¿Con ganas de seguir leyendo el fic de Alí Ba-ba? Pues aquí están los dos siguientes capítulos: el cuarto titulado "El camino a seguir"; y el quinto, "Un anillo de ópalo".
CAPÍTULO 4
EL
CAMINO A SEGUIR
Belle casi se sintió
aliviada cuando el impertinente sonido del despertador rompió el
silencio de su habitación, sacándola de sus confusos pensamientos
que no la habían abandonado durante toda la noche.
Apenas había podido
dormir un par de horas en las que sus sueños la atormentaban con una
terrible sensación de pérdida y confusión que no diferían mucho
de las que sentía en ese momento que llevaba despierta desde las 5
de la madrugada, dándole vueltas a la nueva situación en la que se
encontraba. Embarazada.
Si tenía pocas
preguntas sobre su pasado, ahora tenía unas cuantas más, pero sobre
el camino a seguir.
¿Qué iba a hacer
ahora con su vida? ¿Desde cuándo estaba embarazada? ¿Quién era el
padre…? Porque ella no recordaba haber estado con ningún hombre
íntimamente. ¿Habrían abusado de ella en el sanatorio? Sí, debía
de haber sido eso, alguien la drogó y abusó de ella cuando estuvo
en el psiquiátrico…” ¡Oh, Dios mío, y ahora que voy a hacer!”
No tenía ningún trabajo, ni como mantenerse a ella misma, ¿cómo
iba a ocuparse de un bebé que ni siquiera había deseado? Porque ese
bebé se lo habían impuesto, ella no lo había pedido, y estaba
creciendo dentro de ella, día a día…
Se Puso las manos en
el vientre intentando sentir algo por la criatura que llevaba
dentro, pero lo único que sintió fueron nauseas, como los últimos
días. Ahora empezaba a entender el porqué.
Se levantó
apresuradamente intentando alcanzar el retrete antes de que la
siguiente arcada hiciera acto de presencia, llegando justo a tiempo.
Debía ir a ver al Dr. Whale para que le hiciera una revisión y le
dijera de cuánto tiempo era el embarazo, quizás con un poco de
suerte todavía estaba a tiempo de interrumpirlo…
Una punzada laceró su
pecho en ese momento y la dejó sin respiración. Se sentó en el
frío suelo de cuarto de baño intentando recuperar el aliento
mientras una profunda pena la invadía. Se abrazó las rodillas y
comenzó a mecerse mientras sus ojos destilaban un torrente de
lágrimas que le quemaban por donde pasaban, sin poder detenerlas.
¿Qué otra opción
tenía? No conocía a nadie, y aunque Rubi le había dicho que el
dueño de la floristería era su padre, el día que éste fue a
visitarla al hospital, no confiaba en él. Había algo que la tiraba
para atrás de aquella persona, y no estaba dispuesta a meterse en su
casa.
Si por lo menos
tuviera un trabajo con el que poder mantenerse, pero no tenía ni
idea de cómo se llevaba una biblioteca o de qué otra ocupación
podría desempeñar en un pueblo tan pequeño. Quizás si fuera a
otra ciudad más grande, podría empezar de cero, sin tener a toda
esta gente que decía conocerla, crear su propia identidad, crear una
nueva vida, ver mundo… Pero necesitaba dinero, y que ella supiera
no disponía de nada.
Respiró hondo unas
cuantas veces, intentando despejar su cabeza y aclarar sus ideas.
Necesitaba salir de esa casa. Dar un paseo la reconfortaría, eso
siempre lo hacía, sí, le apetecía sentarse debajo de su roble, el
que le daba tranquilidad y refugio, el que la protegía y le
susurraba con sus hojas mecidas por el viento que todo saldría bien,
que todo se solucionaría.
Con decisión se
dirigió a su dormitorio y recogió la ropa necesaria para darse una
ducha rápida, notando un vacío en el estómago, claro síntoma del
hambre que comenzaba a hacer acto de presencia y que si no calmaba
pronto, se convertiría en otra sesión de arcadas.
La ducha tibia templo
algo sus nervios y calmó los temblores que se apoderaban de ella,
saliendo un poco más relajada de ella. Se dirigió a su dormitorio y
comenzó a vestirse poseída por un hambre canina que le traía a le
mente a las tortitas de Granny´s regadas con sirope hasta
emborracharlas, y se le hizo la boca agua.
Terminó de vestirse
en un segundo y se dispuso a abrir la cama para que se ventilara
cuando al sacudir las sábanas una pequeña caja cayó al suelo.
La miró con
curiosidad. Era la pequeña cajita que acompañaba a la carta que
venía del hospital y que había dejado descuidadamente sobre la cama
la noche anterior. Se agachó para recogerla del suelo, sintiendo
ganas de abrirla, pero un nuevo rugido de su estómago la persuadió
y decidió dejarlo para más tarde, tenía todo el tiempo del mundo.
Tomó su abrigo y
metió el pequeño objeto en uno de sus bolsillos, bajando
apresuradamente las escaleras, impaciente por ir a desayunar.
En unos minutos estaba
abriendo la puerta de la cafetería donde trabajaba su amiga, que la
recibió desde detrás del mostrador con una amplia y cálida sonrisa
que le llegó al alma.
Apenas la vio entrar,
Rubi marchó una orden sin preguntarle siquiera que iba a tomar, ya
conocía muy bien los gustos de su amiga. Apenas podía contener las
ganas de abrazarla viendo su pálido rostro y su diminuta y frágil
figura, y más sabiendo en el estado en el que estaba.
Casi no podía creer
la nueva situación a la que Belle tenía que enfrentarse ahora, pero
ella estaría a su lado, como le había prometido a Gold, que por
cierto, menuda castaña se había pillado la noche anterior junto con
Charming.
Ya se le había hecho
difícil de creer que Gold se acabara media botella de whiskey, ya
que era la primera vez que lo había visto beber algún licor, pero
es que cuando llegó el otro y se sentó a su mesa, pensó que por lo
menos Charming lo controlaría un poco con lo del alcohol, y en lugar
de eso, se terminaron esa botella y pidieron otra. Al parecer el
príncipe también tenía sus propios problemas.
Por una parte se
alegraba, es muy malo beber sólo. Afortunadamente Charming tenía
buen corazón y no discriminaba a Gold por su pasado, aunque lo
trataba con cierta desconfianza.
Le sorprendió la
camaradería que compartieron en apenas unas copas, y aunque al
principio se los veía un poco tirantes, no tardaron en comenzar a
charlar animadamente y hasta a hacerse bromas, eso sí, sin armar
escándalo ninguno ni llamar la atención del resto de clientes que
apenas repararon en ellos.
Rubi sonrió al
recordar como salieron por la puerta, medio tambaleándose y con un
ataque de risa tonta, de estas que te agarra cuando vas con el
“punto” algo pasadito, y ves volar a una mosca.
Lo de Gold más o
menos lo entendía, lo que no tenía tan claro era lo que le habría
pasado a Charming para que acabara así. Confiaba en que hubieran
llegado bien a sus respectivas casas, porque parecía que uno le
servía de apoyo al otro para poder caminar… En fin, cosas peores
había visto en el bar.
Sonó la campanilla de
la cocina que indicaba que tenía el pedido listo. Un gran plato con
más tortitas y más bacón de lo normal descansaba sobre la repisa
de la cocina. Lo tomó junto con una jarita de sirope y se dirigió
hacia donde estaba sentada su amiga.
-¡Buenos días Be…
perdona, Margie!- Saludó Rubi torpemente, corrigiendo su error al
instante-. ¿Qué tal has pasado la noche? – La pregunta era un
mero formalismo, ya que se le notaban las marcas de la falta de sueño
y el exceso de llanto en los ojos.
