miércoles, 23 de abril de 2014

Fan Fic: Once Upon a Time in Neverland 10


Continuamos con un nuevo capítulo de Once Upon a Time in Neverland basado en la película de la Bella Durmiente.


Chapter 10: The lady of the dragon


R
ufio se había ido, ya no estaba en Neverland. Felix y Pan buscaban algún tipo de pista.
- Tal vez se ha marchado por su propio pie.
- No lo creo Felix – dijo Pan examinando el rastro dejado por el portal - Rufio tuvo su oportunidad de huir con mi querido nieto, ¿Por qué habría de hacerlo con Maléfica?
Felix se encogió de hombros.
- No te cae bien ¿Verdad?
- Confías demasiado en él.
- Sé en quién depositar mi confianza Felix, ahora… - Añadió mirando a los alrededores - es hora de volver al Bosque Encantado.

EL BOSQUE ENCANTADO


Oía el trinar de los pájaros y el curso de un río, sentía los rayos de sol filtrarse entre las espesas ramas de los árboles frutales y dar en su cara, haciéndole sentir una calor que no hacía mientras intentaba volver a conciliar el sueño.

Tardó unos minutos en reaccionar y recordar que ya no estaba en Neverland y cuando aquel pensamiento sobrevoló su cabeza se incorporó con violencia, abriendo sus ojos azules para mirar alrededor.

Se encontraba en una foresta, verde y viva pero completamente vacía y silenciosa excepto por algún graznido ocasional o el batir de las alas de algún pájaro. Todo aquel silencio era estremecedor y le parecía inexplicablemente artificial. Fijándose mejor pudo ver a lo lejos lo que parecía un castillo, tendría que caminar bastante pero no le quedaba otra.

Anduvo el camino hacia el edificio, un enorme palacio en mitad del bosque, exuberante y agreste a la par que descuidado. En el camino vio algunos tenderetes de mercado abandonados y con la fruta podrida, las carnes y pescados pútridos cubiertos de moscas y las hortalizas pasadas. Aquello le dio mala espina y pensó en regresar pero, la curiosidad le pudo. ¿Dónde estaba? Era lo que se preguntaba todo el rato.

Entró en el castillo que tenía como vestíbulo un gran patio que recordaba al de los monasterios, pero no se fijó en la arquitectura medieval del lugar sino en algo extraño que reposaba en el centro de la desolada estancia.

Una joven castaña con un vestido lila estaba profundamente dormida. Rufio se acercó de puntillas temiendo despertarla y cuando estuvo a su lado le habló.

- ¿Hola? ¿Puedes oírme? – Pero nadie respondió - Qué guapa es… - Se inclinó un poco sobre ella - ¿Y si la beso? – Susurró temiendo que alguien le oyera decir semejante disparate - en los cuentos siempre se despiertan con un beso… - Acercó su boca a la de ella pero cuando apenas los separaban unos centímetros alguien gritó.

- ¡ALÉJATE DE ELLA! – Ordenó una autoritaria voz femenina.

- ¿Eh? – Se giró, había tres mujeres, menudas y rechonchas, la de la izquierda iba de azul, la de la derecha de verde y la del centro de rojo, todas enarbolaban sus varitas amenazantes - Oh, lo siento. Es que nunca había visto a una chica tan guapa – Se excusó rascándose la nuca avergonzado.

El hada escarlata se adelantó a las demás.

- ¿Quién eres tú?

- Soy James, pero puedes llamarme Rufio – se presentó con alegría.

- No pareces mala persona querido – intervino el hada esmeralda - Presiento que tienes un corazón puro como nuestra preciosa Aurora.

- ¿Por qué está dormida? – Preguntó él mirando a la princesa. Estaba seguro de cual iba a ser la respuesta.

- Hace tiempo Maléfica la maldijo y ahora está sumida en un profundo sueño a la espera de que su amor verdadero la despierte – Explicó la de rojo.

- Maléfica es la bruja que me trajo hasta aquí, tengo que hablar con ella para regresar a Neverland.

- Pero eso es una locura querido – dijo la de verde horrorizada - Maléfica mora en la Montaña Prohibida, es muy peligroso.

