regina… ¡Regina!” exclamaba
el doctor mientras luchaba para conseguir atraparle los brazos
“Regina no queremos hacerte daño, tranquila”
“Regina, ya estás a salvo, ya
estás de vuelta en Storybrooke” dijo Blue entrando al forcejeo
“No, ¡Déjenme! ¡Suéltenme!”
gritaba ella
“Regina soy yo, Blue” añadió
dejándose ver bien la cara. “Es Whale y Henry está esperando
fuera, quiere saber cómo estás”
Al escuchar el nombre de su hijo,
por primera vez desde hacía tiempo, fue que pudo tranquilizarse un
poco y Whale, ni lento ni perezoso, aprovechó la ocasión para darle
un calmante, así volvería a dormir y podría terminar con el
trabajo.
“Hay algo que no está bien”
dijo Blue preocupada.
“¿Además del hecho que Hook me
matará cuando se entere de esto?” respondió el doctor con ironía.
“Me refiero a que ella, su energía
y su aura… no son las mismas, han cambiado y aún lo logro definir
si para bien…”
“O para mal…” terminó la oración Whale con un temor
perceptible en su voz.
“Te dije que era buena idea dejar
esta máquina aquí”
“¿Acaso sabías que lograrían
dar con nosotros y llevársela?”
“No estaba completamente segura,
pero… si ya habían encontrado a la otra y llevársela por qué no
darían con ella. Además, cuanto mayor movimiento y precaución
tengamos, más indetectables seremos.”
“Me agrada como piensas, eres una
genio.” Dijo tomándola por la cintura, pegándola a él y la besó
“Y lo que más me gusta es que eres mi genio”
Tamara le sonrió, tal vez por
vanidad al ser llamada genio, tal vez porque le gustaba demasiado
aquel hombre.
“¿Y cómo funciona esto?”
“Es muy simple” explicó ella
“Solo debemos colocar el fraquito aquí, setear algunos parámetros
y sentarnos a esperar que la máquina haga su trabajo”
“Pronto… muy ponto sus días se
acabarán, este lugar pasará a ser como debería ser. Pronto y sin
que ellos lo sepan llegará su fin”
“¿Y bien?” se le abalanzaron
Henry Cora y Hook a Whale en cuanto salió.
“¡Eh! tranquilos”
“Dinos como está, Doc.” dijo
Hook con cara y tono de pocos amigos.
“¿Me dejas…? Quiero sentarme
luego de tanto tiempo de pie” Se dirigió a una banca y comenzó el
reporte “Regina se encuentra bien, fuera de peligro. Ahora duerme y
cuando la suban a una habitación podrán pasar a verla”
Henry sonrió completamente feliz y
aliviado y no pudo más que abrazar al doctor para mostrarle su
agradecimiento
“Mejor así” fue lo único que dijo Cora en un tono amenazante.
August fue directo al encuentro con
Emma en cuanto se enteró que estaban de vuelta, debía contarle los
avances de la investigación de Blue.
“Emma” la llamó al verla.
“Hola August” saludó ella
“Tenemos que hablar”
“No me gusta cómo suena eso…
¿Acaso es algo malo?”
“Tengo buenas y malas noticias”
“Dilo” suspiró ella resignada
al mismo tiempo que se alejaba del grupo.
“La buena noticia es que Blue ha
encontrado un modo de volver a aislar el pueblo, hay un hechizo”
“¿De veras? Esas son estupendas
noticias”
“Pero las hadas no pueden realizar
el hechizo, es un tipo de magia que no pueden realizar”
“Pero Rumpels- el señor Gold”
se corrigió ella sin acostumbrarse a llamarlo de otro modo “él
podría ayudar, ¿no?”
“En verdad necesitamos al menos
cuatro poderosos hechiceros”
“¿Cuatro? Y… ¿de dónde
planeas sacarlos?”
“Por empezar estoy frente a uno”
“¿Yo?”
“Sí, tu… eres más poderosa de
lo que crees.”
“¿Y por qué tienen que ser
cuatro?” dijo ella cambiando de tema, todo eso de la magia que
poseía por ser la hija del verdadero amor seguía sonándole
incómodo.
“El pueblo posee cuatro entradas
principales, ubicadas cada una estratégicamente en los cuatro puntos
cardinales: Norte, Sur, Este y Oeste.”
“Entonces cada uno debería ir a
una entrada para bloquearlo, ¿verdad?” verificó Emma que iba
comprendiendo como venía la mano.
“Exacto, este hechizo se
caracteriza por ser un hechizo grupal y simultaneo, los cuatro
hechiceros deberán realizar el conjuro al mismo tiempo”
“¿Y si no?”