Belle levantó la
cabeza del plato que le acababa de poner delante intentando dedicarle
una sonrisa a su amiga, en respuesta a su sincera preocupación.
-Bueno, las he tenido
peores- respondió tratando de quitarle importancia a la respuesta-.
¿Y tú, que tal acabaste anoche? Parecía que aquellos dos de la
esquina no tenían muchas ganas de irse a casa, No? ¿Se te hizo muy
tarde?
-¡No, no te creas!-
Contestó animada-. Nada fuera de lo normal, las 2 de la madrugada…
-¡Vaya, y ésta
mañana te has puesto a las 7 ¡- Razonó Belle asombrada-. ¿Y no te
cuesta levantarte por las mañanas?
Rubi la miró dudando
si contestarle la verdad o dejarla que creyera que tenía falta de
sueño.
-Pues la verdad es que
soy de dormir poco, ¡con 4 horas que duerma tengo de sobra!- Mintió
a medias, ya que antes de que volviera la magia a Storybrook le
encantaba dormir y nunca tenía bastantes horas de sueño.
Pero desde que la
magia había vuelto y con ella su faceta licántropo, necesitaba muy
poco tiempo para recuperar fuerzas. ¡Algo bueno tendría que tener
el tema lobuno!
-¿Qué tienes pensado
hacer hoy?- Preguntó la camarera a su amiga
Belle devoraba las
tortitas bañadas con sirope como si fuera el manjar más delicioso
del mundo, mientras pensaba en la pregunta que le había hecho Rubi.
-Pues realmente no lo
tengo muy claro. Primero me gustaría ir a dar un paseo por el parque
y aclararme las ideas de lo que quiero hacer con mi vida, y después
debería de ir a pedir cita con el Dr. Whale para que me examine…
ya sabes, por el bebé- se le estaba quitando el apetito solo de
hablar del tema.
-Me parece muy buena
idea, tienes que empezar a cuidarte… a cuidaros, y ya sabes que me
tienes para lo que necesites, ¿vale, cielo?
Belle sabía que no
aprobaría la idea que se le había pasado por la cabeza, así que
asintió bajando la cabeza y concentrándose en el plato que tenía
delante.
Su instinto le decía
a Rubi que algo no andaba bien, pero no quería insistir en el tema,
ya que estaba en un momento muy delicado en el que si la forzaba
podría cerrarse a ella y no permitir que se acercara.
La dejó con sus
pensamientos y su desayuno, y continuó con su trabajo en la
cafetería.
Belle continuó sumida
en sus pensamientos, intentando organizarse mentalmente, mientras
terminaba la última tortita del plato, cuando sonó la campanilla de
la puerta de entrada. No le hizo falta girarse para saber de quién
se trataba, ya que se escuchaban unos pasos acompañados del sordo y
rítmico sonido de un bastón. Mr. Gold.
El mismo hombre que la
noche anterior, junto con su amigo, había hecho que Rubi terminara
a las 2 de la mañana.
La noche anterior
apenas se había percatado de que se encontraba en aquella mesa de la
esquina del bar con un amigo. Sólo cuando tomó su abrigo y se
dirigió a la puerta le llamó la atención la animada charla que
estaban teniendo aquellos dos.
Por un momento le
recordó a la relación que ella tenía con Rubi, un par de amigos
pasando el rato y contándose sus cosas, es más, era la primera vez
que lo veía relajado y sonriendo, y realmente le cambiaba el rostro.
-Buenos días, Rubi-
Dijo el hombre que acababa de entrar con una voz suave que le puso
los pelos de punta a Belle-. ¿Podría hablar un momento contigo, por
favor?
Rubi se tensó cuando
lo vio entrar, como las cuerdas de un violín. “Por favor, que no
me lea la mente, que no me lea la mente…” pensó la joven para sí
misma.
-Gold, ¿en qué puedo
ayudarle?- intentó que el tono de su voz fuera casual.
-Cuando tengas un
momento, me gustaría preguntarte un par de cositas- respondió
bajando la voz para evitar que el resto de clientes lo escuchara.
-¿Le sirvo algo
mientras?-dijo tratando de que no se le notara lo nerviosa que
estaba. “Que no me lea la mente, que no me lea la mente…”
-Sí, por favor, un
café…bien cargado, si eres tan amable.- Respondió sentándose en
la barra en el mismo sitio donde el día anterior se había sentado
Belle.
-Enseguida, pero para
lo de la charla va a tener que esperar un poco, tengo mucho trabajo
retrasado y no tengo ganas de que se me amontone- Mintió la
camarera, desviando la mirada para que sus ojos no se encontraran con
los de Gold. “Que no me lea la mente, que no me lea la mente…”
-Sí, por supuesto,
cuando tengas un momento- Dijo él mirándola sospechosamente. La
notaba tensa por alguna razón. Quizás no tuvo un comportamiento tan
“digno” la noche pasada como dijo Charming, y por eso no quería
mirarle a los ojos.
Rubi le sirvió una
taza de café humeante y se dispuso a limpiar las mesas y ordenar las
sillas para hacer ver que tenía mucho trabajo, con la esperanza de
que el prestamista se diera por vencido y decidiera aplazar aquella
conversación. Seguro que quería preguntarle lo que le ocurría a
Belle la noche anterior, y ella no sería la que se lo dijera…
“¡Que no me lea la mente…!”
Gold tomó la taza de
café entre sus manos, mientras perdía la mirada en el oscuro
líquido, intentando dejar la mente en blanco por un momento. Respiró
su aroma y le dio un largo trago con la esperanza de que le a aplacar
aquel dolor de cabeza y le ayudara a terminar de despejar aquellas
brumas que todavía envolvían sus recuerdos.
-Rubi, yo ya me voy
–escucho una voz detrás de él que le hizo dar un vuelco el
corazón y le aceleró el pulso. Se controló para no darse la vuelta
y mirarla directamente, no quería molestarla. En lugar de eso, la
observó a través del espejo que había detrás de la barra, sin que
ella se percatara.
-¡Vale, cielo, nos
vemos a la hora de comer! Creo que la abuelita ha hecho lasaña…-
Le dijo en un tono cómplice.
-Oh, Rubi, yo… yo no
quiero molestar más, ya estáis haciendo mucho por mi y sabes que no
puedo pagaros…- -con un movimiento de la mano de la camarera
desechó cualquier comentario más.
-Nada, nada… Sabes
que la abuelita cuando se pone a hacer comida, hace para un
regimiento, y no hay nada que le dé más rabia que tirarla. No se
hable más, te espero a las 12:30, no me falles.- Dijo Rubi dejando a
su amiga con una débil escusa en la boca, metiéndose en la cocina
como si tuviera algo que hacer allí.
Por un momento, Belle
se quedó parada, de pie, detrás de Gold, sin saber que decir o qué
hacer, ya que eran los dos únicos clientes que quedaban en el bar.
Gold Continuaba observándola por encima de su taza de café a través
del espejo, percatándose de su incomodidad.
Cuando Rubi se dio
cuenta de que se los había dejado a los dos allí solos, salió como
una exhalación de la cocina con unas frutas en la mano.
-Toma, cielo, llévate
esto por si te da hambre en el parque. – Dijo apresuradamente- Y si
te vas a sentar sobre la hierba, extiende esta mantita para que no
tomes frío- Dijo alcanzándole un bulto de lana y acompañándola
hacia la puerta.
-Gracias, Rubi, no sé
qué haría sin ti…- Contestó Belle abrumada por tantas
atenciones.