- No me da miedo – repuso él con una sonrisa – Además, podríamos buscar un modo de despertar a Aurora. Sé que puedo ayudar – intentó convencerlas mientras ellas le miraban con preocupación - tenéis que creer en mí, si tenéis fe en vuestras posibilidades todo se solucionará. ¡Venga! Vayamos a por esa vieja bruja – dijo con entusiasmo.

- ¿Sabes? – El hada escarlata parecía la líder del trío - Tienes toda la razón, la Montaña Prohibida está al otro lado del bosque, a un jornada de aquí. Iremos contigo – las otras la miraron, no muy contentas de la idea - después de todo, no podemos permitir que te pase nada malo.

- Vamos.

- Por cierto, somos Flora, Fauna y Primavera.



HACE MUCHO TIEMPO

Llevaba varios días de viaje a sus espaldas, intentaba alejarse del frío reino del rey Ricardo para llegar al vecino, aquel reino tenía costa y podría colarse en un barco como polizón, un barco que tuviese como destino Ágrabah, tenía que conseguir la botella del genio.

Pero aquel destino parecía tan lejano… Era como si el bosque no tuviese fin y ya estaba cansado de tantos árboles, el invierno iba acabando y poco a poco la primavera aparecía, abriendo las flores y convirtiendo en rocío las motas blancas que habían sido nieve para dejar paso a una vegetación colorida y hermosa. Pero todo eso a Malcolm le daba igual, lo único que le preocupaba ahora era encontrar un lugar para pasar la noche, pronto oscurecería y estaría sólo en mitad de la nada. Y eso fue exactamente lo que ocurrió. 

Junto a un gran roble hizo una hoguera, un gran error porque parecía atraer a los lobos, cuyos aullidos cada vez sonaban más cercanos.

Temeroso miró en todas direcciones, escalar aquel árbol parecía la única salida. Subió hasta una de las ramas más altas y pudo ver el espectáculo.

Toda una jauría llegaba hasta la hoguera, olfateaban en su busca y gruñían al árbol que intentaban escalar aunque sólo consiguiesen arañar la corteza del tronco. Por la mañana aquello sólo sería una anécdota que contar a alguien que no lo acompañaba… Echaba de menos a Rumpel.

Siguió su camino, al día siguiente tarareaba una vieja canción cuando vio que alguien se acercaba, pero esa misteriosa persona envuelta en una capa negra tropezó antes de llegar hasta él.

- Permita que la ayude – se ofreció Malcolm levantando a la mujer.

- Oh gracias, hace ya tiempo que creo hacerme más vieja cada día.

Era una mujer que, en efecto, tenía muchas arrugas en su rostro flácido que terminaba rematado por su  pelo blanquecino.

- El tiempo pasa para todos por desgracia.

- Tú posees una belleza asombrosa, un atractivo que te puede ser muy útil – Repuso ella mirando sus facciones con detenimiento.

- Gracias, supongo – Respondió Malcolm dudoso.

- Aprovecha estos años, pronto tu belleza quedará relegada al olvido y las canas y arrugas serán el pan de cada día.

- Lo haré señora.

- Y… - la mujer reparó en el colgante que llevaba Malcolm, el colgante que había arrancado del cuello de Clara cuando la mató - Ese colgante es una joya divina, ¿Una reliquia familiar tal vez?

- Tal vez – dijo Malcolm desconfiado.

- ¿Y a cuánto va? – Se le iban los ojos hacia la joya.

- No creo que usted pueda pagarlo.

- ¿No? Que no te engañen las apariencias  - rebuscó en su capa y sacó un carrete de hilo… De oro - ¿Será suficiente?

- ¿De dónde ha sacado eso?

- ¿De dónde has sacado tú el colgante?

- Touché – Malcolm se desprendió del colgante y aceptó el carrete.

- Me siento generosa – sacó un segundo carrete y se lo dio también.

- ¿Cómo es que tiene tanto oro?

- Ya te he dicho que las apariencias engañan.

Malcolm miró por última vez a la anciana que miraba encantada el colgante, pensando que tal vez estaba loca siguió su camino. La anciana en cambio salió de éste y se internó en la espesura para ponérselo tomando la joya en sus manos.

- Pensé que te había perdido para siempre, pero veo que la muerte de esa niña no ha sido la causa de la mía… - Se aseguró de que no hubiese nadie indeseable cerca y cantó - “Brilla linda flor, dame tu poder… Vuelve el tiempo atrás, torna lo que ya fue, lo que ya fue…”.