“Si no… las consecuencias
podrían ser catastróficas”
“Entonces mejor ponernos de acuerdo, ¿A quién más tienes en
mente para esto?”
“Ya está listo” anunció Tamara
“¿Y ahora?”
“Ahora pasamos nosotros”
Se miraron a los ojos, él le sujetó el rostro y le plantó un buen
beso. Se apartaron y entraron juntos y de la mano a una máquina.
Tamara la encendió con un control remoto que tenía y unos rayos de
luz azul comenzaron a salir de ella.
Cuando Regina se despertó en su
habitación del hospital estaba sola, asustada y algo confundida
todavía. Desesperada por huir de ese lugar comenzó a quitarse los
electrodos que medían sus signos vitales; cuando arrancó los que
pertenecían al monitor cardíaco comenzó a sonar la alarma y tanto
Whale como Hook entraron corriendo a la habitación creyendo que se
trataba de un fallo cardíaco. Al llegar la vieron luchando con los
cables, aún sentada en la camilla, ambos se frenaron en seco y fue
Hook el que pudo reaccionar, avanzó hacia ella e intentó calmarla.
“Eh, eh… tranquila” le dijo
intentando sujetar sus brazos para que no se hiciera daño con los
cables. “¡Eh, Regina! Estás a salvo, estás en Storybrooke”
Al escuchar la voz de Hook se frenó
y lo observó, inmediatamente se abrazó a él enterrando su rostro
en su pecho y no se movió por un buen rato.
“Eh… shhh, ya está” dijo con
un tono suave consolándola mientras acariciaba su cabello con una
mano y la sujetaba con la otra. Era evidente que algo importante y
serio le había ocurrido, algo más allá de lo físico, no solo por
el tiempo que la tuvieron cautiva, esa máquina había provocado algo
en ella, no era la misma y por fuer seguía viéndose igual.
Whale abandonó la habitación para
dejarlos a solas, sabiendo que no lo precisaban de momento. Cora por
su parte se dispuso a entrar en la habitación y antes de hacerlo se
detuvo viento por la ventana de la puerta la figura de ese par
fundida en el abrazo. La mirada de Regina como la de Hook contenían
algo que Cora ya había visto en su hija antaño, esa mirada escondía
una mezcla de felicidad, dolor, miedo y por sobre todas las cosas esa
mirada escondía amor.
“Tranquila, ya estás aquí. No
volveré a dejarte ir, no dejaré que nada malo vuelva a pasarte.”
“Como… ¿Cómo me encontraron?”
alcanzó a preguntar ella aún en el abrazo.
“Teníamos un globo mágico que
nos dio tu ubicación en un mapa”
“¿Un globo? Espera… ¿el de
Artemis?”
“Ese mismo”
“¿Cómo lo consiguieron? Lo creía
perdido para siempre” se extrañó ella.
“Hay algo que no sabes, algo que
hice cuando te llevaron” respondió Hook mirando a Cora parada en
el exterior de la habitación, mirando por la ventana.
“¿Qué fue lo que hiciste?” se
preocupó ella.
Hook hizo un movimiento con la
cabeza para que Cora entrara. Regina sin comprender miró a Hook y se
volteó a ver donde estaba clavada su mirada quedando petrificada al
ver a su madre detrás de ella. Se incorporó de golpe y al hacerlo
se mareó y casi se cae de la cama.
“¡Regina!” Exclamó Hook
sujetándola “¿estás bien? ¿Te sientes bien?”
“Sí, sí… e-estoy… madre…”
fue lo único que pudo articular y llegar a decir dentro de su
asombro “¿Co-cómo?”
“Tenía un seguro de vida, un
hechizo por si llegaba a pasar. No podía dejarte sola”
“¿Un hechizo?” repitió ella y
algo preocupada añadió “¿Qué hechizo madre?”
“Eso no importa ahora, lo
importante es que estás bien” le dijo Cora con una sonrisa sincera
y verdadera en su rostro.
“Pero ¿quién…?”
“Fui yo, yo traje a tu madre de
regreso” admitió Hook “Tenía que hacer algo, sabía que la
pareja feliz o Emma no logarían nada solos y el cocodrilo no quería
ayudar, yo solo no hubiera podido y sabía del hechizo por lo que
decidí activarlo para que nos ayude. Sin ella no lo hubiéramos
logrado.”
Regina se acercó a Hook nuevamente
y lo besó con un beso suave y dulce que lo dejó paralizado y
parpadeando varias veces. “Gracias” dijo ella y él supo que eran
palabras sinceras de su corazón.
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