La campanilla de la
puerta volvió a sonar para dejar salir a la muchacha de pelo castaño
y Rubi tragó fuerte porque sabía lo que se le venía encima. “Que
no me lea la mente, que no me lea la mente…” se repetía sin
parar como un mantra interno.
“Que no me lea la
mente, que no me lea la mente…”
-Rubi…
-¡¡Qué no me lea la
mente…!!- Gritó sin querer de repente la camarera.
Gold la miró
confundido ante semejante explosión y notó como su cara pasaba del
color carne al rojo, para momentos después pasar al granate.
-Esto… ¡Perdón ¡
¿Qué Decía Mr. Gold? – Intentó disimular su vergüenza detrás
de una sonrisa despreocupada, que distaba mucho de su estado de
ánimos.
Gold la miró receloso
notando que ocultaba algo, pero su dolor de cabeza y el haber visto a
Belle le recordaron el porqué había ido esa mañana a Granny´s.
-Bueno, en primer
lugar me preguntaba…-Hizo una pausa tratando de encontrar las
palabras adecuadas- Me preguntaba sobre anoche…y si tú me podrías
decir…Bah, que si anoche hice alguna barbaridad, vamos- Soltó de
sopetón como el que se quita un gran peso de encima.
Rubi lo miró con los
ojos como platos, “¿En serio que no recordaba nada de la noche
anterior?” Por un momento, su traviesa mente pensó en hacerle una
jugarreta y ver hasta que punto podía avergonzarlo, pero se le fue
enseguida de la cabeza cuando recordó que él era El Señor Oscuro y
que últimamente no estaba para muchas bromas.
-¡No, no, por
supuesto que no! Apenas nadie se dio cuenta de que estaba ahí
sentados usted y Charming – y realmente fue así
- ¿No hice nada
inconveniente o le dije algo a… a Belle? – Preguntó el hombre
sin mirarla directamente. Su expresión era sombría, como si
realmente le preocupara lo que la muchacha hubiera podido apreciar
sobre él, y Rubi se arrepintió de su primer impulso de torturarlo.
-No, no se preocupe.
Se comportaron los dos muy correctamente, es más ¡ya quisiera yo
que todos los borrachos fueran como ustedes dos!- Rió la chica,
descargando tensiones.- ¿Eso es Todo?- Preguntó Rubi esperanzada de
que le dijera que sí.
-Sí, Rubi, gracias…-
Dijo el hombre- Bueno, quisiera comentarte otra cosa- La detuvo
cuando se dirigía otra vez hacia dentro de la cocina.
Rubi levantó la
mirada hacia el techo, maldiciendo internamente. “ A que todavía
me lee la mente…”
-No he podido evitar
escuchar la conversación que tenías con Belle- Dijo con un tono de
determinación pero con suavidad-, y sé que te estás haciendo cargo
de sus comidas…
-¡Sí, pero si es un
pajarito comiendo!- Intentó quitarle importancia.
-Ese no es el tema- La
cortó tajante-. La cuestión es que quiero hacerme cargo de sus
gastos, tanto los de aquí como los que pueda ocasionar en cualquier
otra parte, ¿entendido?- Su tono no dejó lugar a discusiones, y
Rubi tragó con dificultad viendo la oscuridad en sus ojos-. No creo
que tenga que decirte que de esto ni una palabra a ella, ¿Verdad?-
Esto último lo dijo en un tono tan suave y a la vez peligroso que se
le pusieron los pelos como escarpias, y lo único que pudo hacer fue
asentir fuertemente con la cabeza, a modo de entendimiento.
-Te dejo esto, si
hiciera falta más me lo dices, y todas las semanas me preparas la
cuenta de Belle – dijo dejando sobre el mostrador quinientos
dólares.
Gold tomó su bastón
y se dirigió a la puerta con su característico y lento caminar.
Rubi
lo observó desde el otro lado de la barra sin soltar el aliento
hasta que se cerró la puerta detrás de él. ¡Dios, qué tensión!
Tomó el dinero de encima de la barra y lo metió en la caja. No le
diría que no, que las cosas no estaban como para ir despreciando el
dinero, y para una vez que éste cambiaba de manos en la otra
dirección tenía que aprovecharlo.
A un par de manzanas
de Granny´s, en el parque, Belle se dirigía hacia el gran roble que
dominaba la cima de una pequeña montaña a la que no costaba mucho
llegar caminando.
La joven se paró
junto a su gran tronco y llenó los pulmones con el fresco aire de la
mañana, cerrando los ojos e intentando calmar su mente, como otras
veces que se refugiaba allí, escuchando el sonido del viento entre
sus ramas y sus hojas, como un arrullo que le transmitía paz y
calma, la paz y la calma que tanto le hacían falta ahora para tomar
la decisión tan difícil que tenía en mente.
Pero hoy era distinto.
Podía escuchar a los pajarillos cantando entre las ramas de su
árbol, y escuchar el viento meciendo sus hojas, pero aquella calma
que tanto necesitaba hoy, no llegaba.
Extendió la manta
que Rubi le había dado, sobre el césped, y se sentó sobre ella. Al
dejar descansar su cuerpo sobre el suelo, notó el pequeño bulto que
tenía dentro de su bolsillo y todavía no había abierto. Era una
pequeña cajita sin ninguna marca en particular. Con dedos
temblorosos la abrió sin esperar lo que había dentro.
Era un precioso anillo
de platino. Las dos bandas de metal abrazaban seis diamantes y en el
centro de éstos, un Ópalo, la piedra del amor. Era un anillo
realmente precioso, y muy valioso, por lo que podía ver. Lo sostuvo
delante de sus ojos, admirándolo con la boca abierta. El diseño era
realmente exquisito y elegante, aunque contrastaban los diamantes con
aquella piedra blanquecina, pero el conjunto era hermoso. Aquel
anillo debía de valer una pequeña fortuna, y se suponía que le
pertenecía a ella.
Lentamente, una
pequeña llama de esperanza se encendió en su cabeza. Ahora sabía
cuál era el camino a seguir. Pero lo primero era ir a ver al Dr.
Whale.
CAPÍTULO
5
UN
ANILLO DE ÓPALO
El sonido de la tetera
anunciando que el agua ya estaba caliente, sacó de su
ensimismamiento al dueño de la casa de empeños, que miraba
distraído el anillo que llevaba en su mano derecha.
Era una pieza singular
pero sencilla que había adquirido cuando estaban en el Bosque
Encantado y que para él tenía un significado muy especial.
Se trataba de un
anillo de Ópalo engarzado en oro, con un diseño muy sencillo y que
había dejado entre las pertenencias que deseaba llevar cuando se
hubiera lanzado la Maldición Oscura y finalmente llegaran a el
destino que Regina tenía preparado para todos los habitantes del
Bosque Encantado.
Caminó despacio hasta
el objeto que emitía el silbido y lo retiro del fuego, vertiendo el
agua hirviendo sobre las hojas de té de la otra tetera. Cuántas
veces había hecho ese mismo gesto para prepararle a Belle el té
que tanto le gustaba. Le recordaba a El castillo Oscuro, le había
dicho en alguna ocasión, y sus ojos se oscurecieron al recordar a su
pequeña tacita astillada otra vez.
No quería volver a
pensar en ello, eso ya formaba parte de su pasado y no tenía sentido
continuar torturándose de esa manera.
Volvió su vista hacia
el anillo, un anillo que en su día despedía un resplandor azulado
que le recordaba a los ojos de Belle…Los ojos de Belle cuando
sonreía, o cuando lo miraba confusa porque no sabía si estaba
hablando en serio o gastándole una broma, o cuando simplemente lo
miraba embelesada por las mañanas al despertarse junto a él…
Apretó el puño con
rabia, como queriendo hacer que aquel anillo reviviera y recuperara
su fulgor azulado, aquel que perdió en el momento en que Belle cruzó
la línea divisoria de Storybrook y quedó apagado junto a la memoria
de ella, desapareciendo todo rastro de cualquier emoción que Belle
pudiera sentir por él.