El colgante emitió un resplandor dorado y aquella anciana rejuveneció hasta convertirse en una joven de oscura y rizada melena, piel tersa y clara y grandes ojos grises.



Rufio y las tres hadas anduvieron por esos mismos caminos, llegaron al claro remanso donde el chico había despertado y pasaron el camino que siglos después, y con la ausencia de habitantes en el reino de Aurora, estaba bastante descuidado. Caminaron todo el día y al atardecer llegaron a la entrada de El Bosque Prohibido. Cuando los habitantes de Hamelín quisieron quemarlo creyendo que Maléfica se llevaba a sus hijos, la bruja creó una barrera mágica que protegía su fortaleza, por lo que el grupo no podía continuar.

- Parece que es el fin del camino – Dijo Rufio cruzando los brazos en actitud pensante.

- Seguro que ha sido esa vieja bruja – Gruñó Primavera.

- ¡Ya sé! – Exclamó Rufio - todos juntos podemos romper la barrera.

- ¿Cómo? – Preguntó Flora.

- Apuntad con vuestras varitas – Indicó el chico que hizo lo mismo con sus manos - Pensad en romperla.
Sendas brillantes salieron de los mágicos instrumentos y las manos de Rufio emitieron un brillante fulgor que se trasladó a la pared mágica que enseguida comenzó a desaparecer.

- ¿Seguimos pues? – Preguntó Fauna.

- Sip.

El Bosque Prohibido era un lugar desolador, lúgubre y terrorífico. Los olmos desnudos mostraban sus serradas ramas, las zarzas se atisbaban por cualquier parte y la clorofila de las plantas parecía haberse perdido para siempre, sólo se veía oscuridad. El castillo de Maléfica sobre la montaña era accesible a través de un puente levadizo que pasaron sin dificultad, llegando al pórtico.

- Es muy extraño que nadie vigile – Repuso Flora observando la muralla.

- Mejor para nosotros – Rufio se aventuró más allá sin percatarse de que corría peligro.

- ¡Aguarda! – Exclamaron las hadas.

Caminaron por el angosto exterior del castillo hasta la entrada que daba a un salón circular de piedra, parecía una caverna. Allí estaban, tres individuos bajitos y extraños. No eran humanos, eran dos cerdos y una especie de pájaro pero bípedos y armados con lanzas y flechas. Unos bostezaban y el otro parecía dormido.

- Cuidado, sirven a Maléfica – Advirtió Flora.

- Bueno, seguro que algo custodian – Rufio se metió las manos en los bolsillos y por casualidad encontró la daga que había robado del Jolly Roger. Una idea le vino a la cabeza - ¡Ya sé! 

Salió corriendo hacia los animales humanoides.

- ¡FIRMES!

Éstos se despejaron al instante, aún confusos.

- ¡Nada de dormirse en el tajo! – Gritó agarrando el puñal con firmeza.



Ya tenía otro día más de viaje a sus espaldas. Su humor era de perros, ahora sí que estaba harto de la espesura. Entonces una voz lo sacó de su refunfuño, parecía una ninfa de los bosques.

El joven avanzó lentamente y penetró en el bosque en busca de una pista que le indicara la dirección del sonido. El sol cegó por un momento sus ojos, como un resplandor fugaz en la oscuridad, y Malcolm recobró la visión adivinando, a escasos metros de él, la figura semidesnuda de una joven a la orilla de un arroyo. Si alguien le hubiese preguntado alguna vez por la grata sensación que inundó su cuerpo en ese momento, Malcolm jamás habría podido encontrar las palabras precisas. La imponente imagen que tenía frente a él le había privado hasta de su propia cordura. La chica disfrutaba de un agradable baño antes de subirse sobre una roca, sin importarle la incomodidad de sus aristas. El agua resbalaba incolora por el cuerpo de la doncella dejando entrever, a través de la blancura de las enaguas y del corsé, su preciosa silueta femenina. Malcolm sintió que cruzar aquellos arbustos sería como  traspasar la frontera a otro mundo.

La joven salió del agua mojada, con paso lento, pisó con gracia la hierba. Malcolm la observó toda de una vez, para detenerse después en el chorro de agua que emanaba de la punta de su cabello rubio hacia el hueco de sus nalgas. La imagen se grabó en su retina como el destello impactante de un eclipse de sol. La excitación de Malcolm era evidente. Sus pensamientos comenzaron a caldear el ambiente - más si cabe - y siguió atento a la joven que comenzó a cantar de nuevo.

