FanFic: Los pensamientos de los personajes

Si eres habitual del blog y lees los comentarios, seguro que conoces a Mr Adrian Gold. Pues él mismo es el autor del fic que dejamos a continuación. Un fic que tiene lugar justo antes del episodio 2x14 "Manhattan" y donde se describen los pensamientos de varios personajes. No lo dudes y sumérgete en las más profundas reflexiones de Belle, Emma, Regina, Cora y Rumpelstiltskin.

Belle 

Apago el televisor, y sigo sin recordar quién soy. Sin recordar mi nombre. Mi pasado. Mi vida. No sé nada de mí. Me dirijo a mi habitación del hospital. Cuando llego, encuentro al doctor Whale de pie junto a mi cama. Me pregunta si sigo sin acordarme de nada. Y no puedo darle otra cosa que no sea mi negativa… 

Al marcharse, me fijo en la placa de la puerta de mi habitación. Belle. Belle es el nombre que han anotado en la placa. Belle es como me llama todo el mundo. Belle me llaman los que dicen ser mis amigos, en los que no puedo confiar…porque tampoco sé nada acerca de ellos. 

Belle me llama ese extraño hombre del traje. El hombre que, con solo pasar la mano encima de mi brazo, sanó mis heridas. El hombre al que vi con una esfera de fuego sobre la mano. 

El hombre al que, por algún extraño motivo y aunque no conozco, me hace sentir cómoda, segura. Y eso me asusta. Por eso no quiero saber nada de él. 

Pero ahora mismo, él es lo único real para mí… Noto como se me aletarga la mente por el efecto de los calmantes que me administran periódicamente. 

Me dejo llevar con la esperanza de que, al despertar, mi vida cobre sentido… 

Emma 

Termino de preparar mi bolsa de viaje y la dejo sobre la cama. Me tumbo, presa del cansancio, y dejo que mi mente divague… Henry… espero que esté bien. Es sólo un niño, no merece todo lo que le está pasando… 

Me pregunto una vez más si mi desconfianza hacia Regina tiene que ver con mi preocupación por mi hijo o es fruto de otros sentimientos menos honorables… Sé que debería estarle agradecida por haberle cuidado durante tanto tiempo, pero no puedo evitar sentir algo de…rabia, aunque sé que no es lo correcto, ni lo adecuado para mi…nuestro hijo. 

Sin embargo, cuando reparo en el colgante del llavero que rodea mi cuello, recuerdo al hombre al que tanto quise… Neal… pero que traicionó mi confianza… y de repente, lo veo claro; sé que siempre intentaré hacer lo mejor para Henry, ahora que tengo una oportunidad. Nunca volveré a abandonar a mi hijo, como me hicieron a mí… por partida doble. 

Mis padres tenían un motivo, una responsabilidad para con los habitantes de su reino. Pero, Neal… tú… tú, ¿qué excusa tenías? Ahora me dan ganas de arrancarme el maldito colgante y lanzarlo lejos, para no volver a verlo… 

Para no volver a recordar. Oh, es tan doloroso… Pero soy fuerte, hace tiempo que endurecí mi corazón, que levanté mis barreras. Y sé que siempre llevaré tu llavero, para recordarme que ya no soy una ingenua adolescente… Neal… 

Regina 

Despierto sobresaltada. Otra vez las pesadillas. Henry…nada ni nadie podrá arrebatármelo jamás. Miro a mi alrededor y caigo en la cuenta de que estoy acostada en la cama de mi antigua casa, a la que volví ayer a causa de su sugerencia, que no puedo declinar… 

Mi casa, en la que vivía… con Henry. 

Todo me recuerda a él. Mientras recorro el pasillo que separa la habitación del cuarto de baño, puedo ver su habitación…la que era su habitación...algo de ropa suya, su consola, sus libros… y no puedo evitar el sentimiento de ira que me embarga de repente. Ira contra su madre. Ira contra la persona que trata de arrebatarme a mi hijo. Que lo envenena con mentiras sobre mí… 

Aún así, me recuerdo que debo cambiar, que no tengo otro remedio, que debo ponerle buena cara, aunque intente alejarme de él, de mi Henry, que lo significa todo en mi vida, todo para mí… 

Levanto la cara y estoy frente al espejo. Dios, estoy horrible. Unas profundas ojeras cercaban mis ojos, y el surco producido por las lágrimas derramadas durante mis pesadillas resultaba todavía visible. 

Me echo agua fría en la cara, me maquillo…tengo que estar presentable para ella, tengo que aparentar normalidad. Me sorprendo deseando no tener que fingir ante ella. 

Ella…mi madre, a la que tanto quise. Mi madre, quien me arrebató a Daniel, mi Daniel. Mi madre, a quien nunca podré perdonar. Cora. 

Cora 

Paseo por el mausoleo dedicado a…mi marido. Un hombre al que nunca amé, que nunca pudo reemplazar a ese otro hombre, que me marcó a fuego en el corazón, que me rechazó. Me subestima si piensa que mi mano flaqueará al clavarle su preciada daga. Porque el amor es debilidad, sí, y la línea entre el amor más profundo y el odio más encarnizado es muy tenue. 

Puedo reconocer las esencias que provienen de los corazones que arranqué del pecho de sus legítimos poseedores. Corazones que, por lo visto, han sido heredados por mi hija… 

Cuán orgullosa estoy de ella. Ha elegido el camino que yo despejé, elegí lo mejor para ella. Cuánto lamentaría tener que deshacerme… de ella. 

En un momento de debilidad, me sorprendo preguntándome si sería capaz… Me recompongo rápidamente. Ya dejé esas limitaciones atrás, junto con toda la compasión que podía llegar a sentir. 

Regina…cuando la miro no puedo evitar pensar en Rumplestiltskin. Decía que le pertenecía…y no podía imaginar hasta qué grado. 

Rumplestiltskin 

Recorro los largos pasillos de la biblioteca. Observo todos los libros, cuidadosamente ordenados por Belle. 

Belle…yo la amaba y ella me amaba a mí. Todo era tan perfecto con ella a mi lado… 

Mi vida entera ha sido una sucesión de sinsentidos. Una vida marcada por el desprecio de todos los demás, menos el suyo. Hubo otra mujer que me hizo creer en una vida mejor… pero jugó con mi corazón, me destrozó… Sin embargo, nunca dejaré de estarle agradecido, porque…porque me regaló lo único que puede volver a darle sentido a mi vida ahora. 

Ahora que ella no va a volver. Nunca recordará su amor por mí, y no creo que fuese lo más adecuado para ella. No la merezco, ella no merece a un monstruo…un monstruo que traicionó a su hijo. ¿En qué clase de hombre me convierte eso…si es que me puedo considerar un hombre? 

Trato de no pensar en ella, y me concentro en mi hijo. Te encontraré, Bae. Haré todo lo que esté en mi mano, pediré ayuda a quien sea, si es necesario. No hay otra opción para mí. A través de la ventana de la biblioteca, puedo contemplar cómo el cielo se tiñe de diferentes tonalidades con el amanecer. 

Salgo de la biblioteca, y cierro la puerta con un simple ademán de la mano…tengo asuntos por resolver. 

¡Muchas gracias a Mr Adrian Gold por enviarnos su fic!