Cerró los ojos y tomo
aire buscando con desesperación algo en lo que mantener su mente
ocupada y que no le llevara a ella, pero era inútil, hasta el más
mínimo detalle traía el recuerdo de Belle a su cabeza sumiéndolo
en una profunda tristeza.
Acarició con la yema
de los dedos aquella piedra blanquecina, como queriendo infundirle
algo de la vida que en su día tuvo, pero que ahora no era más que
eso, una piedra sin vida que le recordaba cada día lo que había
tenido y en un momento se esfumó.
Los recuerdos de
cuando tomó por primera vez aquel anillo en sus manos, se agolparon
en su mente. No distaba mucho aquella piedra de la que en un
principio tubo ante él cuando uno de los habitantes del bosque
encantado se lo entregó como pago de un hechizo que le había
encargado.
- Este anillo es muy
especial - Le había dicho el campesino-. Refleja la intensidad del
amor que siente la persona amada, por el que lo lleva puesto, y
cuando es amor verdadero, dicen que se torna de un hermoso color
intenso, que nada lo puede igualar.
- ¿Y por qué te
desprendes de él? – Respondió Rumplestiltskin con curiosidad.
- Es mi posesión más
valiosa, heredada de padres a hijos, y lo único que me queda para
poder pagarte – Dijo apenado el hombre, mirando el anillo como
despidiéndose de él- . Pero mi familia es lo primero, y si no me
prestas ayuda, morirán de hambre este invierno. Sé que no es mucho,
a cambio de lo que te estoy pidiendo, pero es lo único que me queda,
aparte de mi vida.
Rumplestiltskin lo
miró desde su rueca, y no pudo dejar de verse a sí mismo cuando
hubiera hecho lo que fuera y de desprenderse de la más valiosa de
las posesiones con tal de que no le faltara para comer y de proteger
a su hijo.
Tomó el anillo en su
mano y dudó por un momento, pero cuando vio los ojos de
desesperación de aquel hombre, algo dentro de él se removió. No
sabía para que podría querer aquel objeto ahora que sabía que
Belle había muerto y ya no tenía ninguna esperanza de encontrar el
amor en nadie, pero al parecer todo aquel tema le estaba afectando y
se estaba volviendo blando.
No podía consentir
que detectaran debilidad en el Señor Oscuro, así que tomó el
anillo con un gesto decidido y a regañadientes contestó:
-¡Trato hecho!
Tendrás todo lo que necesites para pasar el invierno, pero recuerda,
toda magia tiene un precio, y de ti depende cuidar y mantener a tu
familia. Si no actúas con cautela todo lo que ahora te proporcione
se te volverá en tu contra, estás avisado- Respondió el Señor
Oscuro despidiéndolo con un movimiento de su mano y volviendo a su
rueca como si ya no estuviera en la misma habitación.
El campesino estrujó
nerviosamente su sombrero entre sus manos, sin saber muy bien en qué
consistía el trato que acababa de hacer, pero como aquel hombre o lo
que fuera ya había dado por terminada la conversación, murmuró un
tembloroso “gracias” y salió a toda prisa hacia su granja que no
quedaba lejos de allí.
Por el camino iba
rememorando todo lo que había acontecido meses atrás, cuando una
epidemia había mermado el rebaño de ovejas hasta dejar apenas unas
decenas de un total de doscientas. Su esposa había fallecido un año
antes, dejándolo con sus tres hijos pequeños y su hija adolescente.
Dios, cuanto tenía que agradecer que su Mary se hubiera ocupado de
los pequeños y de la casa cuando su madre falleció, no sabía qué
hubiera sido de ellos sin Mary.
Pero cuando la
muchacha también cayó enferma, la desesperación se apoderó de él
y, aunque sabía los riesgos que conllevaba, decidió ir a pedir
ayuda al único ser que se la podría brindar, El Señor Oscuro. No
le importaba el precio que tuviera que pagar, siempre y cuando fuera
él el que lo hiciera, por eso le ofreció aquel anillo y su vida a
cambio de la de su familia.
Ese anillo había
significado mucho para él, y siempre le había dicho la verdad, ya
que hasta el momento de la muerte de su esposa, estuvo
resplandeciendo con un fuego intenso en el corazón de la piedra, que
se había encendido en el momento en que se conocieron, que había
ido creciendo a medida que se iban enamorando hasta convertirse en
una llama brillante, y que se apagó cuando el corazón su esposa
dejó de latir. Ya no lo necesitaba.
Realmente no esperaba
salir con vida de aquel castillo, y cuando Rumplestiltskin tomó el
anillo como único pago a su acuerdo, dudó de si realmente le estaba
engañando o si habría algún motivo oculto que más adelante se
volvería en su contra.
Cuando llegó a su
casa, vio que salía humo de su chimenea. Extrañado se asomó con
cautela por la puerta de su hogar, descubriendo con sorpresa que su
hija se encontraba a los pies de la lumbre, preparando algo para
comer.
-¡Mary!-
Exclamó con sorpresa. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras
corría a abrazar a su hija, que se refugió en los brazos de su
padre con una sonrisa en los labios- ¡Dios, estás bien! ¡Pero si
apenas te podías mover cuando salí esta mañana! – La miró
embelesado, intentando encontrar algún rastro de su enfermedad.
-Ha sido un milagro,
padre. No sé qué me ha pasado realmente, pero de repente un intenso
calor se apoderó de mí y comencé a respirar con normalidad.
Intenté levantarme y aquí estoy, padre… ¡No te lo vas a creer,
tienes que venir a la alacena y ver esto…!- Lo arrastró de la mano
hacia la habitación donde se solían guardar los alimentos, y que
horas antes estaba completamente vacía.
Ante sus ojos
aparecieron todos los estantes repletos de comida y diversas clases
de embutidos colgados del techo a modo de sabrosos collares.
-¿Y tus hermanos?-
Preguntó con entusiasmo mirando a su hija sin todavía creer lo que
veían sus ojos.
-Esa es otra, padre.
Están en el establo, tienes que ir allí, es un milagro…- Los ojos
de la muchacha brillaban con alegría y vitalidad, y su cara rebosaba
felicidad.
-Quédate aquí, Mary,
no quiero que te enfríes, vuelvo enseguida- se despidió con un beso
en la frente y salió apresurado hacia los establos, donde le
esperaban sus tres hijos varones.
Tras las puertas del
establo se encontraban las doscientas cabezas de ovejas que en su día
tuvo, llenas de vitalidad. Los tres chicos las observaban sin poder
creer lo que tenían delante, y cuando vieron entrar a su padre
salieron corriendo hacia él hablando todos a la vez intentando
explicarle a su padre cómo había aparecido aquel rebaño en su
corral.
El hombre estaba
aturdido y asombrado con lo que tenía delante. Si todo esto había
sido obra de Rumplestiltskin, tenía que tener bien en cuenta sus
palabras y no desperdiciar esta oportunidad que se le brindaba.
Realmente temía el precio que aquella magia podría conllevar, sólo
esperaba que si alguien tenía que pagarlo, fuera él mismo.
El Señor Oscuro
continuó haciendo girar la gran rueca que tenía en su torre,
observando como aquellas hebras de lana se transformaban en oro con
cada movimiento de su mano. Por un momento, una sonrisa ladeada curvó
sus labios, mientras podía imaginar la cara de aquel hombre que
había acudido a él para salvar a su familia, cuando viera el
resultado de su trato.