- Eres tú, el príncipe azul que yo soñé… - dijo recogiendo  sus ropas y bailando con ellas - Eres tú, tus ojos me vieron con ternuras de amor y al mirarme así, el fuego encendió mi corazón… Y mi ensoñación, se hará realidad, y te adoraré como aconteció en mi sueño ideal.

Malcolm olvidó toda precaución y salió de su escondite, ella se tapó como pudo.

- No es necesario, ya he visto bastante – Rió acercándose.

Ella le cruzó la cara con un sonoro bofetón.

- Yo también me alegro de verte.

- Eres un zafio y un maleducado, espiando a mujeres mientras se bañan, ¿Tan bajo has de caer?

- No espiaba, sólo sentí curiosidad al oírte cantar.

- No es algo que haga cuando estoy acompañada – Se vestía con rapidez.

- Me llamo Malcolm, ¿y tú?

- ¿A ti qué te importa?

- Podríamos pasar un buen rato – Dijo él aproximándose más a ella.

La joven sonrió, pero era una sonrisa falsa para distraerlo mientras sacaba un cuchillo de la falda y lo conducía al cuello del chico.

- Di una zalamería más y será lo último que hagas.

- Creía que iba a ser yo el que sacase cosas punzantes.

La chica arañó la piel del muchacho que comenzó a sangrar un poco.

- Yo no estoy jugando.

Malcolm que tenía las manos levantadas vio como ella se alejaba poco a poco.

- ¡Volveremos a vernos! – Le gritó al verla correr.

- ¡Espero que no! – Respondió ella en la lejanía.



Los esbirros de Maléfica yacían en el suelo, aturdidos. Las hadas fueron a ya reunirse con Rufio que las aguardaba en la otra puerta haciéndoles gestos, era momento de seguir adentrándose en el castillo.

- Por lo que vemos muchacho, Tienes unas convicciones muy fuertes ¿Verdad? – Preguntó Fauna.

- Y una luz abrumadora que brilla fugaz como el ocaso – Añadió Flora.

- Gracias – Respondió Rufio sonrojado.

- ¡Aprisa! ¡No podemos quedarnos aquí de cháchara!

Avanzaron por el pasillo hasta llegar a un gran salón, el salón del trono de Maléfica.

- Bueno, yo buscaré a Maléfica, ¿Y vosotras?

- Aquí debe haber algo que ayude a despertar a Aurora – Respondió Flora.

- Alguien ha arremetido contra mis acólitos… - Promulgó una voz clara y potente.

- ¡MALÉFICA! – Gritaron las tres hadas al verla aparecer ante ellos.

- Dime pequeño, ¿Has sido tú?

- ¡LO HE HECHO PORQUE ELLOS LO HICIERON ANTES CONTRA MÍ! – Gritó Rufio embistiendo contra Maléfica, puñal en ristre.

Pero la bruja desapareció envuelta en su habituales llamas fatuas para aparecer metros más lejos.

- La imprudencia no te beneficia en absoluto muchacho. No te pareces a Pan, él lo planeaba todo demasiado y tú eres demasiado impulsivo…

- Bien también – terminó el chico.

- Demuéstralo, ayúdame como me ayudó él.

- Peter jamás te ayudaría.

Maléfica rió.

- La verdad puede ser dolorosa ya que, al fin y al cabo uno nunca sabe los secretos de otro corazón.

- ¿Eh? – Rufio vio a las tres hadas desaparecer, ¿lo iban a dejar tirado?

- Sírveme Rufio, sírveme como hizo Pan años ha.

- Nunca jamás.

Maléfica avanzó hacia él.

- Creo que no eres consciente de lo fútil de tu situación.

Y Rufio escupió a su cara por toda respuesta.

- Veo que necesitas reconsiderarlo y conozco el lugar adecuado para ello – Maléfica golpeó el suelo con su cetro y una abertura oscura emergió donde Rufio pisaba, engulléndolo hacia lo desconocido…

O mejor dicho, hacia un calabozo donde había dos personas más. Un joven moreno con armadura y capa roja y una mujer también con armadura pero de apariencia asiática. Ambos estaban encadenados a la pared.

- ¿Quién eres tú? – Preguntó ella.

- Me llamo Rufio – respondió levantándose del suelo - y creo que he caído en una trampa. ¿Quiénes sois?

Él quiso contestar pero la mujer lo impidió.

- ¿De verdad?

- Claro.

Hubo un silencio incómodo.

- ¿Por qué estáis aquí?

- Por intentar romper una vil maldición. Me había citado con la doncella más bella del mundo en una cabaña en el bosque. Pero ahora mi verdadero amor está sumido en un eterno sueño y sólo yo puedo romper el hechizo.

- ¿Es cierto eso que decís? – Preguntó Flora que acababa de aparecer junto a Fauna y Primavera.

- Sí, Maléfica nos lo confesó – Respondió la guerrera asiática.

- ¡Oh! ¡Sois vos! El príncipe Felipe.

Felipe asintió.

- ¿Las conoces? – Preguntó la presa.

- Claro – la presentó – ella es Fa Mulán, le debo la vida, a ella y a una mujer llamada Bella.

- Mas contadnos que pasó – las hadas estaban usando sus varitas como si fueran sopletes para cortar las cadenas.

- Ella me convirtió en un Yaoguai y me expulsó al Reino del Este. Mulán y esa tal Bella me salvaron. Emprendimos el camino de regreso mas Maléfica nos interceptó tras cruzar el río Hades. Nos tomó como prisioneros y nos martiriza con sus relatos sobre como duerme Aurora.

Las cadenas ya estaban rotas.

- No dormirá mucho más, ahora Felipe, Mulán, debéis tener cuidado. En el camino del amor puede haber obstáculos aún mayores que vos debéis afrontar sólo.

- Yo también voy – repuso Rufio - necesito saber la verdad sobre algo y Maléfica tiene las respuestas.

- Claro que sí querido, ahora – volvió a dirigirse a Mulán y Felipe - tomad esta espada de la verdad y este escudo del valor para luchar contra las fuerzas del mal. Se avecina una batalla peligrosa y no deben cogernos desprevenidos.

Los guerreros asintieron.

- Rápido, debemos apresurarnos hasta Aurora antes de que Maléfica descubra que estamos aquí…



Ya estaba en la frontera. El reino del rey Ricardo acababa, cuando cruzara aquella linde sería libre del yugo de la muerte de Clara.

- ¡DETENEDLO!

O eso creía. Los pueblerinos de algún villorrio cercano se habían puesto de acuerdo para capturarlo al final del camino, él sólo contra todos ellos no podía hacer nada. Impotente se dejó amordazar y encerrar en un carromato que lo devolvió a su lugar de origen, al mismísimo castillo, a la mismísima celda de Clara con todas sus marcas en la pared.

- ¿Creías que te ibas a marchar de rositas? No, yo me encargaré de que sufras el resto de tu vida – Se burló el Caballero Negro al otro lado de las rejas – y te daré donde más duela.

Malcolm se abalanzó contra las rejas y miró con todo el odio que pudo al soldado.

- Suficiente – dijo el rey Ricardo – márchate.

- ¡Suéltame!

- Lo siento Malcolm, pero te espera un tiempo a la sombra… Toda la vida – rió el rey antes de ir al encuentro con una mujer.

- ¿Lo has atrapado?

- Por supuesto madre…

La mujer chistó y miró temerosa a los alrededores.

- Aquí no, pueden oírnos.

- Pues, por supuesto Gothel, lo atrapamos un poco más allá de donde nos dijiste.

- Y ahora que vuelvo a tener el colgante…

- Nos aguarda la vida eterna – sonrió el rey.

- Mientras él se pudre en esa celda – rio la otra.



Salieron en tropel al pórtico del castillo. Las hadas hicieron aparecer tres caballos.

- ¡Sansón! – Exclamó Felipe, feliz de reencontrarse con su vieja mascota.

Un unicornio negro pasó trotando ante ellos.

- ¿Qué era eso? – Preguntó Mulán.

- Ya saben que nos marchamos – aseguró Primavera.

Unos centauros de hierba y madera aparecieron como si fuesen árboles vivientes con cuernos y lanzas. Se acercaban a ellos con rapidez.

- ¡Aprisa! – Gritó Felipe.