“Me estoy volviendo
blando. Realmente, el amor es debilidad” pensó para sí mismo. El
amor, algo que siempre se le había negado, y que por su empeño en
completar aquella maldición había expulsado de su vida y había
permitido que muriera.
Tomó el anillo que le
había entregado el campesino y lo sostuvo entre sus dedos mientras
recordaba a su amada Belle. ¿¡Cómo había sido tan estúpido de no
haber pensado en aquella posibilidad!? .
Fue por su culpa el
que Belle hubiera muerto. Fue porque él la echó de su castillo,
pensando que, una vez lanzada la Maldición Oscura y ya en el nuevo
mundo que Regina les tuviera preparado, él podría volver a intentar
conquistarla y tener al fin la felicidad que en éste mundo se le
había negado, y una vez rota la maldición, ir juntos en busca de su
hijo, Bae. Todo había sido culpa de él.
Pero no contó con que
su padre la repudiara y se comportara de aquella manera tan cruel con
ella, hasta el punto de hacerle daño físicamente. No, la culpa
había sido de Sir Maurice. Si no se hubiera comportado así con
ella, si la hubiera aceptado de nuevo como cualquier padre hubiera
hecho con su hija, después de todo, él jamás se aprovechó de ella
y siempre la respetó… A excepción de aquel beso. El beso que le
demostró que realmente lo amaba tanto como él la amaba a ella. El
beso que le arrebató sus poderes hasta que él pensó que todo había
sido un engaño…
Un dolor como el de
una espada atravesando su carne, laceró su pecho al recordar aquel
momento, y la sensación de pérdida se apoderó de su corazón
haciendo que sus ojos se llenaran de lágrimas mientras observaba
aquel anillo entre sus dedos.
Una de aquellas
lágrimas resbaló por su cara hasta caer sobre la piedra blanquecina
que sostenía en su mano. Al contacto de aquella lágrima, la piedra
quedó envuelta en una pequeña nubecilla dorada y resplandeciente,
que cuando se disperso reveló otro matiz de color en la misma.
La piedra engarzada
del anillo había pasado de un color blanquecino y sin vida, a un
color azulado intenso que le recordaban poderosamente a el color de
los ojos de Belle. Sus ojos cuando lo miraban asustada, sus ojos
cuando lo miraban con picardía, sus ojos cuando le regaló aquella
rosa, sus ojos cuando lo miraban enfurecida… Sus preciosos e
increíbles ojos azules como el cielo, llenos de vida, la que ya no
tenían, y todo por culpa de Sir Maurice…
Volvió a cerrar los
ojos con furia, “calma, todo a su debido tiempo” pensó tratando
de controlar la rabia que se apoderaba de él, “calma, ya lo
pagará. El tiempo corre a mi favor. Calma…”
Volvió a abrir los
ojos y esta vez se encontró de nuevo en su tienda, delante de la
tetera humeante y acariciando todavía el anillo de su mano derecha.
Se sirvió una taza
del líquido ambarino y se sentó en uno de los sillones que tenía
en su trastienda. No tenía otra cosa que hacer, más que pensar en
la manera de devolver la memoria a Belle.
Una vez que ya sabía
la ubicación concreta que le había dado el globo terráqueo de Bae,
le había hecho el encargo a Emma del favor que quería que le
devolviera, que le trajera aquí a su hijo costara lo que costara. Y
Gold confiaba en que ella cumpliría su palabra, en el fondo se
parecía mucho a él en muchos aspectos, hasta en los malos, lo cual
le daba una ventaja sobre ella, y era que sabía perfectamente cuál
sería su próximo movimiento. Hasta cuando se trataba de intentar
engañarle.
Removió lentamente el
té que tenía delante y aspiró su aroma, agradecido de haber podido
quitarse a Belle por unos momentos de la cabeza, siendo ocupado su
lugar por su otra obsesión. Su hijo. Ya estaba más cerca de
encontrarlo, después de todo, todo cuanto había hecho había sido
por encontrarlo de nuevo y recuperarlo.
Le dio un trago a la
bebida caliente, y permitió que resbalara lentamente por su garganta
transmitiéndole algo de ese calor que tanto necesitaba para
recordarle que todavía estaba vivo. Le abrasó toda la tráquea,
pero le daba igual, por lo menos sentía algo que no era aquel dolor
en el pecho que ya se estaba haciendo tan familiar.
Al llevar la taza a
sus labios, sus ojos volvieron a descansar sobre aquel anillo. Era
curioso como en ningún momento se le pasó por la cabeza el pensar
que Belle pudiera estar viva, ni siquiera cuando el anillo
resplandecía en su dedo, siempre pensó que se debía al efecto de
sus lágrimas en él y no a que su amada continuaba con vida. Pero
cuando apareció en su tienda aquella mañana empezaron a encajar las
piezas.
Recordó entonces otro
anillo. Un anillo que él mismo había encantado para regalárselo a
Belle.
Era un anillo que
había modificado para poder ponerle un Ópalo con las mismas
características que el que él llevaba puesto, y que al dejarle caer
una de las lágrimas que había guardado en los momentos de más
desesperación, al creer que la había perdido para siempre, había
quedado encantado.
Respiró hondo y se
volvió a sumir en los recuerdos del día en que se lo entregó a su
amada.
Apenas hacía unos
meses había querido sorprenderla yendo a buscarla a la biblioteca.
-¡Hola Belle!- Había
saludado alegremente Gold a la chica que estaba detrás del mostrador
de la biblioteca.
-¡Rumple, que
sorpresa!- Su sonrisa iluminó toda la estancia y salió corriendo a
recibirlo.
Gold se dejó besar
tiernamente, mientras la atraía hacia él con la mano libre del
bastón. Dios, que hermosa era. No quería que ese momento terminara
nunca, pero si quería llevar a cabo su misión, tendría que ir
pensando en soltarla.
Con desgana, separó
sus labios de los de ella, que pareció también algo contrariada por
el final de aquel beso.
-Eeehhhh… Me
preguntaba si habrías comido ya – dijo todavía aturdido por el
contacto tan cercano de su amada.
-Pues no, todavía no.
Tenía pensado ir a Granny´s y tomar un sándwich o algo así…Pero,
¿has pensado en alguna otra cosa? – Respondió la joven con una
mirada pícara en sus ojos azules.
“¡Que si he pensado
en alguna otra cosa, dice!” pensó el hombre apretándola contra sí
“¡¡Si yo te contara en lo que he pensado, buah, madre mía…!!”
-Bueno –carraspeó-,
sí que tenía algo pensado…
-¿De veras?- le
acarició la línea de la mandíbula hacia la oreja con un dedo,
haciendo que se le pusieran todos los pelos de punta al hombre.
No podía apartar la
mirada de los labios de ella, lo tenían hipnotizado, y lo único que
le venía a la mente era poder sentirlos entre los suyos, suaves,
tiernos, y poder morderlos dulcemente como ella hacía con los de él…
-¡¡Estooo… que
estaba yo pensando…!!- se separó de ella con desgana, pero o
ponía un poco de distancia por medio, o la cosa iba a terminar mal,
y no era ni el momento ni el lugar, con la suerte que tenían con las
interrupciones…- ¿No te gustaría un pick-nic?
-¿Un pick-nic…?-
Preguntó ella algo desilusionada.
-Sí, había pensado
que podríamos aprovechar que hoy ha salido un día magnífico, y
comer algo al aire libre- Respondió Gold tratando de recuperar la
compostura.
-Y ¿has pensado en
algún sitio en especial? – Dijo jugueteando con la aguja de su
corbata.