Las hadas seguían a los tres jinetes volando en su forma diminuta. A pocos metros el puente levadizo se levantaba para cortarles el paso, Rufio se adelantó a Felipe y saltó, no lo iba a conseguir.

- ¡CUIDADO! – Gritaron las hadas haciendo aparecer un arcoíris que hizo de puente.
Cabalgaron montaña abajo, no sabían por qué una tormenta se acercaba a ellos y descargaba sus rayos y truenos sobre sus cabezas…

Muy lejos de allí, en el Lago Nostos que estaba seco por la muerte de su guardiana algo estaba a punto de cambiar. La tierra tembló y un enorme géiser emergió del subsuelo, pero fue momentáneo porque una gran humarada verde apareció y con ella Peter Pan que ascendía junto con el humo para después aterrizar un poco más allá. Levantó sus manos al cielo y pensó con claridad…

- ¿Dónde estás Rufio?

Las nubes se formaron sobre él, tronaron y se alejaron rápidamente. Era un hechizo de localización, sólo tendría que seguirlas…

Y aquella era la tormenta que estaba sobre el grupo en ese momento. Tenían que salir del Bosque Prohibido, pero Maléfica no lo iba a consentir.

- ¡Una selva de mortales espinos tu tumba será! ¡Pues el bosque en una maraña de perdición se tornará!

Las zarzas volvieron a salir a la superficie como habían hecho un siglo atrás y a los héroes no les dio tiempo a frenar, habían entrado de lleno en aquella selva en la que se oía la interminable risa de Maléfica. Los caballos se clavaban las púas y relinchaban de dolor, sus ropas se rasgaban, la capa de Felipe se enganchó y las hadas tuvieron que liberarle… Usaban sus armas para cortar las ramas, tenían que salir de aquella trampa mortal.
Llevaban ya varios metros de árboles cortados tras sí, por fin creían distinguir el final del bosque, por fin pudieron salir a respirar aire puro. Pero Maléfica no se iba a dar por vencida, apareció ante ellos furiosa, haciendo que los caballos relinchasen de nuevo por el miedo.

- ¡Maléfica! ¿Qué tienes tú que ver con Peter? – Le gritó Rufio.

- Es triste querido, ver que a diferencia de él careces del don de la obediencia. Te muestras ciego ante el hecho de lo fácil que fue para él traicionar a su hada madrina y entregármela a mí.

- ¡Peter no movería un dedo por ti!

- Al contrario, acogió sin reparos la maldad que en él moraba.

- ¡DEJA DE MENTIR! – Ordenó blandiendo su espada.

- Sí – lo secundó Felipe – y deja de retrasarnos, despertaremos a Aurora y acabaremos contigo.

- Llegáis demasiado tarde, yo ya estoy aquí y pronto os enviaré a un lugar del que no podréis regresar, vuestra preciosa princesa Aurora yacerá dormida para siempre y yo conseguiré mi venganza… Es inevitable.

- ¡LO IMPEDIREMOS! – Bramó Mulán.

- Eso es, ¡Si hemos llegado hasta aquí podremos esprintar hasta el final! – Gritó Rufio confundiendo a todos los demás que no sabían que significaba “esprintar”.

- ¡ILUSOS! – Maléfica estaba fuera de sí, como poseída por un demonio - ¿Creéis que podéis vencerme a mí? ¡¿A LA EMPERATRIZ DEL MAL?!

- ¡CON EL PODER DEL AMOR! – Gritaron las hadas.

- Claro, porque un beso de amor todo lo puede – Rió Maléfica - Muy bien, si queréis luchar… ¡AQUÍ ME TENÉIS! ¡CONTEMPLAD MIS MALÉVOLOS PODERES!

Un fuego verde lo inundó todo, Maléfica se convirtió en un gran dragón, gigantesco y aterrador que cernía sus fauces sobre ellos.

- ¡CORRED HACIA LAS ZARZAS! – Ordenó Mulán.

Pero Maléfica escupió su fuego contra ellos, ahora sólo era un gran mar de verdes llamas.

- ¿Cómo salimos de aquí? – Preguntó Fauna.

El dragón agarró a Felipe que perdió su espada.

- ¡No os perdáis este final feliz! – Dijo la bestia.

Rufio recogió la espada y siguió al dragón junto a Mulán.

Maléfica comenzó a escalar una montaña en medio de aquella tormenta que desataba toda su cólera en forma de granizo. Felipe gritaba como un loco para que lo soltase.

- ¡DÉJAME ESTÁS LOCA!

- No estoy loca, soy vengativa y muy rencorosa, el loco es el chico que te acompaña… - Pero antes de terminar aulló de dolor.

Abajo Mulán había cortado su piel.

- Vaya vaya – dijo al verla – que giro ha dado nuestra historia, la valiente guerrera acude al rescate… Eso os convierte a vos en una doncella en apuros ¿Verdad guapo? – Se burló de Felipe con saña… - ¡SEGUIDME QUERIDOS! Es la hora de llevar este relato a las alturas…
Maléfica siguió escalando seguida de Mulán y Rufio.

- ¡NO CONSENTIRÉ QUE OS LO LLEVÉIS! – Bramó Mulán.

- ¡Suéltalo desgraciada! – Gritó Rufio.

- Ya casi estamos llegando al final de esta historia. ¿Sabéis como acaba? ¿Os morís por conocer vuestro final? – Alzó la pezuña donde llevaba a Felipe al cielo - ¿Qué os parece…? Y vivieron felices para siempre jamás... ¡Aunque seré yo la única que viva! – Apretó y Felipe desapareció.

- ¡NO! – Gritó Mulán lanzándose contra el dragón.

- ¡Y tú le acompañarás! – Mulán también desapareció.

Pero Maléfica no vio a las hadas alcanzar a Rufio que aún tenía la espada de Felipe.

- ¡Ahora espada de la verdad vuela veloz y segura para que el mal perezca y el bien prevalezca! ¡Firme embestida para al mal desterrar y la dicha asegurar!

Y la espada voló de las manos de Rufio para clavarse en el dragón que entre gritos de dolor cayó montaña abajo, esfumándose entre la humareda negra y las fatuas llamas para dejar ver a una malherida Maléfica.

- ¡El amor ha podido contigo. El bien ha vencido al mal! – Le gritó Rufio.

- No me derrotará algo tan insignificante como el amor… - Farfulló dolorida.

- No tienes ni idea de lo que dices. El odio te ha cegado tanto que te impide ver que hay algo más allá. ¡Así que resístete cuanto quieras! Porque el amor es la magia más poderosa que existe y nunca derrotarás a alguien que luche por la luz!

- Quizás… Mas recuerda que mientras exista luz habrá oscuridad. ¡Y todos los que sean timados por ella me pertenecerán! – Maléfica rió y desapareció una vez más.

Ahora Rufio estaba confuso, y lo peor, sólo y perdido. Más perdido que nunca…

Tan perdido como lo estaban Mulán y Felipe caminando por ese extraño bosque. Si hubiesen podido verlo desde los cielos habrían observado que se extendía hacia el infinito, sin fin.

20 comentarios:

  1. Me gusta, me gusta. Hace poco que empecé a leer tu fic y solo he podido algunas partes pero me encanta la historia, y también como escribes. Además eres capaz de hacer algo que a veces ni Adam y Eddy pueden, hacer que los flashback no desmoronen el presente. ¿Has pensado en lanzarte a una novela? Está muy bien y las expresiones y todo genial.

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    1. Gracias Tink me pones colorao xD.

      Pues empecé una novela de misterio sobre un asesino en serie y dos mellizos separados al nacer que tienen que reencontrarse, pero ahora mismo la tengo en pause.

      Muchas gracias por tus cumplidos <3 XD

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    2. No las des, haha, en cualquier caso tendríamos que dártelas nosotros a ti por compartir tu imaginación. Espero con ansia la siguiente entrega. ;)

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  2. Otra entrega MARAVILLOSA como todas las anteriores ;D.Pero siempre superando una a la otra Peter !.
    Tienes la capacidad de hacer sumergir al lector en tus historias.(cosa que es dificil de lograr,...ejem !!!)
    Si todas las que voy leyendo hasta ahora son así... COMO SE VA A PONER EL FINAL !!! xD.Aplausos nuevamente ;D

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    1. Gracias Anna, aunque en esta la historia no es del todo mía, Kingdom Hearts y la película me han servido de mucha ayuda :P Pero la Bella Durmiente es mi peli preferida y yo quería meter el cuento como fuera xD.