-Bueno, pues podríamos
ir bajo el viejo roble que hay en la cima de la colina, es un lugar
precioso y desde allí se ve todo Storybook.
-Mmmm…Vaaaleee…-
Respondió la chica con desgana. La verdad es que le hubiera hecho
más ilusión que le hubiera dicho de ir a su casa, aunque no
hubieran comido nada…- Cojo el abrigo y nos vamos, vale?- Dijo,
dándole un rápido beso antes de salir corriendo.
Gold la miró con una
sonrisa en los labios, mientras desaparecía entre las estanterías
de libros. Sólo esperaba que le gustara su regalo.
Llegaron a la parte de
debajo de la pequeña montaña en el coche de Gold, de donde sacó
una cesta y una manta para poder echarse sobre ella.
Era asombroso como a
pesar de su cojera tenía tanta agilidad como para subir la cuesta,
que aunque no era muy pronunciada, no debía ser fácil para él.
Llegaron bajo el viejo roble y se detuvieron un momento a contemplar
las vistas que desde allí se dominaban.
Realmente era hermoso,
pensó Belle disfrutando la vista panorámica, pero no sabía qué
era más bonito si las vistas o el estar con la persona que amaba,
allí de pie junto a ella, mirándola como quien mira a una diosa,
con la sonrisa más bonita que podía existir en los labios, y ese
brillo de felicidad en sus preciosos ojos castaños.
-¿Nos sentamos?- Dijo
Gold sonriendo, sacándola de su ensoñamiento.
-Sí –Le tomó la
manta de las manos y la extendió sobre la hierba, disfrutando de la
brisa que mecía las ramas del árbol sobre su cabeza.
Con un poco de
dificultad, Gold se tumbó sobre la manta y observó a la muchacha,
mientras Belle comenzaba a sacar cosas de la cesta de comida que él
había llevado preparada.
Una ensalada fría de
pollo, algo de queso, unos sándwiches fríos, unos platos, unos
cubiertos, un par de copas, una botella de champan… y una pequeña
cajita envuelta en un precioso lazo de terciopelo rojo.
Belle tomo la cajita
entre sus dedos intrigada y levantó la vista para encontrar los ojos
de su amado que la observaban desde su postura indolente, con una
mezcla de misterio, picardía y… ¿ansiedad?
-Eeeeeemmmm… Me da
que has hecho corto con el postre, Rumple- Dijo agitando la cajita
suavemente.
-Bueno, quizás es
porque el postre sólo es para ti, dearie- Respondió él con una
sonrisa traviesa en los labios.
-Aaaahhh… Y ¿Se
puede saber que hay de postre?- le encantaba cuando se ponía así de
misterioso.
- Bueno, el postre
siempre es lo último, así que tendrás que esperar a que terminemos
de comer para poder disfrutar de tu postre- Contestó él haciéndose
el inflexible.
-¡Eres un bicho malo,
¿lo sabes?! –Respondió la chica repartiendo la comida en los
platos que había sacado, aguantándose la risa.
-¡Sí, lo sé…!-
Rió el hombre complacido.
Comieron animadamente
mientras comentaban las innovaciones que Belle quería hacer en la
biblioteca y aceptaba gustosa las sugerencias que Gold le hacía para
organizar mejor el lío que había allí montado, después de todo él
era un maniático del orden, y eso lo sabía bien desde que estuvo en
el Castillo Oscuro.
Una vez terminaron de
comer, Belle observó cómo Gold sirvió un poco más de champan en
las copas.
-¿No vas a abrir tu
postre, dearie?- preguntó Gold con una falsa falta de interés.
-Oh, ya ni me acordaba
– Mintió la chica, haciéndose la despistada.
-¡Yaaaa…! - El
hombre contuvo la risa ante su fallido intento de engañarlo. Le
volvió a dar el pequeño paquetito- Toma… Si lo quieres… - le
dijo emulando la misma frase que le dijo cuando le regaló aquella
rosa en el Castillo Oscuro.
Belle lo miró con la
misma picardía en la mirada, reconociendo la frase y deleitándose
con la mirada que le dedicó entre travieso e impaciente.
-Vaya, gracias-
contestó siguiendo la línea, con una sonrisa deslumbrante.
Sus finos dedos
desataron el delicado lazo de terciopelo con impaciencia y
desenvolvieron la pequeña cajita, conteniendo el aliento al
descubrir el contenido.
Se trataba de un
precioso anillo de platino y diamantes, con una piedra blanquecina en
el centro que no llegaba a identificar, pero que en conjunto era
realmente elegante y refinado.
Levanto la mirada para
encontrar la de su amado, que parecía algo ansioso ante su reacción.
-¿Te gusta?- Preguntó
Gold, torpemente.
-¿Qué si me gusta?
Es precioso, Rumple- dijo un poco aturdida.
-Trae, deja que te lo
ponga- Gold tomó el anillo de la cajita y se dispuso a ponérselo
en el dedo de compromiso de la mano izquierda.
En el momento que se
lo ponía, un resplandor azulado iluminó la piedra central quedando
un precioso conjunto a la vista.
Belle lo miró un poco
confundida al notar que ese anillo tenía magia. Levantó la mirada
buscando una respuesta en los ojos de él.
-No temas, no es nada
malo.- Respondió a la pregunta que ella no había hecho- Este anillo
está encantado, igual que el que llevo yo- dijo mostrándole el de
su mano derecha-. Este anillo te dirá siempre cuanto te amo, estés
donde estés, pase lo que pase, mientras mi corazón te pertenezca y
el tuyo me pertenezca a mí, nada podrá apagar la llama que brilla
en su interior. Sólo el amor verdadero puede hacerlo brillar como
está brillando ahora.
Los ojos de la
muchacha se llenaron de lágrimas observando el intenso fulgor
azulado que despedía la piedra y que, aunque tenía magia y ella no
estaba muy a favor, lo que le estaba mostrando iba más allá de la
magia, era el corazón de Rumple, era el corazón de su amado y ella
se sentía inmensamente feliz de llevar consigo un pedacito de su
corazón.
Se lanzó a los brazos
de Gold, ocultando su cara en el cuello de su amado para que no la
viera llorar de la emoción, mientras él la abrazaba y la mecía
como a una niña, intentando calmar sus sollozos.
-¡Te amo, Rumple!- le
dijo casi sin voz.
-¡Y yo te amo a ti!-
contestó el hombre emocionado- Pero eso ya lo sabes, ¿Verdad,
dearie?
Estuvieron así unos
minutos, hasta que se calmaron un poco los latidos de sus corazones,
que galopaban desenfrenados.
-Vamos, dearie, si no
quieres que nos lleven presos por escándalo público- Bromeó Gold
separándose con desgana de Belle.
La joven se limpió
las lágrimas que todavía rodaban por sus mejillas, entre risas, y
se dispuso a recoger las pocas cosas que quedaban sobre la manta
mientras su amado no le quitaba los ojos de encima, mirándola
embelesado.
-Por cierto- dijo la
chica de repente, mirando su recién adquirido anillo-. ¿Cómo se
llama la piedra central?
-Eso es un Ópalo, la
piedra de los amantes, de la pasión, del deseo…- sus ojos se
encendieron como si tuviera unas llamas dentro, que no dejaban muchas
dudas de lo que estaba pasando por su cabeza en esos momentos.-
Llevar un Ópalo puesto es un símbolo de lealtad y fidelidad, la
misma que yo siento desde que me enamoré de ti. Prométeme que no te
lo quitarás nunca, Belle –Le dijo sosteniéndole la cara entre las
manos, para que lo mirara directamente a los ojos.