      El final... La próxima semana es la mitad dela historia y hay un giro muy gordo O.o

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  3. muchas felicidades me gusto mucho este capitulo,
    imaginar a Aurora, Felipe, Mulan, Malefica y las 3 hadas
    q por sierto no se que les paso a las 3 hadas...

    saludos perter pan y un abrazo
    seguire al pendiente con los demas capitulos...
    creo q estaria bien si metieras al sombrerero
    en algun capitulo y aun seguimos sin ver
    el nacimiento de rumpel el hijo de pan o ya nacio?

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    1. El sombrerero ya salió en el capítulo 6, no creo que lo veamos más :(
      Las 3 hadas, bueno en el siguiente salen un poquillo, así que no creo que les haya pasado nada.

      El nacimiento de Rumpel lo vamos a ver, pero como siempre, lo mejor es para el final xD. Por ahora éste ha sido el último flash back de Malcolm jovencito, en el siguiente que salga será ya adulto y aparecerá la madre de Rumpel, que no os imagináis quien es xD.

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    2. ooohhhh que bien lo esperare con ansias estuvo muy buena la continuación, me puse a cantar cuando salió la canción de “eres tu mi príncipe azul que yo soñé” ahhh q hermoso que digo hermoso, lo que es el amor….

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  4. Hola Peter, ya llegó tu asesora de ropa.

    Fue mi capítulo preferido sin lugar a dudas (el anterior lo leí y te escribí), porque si bien ya sé de dónde sacaste muchas cosas, estuvo impecablemente hilado con la historia que quieres contar: Felipe, Mulán, las tres hadas, el tal Rufio, Maléfica en especial, y la participación de Gothel, que por cierto tiene mucho en común con Peter Pan, esa parte estuvo genial.

    Me encantó, me encantó, te juro que me encantó. De nota le doy un 9, le daría un 10 si no fuera porque esperaba que pase algo entre Malcolm y la chica rubia y no pasó nada ejem ejem ejem.

    ¡Mil besotes!

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    1. Perdona que no te diga mucho pero estoy bajo los efectos de la anestesia tras un noseque en el dentista... Miedo me da como estaré en dos horas.
      Lo de la chica rubia decidí pasarlo a más alante, pero pasará y Gothel no le quitéis ojo.

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  5. ¡Me encantó Peter, la Bella Durmiente es mi historia favorita y Enchanted Dominion es mi mundo preferido del BBS! ¡Un capítulo muy creativo y muy bien hilado! ¡Abrazo gigante!

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    1. También es el mío xD junto a Neverland (porque en el KH 1 es un poco caca, solo se puede andar/ volar por el Jolly Roger), y esa musiquita que tiene cuando salen los nescendientes *-* xD.

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    2. Yo ya no puedo estar en el mundo de Blancanieves sin pensar en la serie y sin llamar "Regina" a la Bruja jaja.

      ¿Prefieres a Terra, Ventus o Aqua?

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    3. Ventus ForEver xD. Le da mil vueltas a Sora y Roxas xD. Me va a encantar jugarlo en PS3 cuando hagan la remasterización en septiembre.

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    4. kingdom hearts sale para ps3 en septiembre?

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    5. El año anterior hicieron un remake del 1 y el Re: Chain of Memories para PS3 y este es del 2 y el Birth by Sleep. Busca en youtube "Kingdom Hearts HD 2.5 Remix".

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    6. Me caen mejor Sora y Ven, Roxas es muy depresivo jaja. Pero creo que la mejor historia es la de Aqua, era la verdadera protagonista del BBS.

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    7. le echare un ojo, graciasss, solo jugue el primero pero me dejo gratos recuerdos.

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    8. La verdad con el final del juego lloré y todo, cuando Aqua cae y dice "Ven, lo siento, pero creo que no volveré tan pronto como creía". Ay madre que llorera ;( Cuando monte este verano mi canal de youtube los jugaré todos (ala, promoción by the face xD).

      Por lo que veo a nadie le gusta Terra xD.

      ¿Tú sabes que el que creó el juego quería que el verdadero amor no fuera Sora-Kairi sino Sora-Riku O.o? Se veía venir xD, aunque al final no pasará.

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    9. María hay por lo menos 8 o 9 juegos O.o Y el año que viene sale el 3 que llevo esperándolo 10 años O.o

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