-¡Te lo prometo!-
dijo ella sin ninguna duda en su mirada, deseando más que nada en
ese momento que él la creyera.
Sus labios bajaron
para encontrar los de ella, sellando así la promesa que le había
hecho, con un beso largo y dulce que aun, hasta en aquel momento allí
sentado, con la taza de té en la mano, podía sentir en sus labios.
Con un largo suspiro,
volvió a la cruel realidad que suponía haberla perdido quién sabe
si para siempre. “Pero no será sin luchar”, pensó con
determinación. Recordó sus palabras, “cuando encuentras algo por
lo que realmente vale la pena luchar, nunca lo abandonas”, le había
dicho Belle en una ocasión, y ella significaba ése “algo” para
él.
Impresionante, sencillamente impresionante. Muchas gracias Alli por este trabajo. Una de las pocas veces en mi vida q me quede sin palabras despues de leerle. Un beso, porque te lo mereces con muchoooooo;)
ResponderEliminar¡Muchas Gracias, Chuki, Por Leerlo y Por Tus Palabras Tan Bonitas Que Siempre Me Animan, De Verdad, Dearie...;D;D;D!! (Por Cierto, ¿No Te Dieron Ganas De Matarme Viendo Lo Que Tiene En mente Belle...:O:O:O? :P)
EliminarBuah, La Verdad es que Estoy Emocionadísima, Porque Siempre es una Sorpresa Cuándo Ponen El Capítulo, y Ver Que Todavía Hay Alguien Con Ganas de Continuar Leyéndolo, Para Mí Significa Mucho...:´´´D
Y Gracias de Corazón a Becky, Que Con Todo Lo Que Lleva Encima, Continua Haciendo Un Trabajo Magnífico Con El Blog y Está Hasta en el Último Detalle, Muchísimas Gracias y Un Abrazo Muy Fuerte, Derie...<3 <3 <3
¡¡Muchos Besotes a Las Dos XXXxxxxxx!!
Solo nos dieron unas poquitas ganas de matarte pero por lo demas genial;)
EliminarAli que quieres que te diga: IMPRESIONANTE, me ha encantado <3 Cada capitulo me gusta mas, la verdad esque sabes expresar muy bien lo que siente cada personaje y eso esta muy bien :D Espero con ansia el siguiente :D
ResponderEliminarSaludos dearie y felicidades por este gran trabajo que as hecho :D;P<3<3<3<3<3
¡Muchas Gracias, Keley, Estoy Contentísima de Que También Te Gustara Éste...Que El 4º Es Un Poco Delicado, Dearie...;P;P;P!
EliminarY Es Que Con Lectoras Como Vosotras, Es un Placer Escribir XD...;D;D;D ¿Te Ha Gustado la Historia del Anillo...;D;D;D? Siempre he Pensado que Detrás de Ese Anillo Hay "Algo", Que Seguramente NO Tendrá Nada Que Ver Con Lo Mío, Pero Buah, me Encantaría Que Lo Explicaran Bien...;P
En Cuanto al Siguienteeeeee...¡Sí, Hay un Siguiente y Espero que También Te Guste, Dearie...;P;P;P!
Un Abrazo Muy Fuerte y Muchos Besotes, Dearie XXXXxxx
Bueno en verdad el capitulo 5 ha ido casi entero de los anillos y la historia de Rumple cuando consiguio el anillo me ha encantad, dearie tanto que se me han saltado las lagrimas (Bueno esque soy muy sensible ya de por si xDxD) Pero si la verdad esque detras de ese anillo hay una historia, cual? ni idea pero una historia hay y esperemos que sea tan bonita como la que tu has escrito :P:D:D Y esperemos que el siguiente salga pronto que tengo ganas de que Belle de a luz al pequeño/a Rumbellito <3<3<3 Aunque creo que para eso queda un poquito XDXDXD
EliminarUn abrazo y muchos besos para ti tambien dearie :):D:D:,D
Ay!!! lo estaba deseando!! y 2x1!!!! lo malo es que nos dejas con ganas de más!!! yo quiero más!!! :P :P :P
ResponderEliminar¡¡Mi Querida Andie, Saber que, Después de Leerte Dos Capítulos De Golpe, Todavía Te Quedan Ganas De Más, Es Todo un Halago Para mí, Muchas Gracias Dearie...;D;D;D!!
EliminarEspero Que Te Gustara Como Quedó Lo Del Tema Del Anillo, Que Ha Sido un Poco Lioso entre que "Voy y vuelvo de FTL, y que Voy y Vuelvo de Mis Recuerdos...:O", Y Que Dejara Más o Menos Clara la Idea Que Quería Trasmitir...:O ;P
¡Espero Que El Próximo También Te Guste, Dearie, Besotes XXXXxxxx!
P.D.- ¡¡QUE SEPAS QUE BOBBY VA A HACER UN "ASK-ROBERT" VÍA TWITTER, ESTE DOMINGO...MUAHAHAHAHAHAHAHA...;D;D;D!!
IMPRESIONANTE ALI!! Quien te enseño a escribir asi?, repito como las otras veces, me encantan los detalles que haces, no dejas nada librado a la suerte. Otro punto es que (esto es particular mio), me gusta justamente lo que vos haces mostrando los sentimientos, pensamientos, de cada actor en la circunstancia que se le presenta, hay libros tipo Harry Potter etc, que al ser escritos en primera persona sentís que te perdes de cosas, por eso no me gusta tanto esa forma.
ResponderEliminarUltimo no se te perdona si lo dejas asi dearie, ahora lo quiero terminado, jaja,
Abrazo dearie!!
¡Muchísimas Gracias, Lourdes, Por Tus Palabras, Realmente Nunca Hubiera Esperado Que Os Gustaran Mis Locuras (Que No Te Puedes Imaginar El Ruido Que Hacen Dentro de mi Cabeza, y Cuando Las Dejo Salir, Es Casi un Descanso y un Alivio...;P ;D;D;D )!
EliminarEn Cuanto a Los Detalles, Bueno, Supongo que Una Historia No Es Sólo "Chico Conoce a Chica...Chico Besa a Chica...Chico se Casa Con Chica...Chico y Chica Tienen Gemelos (Un Chico y Una Chica...;P)", Claro Cuando Dicen Que "Una Imagen Vale Más Que Mil Palabras..." ¡Es Cierto...:O!, Y A Veces Dejando Algunos Detalles, Como Que Uno Puede Hacerse Mejor La Idea De "La Imagen" que yo Tengo En La Cabeza, Pero Bueno, Lo Bonito de la Imaginación es Que Cada uno Lo Puede Adaptar a Su Manera...;D;D;D
¡Tranquila, Dearie, Que No Se Queda Así...;D;D;D! ¡¡¡Pero No Esperéis Que Os Termine La Serie, Que Esto Tiene Mucha Tela Pa Cortar...;P;P;P!!!
¡¡Muchas Gracias Por Tus Palabras, Dearie, y Muchos Besotes XXXXxxxx!!
oye, dime que faltan capítulos, me muero si me dejas a belle desmemoriada, me encanto el cap dearie, los 2, pero debes responder mucho:
ResponderEliminar- que paso entre charming y gold?
- que piensa hacer belle con el embarazo?
- que paso con la memoria de belle?
- acaso aparcera bae?
- y debes continuar la historia del granjero (cual es el precio a pagar)?
no me mates con la espera y escribe el siguiente capitulo yaaaaaa....
att: daniel (bloggero)
Eliminar¡Bloggero...Me Alegra que Te Guastaran Los Capis, Dearie...;D, y Tranquilo que Todavía Quedan Algunos Capitulillos Por Ahí que Ya Están Escritos...;P ;D;D;D!
En Cuanto a Tus Preguntas, Me Alegra Mucho Que Me Las Hagas, Porque Así Tengo La Oportunidad de Aclarar Las Dudas Que Puedan Surgir...;D
- Entre Charming y Gold NO Pasó Absolutamente Nada, Sólo Se Pillaron Una Castaña Como Un Piano de Cola y Durmieron La Mona En Casa de Gold, Nada Más...;D;D;D
- Lo Que Piensa Hacer Belle Con El Embarazo Viene en el Próximo Capítulo...:O ;P
- ¿Qué Pasó Con la Memoria de Belle...:O? Pues Que La Perdió Cuando Cruzó La Línea, No...? El Tema Es Que “Lacey” NO Existe Para Nada, Lo Cual Quiere Decir que Regina Ni Se Asomó Por El Hospital Con Su Cajita de Cerillas de “The Rabbit Hole” , Ni Ocurrieron Un Montón de Cosas Que Sí que Han Ocurrido En La Serie…;D;D;D
- Bae y Algunos Otros Personajes NO Salen En El Fic, Sorry...;P
- ¡¡"El Precio a Pagar Por La Magia..."!! Bueno, Eso Es Algo Que Siempre Me He Preguntado, ¿Por Qué Hay Algunos Que Tienen Que Pagar Ese Precio y Otros No...Y Quién Realmente Tiene Qué Hacerlo...:O ;D?
De Todas Formas, El Granjero le Dio En Pago a Rumple Su Vida y Un "Anillo Mágico", y Aunque Rumple Sólo Tomó El Anillo y le Perdonó La Vida, Sí que Le Cambió "Magia Por Magia"...:O:O:O ;P
Bloggero..., Muchas Gracias Por Leerlo y Plantearme Tus Dudas, Dearie, Espero Habertelas Aclarado Un Poco...;D;D;D
Besotes XXXxxxx
niaaa, me dejaras medio muerto, pareces los productores en rueda de prensa, tengo un fanfic, medio loco que mas parece una investigacion estilo csi, pues mi estilo es mas reseñatico. ajajaja
EliminarAWWWWWW!!!!! Dearie, que dulce todo. El detalle del anillo me encanta y se me ha escapado una lagrimilla por ahi... Me encanta la relación tan protectora que tiene Ruby con Belle. Ya estoy queriendo leer el siguiente. :)
ResponderEliminarPD: Ya se que soy un poco pesada diciendote siempre que es genial, pero es que me encanta darte mi opinión y mi enhorabuena por tus fics.
Muchos besos!!
¡Rebe, Dearie, Sabes Que Siempre se Agradecen Tus Ánimos y Tus Palabras, y Estoy Encantada de Recibirlas...;D;D;D! Y Si Tienes Que Tirarme Las Orejas Por Algo, No Te Cortes, Que Seguro Que Hay Cosas Que No Te Gustan Por Lo Que Sea, y Para Eso Están las Opiniones...¡También Se Agradecerán...;D;D;D!
EliminarEn Cuanto a Rubi, Yo es Que Siempre La He Visto Un Encanto, Con Mala Suerte y un Gran Corazón, y Muy Protectora Con Sus Amigos, Que Ya lo Pasó Bastante Mal Ella Cuando Se Quedó Sola por Culpa de Ser Loba...:´´´( Me Sabe Bastante Mal Que La Hayan "Aparcado" en La Serie...:P
Muchas Gracias Por Tus Palabras y Besotes para Ti También XXXXxxxx
Acabo de leer todos los capis y sólo puedo decir que...¡¡ME ENCANTA!! *se levanta y aplaude* Me tiene totalmente perpleja lo maravillosamente bien que está contada la historia, y como Rumbelle que soy, estoy disfrutando de lo lindo ^^ ¡¡Necesito más capis!! jeje Xaooo. ^^
ResponderEliminar¡Muchas Gracias, Kahlan, me Alegro Mucho de que Te Gustaran, Ojala Los Siguientes Te Gusten También, Dearie...;D;D;D!
EliminarEn Cuanto a lo de Ser Rumbelle...¡¡¡Tomaaaaaa Yaaaaaa...Una Más, Me Encanta Que Vaya Creciendo Nuestro Grupete je, je, je...Es Que NO Puedo Evitarlo...;D;D;D!!!
Besotes XXXXxxxxx
Ali, si me permites llamarte Ali, claro XD Me ha encantado, de verdad, sobre todo cuando vas comentando el dolor que siente Rumpel, incluso, luego, cuando vas detallando sus expresiones faciales ( justo el el momento que la el regalo, anillo, y la frase de la "rosa) En serio ha sido leer esto y recordar a Boby, quiero decir intensamente, casi como si él estuviera interpretando tus palabras en mi cabeza, en serio, PERFERCTO, dearie!
ResponderEliminarComo rumbelle que soy desde los inicios de la serie, bueno, he sido más Rumpeliana, pero es casi lo mismo,... TE FELICITO!! Y espero con ansias que se reunan, no nos hagas sufrir tanto como los guionistas,... que al fin y al cabo no so tan malos, pues la primera emisión de la tercera temporada es el día de mi cumple!!! Va a ser el mejor!!! Vivan los rumpelnianos 17 años que cumpliré!!! :D
Besosss, dearie,... DESEANDO LEER EL SIGUIENTE <3
¡¡Claro que Te Permito Llamarme Así, Todos Lo Hace, Dearie (Acento Arriba, Acento Abajo...;P;P;P)!!
EliminarMe Alegro Muchísimo de que Te Gustaran Los Capis, y en Cuanto a la Expresión de Bobby, Esa es Una de las Cosas Que Más me Gusta de Él, Lo Expresivo que Es, Sin Apenas Decir Nada, Sólo Con Los Ojos o Un Movimiento de Cejas, Dice Tantísimas Cosas...;D;D;D ¡Me Tiene Enamorá Que NO se Me Nota, Verdad...:O ;P?)
¡Me Ha Gustado lo de Rumpeliana, Yo También me Incluyo en Esa Categoría...;D;D;D!
Y MUCHAS FELICIDADES POR TU CUMPLE, Que Hala Que Te Quejarás del Regalo Que Te Van a Hacer, Eh...? ;D;D;D Espero Que Te Lo Pases Genial y Lo Disfrutes un Montón, Seguro Que Es Memorable, Dearie...;D;D;D
Muchos Besotes, Larissa, y Gracias Por Tus Palabras XXXXxxx
P.D.- Como Le Decía a Andie Más Arriba...¡¡¡Acuerdate que Este Domingo Bobby Va a Hacer un "ASK ROBERT" Por El Twitter...Ya me Contarás, Dearie...;D;D;D!!!
Si es verdad estamos tan acostumbrad@s a llamarte Ali que ni se me habia pasado por la cabeza preguntarte si te podiamos llamar asi.Pero supongo que si ;)
Eliminar¡¡Jua, jua, jua...Sí, No Hay Ningún Problema, Dearie...;D;D;D!!
EliminarEn un Principio Quería Haberme Puesto "Alí Ba-ba y los 40 Ladrones", Dada la Cantidad Bancos y Cajas de Ahorros que se Estaban Dedicando A la "Noble Labor" de Aligerar Las Cuentas de los Sufridos Curritos que, Inconscientemente, Depositaban sus Ahorros y Confianza En Ellos Con la Ingenua Creencia de que Allí Estarían Seguros...:O:O:O ¡Pero Me Pareció Un Poco Largo y Lo Dejé Sólo en "Alí Ba-ba"...;D;D;D
La Abreviatura Está Muy Bien, Dearie...;D;D;D Besotes XXXXxxx